Lucas dice:
16:16 La ley y los profetas eran hasta Juan; desde entonces el reino de Dios es anunciado,
Y Mateo dice:
11:13 Porque todos los profetas y la ley profetizaron hasta Juan.
La palabra de Dios da por terminada una era y anuncia el comienzo de otra, es una especie de parteaguas (una línea divisoria) entre la ley y los profetas y el reino de Dios.
¿y que es el reino de Dios?
La palabra lo dice:
porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo. Romanos 14:17.
¿y quienes forman parte del reino de Dios?
Los que reciben el Espíritu por el oír con fe.
3:2 Esto solo quiero saber de vosotros: ¿Recibisteis el Espíritu por las obras de la ley, o por el oír con fe?
Aquel, pues, que os suministra el Espíritu, y hace maravillas entre vosotros, ¿lo hace por las obras de la ley, o por el oír con fe?
Es el comienzo del nuevo régimen del Espíritu.
No es el fin de la ley para todos, pero si lo es para aquellos que reciben el Espíritu y dejan de vivir bajo el viejo régimen de la letra y ahora viven bajo el nuevo régimen del Espíritu.
La iglesia (el cuerpo de cristo) es quien vive bajo el nuevo régimen del Espíritu en el reino de Dios.
pero no te preocupes, tú puedes seguir viviendo bajo el ministerio de condenación y muerte, nada más que no mientas, ese ministerio de condenación y muerte que tu tanto adoras no es el régimen del reino de Dios.
O se vive bajo la ley, bajo el antiguo régimen de la letra, o se vive bajo la gracia en el nuevo régimen del Espíritu.
Tú decides, si aceptas a Cristo y formar parte de su cuerpo (la iglesia) o lo desechas para vivir bajo la ley.
No amigo, Dios es Espíritu y de esa manera vive, esa es su norma de vida, esa es su ley, esa es la verdadera ley de Dios.
Dios no tiene como norma de vida la ley de Moisés, eso es ridículo, ya me imagino a Dios no deseando la mujer de su prójimo, o honrando a sus padres, ¿no crees que eso es ridículo tan siquiera pensarlo?
por medio de Moisés, Dios les dio una norma de vida, pero esa no es la norma de vida de Dios,
Dios tiene su propia norma de vida que es el Espíritu.
la carne no se puede sujetar a la ley de Moisés porque la ley de Moisés es espiritual y el hombre es carnal.
pero si se puede sujetar a la fe del Hijo de Dios:
Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí. Gálatas 2:20
El decálogo es parte de la ley con la que Dios hizo un pacto con los israelitas en Sinaí.
Dios les dio esa manera de vivir, pero esa no es la manera en que Dios vive.
Dios no vive conforme a la ley que les dio, esa no es su ley.
Eso es lo que no entienden, que si Dios prometió darnos “su ley” para un segundo pacto se refiere a su Espíritu que esa si es su manera de vivir, su ley.
En el primer pacto la ley que dio fue el régimen de la letra y en el nuevo pacto nos dio el régimen del Espíritu:
7:6 Pero ahora estamos libres de la ley, por haber muerto para aquella en que estábamos sujetos, de modo que sirvamos bajo el régimen nuevo del Espíritu y no bajo el régimen viejo de la letra.
Malo si vives bajo el viejo régimen de la letra, la letra mata, y bueno si vives bajo el nuevo régimen del Espíritu, el Espíritu es el que da vida.
Sólo Dios nos hace capaces de ser sus siervos del nuevo pacto que él ha hecho con su pueblo. Este nuevo pacto no está basado en una ley escrita, sino en el Espíritu, porque la ley escrita lleva a la muerte, en cambio el Espíritu lleva a la vida.
La letra, se refiere a lo que está escrito con letra.
Lo que está grabado con letra en piedra es un ministerio de condenación y muerte.
El decálogo es un ministerio de muerte y fue con gloria:
3:7 Y si el ministerio de muerte grabado con letras en piedras fue con gloria, tanto que los hijos de Israel no pudieron fijar la vista en el rostro de Moisés a causa de la gloria de su rostro, la cual había de perecer,
3:8 ¿cómo no será más bien con gloria el ministerio del Espíritu?
3:9 Porque si el ministerio de condenación fue con gloria, mucho más abundará en gloria el ministerio de justificación.
Un precepto es una orden o mandato establecido por una autoridad. Y Cristo mismo mandata el que tu guía sea el Espíritu:
16:13 Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir.
La ley y los profetas testificaron sobre Cristo y su justicia, lo que no se sabía y que era un misterio, era como iba a ser manifestada la justicia de Dios:
26 el misterio que había estado oculto desde los siglos y edades, pero que ahora ha sido manifestado a sus santos, 27 a quienes Dios quiso dar a conocer las riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles; que es Cristo en vosotros, la esperanza de gloria,
la que ninguno de los príncipes de este siglo conoció; porque si la hubieran conocido, nunca habrían crucificado al Señor de gloria.
Las promesas fueron hechas a Abraham y a su simiente.
3:16 Ahora bien, a Abraham fueron hechas las promesas, y a su simiente. No dice: Y a las simientes, como si hablase de muchos, sino como de uno: Y a tu simiente, la cual es Cristo. Gálatas 3:16.
Dice así:
22:18 En tu simiente serán benditas todas las naciones de la tierra, por cuanto obedeciste a mi voz.
Y la ley termina cuando llega la simiente:
La ley fue añadida por causa del pecado, hasta que viniese la simiente a quien fue hecha la promesa.
Cristo es el fin de la ley para justicia.
En Cristo se termina la justicia de la ley, porque la ley se hizo justicia con la muerte del pecador.
Otra vez:
He sido crucificado con Cristo, y ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí. Lo que ahora vivo en el cuerpo, lo vivo por la fe en el Hijo de Dios, quien me amó y dio su vida por mí.
3:23 Pero antes que viniese la fe, estábamos confinados bajo la ley, encerrados para aquella fe que iba a ser revelada.
3:24 De manera que la ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe.
3:25 Pero venida la fe, ya no estamos bajo ayo,
la ley Fue añadida para el conocimiento del pecado.
Sin la ley el pecado está muerto.
Es la ley que le da vida al pecado.
Es la ley del pecado y de la muerte
Y la simiente que es el Espíritu manifestado en carne vino a redimir de esa ley:
8:2 Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte.
Ellos eran hombres de fe, la fe es el medio que Dios usa para justificar y dar vida:
2:4 He aquí que aquel cuya alma no es recta, se enorgullece; más el justo por su fe vivirá.
1:17 Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá.
No fueron justificados porque se mantuvieron firmes bajo la ley.
3:11 Y que por la ley ninguno se justifica para con Dios, es evidente, porque: El justo por la fe vivirá;
Cierto es que estaban obligados a estar bajo la ley, pero sin dejar la justicia y el amor de Dios que es por la fe.
11:42 Mas ¡ay de vosotros, fariseos! que diezmáis la menta, y la ruda, y toda hortaliza, y pasáis por alto la justicia y el amor de Dios. Esto os era necesario hacer, sin dejar aquello.
Ellos aparte de la ley tenían fe en Dios. Se demuestra porque el Espíritu de Dios se posaba en ellos.
La ley del pecado y de la muerte es la ley de Moisés.
Se dio para que conocieras el pecado.
Es la ley que le da vida al pecado, pues sin ella el pecado está muerto.
Pecado es la transgresión de la ley.
Es un ministerio de condenación y muerte.
venido el mandamiento, el pecado revivió y yo morí.
porque el pecado, tomando ocasión por el mandamiento, me engañó, y por él me mató.
el pecado, para mostrarse pecado, produjo en mí la muerte por medio de lo que es bueno (el mandamiento)
La palabra de Dios no es un invento, demuestra con fundamentos bíblicos que estoy inventando.
Pues explica el contexto según tu doctrina.
Nada más que hay que razonar amigo.
Cristo dijo:
5:18 Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido.
Esta afirmando que cuando hayan pasado el cielo y la tierra la ley ya no tiene vigencia.
Así que cuando venga el día del Señor y la tierra sea quemada la ley pierde su vigencia pues solo tiene vigencia en esta tierra.
3:10 Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas.
“SERÁ QUEMADO TODO”.
Cuando esto suceda es que ya todo se cumplió, y se cumplió también que todo Israel fue salvo:
11:25 Porque no quiero, hermanos, que ignoréis este misterio, para que no seáis arrogantes en cuanto a vosotros mismos: que ha acontecido a Israel endurecimiento en parte, hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles;
11:26 y luego todo Israel será salvo, como está escrito:
Si los Israelitas ya fueron todos salvos y están en el cielo y la ley ya no tiene vigencia en los cielos nuevos y tierra nueva.
¿Entonces a quien se refiere al decir, Y de mes en mes, y de día de reposo en día de reposo, vendrán todos a adorar delante de mí, ¿dijo Jehová?
A los que les está diciendo que traerá de todas las naciones, pero en esta tierra.
Solo se necesita un poquito de comprensión de lectura.
La palabra de Dios dice:
66:20 Y traerán a todos vuestros hermanos de entre todas las naciones, por ofrenda a Jehová, en caballos, en carros, en literas, en mulos y en camellos, a mi santo monte de Jerusalén, dice Jehová, al modo que los hijos de Israel traen la ofrenda en utensilios limpios a la casa de Jehová.
66:21 Y tomaré también de ellos para sacerdotes y levitas, dice Jehová.
y hace un paréntesis para decir lo siguiente:
66:22 Porque como los cielos nuevos y la nueva tierra que yo hago permanecerán delante de mí, dice Jehová,
así permanecerá vuestra descendencia y vuestro nombre.
Por si no comprendes dice:
Como los cielos nuevos y la tierra nueva permanecerán delante de Él, así permanecerá la descendencia de ellos.
Y luego regresa a hablar de lo que harán en esta tierra, los que dice al principio que, traerán a todos vuestros hermanos de entre todas las naciones, por ofrenda a Jehová, en caballos, en carros, en literas, en mulos y en camellos, a mi santo monte de Jerusalén,
66:23 Y de mes en mes, y de día de reposo en día de reposo, vendrán todos a adorar delante de mí, dijo Jehová.
En esta tierra si se puede ir a adorar, porque existe el lugar.
¿a dónde podrían ir a adorar los que tu supones que van a ir a adorar en la tierra nueva, si ya fue quemado todo?
4:20 Nuestros padres adoraron en este monte, y vosotros decís que en Jerusalén es el lugar donde se debe adorar.
Dios les dice a donde: a su Santo Monte de Jerusalén.
¿la tierra nueva va a tener Monte Santo, o se va a volver a edificar la Jerusalén que fue quemada por Dios mismo?
¿además pregunto, en la tierra nueva va a haber levitas?
No inventes.
Pues ese es el pacto:
6:25 Y tendremos justicia cuando cuidemos de poner por obra todos estos mandamientos delante de Jehová nuestro Dios, como él nos ha mandado.
Pero no existe nadie que sea un perfecto hacedor de la ley y Dios lo declare justo.
3:20 ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él; porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado.
El que es justo lo es por la fe, no es por obras de la ley:
¿Por qué no quieres entender que nadie puede ser justo por medio de las obras de la ley?
Si eran justos es que eran de fe y además eran irreprensibles en la ley, porque no me vas a decir que eran justos porque eran irreprensible en la ley, ningún ser humano puede ser justo por las obras de la ley.
¿Por qué no quieres entender eso?
3:20 ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él; porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado.
La justificación es por la fe.
4:5 más al que no obra, sino cree en aquel que justifica al impío, su fe le es contada por justicia.
Pues son cosas diferentes, pero tú las unes. Haces una mezcolanza. Son dos leyes, una que te da libertad, y la otra te da esclavitud al pecado y por el pecado te mata.
La ley del Espíritu es la ley de la libertad, la que te libera de la ley del pecado y de la muerte.
La ley del pecado y de la muerte es la ley de Moisés.
Por ella se conoce el pecado, le da vida al pecado, sin ella el pecado está muerto.
Pues sí, ya había pecado, pero no se podía imputar, no existía ley que se transgrediera para que el pecado fuera imputado y condenado el pecador.
la ley de Moisés oficializó el pecado.
Esa ley es un ministerio de condenación y muerte.
Si había pecado y muerte, todas las transgresiones ya existían, pero sin ley no se inculpa de pecado. Todos estaban bajo un solo pecado el de Adán, hasta que llegó la ley comenzaron a pecar a la manera de la transgresión de Adán.
Hasta que llegó la ley que le dio vida al pecado.
La ley de Moisés es la ley del pecado y de la muerte.
¿Qué concluiremos? ¿Que la ley es pecado? ¡De ninguna manera! Sin embargo, si no fuera por la ley, no me habría dado cuenta de lo que es el pecado. Por ejemplo, nunca habría sabido yo lo que es codiciar si la ley no hubiera dicho: «No codicies».
Por eso mismo, porque la ley es espiritual y el hombre es carnal.
Porque sabemos que la ley es espiritual; más yo soy carnal, vendido al pecado. Romanos 7:14.
El detalle es que tu no aceptas que el antiguo pacto se hizo con todo lo que está escrito en el libro de la ley, es el antiguo régimen de la letra, y que ese régimen de la letra mata.
Y que el nuevo pacto es una persona que fue puesto por pacto para redimir del antiguo pacto.
6 Yo Jehová te he llamado en justicia, y te sostendré por la mano; te guardaré y te pondré por pacto al pueblo, por luz de las naciones, Isaias 42:6.
El nuevo pacto no es la letra renovada, es el Espíritu manifestado en carne puesto por pacto.
Y que le antiguo pacto, la letra mata, y el nuevo pacto, es el Espíritu que da vida.
Hubo cambio de régimen, se cambió la servidumbre al antiguo régimen de la letra, para servir bajo el nuevo régimen del Espíritu.
Él nos ha capacitado para ser servidores de un nuevo pacto, no el de la letra, sino el del Espíritu; porque la letra mata, pero el Espíritu da vida. 2Corintios 3:6.
