Me gustaría charlar distendidamente con Ibero sobre la elección calvinista...

Hebreos 1
[1] Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, [2] en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo...
 
¿De que enseñanza de Jesús se puede sacar alguna máxima calvinista?
 
  • Haha
Reacciones: IBERO
Yo no creo en la depravación total porque no es bíblica.
En lo que sí creo es que el hombre alcanzó un conocimiento que le estaba vedado por Dios y que ese conocimiento lo corrompió.
Luego no importa la clase de corrupción que era ni su tamaño o envergadura sino que para el Dios justo era suficiente para que no merecieramos vivir para siempre con esa corrupción.
Por eso le adelantó que si adquirían tal conocimiento ciertamente morirían.
Luego los echó de su reino a las tinieblas de afuera.
Salieron de su Señorío para volverse un linaje maldito viviendo en tinieblas y sentenciados a su completa extinción por su creador.
Estoy de acuerdo con todo. Quizás la última frase podría matizarse un poco (ya que Dios en Génesis, curiosamente nunca maldijo al hombre), pero ES CIERTO que hay varias maldiciones repartidas por la Biblia (sobre todo en la Ley) que terminan por alcanzarnos a todos de lleno. Sí, nos hicimos malditos por nuestra desobediencia.

Bien, sigo comentando el segundo punto del "TULIP" calvinista.

Amor,
Ibero
 
-Si alguien llegara a leerlos se moriría de risa: ¡dos anticalvinistas charlando sobre calvinismo!
Cuando acaben -si es que acaban- ¿qué será de nosotros? Habrán, refutado y hecho trizas por siempre al calvinismo, no quedándonos más consuelo que los aportes de Bart. Por favor, búsquennos y recomiéndennos algún manual arminiano que reemplace cuanto antes aprendimos de la Palabra de Dios.
Dice Eclesiastés que hay tiempo de reír y de llorar. Es sano reír, aunque no morirse de la risa. El que se muere de la risa quizás haya hecho un ídolo de la risa. Si te mueres de la risa, deja de ser un chiste. Jeje.

Nunca me había planteado hasta hace relativamente poco (quizás un par de años) analizar las bases de mi cuna religiosa natural, que es el protestantismo, cuna de la que Dios me ha ido desligando paulatinamente en un amanecer espiritual interior. Curiosamente, no conocía estas doctrinas (honestamente, tampoco me importaban un pimiento) hasta que, también recientemente, algún amigo mío calvinista me ha predicado su convencimiento del calvinismo dibujándomelo como el culmen de la piedad y la verdad. Viendo que estos amigos son fieles adscritos de esta línea de pensamiento, he hecho por analizarla conforme a las Escrituras y mi propia conciencia, y de ahí estos escritos.

Lo que escribo aquí es lo que creo poniendo mi conciencia en ello. Analizo las cosas según los dictados de mi corazón y evitando siempre decir algo de lo que mi conciencia me pueda acusar. Asimismo, sustento el argumentario en textos bíblicos. No puedo recomendarle manual arminiano alguno porque no soy arminiano y me ha importado el arminianismo lo mismo que el calvinismo. Esta es mi segunda profundización en este tema. Si quieres saber lo que pienso de los arminianos, abrí un hilo al respecto que puedes leer aquí, y con el cual quizás puedas morirte (o no) de la risa:


https://forocristiano.com/threads/f...evangelio-y-lo-que-surja.3314677/post-3763358

Amor,
Ibero
 
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DESMONTANDO EL CALVINISMO​

2. Elección incondicional


Dios, en Su soberanía, escoge a ciertos individuos para la salvación desde antes de la creación del mundo (Efesios 1:4-5). Esta elección no está basada en méritos, obras o fe prevista en las personas, sino únicamente en Su gracia y propósito divino (Romanos 9:11-16). Los que son elegidos recibirán la salvación, mientras que aquellos que no son elegidos permanecerán en su estado de condenación.

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El principio y el final son falsos. La base de elección NO es la Soberanía de Dios (leída por el calvinista de turno "porque a Dios le da la gana y puede hacerlo"), sino la PRESCIENCIA de Dios. La última frase es una conclusión errada y demuestra que el tal Calvino NO entendió el texto de Efesios 1 ni la enseñanza de Romanos 9. Dios no elige al azar antes de crear a los escogidos y a los perdidos, de tal manera que "después" (cuando llegan o encarnan en este mundo) son irremediablemente salvos o perdidos. Esto es completamente falso, ya que la Escritura se explica a sí misma. Dios salva según Su PRESCIENCIA, es decir Su CONOCIMIENTO PREVIO de los acontecimientos futuros.

1 Ped 1:2​
Elegidos según la presciencia de Dios Padre en santificación del Espíritu, para obedecer y ser rociados con la sangre de Jesucristo: Gracia y paz os sea multiplicada.

"Presciencia" es πρόγνωσις prógnosis (G4267), que significa "pensamiento por adelantado", "presciencia", "conocimiento anticipado". Es decir, es un conocimiento propio de Dios de las elecciones que tomarás respecto al Evangelio y tu fe. Es falso, pues, el argumento calvinista de la "elección sin condiciones". Es falso. La Salvación , de hecho, es todo lo contrario. Está totalmente CONDICIONADA por tu respuesta al Evangelio: a que te arrepientas y a lo que hagas con tu fe. A tu búsqueda intensa de Dios. No es una elección arbitraria, azarosa o caprichosa de Dios antes de crear totalmente "inevitable", sino una elección basada en la "redención de Jesucristo" (basada, obviamente, en la libre voluntad de Dios y en Su soberanía, como todo cuanto Él hace), redención fundamentada en la obediencia y en no endurecer el corazón cuando se oye el Evangelio, como está escrito:

Por lo cual, como dice el Espíritu Santo: «Si oyereis hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones como en la provocación, en el día de la tentación en el desierto, donde me tentaron vuestros padres; me probaron, y vieron mis obras cuarenta años. A causa de lo cual me enemisté con esta generación, y dije: 'Siempre divagan ellos de corazón, y no han conocido mis caminos'. Juré, pues, en mi ira: 'No entrarán en mi reposo'». Mirad, hermanos, que en ninguno de vosotros haya corazón malo de incredulidad para apartarse del Dios vivo: Antes exhortaos los unos á los otros cada día, entre tanto que se dice 'hoy'; para ninguno de vosotros se endurezca con el engaño del pecado; porque somos hechos participantes de Cristo, con tal que conservemos firme hasta el fin el principio de nuestra confianza; entre tanto que se dice: «Si oyereis hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones como en la provocación». Porque algunos de los que habían salido de Egipto con Moisés, habiendo oído, provocaron, aunque no todos. Mas ¿con cuáles estuvo enojado cuarenta años? ¿No fué con los que pecaron, cuyos cuerpos cayeron en el desierto? ¿Y á quiénes juró que no entrarían en su reposo, sino á aquellos que no obedecieron? Y vemos que no pudieron entrar á causa de incredulidad.
(Heb 3:7-19)​

Esta carta fue escrita a los Hebreos creyentes en Cristo. A estos hebreos cristianos se les advierte seriamente de la incredulidad de sus antepasados y la posiblidad de caer en eso mismo por propia voluntad aunque ya hubieran creído en Jesús. Dios define la incredulidad como "dureza de corazón" o "desobediencia". No dice que no entraron "porque Dios no los escogió antes de la fundación del mundo", sino que la causa de no entrar en la Tierra Prometida (símbolo de Cristo) fue sencillamente su INCREDULIDAD, que Dios define como "maldad", "dureza" y "desobediencia". Pablo lo confirma:

Ocupado en esto iba yo a Damasco, con autorización y comisión de los principales sacerdotes, cuando a mediodía, oh rey, yendo por el camino, vi que una luz del cielo, superior al resplandor del sol, resplandeció alrededor de mí y de los que viajaban conmigo. Y al caer todos nosotros en la tierra, oí una voz que me decía en lengua hebrea: ¡Saulo, Saulo! ¿Por qué me persigues? ¡Dura cosa te es dar coces contra aguijones! Yo entonces dije: ¿Quién eres, Señor? Y el Señor dijo: Yo soy JESÚS, a quien tú persigues. Pero levántate, y ponte sobre tus pies; porque me aparecí a ti precisamente para designarte servidor y testigo, no sólo de las cosas que viste de Mí, sino de aquellas en que me apareceré a ti, para librarte del pueblo y de los gentiles, a quienes Yo te envío, a fin de que abras sus ojos, para que vuelvan de la tiniebla a la Luz, y de la potestad de Satanás a DIOS; para que reciban liberación de pecados y herencia entre los santificados por la fe en Mí. Por lo cual, oh rey Agripa, no fui desobediente a la visión celestial...
(Hch 26:12-19)​

El mismo Pablo que habla de "predestinación" y "elección previa" afirma que él tuvo la opción de desobedecer o rebelarse contra la voz de Dios. Tuvo en su mano aceptar la verdad o ignorarla. Dios no le obligó a aceptarla, sino que él ESCOGIÓ la verdad y ESCOGIÓ no endurecerse contra ella.

Por último, mencionar que el texto de Romanos 9:11-16 hay que leerlo en el conjunto de la propia carta a los Romanos. Los "vasos de honra" y "vasos de deshonra" son los propios judíos. Primero, "vasos de deshonra" por endurecer su corazón a lo largo de su historia, y después "vasos de honra" SI (condicional) aceptan al Mesías. Va más allá, diciendo que este "endurecimiento" (desobediencia, rebeldía, maldad, incredulidad) que les ha hecho "vasos de deshonra" se acabaría en el fin de los tiempos (más allá de la época en que Pablo escribió esta carta).

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Conclusión: el testimonio bíblico de estos y muchos otros textos enseñan que el hombre puede rechazar a Dios y al Evangelio (incluso después de haberlo conocido), y que la elección divina no está fundamentada en el capricho del "Dios calvinista", sino que está ineludiblemente relacionada con la Presciencia de Dios, que es Su capacidad para ver nuestros hechos futuros antes incluso de crearnos.

Amor,
Ibero
 
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Estoy de acuerdo con todo. Quizás la última frase podría matizarse un poco (ya que Dios en Génesis, curiosamente nunca maldijo al hombre), pero ES CIERTO que hay varias maldiciones repartidas por la Biblia (sobre todo en la Ley) que terminan por alcanzarnos a todos de lleno. Sí, nos hicimos malditos por nuestra desobediencia.

Bien, sigo comentando el segundo punto del "TULIP" calvinista.

Amor,
Ibero
Jeremías 11
[3] Y les dirás tú: Así dijo Jehová Dios de Israel: Maldito el varón que no obedeciere las palabras de este pacto...