Maestro, usted es inteligente, no necesite que se le explique que fue un lapsus para que se de cuenta de ello.
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Sin embargo debo rescatar reconocer y felicitarle porque usted lee con minuciosidad lo que se le escribe.
Esta es la explicación del por qué cuando los mensajes son largos, la luz roja se me enciende al primer asomo de error doctrinal.
Entonces enfatizó el error o la equivocación y ya el resto del mensaje, al estar viciado, no infunde ningún interés.
En este tema de debate entre la ley y la gracia, en ocasiones
"el reduccionismo bíblico", echa a perder la visión de conjunto, la cual otorga a la Gracia su Soberanía y Libertad innata, por cuanto fue generada por el Padre, antes del comienzo de los siglos (2Tim.1:9) en la Persona del Hijo de Dios, no gratis, sino mediante la Obra de la Redención, de manera que los Santos del AT debieron esperar su Libertad de la cautividad en el Hades, hasta el tiempo cuando la sangre de Cristo los hizo libres, como lo testifica Hebreos 10:4 y 1de Juan 1:7.
El objetor, obviamente señala su argumento:
-"Pero si usted afirma que la Gracia es Soberana y Libre, ¿Cómo entonces encaja ahí la Obra de la Redención?"
Dicha "Obra de la Redención" efectuada por el Cordero de Dios (1P.1:18-20) aquí en la tierra, no genera la Gracia, ya existía antes del comienzo de los siglos, antes de la creación del mundo.
Su operatividad, en la libertad de los cautivos en el Hades ocurre en el Calvario:
2Ti 1:10 pero que ahora ha sido manifestada por la aparición de nuestro Salvador Jesucristo, el cual quitó la muerte y sacó a luz la vida y la inmortalidad por el evangelio,
Cuando la Justicia de Dios en nosotros, la lleva a cabo su Hijo (2Cor.5:21)
Tenemos ejemplos claros de la soberanía de esta Gracia antes de la ley en Enoc, y en Noé y después de la ley en el ladrón arrepentido.
No se congregaba, no guardaba la ley, no obstante, la gracia de Cristo lo alcanzó.
Este texto no elimina la Soberanía de la Gracia:
Gál_3:19 Entonces, ¿para qué sirve la ley? Fue añadida a causa de las transgresiones, hasta que viniese la simiente a quien fue hecha la promesa; y fue ordenada por medio de ángeles en mano de un mediador.
El ladrón estaba siendo ejecutado por la ley, pero Cristo lo estaba salvando por su Gracia.
De manera que no tenemos autoridad para afirmar que a Cristo lo mató la ley.