Vino Tinto, tan limitado es su conocimiento de la Escritura, y lo peor, de quien es el Hijo de Dios? Tan limitado es?
Usted cree que la Escritura puede contradecirse así misma? Usted cree que un solo y único versículo, sacado de contexto i tergiversado por falta de entendimiento, y el cual usted claramente no entiende, puede contra lo que la Escritura enseña en su conjunto?...
¿Qué dice el Señor a Tomás? Leamos:
Jn. 14:8 Felipe le dijo: Señor, muéstranos el Padre, y nos basta. 9 Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre? 10 ¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en mí? Las palabras que yo os hablo, no las hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en mí, él hace las obras. 11 Creedme que yo soy en el Padre, y el Padre en mí; de otra manera, creedme por las mismas obras.
¿Le ha quedado claro?... QUIEN VE AL HIJO, VE AL PADRE. Y si Tomás ha visto al Hijo, ha visto al Padre, y es de lo más normal que exclame MI SEÑOR, Y MI DIOS, por tanto que al ver al Hijo, está viendo al Padre.
La Escritura, Vino Tinto, no puede contradecirse. Y si el Señor le dice:
Jn. 10:30 Yo y el Padre uno somos.
Y el Señor le dice:
Jn. 14:9 [...] El que me ha visto a mí, ha visto al Padre
El Señor le dice a Tomás:
29 Jesús le dijo: Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron.
Es decir:
Jn. 14:9 [...] El que me ha visto a mí, ha visto al Padre
Entienda bien, Vino Tinto, la Escritura no puede contradecirse, y no se contradice, y escrito está que:
1Cor. 8:6 para nosotros no hay más que un solo Dios, el Padre, en quien todo tiene su origen y para quien nosotros existimos. Y hay también un solo Señor, Jesucristo, por quien todas las cosas existen,i incluso nosotros mismos.
Y que no se lo dice una sola vez, sino varias veces, como ahora:
5 Hay un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo; 6 hay un solo Dios y Padre de todos, que está sobre todos, actúa por medio de todos y está en todos.
Y que está totalmente deacuerdo, y sin contradecir nunca lo que está escrito en otras partes de la Escritura, como ahora:
Efes. 6:23 **Paz sea a los hermanos, y amor con fe, de Dios Padre y del Señor Jesucristo.
Gál. 1:1 Pablo, apóstol no enviado ni nombrado por los hombres, sino por Jesucristo mismo y por Dios Padre que resucitó a Jesús
Filip. 2:11 y todos reconozcan que Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.
Col. 1:3 **Siempre orando por vosotros, damos gracias a Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo,
Col. 3:17 Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él.
1Tes. 1:1 **Pablo, Silvano y Timoteo, a la iglesia de los tesalonicenses en Dios Padre y en el Señor Jesucristo: Gracia y paz sean a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.
2Tim. 1:2 saluda al querido hijo Timoteo. Que Dios Padre y Cristo Jesús nuestro Señor derramen su gracia, su misericordia y su paz sobre ti.
Tito 1:4 a Tito, verdadero hijo en la común fe: Gracia, misericordia y paz, de Dios Padre y del Señor Jesucristo nuestro Salvador.
2Jn. 3 Sea con vosotros gracia, misericordia y paz, de Dios Padre y del Señor Jesucristo, Hijo del Padre, en verdad y en amor.
Sin olvidar, como reconocen a Jesús sus discípulos, y que siempre así está indicado en los cuatro Evangelios para no dejar ninguna duda de que JESUCRISTO, EL HIJO DE DIOS, ES EL SEÑO, Y DIOS EL PADRE:
Mat. 7:21 No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. 22 Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?
Mat. 8:2 Y he aquí vino un leproso y se postró ante él, diciendo: Señor, si quieres, puedes limpiarme.
Mat. 8:6 y diciendo: Señor, mi criado está postrado en casa, paralítico, gravemente atormentado.
Mat. 8:8 Respondió el centurión y dijo: Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo; solamente di la palabra, y mi criado sanará.
Mat. 8:21 Otro de sus discípulos le dijo: Señor, permíteme que vaya primero y entierre a mi padre.
Mat. 8:25 Y vinieron sus discípulos y le despertaron, diciendo: ¡Señor, sálvanos, que perecemos!
Mat. 9:28 Y llegado a la casa, vinieron a él los ciegos; y Jesús les dijo: ¿Creéis que puedo hacer esto? Ellos dijeron: Sí, Señor.
Mat. 13:51 Jesús les dijo: ¿Habéis entendido todas estas cosas? Ellos respondieron: Sí, Señor.
Mat. 14:28 Entonces le respondió Pedro, y dijo: Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas.
Mat. 14:30 Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio voces, diciendo: ¡Señor, sálvame!
Mat. 15:22 Y he aquí una mujer cananea que había salido de aquella región clamaba, diciéndole: ¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de mí! Mi hija es gravemente atormentada por un demonio.
Mat. 15:25 Entonces ella vino y se postró ante él, diciendo: ¡Señor, socórreme!
Mat. 15:27 Y ella dijo: Sí, Señor; pero aun los perrillos comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos.
Mat. 16:22 Entonces Pedro, tomándolo aparte, comenzó a reconvenirle, diciendo: Señor, ten compasión de ti; en ninguna manera esto te acontezca.
Mat. 17:4 Entonces Pedro dijo a Jesús: Señor, bueno es para nosotros que estemos aquí; si quieres, hagamos aquí tres enramadas: una para ti, otra para Moisés, y otra para Elías.
Mat. 17:15 Señor, ten misericordia de mi hijo, que es lunático, y padece muchísimo; porque muchas veces cae en el fuego, y muchas en el agua.
Mat. 18:21 Entonces se le acercó Pedro y le dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete?
Mat. 20:30 Y dos ciegos que estaban sentados junto al camino, cuando oyeron que Jesús pasaba, clamaron, diciendo: ¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de nosotros! 31 Y la gente les reprendió para que callasen; pero ellos clamaban más, diciendo: ¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de nosotros!
Mat. 20:33 Ellos le dijeron: Señor, que sean abiertos nuestros ojos.
Mat. 21:3 Y si alguien os dijere algo, decid: El Señor los necesita; y luego los enviará.
Mat. 22:44 Dijo el Señor a mi Señor:
Mat. 24:42 Velad, pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor.
Mar. 2:28 Por tanto, el Hijo del Hombre es Señor aun del día de reposo.
Mar. 7:28 Respondió ella y le dijo: Sí, Señor; pero aun los perrillos, debajo de la mesa, comen de las migajas de los hijos.
Mar. 11:3 Y si alguien os dijere: ¿Por qué hacéis eso? decid que el Señor lo necesita, y que luego lo devolverá.
Mar. 16:19 Y el Señor, después que les habló, fue recibido arriba en el cielo, y se sentó a la diestra de Dios. 20 Y ellos, saliendo, predicaron en todas partes, ayudándoles el Señor y confirmando la palabra con las señales que la seguían. Amén.
Luc. 2:11 que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor.
Luc. 7:6 Y Jesús fue con ellos. Pero cuando ya no estaban lejos de la casa, el centurión envió a él unos amigos, diciéndole: Señor, no te molestes, pues no soy digno de que entres bajo mi techo;
Luc. 7:13 Y cuando el Señor la vio, se compadeció de ella, y le dijo: No llores.
Luc. 7:31 Y dijo el Señor: ¿A qué, pues, compararé los hombres de esta generación, y a qué son semejantes?
Luc. 9:54 Viendo esto sus discípulos Jacobo y Juan, dijeron: Señor, ¿quieres que mandemos que descienda fuego del cielo, como hizo Elías, y los consuma?
Luc. 9:57 Yendo ellos, uno le dijo en el camino: Señor, te seguiré adondequiera que vayas.
Luc. 9:59 Y dijo a otro: Sígueme. El le dijo: Señor, déjame que primero vaya y entierre a mi padre.
Luc. 9:61 Entonces también dijo otro: Te seguiré, Señor; pero déjame que me despida primero de los que están en mi casa.
Luc. 10:1 Después de estas cosas, designó el Señor también a otros setenta, a quienes envió de dos en dos delante de él a toda ciudad y lugar adonde él había de ir.
Luc. 10:17 Volvieron los setenta con gozo, diciendo: Señor, aun los demonios se nos sujetan en tu nombre.
Luc. 10:40 Pero Marta se preocupaba con muchos que haceres, y acercándose, dijo: Señor, ¿no te da cuidado que mi hermana me deje servir sola? Dile, pues, que me ayude.
Luc. 11:1 Aconteció que estaba Jesús orando en un lugar, y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: Señor, enséñanos a orar, como también Juan enseñó a sus discípulos.
Luc. 11:39 Pero el Señor le dijo: Ahora bien, vosotros los fariseos limpiáis lo de fuera del vaso y del plato, pero por dentro estáis llenos de rapacidad y de maldad.
Luc. 12:41 Entonces Pedro le dijo: Señor, ¿dices esta parábola a nosotros, o también a todos? 42 Y dijo el Señor:
Luc. 13:15 Entonces el Señor le respondió y dijo: Hipócrita, cada uno de vosotros ¿no desata en el día de reposo su buey o su asno del pesebre y lo lleva a beber?
Luc. 13:23 Y alguien le dijo: Señor, ¿son pocos los que se salvan? Y él les dijo:
Luc. 17:5 Dijeron los apóstoles al Señor: Auméntanos la fe. 6 Entonces el Señor dijo: Si tuvierais fe como un grano de mostaza, podríais decir a este sicómoro: Desarráigate, y plántate en el mar; y os obedecería.
Luc. 17:37 Y respondiendo, le dijeron: ¿Dónde, Señor? El les dijo: Donde estuviere el cuerpo, allí se juntarán también las águilas.
Luc. 18:6 Y dijo el Señor: Oíd lo que dijo el juez injusto.
Luc. 18:41 diciendo: ¿Qué quieres que te haga? Y él dijo: Señor, que reciba la vista.
Luc. 19:8 Entonces Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: He aquí, Señor, la mitad de mis bienes doy a los pobres; y si en algo he defraudado a alguno, se lo devuelvo cuadruplicado.
Luc. 19:31 Y si alguien os preguntare: ¿Por qué lo desatáis? le responderéis así: Porque el Señor lo necesita.
Luc. 19:34 Ellos dijeron: Porque el Señor lo necesita.
Luc. 20:44 David, pues, le llama Señor; ¿cómo entonces es su hijo?
Luc. 22:31 Dijo también el Señor: Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo;
Luc. 22:33 El le dijo: Señor, dispuesto estoy a ir contigo no sólo a la cárcel, sino también a la muerte.
Luc. 22:38 Entonces ellos dijeron: Señor, aquí hay dos espadas. Y él les dijo: Basta.
Luc. 22:49 Viendo los que estaban con él lo que había de acontecer, le dijeron: Señor, ¿heriremos a espada?
Luc. 22:61 Entonces, vuelto el Señor, miró a Pedro; y Pedro se acordó de la palabra del Señor, que le había dicho: Antes que el gallo cante, me negarás tres veces.
Luc. 24:3 y entrando, no hallaron el cuerpo del Señor Jesús.
Luc. 24:34 que decían: Ha resucitado el Señor verdaderamente, y ha aparecido a Simón.
n. 4:1 Cuando, pues, el Señor entendió que los fariseos habían oído decir: Jesús hace y bautiza más discípulos que Juan
Jn. 4:11 La mujer le dijo: Señor, no tienes con qué sacarla, y el pozo es hondo. ¿De dónde, pues, tienes el agua viva?
Jn. 4:15 La mujer le dijo: Señor, dame esa agua, para que no tenga yo sed, ni venga aquí a sacarla.
Jn. 4:19 Le dijo la mujer: Señor, me parece que tú eres profeta.
Jn. 4:49 El oficial del rey le dijo: Señor, desciende antes que mi hijo muera.
Jn. 5:7 Señor, le respondió el enfermo, no tengo quien me meta en el estanque cuando se agita el agua; y entre tanto que yo voy, otro desciende antes que yo.
Jn. 6:34 Le dijeron: Señor, danos siempre este pan.
Jn. 6:68 Le respondió Simón Pedro: Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna.
Jn. 8:11 Ella dijo: Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más.
Jn. 9:36 Respondió él y dijo: ¿Quién es, Señor, para que crea en él?
Jn. 9:38 Y él dijo: Creo, Señor; y le adoró.
Jn. 11:2 (María, cuyo hermano Lázaro estaba enfermo, fue la que ungió al Señor con perfume, y le enjugó los pies con sus cabellos.) 3 Enviaron, pues, las hermanas para decir a Jesús: Señor, he aquí el que amas está enfermo.
Jn. 11:12 Dijeron entonces sus discípulos: Señor, si duerme, sanará.
Jn. 11:21 Y Marta dijo a Jesús: Señor, si hubieses estado aquí, mi hermano no habría muerto.
Jn. 11:27 Le dijo: Sí, Señor; yo he creído que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, que has venido al mundo.
Jn. 11:32 María, cuando llegó a donde estaba Jesús, al verle, se postró a sus pies, diciéndole: Señor, si hubieses estado aquí, no habría muerto mi hermano.
Jn. 11:34 y dijo: ¿Dónde le pusisteis? Le dijeron: Señor, ven y ve.
Jn. 11:39 Dijo Jesús: Quitad la piedra. Marta, la hermana del que había muerto, le dijo: Señor, hiede ya, porque es de cuatro días.
Jn. 13:6 Entonces vino a Simón Pedro; y Pedro le dijo: Señor, ¿tú me lavas los pies?
Jn. 13:9 Le dijo Simón Pedro: Señor, no sólo mis pies, sino también las manos y la cabeza.
Jn. 13:13 Vosotros me llamáis Maestro, y Señor; y decís bien, porque lo soy. 14 Pues si yo, el Señor y el Maestro, he lavado vuestros pies, vosotros también debéis lavaros los pies los unos a los otros.
Jn. 13:25 El entonces, recostado cerca del pecho de Jesús, le dijo: Señor, ¿quién es?
Jn. 13:36 Le dijo Simón Pedro: Señor, ¿a dónde vas? Jesús le respondió: A donde yo voy, no me puedes seguir ahora; mas me seguirás después. 37 Le dijo Pedro: Señor, ¿por qué no te puedo seguir ahora? Mi vida pondré por ti.
Jn. 14:5 Le dijo Tomás: Señor, no sabemos a dónde vas; ¿cómo, pues, podemos saber el camino?
Jn. 14:8 Felipe le dijo: Señor, muéstranos el Padre, y nos basta.
Jn. 14:22 Le dijo Judas (no el Iscariote): Señor, ¿cómo es que te manifestarás a nosotros, y no al mundo?
Jn. 15:15 Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a conocer.
Jn. 20:2 Entonces corrió, y fue a Simón Pedro y al otro discípulo, aquel al que amaba Jesús, y les dijo: Se han llevado del sepulcro al Señor, y no sabemos dónde le han puesto.
Jn. 20:13 Y le dijeron: Mujer, ¿por qué lloras? Les dijo: Porque se han llevado a mi Señor, y no sé dónde le han puesto.
Jn. 20:15 Jesús le dijo: Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas? Ella, pensando que era el hortelano, le dijo: Señor, si tú lo has llevado, dime dónde lo has puesto, y yo lo llevaré.
Jn. 20:18 Fue entonces María Magdalena para dar a los discípulos las nuevas de que había visto al Señor, y que él le había dicho estas cosas.
Jn. 20:20 Y cuando les hubo dicho esto, les mostró las manos y el costado. Y los discípulos se regocijaron viendo al Señor.
Jn. 20:25 Le dijeron, pues, los otros discípulos: Al Señor hemos visto. El les dijo: Si no viere en sus manos la señal de los clavos, y metiere mi dedo en el lugar de los clavos, y metiere mi mano en su costado, no creeré.
Jn. 21:7 Entonces aquel discípulo a quien Jesús amaba dijo a Pedro: ¡Es el Señor! Simón Pedro, cuando oyó que era el Señor, se ciñó la ropa (porque se había despojado de ella), y se echó al mar.
Jn. 21:12 Les dijo Jesús: Venid, comed. Y ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle: ¿Tú, quién eres? sabiendo que era el Señor.
Jn. 21:15 Cuando hubieron comido, Jesús dijo a Simón Pedro: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas más que éstos? Le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo. El le dijo: Apacienta mis corderos. 16 Volvió a decirle la segunda vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo. Le dijo: Pastorea mis ovejas. 17 Le dijo la tercera vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro se entristeció de que le dijese la tercera vez: ¿Me amas? y le respondió: Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te amo. Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas.
Jn. 21:20 Volviéndose Pedro, vio que les seguía el discípulo a quien amaba Jesús, el mismo que en la cena se había recostado al lado de él, y le había dicho: Señor, ¿quién es el que te ha de entregar? 21 Cuando Pedro le vio, dijo a Jesús: Señor, ¿y qué de éste?
Hech. 1:6 Entonces los que se habían reunido le preguntaron, diciendo: Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo?
Hech. 1:21 Es necesario, pues, que de estos hombres que han estado juntos con nosotros todo el tiempo que el Señor Jesús entraba y salía entre nosotros,
¿Claro?... Profesar que María es la madre de Dios, es profesar que es madre del Padre, porque escrito está: UN SOLO DIOS, EL PADRE, UN SOLO SEÑOR, JESUCRISTO.
Como ve, usted se sirve de un desctontextualizado único versículo, un servidor tiene CENTENARES QUE MUESTRAN QUE JESUCRISTO ES EL SEÑOR, Y DIOS EL PADRE, y más cuando es el Señor quien lo confirma:
Jn. 20:17 Jesús le dijo: No me toques, porque aún no he subido a mi Padre; mas vé a mis hermanos, y diles: Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios.
Ahora, ante esta ENSEÑANZA DE JESÚS, usted pregúntele a Jesús si María es la Madre de Dios, cuando claramente Jesús dice que SU DIOS, Y NUESTRO DIOS, LO ES SU PADRE, QUE ES NUESTRO PADRE.