Apreciado OSO,si realmente quieres ser súbdito del Reino de Dios tendrás que doblegarte a decir esto:El Nombre de Dios, escrito en hebreo, nadie lo sabe pronunciar. Su pueblo santo olvido el Nombre santo
Pero Dios nos nos hado una oportunidad de invocar Su Santo Nombre, porque NO hay otro Nombre dado a los hombres en que podamos ser salvos que el de JESUCRISTO.
Apreciado OSO,si realmente quieres ser súbdito del Reino de Dios tendrás que doblegarte a decir esto:
Salmo 150:6 "Toda cosa que respira... alabe a Jah.¡Alaben a Jah!"
Apoc 19:3 "E inmediatamente,por segunda vez, dijeron:¡Alaben a Jah! Y el humo de ella sigue ascendiendo para siempre jamás".
Resolvamos de una vez por todas el entuerto. Mi Biblia dice lo siguiente:
...Al que nos ama y nos ha liberado con su muerte de nuestros pecados, al que ha hecho de nosotros un reino y nos ha constituido sacerdotes para su Dios y Padre, a él la gloria y el poder por siempre. Amén.
¡Miren cómo viene entre las nubes!
Todos lo verán,
incluso quienes lo traspasaron,
y todas las naciones de la tierra
prorrumpirán en llanto por su causa.
Sí. Amén.
“Yo soy el Alfa y la Omega —dice el Señor Dios— el que es, el que era y el que está a punto de llegar, el dueño de todo”.
Yo soy Juan, hermano de ustedes; unido a Jesús, participo con ustedes en el sufrimiento y en la espera paciente del Reino. Me hallaba desterrado en la isla de Patmos por haber proclamado la palabra de Dios y por haber dado testimonio de Jesús, cuando el día del Señor caí en éxtasis y oí a mi espalda una voz poderosa, como de trompeta, que ordenaba:
— Escribe en un libro todo lo que veas y envíalo a estas siete iglesias: a Éfeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardes, Filadelfia y Laodicea.
Volví la cabeza para ver quién me hablaba; al volverme vi siete candeleros de oro, y en medio de ellos vi una especie de figura humana, vestida con larga túnica y una banda de oro ciñéndole el pecho. Los cabellos de su cabeza eran blancos como la lana blanca y como nieve; su mirada, como llama de fuego; sus pies, semejantes al bronce que se está fundiendo en el horno; y su voz, como fragor de aguas caudalosas. En su mano derecha tenía siete estrellas y de su boca salía una cortante espada de dos filos y su rostro era como el sol cuando brilla con todo su resplandor.
Apenas lo vi, caí fulminado a sus pies; pero él me tocó con su mano derecha y me dijo:
— No temas; yo soy el primero y el último. Yo soy el que vive. Estuve muerto, pero ahora vivo para siempre y tengo en mi poder las llaves de la muerte y del abismo...
...Después de todo esto tuve una visión. Vi una puerta abierta en el cielo, y aquella voz como de trompeta que me había hablado primero, me dijo:
— Sube aquí, que voy a mostrarte lo que tiene que suceder en adelante.
Al instante caí en éxtasis, y vi un trono colocado en medio del cielo y alguien sentado en él. El que estaba sentado resplandecía como el jaspe y el sardonio, mientras un halo de color esmeralda rodeaba el trono alrededor. Rodeando también el trono había otros veinticuatro tronos y, sentados en ellos, veinticuatro ancianos vestidos de blanco y ceñidas sus cabezas con coronas de oro. Relámpagos y truenos fragorosos salían del trono ante el que ardían siete lámparas, que eran los siete espíritus de Dios; y un mar transparente, como de cristal, se extendía también delante del trono. En medio del trono y a su alrededor había cuatro seres vivientes, todo ojos por delante y por detrás. El primero era semejante a un león; el segundo, como un toro; con rostro como de hombre el tercero; y el cuarto, semejante a un águila en pleno vuelo. Cada uno de los cuatro vivientes tenía seis alas y eran todo ojos por fuera y por dentro. Día y noche proclaman sin descanso:
Santo, santo, santo,
Señor Dios, dueño de todo,
el que era, el que es,
el que está a punto de llegar.
Y cada vez que los cuatro vivientes tributan gloria y honor y acción de gracias al que está sentado en el trono, al que vive por siempre, los veinticuatro ancianos caen de rodillas ante el que está sentado en el trono, adoran al que vive por siempre y arrojan sus coronas a los pies del trono, diciendo:
Señor y Dios nuestro:
¡Nadie como tú merece recibir
la gloria, el honor y el poder!
Porque tú has creado todas las cosas;
en tu designio existían,
y conforme a él fueron creadas.
En la mano derecha del que estaba sentado en el trono vi un libro escrito por dentro y por fuera y sellado con siete sellos. Y vi también un ángel poderoso que clamaba con voz resonante:
— ¿Quién es digno de abrir el libro y romper sus sellos?
Y nadie, ni en el cielo, ni en la tierra, ni en los abismos, podía desenrollar el libro y ni siquiera mirarlo. Entonces rompí a llorar a lágrima viva porque nadie fue considerado digno de abrir el libro y ni siquiera de mirarlo. Pero uno de los ancianos me dijo:
— No llores. ¿No ves que ha salido victorioso el león de la tribu de Judá, el retoño de David? Él desenrollará el libro y romperá sus siete sellos.
Vi entonces, en medio, un Cordero que estaba entre el trono, los cuatro seres vivientes y los ancianos. Estaba en pie y mostraba señales de haber sido degollado. Tenía siete cuernos y siete ojos, que son los siete espíritus de Dios enviados por toda la tierra. Se acercó el Cordero y recibió el libro de la mano derecha del que estaba sentado en el trono. Apenas recibió el libro, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron ante el Cordero; todos tenían cítaras y copas de oro llenas de perfume, que son las oraciones de los santos. Y cantaban a coro este cántico nuevo:
Digno eres de recibir el libro
y romper sus sellos,
porque has sido degollado
y con tu sangre has adquirido para Dios
gentes de toda raza,
lengua, pueblo y nación,
y has constituido con ellas
un reino de sacerdotes
que servirán a nuestro Dios
y reinarán sobre la tierra.
Y escuché en la visión la voz de innumerables ángeles que estaban alrededor del trono, de los seres vivientes y de los ancianos. Eran miles y miles, millones y millones, y proclamaban en un inmenso coro:
Digno es el Cordero degollado
de recibir el poder, la riqueza,
la sabiduría, la fuerza, el honor,
la gloria y la alabanza.
Y oí también que las criaturas todas del cielo y de la tierra, las que estaban debajo de la tierra y en el mar decían:
Alabanza, honor, gloria y poder
por los siglos sin fin
al que está sentado en el trono y al Cordero.
Los cuatro seres vivientes respondieron: “Amén”; y los ancianos se postraron en profunda adoración.
...Vi luego una muchedumbre inmensa, incontable. Gentes de toda nación, raza, pueblo y lengua; todos de pie delante del trono y del Cordero; todos vestidos con túnica blanca, llevando palmas en la mano y proclamando con voz poderosa:
— La salvación viene de nuestro Dios, que está sentado en el trono, y del Cordero.
Y todos los ángeles que estaban alrededor del trono, de los ancianos y de los cuatro seres vivientes, cayeron rostro en tierra delante del trono y adoraron a Dios, diciendo:
— Amén. A nuestro Dios la alabanza,
la gloria, la sabiduría,
la acción de gracias, el honor,
el poder y la fuerza por siempre. Amén.
Entonces, uno de los ancianos me preguntó:
— ¿Quiénes son y de dónde han venido estos de las túnicas blancas?
— Mi Señor -respondí-, tú eres quien lo sabe.
— Estos son -dijo él a su vez- los que han pasado por la gran persecución, los que han lavado y blanqueado sus túnicas en la sangre del Cordero. Por eso están ante el trono de Dios, rindiéndole culto día y noche en su Templo; y el que está sentado en el trono los protege. Ya no volverán a sentir hambre ni sed ni el ardor agobiante del sol. El Cordero que está en medio del trono será su pastor, los conducirá a manantiales de aguas vivas, y Dios mismo enjugará toda lágrima de sus ojos.
El que encuentre el nombre del que está sentado en el trono, sírvase avisar a la brevedad. Gracias.
Señor, ¿usted también está traumado con los testigos de Jehová? Cabe destacar que en la primera exposición no participa ni un solo testigo. Y por cierto, las pruebas son irrefutables, pero ¿cómo no? de algo nos pueden servir los datos que usted presentó![]()
Señor, sabemos le cala hasta los huesos que la exposición dada aquí arriba ni si quiera sea de los testigos de Jehová, y como no teine argumentos con qué responder, por eso opta por el sarcasmo y la burla fina. Se entiende su actitud pueril. Por otro lado, señor Sarcástico y de apellido Mentiroso, le diré que sí inserté en el texto fuentes de información, otra prueba clara de que usted ni siquiera ha leído mi investigación, cosa que lo tendrá todavía más atado a su pertinacia. Por lo menos, y fue lo único que me gustó de su comentario, que dijo el nombre de Dios en fijiano (Jiova). Felicidades.
ME remito a algo que colo qué en otra parte...
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¿Y lo mio no lo comentas..?
David
Aquí hay varios TJ que han admitido, y admiten que el NOMBRE del Eterno NO es "Jehová"..
Hola querido David,lo tuyo es delirio extremis contra el pueblo de Jehová
Empiezo a creer que manuel tiene otra identidad... De hecho ¿quién usa imagencitas de la web cuando no puede refutar?
¿A que aquí hay un clon que apesta?
Corrijo
Señor, ¿qué parte de mi exposición es sencillo refutarla? Ponga la cita de mi exposición que dice usted que es sencillo refutarla.
Yo no sé qué es eso de manuel y sus fotitos que me puso... No quiso/no pudo comentarme nada de lo que le puse, limitándose luego a abandonar esta causa que se veía a todas luces acabaría como acaban los temas repetidos.
Bueno, pues a otro tema.
¿Y eso por que lo dices..? ¿Por que vez mi reclamo como criticable, y no criticas la desvergonzada y mentiorosa actitud de tu hermano Manuel al negar que lo que ha pegado NO proviene de los TJs?
¿Por que será...?????
David