Mejor te dejo en manos de San Agustin:
3 . Los testimonios que has alegado del apóstol Pablo hablan contra ti, y no te das cuenta. Efectivamente, él dice: A todos vosotros la gracia y la paz de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo Romanos 1:17, 1 de Corintios 1:3, 2de Corintios 1:2, Galatas 1:3, Efesios 1:2. ¿Cómo Jesucristo es Señor, si dice el Padre: Yo soy el Señor, y no hay otro fuera de mí? Luego esta palabra es no del Padre solo, como he dicho, sino de la Trinidad. Alegas otro testimonio, y ése contra ti mismo, cuando dice el Apóstol, según tu lenguaje: "Uno es Dios Padre, de quien proceden todas las cosas, también nosotros en Él; y uno es el Señor Jesucristo, por quien existen todas las cosas, también nosotros en Él". Pero el Apóstol dice: también nosotros por Él; no dice: "en Él". Y ¿qué tiene que ver todo esto en nuestro caso? Deslices semejantes suelen ocurrirles a los que citan de memoria sin leer debidamente los textos. Mira si no atentamente lo que se refiere a esta cuestión.
Advierte que el Apóstol dijo: Para nosotros uno solo es Dios Padre, de quien proceden todas las cosas, también nosotros en Él, y uno solo es el Señor Jesucristo, por quien existen todas las cosas, también nosotros por Él. Ha distinguido perfectamente dos personas, una la del Padre, otra la del Hijo, sin confusión alguna y sin error alguno. Porque no son dos los dioses padres, sino un solo Dios Padre; no son dos los señores Jesucristos, sino un solo Señor Jesucristo. Realmente, en la Trinidad, que es Dios, uno solo es el Padre, no dos o tres; y uno solo es el Hijo, no dos o tres; y uno solo el Espíritu de ambos, no dos o tres. Y el mismo Padre único es ciertamente Dios; y el mismo Hijo único, hasta para vosotros que lo confesáis, es Dios; y el mismo Espíritu de ambos, a pesar de que vosotros lo negáis, es Dios. Del mismo modo, si me preguntas por el Señor, te responderé que lo es cada uno de ellos. Pero proclamo públicamente que todos a la vez no son tres señores dioses, sino un solo Señor Dios. Esa es nuestra fe, porque ésa es la fe recta, que se llama también fe católica. A ti, como contradices a esta fe, te pido que expongas cómo Jesucristo es también Señor, porque has afirmado que no es de la Trinidad, sino del Padre solo la frase Yo soy el Señor, y no hay otro fuera de mí. Sin duda que te echas a temblar. Sin duda que no encuentras qué responder, sólo que no quieras callarte a pesar de quedar confundido. En efecto, si solamente el Padre, y no la Trinidad, que es Dios, ha dicho: Yo soy el Señor, y no hay otro fuera de mí, no hay duda que ha negado que el Hijo es Señor: porque si el Hijo también es Señor, es falso que No hay otro Señor fuera de mí. Pues no se trata de un señor como son los hambres señores de los hombres siervos, a los que el Apóstol dice que son señores según la carne, sino que se trata del Señor a quien es debida esa servidumbre, que en griego se llama 8 " J k g \ " , según la cual se dijo: Adorarás al Señor tu Dios, y a Él solo servirás Deuteronomio 6 :13. Si no es la Trinidad este Señor, sino el Padre solo, se nos prohíbe ciertamente servir con tal culto a Cristo Señor, según hemos escuchado: A Él solo servirás. Si está dicho en este sentido, es igual que si dijera "A Dios Padre solo servirás". Por cierto que si es Él solo, y no la misma Trinidad, quien ha dicho: Yo soy el Señor, y no hay otro fuera de mí, ha negado que el Hijo es un Señor semejante, a quien le es debido el culto con el que únicamente se sirve a Dios en la religión verdadera. Efectivamente, no ha dicho "Yo soy el Señor mayor o mejor, y no hay otro tan grande o tan bueno fuera de mí", sino que, queriendo que se le sirva a Él solo con aquel culto que es debido al Señor Dios, dice: Yo soy el Señor, y no hay otro fuera de mí. Por tanto, si esa palabra, como proclama la fe católica, es de un solo Dios, que es la misma Trinidad, sin duda alguna que hay que servirlo a Él solo con ese culto que únicamente es debido al Señor Dios, porque Él es siempre el Señor, y no hay otro fuera de Él.
4. A continuación te pregunto cómo entiendes este pasaje: Un solo Dios Padre, de quien todo procede, también nosotros en Él; y un solo Señor Jesucristo, por quien todo fue hecho, también nosotros por Él 1 de Corintios 8:6. O ¿es que no son todas las cosas también del Hijo, puesto que Él mismo dice: Todo lo que hace el Padre, eso también hace igualmente el Hijo? Juan 5:19 Pues si distingues de modo que no son todas las cosas por medio del Padre, sino que proceden del Padre; ni que todas las cosas son del Hijo, sino por medio de Él, ¿quién de ellos te parece que es aquel de quien habla el mismo Apóstol? ¡Oh abismo de riquezas de sabiduría y ciencia de Dios! ¡Que insondables son sus juicios e irrastreables sus caminos! Porque ¿quién ha conocido el designio del Señor? O ¿quién ha sido su consejero? O ¿quien le ha dado primero a Él para que le devuelva? Porque de Él, y por Él, y en Él son todas las cosas. A Él la gloria por los siglos de los siglos. Amén Romanos 11:33-36. ¿Hay que entender al Padre o al Hijo? Porque primero ha nombrado a Dios al decir: ¡Oh abismo de riquezas de sabiduría y ciencia de Dios! Y después le ha llamado Señor, cuando dice: Porque ¿quién ha conocido el designio del Señor? Pero todo esto no entra en nuestra discusión, porque vosotros asignáis también los dos nombres tanto al Padre como al Hijo. En efecto, vosotros no decís Dios al Padre de modo que neguéis que el Hijo es Dios; ni llamáis Dios al Hijo de modo que neguéis que el Padre es Dios. Por más que en ese testimonio apostólico que has aducido, el Padre se llama Dios y el Hijo Señor, es decir: Un solo Dios, que es el Padre, de quien procede todo; y un solo Señor, que es Jesucristo, por quien todo fue hecho.
Fíjate bien en el pasaje: ¡Oh abismo de riquezas de la sabiduría y ciencia de Dios! Porque ya sea el Padre, ya sea el Hijo, de Él, y por Él, y en Él son todas las cosas. ¿Cómo todo procede del Padre, puesto que el Apóstol ha querido que se entienda a cualquiera de ellos en este pasaje: De Él, por Él y en Él son todas las cosas? Por tanto, ya se trate del Padre o del Hijo, es muy cierto que De Él, y por Él, y en Él son todas las cosas, y se demuestra sin duda alguna la igualdad del Padre y del Hijo.
En cambio, porque no ha nombrado al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo, sino a Dios y al Señor, que también suele llamarse la misma Trinidad, si quiso referir cada una de esas expresiones a cada una de las personas, diciendo: de Él, el Padre; y por Él, por el Hijo; y en Él, por el Espíritu Santo, ¿por qué no queréis reconocer que esta Trinidad es un solo Señor Dios? Porque está claro que no dice: de ellos, y por ellos, y en ellos, sino: De Él, y por Él, y en Él son todas las cosas. Tampoco dice: a ellos la gloria, sino a Él la gloria por los siglos de los siglos. Amén.