Así es. No puedes arrodillarte ante el roble a pedir perdón por eso.
En primer lugar porque el arrepentimiento legítimo le es vedado al hombre que comete esa falta.
Se sumirá en un círculo vicioso de pecado y vanidad del que nunca saldrá.
Pero el que no ha cometido ese pecado si puede interceder por esa persona que no puede retractarse por si sola.
La blasfemia contra el Espíritu Santo es PECADO IMPERDONABLE, el único imperdonable. No hay posibilidad alguna de ser perdonados. No lo dice un servidor, sino Jesucristo mismo, y creo que Él sabe muy bien de qué está hablando y sin margen de error posible. ¿Quiere usted ir más allá de lo que Cristo enseñó? Bien, lea: 2Jn 1:9. Lo que decida hacer, y suponer, ya corre por su libre cuenta.