Pues bien; siendo así, me parece que esa actitud de “oración” que suelen efectuar ellos, y que —insisto— lo hacen con el fin de evitar limitarse a “repetir como loros” palabras aprendidas de memoria, no coincide demasiado con un pasaje que podemos encontrar en el Evangelio, ya que Jesús expresó, y con bastante claridad, lo siguiente «Y al orar no charléis mucho, como los gentiles, que figuran que por su palabrería van a ser escuchados. No seáis como ellos ya que vuestro Padre sabe lo que necesitáis antes de pedírselo, vosotros pues, orad así: Padre nuestro que estás en los cielos .....» (Mt.6,6-9) texto que me permite pensar que, ese “seguir repitiendo como loro” las pocas palabras que Él nos enseñó, en lugar de procurar decir tantas cosas con “mis propias palabras”, no debería ser algo “tan mal visto”.