Meditaciones diarias

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UNA MESA EN EL DESIERTO
Watchman Nee
6. de junio

Todos, sumisos unos a otros, revestíos de humildad. I Pedro 5:5.

El cuerpo se edifica a sí mismo en amor. No se trata de que haya obreros apostólicos especiales que puedan permanecer fuera del Cuerpo, como si fuera una “cosa” y edificarlo desde afuera. Existe el peligro, al cual todos estamos expuestos, de pensar en el Cuerpo de Cristo como algo que esta fuera de nosotros, a lo cual estamos sirviendo. Esto no es posible. Si hemos de contribuir a la vida del Cuerpo debemos tomar nuestro lugar de sumisión con humildad dentro de él, recibiendo y contribuyendo a su mutuo misterio de vida. ¿No es más fácil humillarnos delante de Dios que humillarnos delante de nuestros hermanos? Recuerda que sin un ejercicio continuo de humildad, es imposible servir el uno al otro. Somos miembros de ese Cuerpo, al cual no podemos renunciar. Ofendemos a un hermano, y ofendemos a Dios. Acepta ayuda de los hermanos y como resultado podrás ayudar a otros. Sirvamos a otros, y nosotros mismos seremos bendecidos. Somos colaboradores de Dios, somos el Edificio de Dios.
 
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UNA MESA EN EL DESIERTO
Watchman Nee
7. de junio

Jehová Dios de Israel ha dicho así: La harina de la tinaja no escaseara, ni el aceite de la vasija disminuirá. I Reyes 17:14.

Nosotros somos los representantes de Dios en este mundo para probar y hacer conocer su fidelidad. Nuestra actitud, nuestras palabras y acciones, todas deben declarar que sólo Él es nuestra Fuente de recursos. Por lo tanto es imperativo, y particularmente en los asuntos de finanzas, que estemos en verdad, independientes de los hombres y totalmente apoyados en el Señor. Si en este aspecto existe debilidad, le será robada al Señor la gloria que le corresponde. Como siervos de Dios debemos hacer conocer la abundancia de sus recursos. No debemos tener miedo de aparentar estar en una posición holgada ante los demás. No estoy sugiriendo que no seamos veraces, pero tal actitud es perfectamente consecuente con la honestidad. Guardamos en secreto nuestras necesidades financieras, aun al riesgo de que nuestro secreto induzca a los hombres a pensar que nos sobra el dinero cuando realmente no tenemos nada. El que ve en secreto tomara nota de nuestras necesidades, y las suplirá sin regateos, “conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús”. Podemos atrevernos a hacer las cosas difíciles para Dios, pues El no requiere ninguna ayuda de nuestra parte para hacer sus milagros.
 
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UNA MESA EN EL DESIERTO
Watchman Nee
8. de junio

Un abismo llama a otro. Salmo 42:7

Sólo lo profundo puede responder a lo profundo, Nada que sea superficial puede hacer frente a lo profundo y sólo aquello que se hace en profundidad en nuestras vidas puede ayudar a las profundas necesidades de otros. Si queremos ayudar a aquellos que están pasando por una inundación, será necesaria una experiencia previa de inundaciones en nuestra vida. ¿Tenemos nosotros una historia secreta de las actuaciones de Dios, o es que todo lo que tenemos es lo que está a la vista de los hombres? Muchos somos superficiales. Sólo crecemos exteriormente sin ninguna reserva interior. Si elegimos vivir en la superficie de las cosas podremos ser la ayuda de algunos, pero la felicidad que les traemos pronto pasará. No estaremos realmente encarando su situación, allí donde están. Pablo tuvo un secreto que guardó por catorce largos años, y ¡qué ayuda a traído a miles la revelación de su secreto! Cuando hemos hallado a Dios hablándonos en la profundidad, es entonces que entramos a poseer tesoros de oscuridad para compartir con otros en su hora de prueba.
 
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UNA MESA EN EL DESIERTO
Watchman Nee
9. de junio

Sus ojos como llama de fuego; y sus pies semejantes al bronce bruñido, … y su voz como estruendo de muchas aguas. Apocalipsis 1:14 ss.

En el libro de Apocalipsis Dios nos revela aspectos de su Hijo que no son presentados en los evangelios. En los Evangelios lo vemos como salvador. En la revelación, como Rey. Los primeros despliegan su amor, esta última su majestad. En el aposento alto Jesús se ciñe los lomos con una toalla para servicio; en Patmos le hallamos ceñido por el pecho con un cinto de oro, aprestado para la guerra. En los Evangelios sus ojos tiernos derriten el corazón de Pedro; en el Apocalipsis son como llama de fuego. Allí su voz es dulce llamando a sus ovejas por su nombre, y palabras de gracia proceden de su boca; aquí su voz es terrible como el estruendo de muchas aguas y de su boca una cortante espada de dos filos asesta la muerte a sus enemigos. No es suficiente que sólo conozcamos a Cristo como Cordero de Dios y Salvador del mundo; debemos también conocerlo como Rey y como Juez. Cuando lo vemos como Salvador, decimos: ¡Qué amable! Y nos reclinamos sobre su pecho. Cuando lo vemos como monarca exclamamos: ¡Qué terrible! Y caemos postrados a sus pies.

UNA MESA EN EL DESIERTO
Watchman Nee
10. de junio

Dios… nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús.
Efesios 2:4-6.

¿Qué significa en realidad sentarse? Cuando caminamos o estamos parados nuestras piernas soportan todo el peso de nuestro cuerpo, mientras que cuando nos sentamos todo nuestro peso descansa en la silla o banco donde nos sentamos. Nos cansamos cuando estamos de pie o caminando, pero nos sentimos mejor cuando hemos estado por un rato. Al caminar o estar de pie, gastamos una considerable cantidad de energía, pero cuando nos sentamos, de inmediato nos relajamos porque el esfuerzo ya no recae sobre nuestros músculos y coyunturas, sino sobre algo que está fuera de nosotros. De igual manera, en las cosas espirituales, sentarnos equivale a descansar todo el peso – nuestra carga, nosotros mismos, nuestro futuro, todo – sobre el señor. Le transferimos a Él la responsabilidad, y cesamos de cargarla nosotros.
 
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UNA MESA EN EL DESIERTO
Watchman Nee
11. de junio

Ministrando éstos al Señor, y ayunando, dijo el Espíritu santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado. Hechos 13:2

Nadie puede trabajar para el Señor que no haya primero aprendido a ministrarle a Él. Fue cuando Bernabé y Saulo ministraban al señor y ayunaban que la voz del Espíritu fue oída, llamándolos a un servicio especial.
Respondieron a un llamado divino y no a una necesidad humana. No habían oído ningún informe acerca de caníbales o indios salvajes. Su compasión no había sido conmovida por tétricas descripciones de matrimonios infantiles, de pies fajados o fumadores de opio. No oyeron otra voz que la voz del Espíritu. No vieron otra demanda que las de Cristo. Fue el señorío de Cristo que reclamaba su servicio, y fue sólo basados en su autoridad que salieron a la obra.
 
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UNA MESA EN EL DESIERTO
Watchman Nee
12. de junio

No tenemos más que cinco panes y dos pescados, a no ser que vayamos a comprar alimentos para toda esta multitud. Lucas 9:13.

Cuando Jesús dijo: “Dadle vosotros de comer” no esperaba que los discípulos desarrollaran un plan para el suministro, sino que deseaba que ellos esperaran de Él un milagro. Tal como lo hacemos nosotros, eligieron el camino fácil, aquel que no requiere el ejercicio de la fe y la oración. Su solución era “ir a comprar”; una propuesta indigna de discípulos de Cristo. Esta propuesta no sugería la más mínima fe ni confianza en el señor. Tal como lo indica el Evangelio de Juan, sus pensamientos estaban en sus bolsillos. No tenían suficiente dinero.
Nosotros sólo vemos lo que nosotros podemos hacer. Cerramos nuestros ojos a Dios y sus inagotables recursos. Pero Dios no puede ser dimensionado por el hombre. Podamos o no podamos hacer, Dios siempre está deseando mostrarnos milagros.
 
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UNA MESA EN EL DESIERTO
Watchman Nee
13. de junio

Con Cristo estoy juntamente crucificado. Gálatas 2:20.

¿Qué significa para mí ser crucificado? Creo que la respuesta está bien concebida en los términos que la multitud utilizó al referirse a Jesús. “¡Fuera, fuera!” Dios no permite que el ser crucificado con Cristo, sea sólo una teoría para nosotros, aunque confieso que por mucho tiempo para mí no fue más que una teoría. Yo mismo había predicado la cruz en estos términos, sin conocerla en mi propia experiencia hasta que un día vi, de una manera repentina y dramática, que yo, Nee To-Seng, había muerto allí con mi Señor. “Fuera con Él”, habían clamado, y al decir esto, sin saberlo se habían hecho eco del veredicto divino sobre mi persona. Aquella sentencia de Dios para conmigo se había ejecutado en Él. Este nuevo descubrimiento de la salvación, les aseguro que me dejó tan humillado que por un tiempo no pude predicar, a pesar de que hasta aquél día, debo admitirlo, predicar había sido una pasión para mí.
 
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Watchman Nee
14. de junio

Hoy os habéis consagrado a Jehová … para que Él …de bendición hoy sobre vosotros. Exodo 32:29.

Presentarme a Dios “como vivo de entre los muertos” (para utilizar los términos de Pablo) significa el reconocimiento que de aquí en más soy totalmente suyo. Este darme de mí mismo es un acto definitivo, tan definitivo como creer en Cristo Jesús. Debe haber un día en mi vida en que salgo de estar bajo mi control, y paso a estar bajo su gobierno. De ese día en adelante le pertenezco a Él y no soy ya mío. Esto no significa que me consagro para ser predicador o misionero. Lamentablemente, algunos sólo son misioneros porque han consagrado sus dones naturales a la obra, pero eso no es verdadera consagración. ¿A qué nos debemos consagrar entonces? No ha la obra cristiana, sino a la voluntad de Dios, y ser y hacer todo lo que ella requiere.
 
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UNA MESA EN EL DESIERTO
Watchman Nee
15. de junio

Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos. Mateo 18:20.

El versículo anterior (19), contiene una maravillosa promesa de contestación a la oración, pero es una promesa condicional. Debe haber por lo menos dos, y estos dos deben estar de acuerdo. ¿Por qué es contestada su oración? Porque estos dos o tres, están “congregados en mí nombre”. Esto significa que no sólo se encuentran sino que “están congregados” (voz pasiva). Esta diferenciación es importante. Estar congregados no es meramente reunirse por impulso de nuestra voluntad, sino involucra el ser movidos por el Espíritu de Dios. Los que son congregados, no lo hacen para tratar sus propios asuntos, sino teniendo una preocupación común por los asuntos del Señor. Es precisamente esto que los une en El, en su nombre, y cuando esto ocurre, Jesús dice: “Yo estoy en medio de ellos”, dirigiendo, revelando, iluminando. ¡Alabado sea el Señor, esto no es sólo una promesa, sino la afirmación de un hecho!
 
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UNA MESA EN EL DESIERTO
Watchman Nee
16. de junio

Los verdaderos adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. Juan 4:23.

El decálogo se inicia con la demanda de Dios que exige adoración exclusiva. Esta experiencia de la voluntad de Dios no es sólo un mandamiento, sino también su deseo. Si por una parte los diez mandamientos nos muestran aquello que produce gozo al Señor, las tentaciones del desierto nos indican claramente qué es lo que trae satisfacción a Satanás. En ambos casos se trata de la adoración, de manera que hay una cosa que tanto Dios como Satanás quieren. Por ella podemos satisfacer al cielo o al infierno. La adoración no tiene precio. Todo el propósito de Satanás consiste en robarle a Dios la adoración que a El le corresponde, enredando a su pueblo en alguna clase de idolatría. La idolatría exige que haya otro, aparte de Dios, que es digno de adoración. Nuestro privilegio es contrarrestarla de manera de ofrecer la adoración en forma exclusiva a Dios.
 
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UNA MESA EN EL DESIERTO
Watchman Nee
17. de junio

Esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado. Juan 17:3.

Los hombres rechazan a Cristo, no por lo que El dijo, sino en base a lo que El era. También son invitados a creer en lo que El es y quién es, antes de creer en lo que ha hecho. “El que tiene al Hijo tiene la vida”. La apreciación de su obra debe venir, pero el corazón de todo radica en tener o no al Hijo de Dios, y no en comprender todo el plan de la salvación. La primera condición de la salvación no es conocimiento, sino un encuentro con Cristo.
Hay personas acerca de quienes podríamos pensar que se convirtieron por medio de Escrituras inadecuadas. Sus corazones fueron tocados por versículos que ha nuestro entender, no explican la salvación, y hasta podemos llegar a sentir que sobre esa base no pueden haberse convertido realmente. Yo solía desear que aquellos a quienes conducía a Cristo se salvaran en base a algún versículo como Juan 3:16, pero he llegado a comprender que todo lo que se requiere para el paso inicial es que se produzca un contacto personal con Dios. En consecuencia, no importa qué Escrituras Dios elige utilizar para ese primer paso vital.
 
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UNA MESA EN EL DESIERTO
Watchman Nee
18. de junio

Si uno murió por todos, luego todos murieron. II Corintios 5:14.

¿Por qué dice Dios que debemos considerarnos muertos? Porque estamos muertos. Suponiendo que tengo mil pesos en mi bolsillo, ¿Qué es lo que anoto en mi libreta de cuentas? ¿Puedo anotar novecientos? O ¿mil cien pesos? No. Sólo puedo anotar en mi libreta lo que realmente tengo, ni más ni menos. La contaduría consiste en el registro de realidades no de fantasías. Dios no podría pedirme que anote en mi libro de cuentas lo que no es cierto. No puede pedirme que me considere muerto si aun estoy vivo. Para este tipo de gimnasia mental la palabra “contaos” sería totalmente inadecuada.
Dios nos pide que hagamos la cuenta; que anotemos: “He muerto”, y luego aferrarnos a ello. ¿Por qué? Porque es un hecho. Cuando el Señor Jesús estaba en la cruz, yo estaba allí, en Él. Por tanto lo cuento como un hecho veraz. Me considero muerto al pecado, pero vivo para Dios en Cristo Jesús.
 
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UNA MESA EN EL DESIERTO
Watchman Nee
19. de junio

Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor. Apocalipsis 1:10.

¿Quién esta calificado para estudiar el Apocalipsis? La respuesta la encontramos en la propia experiencia de Juan. Su primera visión no fue de hechos futuros, sino del mismo Cristo Jesús. Juan, quien se había recostado sobre el pecho del Señor, debía tener una visión de su eterno Señor que lo derribara en tierra. Recién después de esto se le podrían mostrar las cosas que “han de venir”. Nadie está calificado para estudiar lo que sigue, si no ha visto primero lo que Juan vio, pues sólo de esta manera estará equipado para el conflicto.
Con anterioridad Juan había conocido el amor del Señor. Ahora contemplaba su majestad. Antes lo conocía como el Salvador compasivo; ahora como el Rey glorioso. A no ser que tengamos primero una experiencia como ésta, habiéndolo visto y caído “como muerto a sus pies”, el conocimiento de hechos futuros sólo servirá para estimular nuestra curiosidad y envanecernos, produciendo eventualmente confusión, y aún incredulidad. Este libro proclama la batalla del Señor. Declara la guerra contra todo lo que desafía a su reino. Por tanto su meta es mostrarnos a Cristo Jesús, como Rey sobre el trono. Sólo una visión como esta produce verdaderos guerreros.
 
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UNA MESA EN EL DESIERTO
Watchman Nee
20. de junio

Allí me declararé a ti, contigo de sobre el propiciatorio, de entre los dos querubines que están sobre el arca del testimonio. Éxodo 25:22.

¿Cuál es la base de nuestra comunión con Dios? Su gloria. Ante el Propiciatorio, bajo la sombra de los “querubines de gloria” tenemos comunión con Dios. Es en el lugar donde la gloria de Dios se manifiesta con su juicio implícito sobre el hombre, que hallamos misericordia –allí y solamente allí. ¿No puede Dios, siendo quien es, mostrar misericordia en cualquier lugar? No; sólo puede mostrar misericordia donde su gloria moral es también mantenida. Él no separa el Propiciatorio de los querubines.
Es la sangre derramada que hace posible la comunión para el hombre pecador. En virtud de ella Dios puede mostrar misericordia sin violar su gloria; puede tener comunión con el hombre, sin negarse a sí mismo. Por tanto, la sangre de Cristo es absolutamente esencial para la comunión, pero no es la base de la comunión. Cuando tengo comunión con Dios ante su Propiciatorio, no miro la sangre sino la gloria. El velo es quitado, y con cara descubierta miramos la gloria de Dios.
 
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UNA MESA EN EL DESIERTO
Watchman Nee
21. de junio

Hermano Saulo, el Señor Jesús, que se te apareció en el camino por donde venías, me ha enviado… Hechos 9:17.

Con cuanta frecuencia recibimos ayuda de personas que en nuestra actitud natural, despreciaríamos. Cuando el Saulo ciego llegó a Damasco, todo lo que sabía era que un mensajero enviado por Dios le diría lo que debe hacer. Al principio, nadie vino. Solo después de tres días de oscuridad llegó finalmente uno que sólo era “discípulo”. Del uso que hace Lucas de este sencillo titulo, debemos suponer que aunque devoto y honorable, Ananías era un hermano humilde, sin ninguna virtud especial que lo calificara para ayudar a aquel que estaba destinado a ser el gran apóstol de la iglesia.
Ananías, quien conocía a Saulo de Tarso por su fama tenía causas para tener temor de él, debía ahora dar expresión práctica a un milagro de la gracia divina, en su propio corazón. Por sus sencillas palabras de saludo expreso su reconocimiento de otro miembro de Cristo. De tal manera los dos hombres, siendo ahora hermanos, en un mismo Espíritu, dieron y recibieron concejo que estaba destinado por Dios a tener repercusión mundial.
 
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UNA MESA EN EL DESIERTO
Watchman Nee
22. de junio

Si sobre este fundamento alguno edificare oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, hojarasca, la obra de cada uno será manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada. 1 Corintios 3:12 ss.

Lo que importa es el peso. La madera, el heno y la hojarasca son baratos, livianos y perecederos. El oro, la plata y las piedras preciosas, son de alto valor, de mucho peso y eternos. Esta es la clave de lo que el apóstol quiere decir. Dios no sólo mira el trabajo que hacemos, sino también al material que utilizamos; y prestamente distingue entre el obrero sólido y el obrero superficial. Los metales pesados, el oro que denota el carácter divino y la gloria, y la plata que representa su obra redentora, estos son los materiales que El aprecia. Dios pesa, no sólo lo que predicamos sino lo que somos. No debemos preguntar: “¿Dónde está la necesidad más grande? O, ¿Qué ideas y recursos puedo desarrollar?” sino; “¿Dónde se está moviendo el Señor? ¿Cuánto hay de carácter de Cristo allí? ¿Cuál es la mente del Espíritu en todo esto?” Cuando nuestra obra tenga el verdadero carácter cristiano, podemos estar seguros de que permanecerá.
 
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Watchman Nee
23. de junio

Te alabaré para siempre, porque lo has hecho así; y esperaré en tu nombre. Salmo 52:9.

La prueba del tiempo es la más severa de todas. Es sólo cuando aprendemos a esperar en Dios, que nos encontramos envueltos en algo realmente hecho por El. Diez años después de haber creído que Dios le daría un hijo, Abram sintió que no podía esperar más. Sabía que Dios tenía la intención de darle un heredero y decidió procurarse uno, siendo Ismael el resultado. No fue el hecho de Abram que estaba mal, sino el punto de partida. Sintió que él todavía podía hacer algo por concebir un hijo, tal como lo demostró. A los ochenta y seis años todavía tenía esta capacidad.
A este evento siguió otra larga espera, hasta que a la edad de cien años, ya ni siquiera esto podía hacer. “Su cuerpo … estaba ya como muerto” (Romanos 4:19). Fue a este hombre, ya completamente impotente en sí mismo para agradar a Dios, que vino el don maravilloso de la gracia, en la persona de Isaac. Esta era obra totalmente de Dios y bien valía la pena esperarla. Tener la dicha de que Dios haga su propia obra a través nuestro, aunque sólo sea una vez, es mejor que toda una vida de esfuerzos humanos.
 
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UNA MESA EN EL DESIERTO
Watchman Nee
24. de junio

Así crecía y prevalecía poderosamente la palabra del Señor. Hechos 19:20.

Mientras los apóstoles trabajaban, la bendición de Dios reposaba sobre sus labores. Bien hacemos en seguir sus pisadas, pero debemos entender claramente que con sólo adoptar métodos apostólicos no será suficiente. A no ser que tengamos consagración apostólica, fe apostólica y poder apostólico no veremos resultados apostólicos. No sugiero que debamos subestimar el valor de sus métodos; ellos son esenciales si es que hemos de ver resultados equivalentes. Pero no debemos pasar por alto la necesidad mucho mayor, de espiritualidad apostólica, ni tampoco sorprendernos si en el camino nos encontramos con pruebas y adversidad también apostólicas.
 
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UNA MESA EN EL DESIERTO
Watchman Nee
25. de junio

¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros? 1Corintios 3:16.

El remedio que Pablo ofreció a los cristianos corintios para su carnalidad fue una revelación del Espíritu Santo morando en ellos. Su necesidad, igual que la nuestra hoy, era apropiarse del hecho de que Dios mismo moraba en ellos. Para muchos de nosotros el Espíritu de Dios es algo bastante irreal. Lo consideramos una mera influencia –una influencia buena sin duda, pero nada más. En nuestra mente, la conciencia y el espíritu se identifican como “algo” dentro nuestro que nos llama la atención cuando hacemos algo malo y trata de mostrarnos cómo hacer el bien. Al igual que con los corintios el problema no está en que carecemos del don del Espíritu de Dios morando en nosotros, sino que aun no hemos despertado a la realidad de su presencia. Fracasamos en apreciar la santidad esencial de Aquel que ha hecho su morada dentro de nuestros corazones.

UNA MESA EN EL DESIERTO
Watchman Nee
26. de junio

El Espíritu dijo a Felipe: Acércate y júntate a ese carro. Hechos 8:29.

El trabajo divino debe originarse divinamente. Un obrero puede ser llamado directamente por el espíritu, o indirectamente por la lectura de la Palabra, por la predicación, o por las circunstancias; pero no importa qué medios Dios utilice para hacer conocer su voluntad a un hombre, su voz es la que debe ser oída a través de toda otra voz. El debe ser quien habla, ha través del instrumento. Por supuesto que no debemos desechar la opinión de otros obreros, pero no esta bien que aceptemos sus opiniones como sustituto del testimonio directo del Espíritu. Si bien, por un lado, no debemos actuar independientemente del resto del cuerpo, nunca debemos olvidar que toda dirección proviene de la cabeza.
 
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UNA MESA EN EL DESIERTO
Watchman Nee
27. de junio

Jehová de los ejércitos está con nosotros; nuestro refugio es el Dios de Jacob. Salmo 46:11.

Cuánta semejanza hay entre nuestra vida y la historia de Jacob. Hasta que Dios comienza a hacernos ver las cosas, tenemos la tendencia de sentirnos superiores a Jacob, y de despreciarlo junto con sus intrigas. Pero cuando comenzamos a enfrentarnos con lo torcido de nuestros pensamientos, pronto nos damos cuenta de la presencia del carácter esencial de Jacob en nosotros. Recordemos que lo único que cambió la vida de Jacob de la vanidad a algo provechoso fue el poder de la gracia divina.
Ismael podría hablar del Dios de Abraham. Esaú quizás podría afirmar algún conocimiento del Dios de Abraham e Isaac, pero al hacerlo ambos miraban sólo hacia atrás, al pasado. Ellos no tuvieron la experiencia personal con Él. Nunca leemos acerca del Dios de Ismael o Esaú. Tanto para Jacob como para nosotros, esto no es suficiente. Nuestro Dios es un refugio presente, un poder presente. Al igual que Moisés ante la zarza ardiente, le oímos decir: “Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac, y el Dios de Jacob”. Es en este Dios que hay esperanza para todos nosotros.