Los adventistas, el sello de Dios y las filacterias

Re: Los adventistas, el sello de Dios y las filacterias

Estimado IceSoul. Saludos cordiales.

Tú dices:



Respondo: La ley del sacerdocio indicaba que el sumo sacerdote tenía que ser descendiente de Aarón, el NT cambia al venir Cristo que descendía de Judá. Así se describe el sacedocio de Cristo como "según el orden de Melquisedec", que ni siquiera era israelita.

Juntamente con la ley del sacerdocio, se eliminaron las leyes rituales, o como dice Pablo en Efesios 2:15, "los mandamientos en orden a ritos".

Pero el Decálogo, no ha cambiado ni cambiará. Es la ley moral de Dios, base para todo el andamiaje moral mosaico. Es la ley que Dios graba en el corazón de los creyentes mediante su Espíritu (Ezequiel 36:27). Es la ley por la cual cada ser humano será juzgado. (Aporte de L. Cajiga)

Bendiciones.

Luego todo Israel será salvo.



primero no dice leyes rituales. dice ley nada mas.

por las obras de la ley nadie sera justificado, osea si no guardo sabado no tiene nada q ver.

3:20 ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él; porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado.


10:1 Porque la ley, teniendo la sombra de los bienes venideros

2:16
Por tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida, o en cuanto a días de fiesta, luna nueva o días de reposo,
2:17 todo lo cual es sombra de lo que ha de venir;


q puedes decir a colocense 2:16-17a. ???? q es lo q vino??? o no vino y tamos esperando???? otro sabado de un dia???? lol todavia todo lo q nos enseña pablo a nosotros los gentiles.




Dios para esta edad exige mas del cristiano.

Q nos dice para la sexta Edad.

9:23 Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame.
9:24 Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, éste la salvará.


por eso es q para los cristianos todos los dias son iguales. eso de estar diciendole a la gente q guarde el sabado todavia q es una carga para los gentiles q trabajan ese dia para poder comer,, depaso q es el sello de Dios q si no lo guardan ya fueron xD. lol es cerrar la puerta a los q quieren entrar. como Dios le dijo a los escribas y fariseos, q querian poner cargas a los gentiles con sus leyes como yo :).



lo terrenal es figura y sombra de lo espiritual. para esta sexta edad , mayormente se basa en leyes espirituales.

como esta:

5:21 Oísteis que fue dicho a los antiguos: No matarás; y cualquiera que matare será culpable de juicio.
5:22
Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable de juicio; y cualquiera que diga: Necio, a su hermano, será culpable ante el concilio; y cualquiera que le diga: Fatuo, quedará expuesto al infierno de fuego.


son las q superan a la de letra, por q para la edad en q vivimos Dios exige mas del cristiano.


quien cumple la ley del dia de reposo??

15:32 Estando los hijos de Israel en el desierto, hallaron a un hombre que recogía leña en día de reposo.
15:33 Y los que le hallaron recogiendo leña, lo trajeron a Moisés y a Aarón, y a toda la congregación;
15:34 y lo pusieron en la cárcel, porque no estaba declarado qué se le había de hacer.
15:35 Y el Señor dijo a Moisés: Irremisiblemente muera aquel hombre; apedréelo toda la congregación fuera del campamento.
15:36 Entonces lo sacó la congregación fuera del campamento, y lo apedrearon, y murió, como el Señor mandó a Moisés.





 
Re: Los adventistas, el sello de Dios y las filacterias

Estimado emeric. Saludos cordiales.

Tú dices:

Quiero decir que como lo espiritualizas todo, serías también capaz de encontrarle alguna interpretación espiritual hasta a los mismísimos calzoncillos de lino de los sacerdotes del A.T.

Respondo: Aún las vestiduras sacerdotales tenían su significado, ya que estaban relacionadas con el ministerio de Cristo.

Bendiciones.

Luego todo Israel será salvo.
 
Re: Los adventistas, el sello de Dios y las filacterias

Estimado emeric. Saludos cordiales.

Tú dices:

Yo te hablo de los calzoncillos de lino de los sacerdotes.

Respondo:"`Y cuando entren por las puertas del atrio interior, se pondrán vestiduras de lino; no se pondrán lana mientras estén sirviendo en las puertas del atrio interior y en el templo." Ezequiel 44:17.

"Y le ha sido dado que se vista de tela de lino finísimo, limpio y resplandeciente; porque el lino finísimo son las acciones justas de los santos." Apoc. 19:8.

Bendiciones.

Luego todo Israel será salvo.
 
Re: Los adventistas, el sello de Dios y las filacterias

Estimado emeric. SAludos cordiales.

Tú dices:


Ya mostraste ese versículo, y no dice nada sobre algún simbolismo de los calzoncillos de lino de los sacerdotes.

Respondo. Lee: "el lino finísimo son las acciones justas de los santos."

Lee Zacarías 3:3-5.

Bendiciones.

Luego todo Israel será salvo.
 
Re: Los adventistas, el sello de Dios y las filacterias

Estimado emeric. Saludos cordiales.

Tú dices:

¿ Dice eso la Biblia refiriéndose a los calzoncillos de lino de los sacerdotes en Ex. 28:42,43 ??? ¡ Claro que no !

Respondo: "Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien tú has enviado" (Juan 17: 3).

De nada sirve tener fascinación por las profecías apocalípticas del tiempo del fin si no tenemos una experiencia viva con Cristo. De nada sirve la pasión desordenada y el interés enfermizo por saber los detalles relacionados con el fin del tiempo, si no nos hemos apropiado de la justicia de Cristo. Conocer a Cristo personalmente y vestirnos de su incontaminado manto de justicia nos dará la fuerza espiritual para ser vencedores en aquel día.

¿Cuál es el significado de "Manto de Justicia"?

EL MANTO ES LA JUSTICIA DE CRISTO:

Isaías convidó sus coterráneos a vestirse con ropas de pureza espiritual: "Despierta, despierta, revístete de tu fortaleza, oh Sión; vístete de tus ropajes hermosas, oh Jerusalén, ciudad santa; porque no mas entrará en ti ni incircunciso ni inmundo". Isa. 52:1

El describe estas "ropas hermosas" como siendo "el manto de justicia": "Me regocijaré mucho en el Señor, mi alma se alegra en mi Dios; porque me cubrió de vestidos de salvación, y me envolvió con el manto de justicia, como novio que se adorna de turbante, como novia que se adorna con sus joyas". Isa. 61:10

Porque Su pueblo estará vestido con este manto de justicia "el Señor Dios hará brotar la justicia y el loor delante de todas las naciones".
Zacarías enfatizó el mismo motivo. Cuando Josué, el sumo sacerdote, estaba en pié delante del Señor, sus ropas sucias le fueron retiradas. La retirada de las ropas sucias representa la remoción del pecado. Así, los "finos trajes" con los cuales el fue vestido simbolizan lo opuesto de pecado, la justicia de Dios.(Zac. 3:4-5). Esta mudanza en la calidad de las ropas es el resultado del trabajo del "Renuevo", el Mesías (verso 8).

Cuando el arrepentido hijo prodigo volvió para casa, la primera cosa que su padre hizo, fue ordenar:

"Traed deprisa la mejor ropa; vestidlo, ponedle un anillo en el dedo y sandalias en los pies". Luc. 15:22.
La ropa simbolizaba la nueva condición espiritual del hijo. Él padre explicó: "Porque este mi hijo estaba muerto y revivió, estaba perdido y fue hallado". Luc. 15:24.

Él apóstol Pablo imagina la justicia como ropas a ser usadas cuando él nos urge a que usemos la "coraza de la justicia". (Efe. 6:14).
Juan urge a los miembros de la iglesia de Laodicea a usar "vestiduras blancas para te vestir, a fin de que no sea manifiesta la vergüenza de tu desnudez". (Apoc. 3:18). Él aplicó esta imagen a la condición espiritual de los creyentes que salieron victoriosos sobre el pecado en el término del juicio Pre-Advento: "Alegrémonos, exultemos, y démosle la gloria, porque son llegadas las bodas del Cordero, cuya esposa a si misma ya se atavió, pues le fue dado vestirse de lino finísimo, resplandeciente y puro. Porque el li-no finísimo son los actos (dikaiomata) de justicia de los santos". Apoc. 19:7-8.

La metáfora bíblica comparando la justificación con un manto (o ropa) que es usado, indica que la justificación no es meramente una posición legal, sino que también es el estado espiritual del creyente. Tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, la persona que ha sido resucitada espiritualmente es ataviada con ropas de justicia. La imagen usada nos lleva a una experiencia espiritual, a una relación de corazón con Dios (relación vital), liberación del poder del mal, y a una nueva vida vivida de acuerdo con la voluntad de Dios.

Ellen White también comparó el don de la justicia de Cristo en el pecador como una ropa a ser usada: "Solamente los vestidos que el propio Cristo ha provisto pueden hacer con que lleguemos a la presencia de Dios. Estos vestidos, el manto de Su propia justificación, Cristo va a colocar en cada alma arrepentida y creyente.

"Te aconsejo", dice Él, “que de Mi compres... vestiduras blancas para vestirte, a fin de que no sea ma-nifiesta la vergüenza de tu desnudez". (Apoc. 3:18).

"Este manto, tejido en el telar celeste, no tiene ningún hilo de invención humana. Cristo en Su humanidad nos dejó un carácter perfecto, y este carácter Él ofrece darnos a nosotros. ‘Todas nuestras justicias son como trapo de inmundicia'. (Isa. 64:6). Todo lo que nosotros podemos hacer de nosotros mismos, está manchado por el pecado. Pero el Hijo de Dios 'fue manifestado para quitar nuestros pecados; y en Él no hay pecado'...

"Por Su perfecta obediencia Él ha hecho posible que cada ser humano pueda obedecer los Man-damientos de Dios. Cuando nos sometemos a Cristo, nuestro corazón es unido a Su corazón, nuestra voluntad es sumergida en Su voluntad, nuestra mente se hace una con la de Él, los pensamientos son traídos en cautiverio a Él; nosotros vivimos Su vida. Esto es lo que significa ser vestidos con las ropas de Su justicia. Así, cuando el Señor mira para nosotros Él ve, no las ropas sucias, no la desnudez y deformidad del pecado, sino Su propio manto de justicia, y que es perfecta obediencia a la Ley de Jehová". PVGM:311-312.

"Dejad que los jóvenes y los niños sean enseñados a escoger por sí mismos aquella vestidura real tejida en telares celestiales, 'de lino finísimo, resplandeciente y puro' (Apoc. 3:18), que todos los santos de la tierra usarán. Este manto, el carácter sin mancha de Cristo, es ofrecido de gracia a todo ser humano. Pero todo aquel que lo recibe, lo recibirá y usará aquí (en esta tierra).

"Dejad que los niños sean enseñados de que, a medida que ellos abren sus mentes para pensamientos puros y amorosos, y que cuando efectúan obras cariñosas y útiles, ellos están vistiéndose con los lindos vestidos del carácter de Él.

Estos vestidos harán de ellas personas bonitas y amorosas aquí, y serán de aquí en adelante su título de admisión en el palacio del Rey. Su promesa es: 'andarán de blanco junto conmigo, pues son dignas'. (Apoc. 3:4). Ed:249.
 
Re: Los adventistas, el sello de Dios y las filacterias

Comentando el capítulo 3 de Zacarías, Ellen White escribió: "Las ropas sucias son retiradas; porque Cristo dice: 'He aquí que he hecho que pase de ti tu iniquidad'. La iniquidad es transferida para el inocente, puro y santo Hijo de Dios; y el hombre, totalmente indigno, está en pié delante del Señor, limpio de toda injusticia, y vestido con la justicia imputada de Cristo. Oh, ¡que mudanza de vestidos es esta!

"Y Cristo hace aun más por él: 'Pónganle un turbante limpio sobre la cabeza.
Le pusieron, pues, sobre la cabeza un turbante limpio y lo vistieron con trajes propios'. Esta es la honra que Dios va a conferir a aquellos que están vestidos con los vestidos de la justicia de Cristo. Con un incentivo como ese, ¿cómo puede el hombre continuar en pecado? ¿Cómo pueden ellos herir el corazón de Cristo? 4CBA:1178.

"Cuando la intercesión de Josué es aceptada, es dada la orden: 'Sacadle los vestidos sucios', y el ángel le dice a Josué: 'He aquí que he hecho que pase de ti tu iniquidad, y te vestiré de finos trajes'. 'Le pusieron, pues, sobre la cabeza un turbante limpio y lo vistieron con trajes propios'. Sus propios pecados y los de su pueblo fueron perdonados. Israel fue vestido con 'trajes propios'- la justicia de Cristo imputada en ellos. El turbante colocado en la cabeza de Josué era equivalente a aquel usado por los sacerdotes que llevaba la inscripción: 'Santidad al Señor', significando que, no obstante su transgresión formal, él estaba ahora calificado para ministrar delante de Dios en Su santuario". 5T:469.

Note como Ellen White usa la palabra "imputada". El manto de justicia dado a Josué era algo que él usaba. Simbolizaba una nueva experiencia espiritual. Ciertamente, había un aspecto legal en esta mudanza de vestidos. La remoción de los vestidos sucios y la donación de las nuevas ropas para Josué simboliza la justicia de Cristo legalmente acreditada en él. Pero la imputación de la justicia de Cristo, tal como Ellen White la usa, es más que una materia legal.
Los vestidos del carácter de Josué fueron mudados. "Él estaba ahora calificado para ministrar delante de Dios en Su santuario".

El manto de la justicia representa:

1.- Perdón por el pecado y la colocación de la justicia de Cristo en la cuenta del pecador;

2.- El Don de Su justificación en el corazón del creyente, el cual es ahora considerado justo en Cristo.

LA JUSTICIA ES COLOCADA EN EL CREYENTE POR EL ESPÍRITU SANTO.-

Isaías profetizó la restauración espiritual después de la ruina nacional de Israel. La restauración sería efectivada por el derramamiento del Espíritu Santo sobre el fiel remanente de Dios con el resultado de que ellos serian considerados justos:

"Porque los palacios serán desiertos, la multitud de la ciudad cesará; las torres y fortalezas se tornarán cuevas para siempre, donde huelguen asnos monteses, y ganados hagan majada; hasta que se derrame sobre nosotros el Espíritu de lo alto; y el desierto se torne en campo labrado y el campo labrado sea estimado por bosque; y el juicio habitará en el deserto, y la justicia vivirá en el pomar. Y el efecto de la justicia será paz, y el fruto de la justicia reposo y seguridad, para siempre". (Isa. 32:14-17).

Isaías profetizó que, cuando el pueblo de Dios y el Mesías fuese ungido con el Espíritu Santo, los cautivos serian liberados de la esclavitud del pecado y la justicia de Dios seria colocada sobre ellos:

"Él Espíritu del Señor Dios está sobre mi, porque el Señor me ungió, para predicar buenas nuevas a los quebrantados, me envió a curar los quebrantados de corazón, a proclamar liberación a los cautivos, y a poner en libertad los algemados; a pregonar el año aceptable del Señor y el día de la venganza de nuestro Dios; a consolar todos los que lloran, ... a fin de que se llamen árboles de justicia, plantados por el Señor para Su gloria." (Isa. 61:1-3).

La visión de Isaías vino a tener su realización inicial en el ministerio de Jesús y los apóstoles. Jesús aplicó a Él mismo la profecía de Isaías 61. (Vea Luc. 4:16-19). Él enseñó y demostró que aquellos que "tienen hambre y sed de justicia, porque serán hartos". (Mat. 5:6). Él ser hartos es el trabajo del Espíritu Santo. Él explicó para la mujer en el pozo: "aquel, sin embargo, que beba del agua que Yo le de, nunca más tendrá sed, para siempre; por el contrario, el agua que Yo le de será en él una fuente a saltar para la vida eterna". (Juan 4:14).

Posteriormente, en Su ministerio, Jesús profundizó más aun este punto: "Si alguien tiene sed, venga a Mi y beba. Quien cree en Mi, como dice la Escritura, de su interior fluirán ríos de agua viva. Esto Él dijo con respecto al Espíritu que habían de recibir los que en Él creyesen; pues el Espíritu hasta ese momento no fuera dado, porque Jesús no había sido aun glorificado". (Juan 7:37-39).

Jesús prometió que el Espíritu Santo sería derramado sobre Sus seguidores después de Su muerte y la resurrección era una certeza de que ellos recibirían Su divina presencia en sus corazones y aun el Don de Su justicia: "No os dejaré huérfanos, volveré para vosotros... Si alguien me ama, guardará mi palabra; y mi Padre lo amará, y viremos para él y haremos morada en él". (Juan 14:18,23).
"Cuando Él venga convencerá al mundo del pecado, de la justicia y del juicio; del pecado, porque no creen en Mi; de la justicia porque voy para el Padre, y no me veréis más". (Juan 16:8-9).

Él apóstol Pablo dice: "Vosotros, sin embargo, no estáis en la carne, sino en el Espíritu, si de hecho el Espíritu de Dios habita en vosotros. Y si alguien no tiene el Espíritu de Cristo, ese tal no es de Él. Si, sin embargo, Cristo está en vosotros, el cuerpo, en verdad, está muerto por causa del pecado, pero el espíritu es vida por causa de la justicia" (Rom. 8:9-10).

"Obtengan todos los hechos reales de la fe en sus propias almas creyendo que el Espíritu Santo será comunicado en vosotros porque tenéis hambre y sed genuinas de justicia". (6T:65).

"Él Espíritu Santo es la respiración de la vida espiritual en el alma. La comunicación del Espíritu es la comunicación de la vida de Cristo. Él impregna al receptor con los atributos de Cristo. Solamente aquellos que son así enseñados por Dios, aquellos que poseen el trabajo interno del Espíritu Santo, y en quien es manifestada la vida de Cristo, permanecerán como hombres representativos para ministrar en favor de la iglesia". (DTG:805).

La justificación es colocada sobre nosotros cuando el propio Jesús es colocado en nosotros por el Espíritu Santo. Entonces, y solo de esta manera, recibimos el manto de justicia.
 
Re: Los adventistas, el sello de Dios y las filacterias

LA DÁDIVA DE LA JUSTICIA DE CRISTO ES JUSTIFICACIÓN.-

La persona que "está en la carne" (Rom. 8:9) no está justificada. Ya que usted no pertenece a Cristo a menos que usted tenga el Espíritu, así también usted no será justificado hasta que el Espíritu Santo haya entrado en su corazón. La presencia del Espíritu en su corazón es la presencia y justicia de Cristo en su corazón. (Rom. 8:10). Esto es justificación.

El punto es destacado por Pablo en sus escritos. Al definir justificación, Romanos 3:21-26 habla del don de la justicia de Dios, o don de la gracia. Evidentemente, por implicación el pasaje habla del acto legal a través del cual Dios perdona nuestros pecados y acredita la justicia de Cristo en nosotros. Pero, como hemos visto, la justificación es recibida cuando recibimos el Espíritu Santo. Él don de la gracia por el cual somos justificados (Rom. 3:24) no es apenas una materia legal. La gracia es dada como un poder en nuestras vidas. (Vea 2 Cor. 9:8,14; 1 Cor. 1:4-5; 2 Pedro 3:18).

Escribiendo a los Gálatas, Pablo los hizo recordar que la justificación viene "por la fe en Cristo y no por obras de la ley". (Gal. 2:16).

Justificación es crucifixión con Cristo (Gal. 2:20). Es el acto por el cual Cristo viene para vivir Su vida en el creyente. Él acto es ejecutado por la dádiva transformadora del Espíritu Santo en el corazón.

Pablo objetó a los Gálatas: "¿Sois así insensatos que, habiendo comenzado en el Espíritu, estéis ahora perfeccionándoos en la carne?" (Gal. 3:3).

Ellos habían comenzado por la justificación por la fe. Habían comenzado por el Espíritu. Pero como hubiesen perdido la presencia del Espíritu en sus corazones, habían también perdido la justificación, y no pertenecían mas a Cristo. Habían perdido el manto de Su justicia. El uso de Gen. 15:6 por Pablo en Gálatas 3 es muy revelador.

"Es el caso de Abrahán que creyó en Dios, y eso le fue imputado para justicia. Sabed, pues, que los de la fe es que son hijos de Abrahán". (Gal. 3:6-7).

¿Qué hace la fe en el sacrificio de Cristo y en Su ministerio en nosotros ? (¿o por nosotros ?). Nuestro Señor murió "para que la bendición de Abrahán llegase a los gentiles, en Jesús Cristo, a fin de que recibiésemos por la fe el Espíritu prometido". (Gal. 3:14).

¿Cuál es la bendición de Abrahán que es para todo creyente? Es tener justicia imputada en nosotros por la fe. Esta bendición es que "recibiésemos por la fe el Espíritu prometido". En otras palabras, cuando la justicia de Cristo es imputada en nosotros, entonces recibimos la presencia del Espíritu Santo en nuestra vida. Dios hace de Cristo Jesús nuestra "sabiduría, y justicia, y santidad, y redención" (I Cor. 1:30), en la dádiva de Su Santo Espíritu en nuestros corazones.

El mismo punto es lindamente aclarado en Tito 3:5-7. Cristo "nos salvó... a fin de que, justificados por gracia, nos tornemos sus herederos, según la esperanza de la vida eterna".

Su acto salvador es Su acto justificador, y el resultado es que somos herederos. ¿Cómo es que Él ejecuta este acto salvador y justificador? "Mediante el lavar regenerador (paliggeneseias) y renovador del Espíritu Santo, que Él derramó sobre nosotros ricamente, por medio de Jesús Cristo nuestro Salvador".

"A medida que el pecador, atraído por el poder de Cristo, se aproxima de la levantada cruz, y se postra delante de ella, algo nuevo es creado. Le es dado un nuevo corazón. Se vuelve una nueva criatura en Cristo Jesús. La santidad encuentra que no hay nada mas a ser requerido. Él propio Dios es "el justificador de aquel que tiene fe en Jesús.(Rom. 3:26 ARA)".(PVGM:163).

"Al recibir Su justicia imputada, a través del poder transformador del Espíritu Santo, nos volvemos iguales a Él. La imagen de Cristo es criada, y ella cautiva todo el ser". (6CBA:1098).

"Él ofreció Su carácter para el hombre, desde que él lo acepte. El pecador, a través del arrepentimiento de sus pecados, fe en Jesús, y obediencia a la perfecta ley de Dios, tiene la justicia imputada de Cristo en él; se le hace su justicia, y su nombre es registrado en el libro de la vida del Cordero. Se hizo un hijo de Dios, un miembro de la familia real". (3T:371-372).

"La fe genuina se apropia de la justicia de Cristo, el pecador es hecho un vencedor en Cristo; se hace participante de la naturaleza divina, y así la divinidad y la humanidad se combinan". (1MS:363-364).

"Para alcanzar los requerimientos de la ley, nuestra fe tiene que aferrarse de la justicia de Cristo, aceptándola como siendo nuestra justicia. A través de la unión con Cristo, a través de la aceptación de su justificación por la fe, podemos ser calificados para hacer las obras de Dios, para ser colaboradores con Cristo". (1MS:374).

"Aquellos que ven a Cristo en Su verdadero carácter, y Lo reciben en sus corazones, tienen la vida eterna. Es a través del Espíritu que Cristo habita en nosotros; y el Espíritu de Dios, recibido en el corazón por la fe, es el comienzo de la vida eterna". (DTG:388).

Justificación, la dádiva del manto de la justicia de Cristo, envuelve dos actos simultáneos por parte de Dios:

1.- Él perdón del pecado y el crédito legal de la justicia de Cristo en el creyente (vea 1 ME:367);

2.- La dádiva de la justicia de Cristo sobre el creyente mediante el don del Espíritu Santo.
 
Re: Los adventistas, el sello de Dios y las filacterias

LAS POSICIONES DE LOS CATÓLICOS ROMANOS Y DE LOS PROTESTANTES POS-REFORMA NO ES BÍBLICA.-

Esta doble definición de justificación es defendida por algunos como siendo consistente con la posición católica romana, tal como establecida por el Concilio de Trento (1545-1563). Trento decretó lo siguiente: " ... así, si no estuvieren nacidas de nuevo en Cristo, nunca serán justificadas; viendo que, en ese nuevo nacimiento, es colocada en ellos, a través del mérito de Su pasión, la gracia por la cual ellos son hechos justos". Philip Schaf, The Creeds of Christendom. (Grand Rapids, Michigan: Baker, 1877, Vol. 2, pp. 90-91).

"Esta disposición de preparación, es seguida por la propia justificación, la cual no es apenas la remisión de los pecados, sino que también la santificación y renovación del íntimo del hombre, a través de la voluntaria recepción de la gracia, y de los dones, a través de los cuales el hombre de la injusticia
se torna justo, de un enemigo pasa a ser un amigo, siendo que así nos podemos 'tornar sus herederos, según la esperanza de la vida eterna'.

"Las causas de esta justificación son estas: la causa final es verdaderamente la gloria de Dios y de Jesús Cristo, y la vida eterna; mientras que la causa eficiente es un Dios misericordioso que lava y santifica graciosamente, y ungiendo con el Santo Espíritu de la promesa, el cual es el fiador de nuestra herencia ... y nosotros no somos solamente reputados, mas somos verdaderamente llamados, y somos justos, recibiendo justicia en nuestro íntimo, cada uno de acuerdo con su medida, ‘los cuales el Espíritu Santo distribuye a cada uno como Le complace', y de acuerdo con la propia disposición y cooperación de cada uno ... Él mérito de esa misma santa Pasión, la caridad de Dios es derramada, por el Espíritu Santo, en el corazón de aquellos que están justificados, y permanece inherentemente en eso, donde, el hombre a través de Jesús Cristo, en quien el está injertado, recibe, dicha justificación, juntamente con la remisión de los pecados, todos estos dones infundidos de una vez, fe, esperanza, y caridad".(Ibid, pp. 94-96).

El decreto de Trento sobre justificación debe ser interpretado a la luz de la teología Thomistica en las cuales el estaba basado. En esta famosa Summa Theologica, escrita en el siglo trece, Thomas de Aquino trató de hacer una síntesis de las enseñanzas bíblicas y de la filosofía de Aristóteles. Así él definió gracia y justificación en términos de la análisis matriz de Aristóteles. Aquino vio la materia filosófica de la inmortalidad del alma humana reformulada en justificación de tal manera que él se volvió intrínsecamente y inherentemente justo. Esta alma justa dentro del hombre está ahora apta a cooperar con la gracia en el desempeño de las obras que obtiene méritos con Dios. (Vea Thomas Aquinas, Summa Theologica, Part I of Second Part, Q. 110, article 2; Q. 113, article 3).

Cuando Trento identificó la justificación con el nuevo nacimiento, relativamente a hacer al creyente inherentemente justo, la posición tomada fue substancialmente idéntica a aquella de Aquino. La nueva criatura, alma inherentemente justa de la persona justificada, de acuerdo con Trento, está apta a cooperar con la gracia para un aumento en el nivel de justificación y para el propósito de ganar u obtener méritos con Dios.

La posición bíblica como descrita anteriormente es bien diferente. Cuando Pablo identifica la justificación con el nuevo nacimiento, él reconoce que en la justificación Cristo viene hasta el corazón del creyente a través del Espíritu Santo. Él creyente permanece un falible ser humano con tendencias para el mal (1 Cor. 9:27; Gal. 5:17-18), pero Cristo, a través de la presencia del Espíritu Santo, es su justicia íntima (interna). La persona justificada no tiene un alma inherentemente justa dentro de la cual tiene la capacidad de cooperar con la gracia de Dios. El individuo todo es un alma, y esta alma es habitada por Cristo, que por su vez es su justicia (solamente Cristo es justo).

Los Protestantes de la post-reforma reaccionaron contra el decreto de Trento diciendo que la jus-tificación es solamente forense (legal). La justificación es definida como siendo la declaración por parte de Dios de que el hombre es justo por causa de la justicia de Cristo la cual es colocada en la cuenta del pecador en el Cielo. De hecho, esta posición establece que el hombre en esta vida no es nunca justo. Él nuevo nacimiento es el resultado de la justificación y el comienzo del proceso sin fin por medio del cual el creyente es santificado. La justificación es, por lo tanto, vista como lo que Dios hace por el creyente objetivamente, y santificación es lo que Dios hace dentro del creyente. Cualquiera que sean las fallas o pecados del creyente, la justificación permanece sobre él como un paraguas, de tal manera que su salvación legal permanece, al continuar él con Dios, aun cuando puedan existir pecados en su vida.

Esta teología Protestante post-reforma encuentra su moderna contrapartida en las enseñanzas de muchos teologandos evangélicos. Un ejemplo típico es la siguiente declaración de Randolph O. Yeager:

"El argumento en Romanos es devastador contra la noción de que la salvación pueda ser ganada por obras producidas por el hombre. Él también muestra que por un lado no existe una cantidad de buenas obras que puedan traer al pecador en un relacionamiento correcto con Dios, ya que el pecador tiene ese
relacionamiento correcto, por la gracia a través de la fe; por otro lado muestra que no existe maldad (o pecado) que pueda separarlo de Dios, o hacer con que él deje de ser hijo de Dios. No importa cuan bajo, miserable o degradado pueda ser nuestro estado, un hijo de Dios nunca sufre ninguna disminución de nuestra posición delante de Dios." Randolph O. Yeager, The Renaissance New Testament (Gretna, Louisiana: Pelican, 1983, p. 200).

Aun cuando ambos, Lutero y Calvino, concordaron con la doctrina de la doble predestinación de Agustín, ambos definieron la justificación como:

1.- La declaración legal de Dios, y

2.- La transformación por el Espíritu Santo en la experiencia del nuevo nacimiento.
 
Re: Los adventistas, el sello de Dios y las filacterias

¿PERDEMOS EL MANTO DE LA JUSTICIA CUANDO PECAMOS?

Ya que la justificación envuelve la dádiva de la justicia de Cristo sobre el creyente a través del Espíritu Santo, la pregunta es: ¿perdemos la presencia del Espíritu Santo cuando pecamos?

Ellen White consideró este asunto de dos perspectivas complementarias:

1.- El Señor no nos abandona cuando caemos; Él continúa amándonos, mirándonos como Sus hijos, y opera para darnos la victoria sobre nuestras fallas.

2.- Nosotros no estamos correctos con Dios cuando pecamos.

Vamos a considerar primero la siguiente citación animadora: "Existen los que ya experimentaron el amor perdonador de Cristo, y que desean realmente ser hijos de Dios, pero reconocen que su carácter es imperfecto, su vida faltosa, y llegan a punto de dudar si su corazón fue renovado por el Espíritu Santo. A esos yo desearía decirles: No retrocedáis, en desespero. Muchas veces, tendremos de postrarnos y llorar a los pies de Jesús, por causa de nuestras faltas y errores; pero no nos debemos desanimar. Aun cuando somos vencidos por el enemigo, no somos repelidos, ni abandonados o rechazados por Dios. No; Cristo está a la diestra de Dios, haciendo intercesión por nosotros. Dice el amado Juan: "Estas cosas os escribo, para que no pequéis; y, si alguien peca, tenemos un Abogado para con el Padre, Jesús Cristo, el justo". (1 Juan 2:1). Y no olvidéis las palabras de Cristo: "El mismo Padre os ama". (Juan 16:27). Él desea atraíros de nuevo a Si, y ver reflejadas en vosotros Su pureza y santidad. Y si tan solamente os rindiereis a Él, Aquel que en vosotros comenzó la buena obra ha de continuarla hasta el día de Jesucristo. Orad con más fervor; creed más plenamente. En la medida que vayamos desconfiando de nuestro propio poder, confiemos más en el poder de nuestro Redentor, y habremos de loarlo, a Él que es la 'salud de nuestra face'". (CC:64).

"Todos somos falibles, todos cometemos errores y caímos en pecado; pero si el perverso está dispuesto a ver sus errores, tal como son mostrados por el convincente Espíritu de Dios, y en humildad de corazón los confiesa ..., entonces podrán ser restaurados". (AFC:238).

Sin embargo, cuando estamos pecando, no estamos bien con Dios: "Un solo pecado para el cual no hubo arrepentimiento es suficiente para cerrar las puertas del Cielo contra usted. Fue por causa que el hombre no puede ser salvo con una mancha de pecado en él, que Jesús vino para morir en la cruz del Calvario. Tu única esperanza es mirar para Cristo y vivir." (Signs of the Times, 17-03-1890).

"Aquel que comete pecado es del diablo. Cada transgresión trae el alma para condenación y provoca el desagrado divino. Los pensamientos del corazón son discernidos por Dios. Cuando pensamientos impuros son mantenidos, ellos no precisan ser expresados en palabras o actos para consumar el pecado y llevar el alma a la condenación. Su pureza es manchada, y el tentador ha triunfado". (4T:623).

"Él pecador indefenso debe aferrarse a Cristo como su única esperanza. Si él deja escapar su aga-rradero por un momento, coloca en peligro su propia alma y las almas de los otros. Solamente en el ejercicio de una fe viva estaremos salvos. Pero la perpetuación de cualquier pecado conocido, la negligencia de deberes conocidos, en casa o fuera de ella, irá a destruir la fe, y desligar el alma de Dios." (FCV:138).

"Tan luego como nos separamos nosotros mismos de Dios a través del pecado, que es la transgresión de Su ley, Satanás toma el control de nuestras mentes. Nosotros pasaremos a buscarlo ansiosamente para ser atraídos a Dios." (Review and Herald, 12-07-1887).

"Cuando damos oportunidad a la impaciencia, colocamos el Espíritu de Dios fuera de nuestro corazón, y damos lugar a los atributos de Satanás". (2MS:236).

"Tan luego como un hombre se separa de Dios de tal manera que su corazón no está bajo el poder conquistador del Espíritu Santo, los atributos de Satanás serán revelados, y el va a comenzar a oprimir sus compañeros." (TM:78).

"Me fue me mostrado que fue cuando David era puro, y caminaba en el consejo de Dios, que Dios lo llamó de el hombre conforme Su propio corazón. Cuando David se alejó de Dios, y manchó su virtuoso carácter con sus crímenes, el no era mas el hombre conforme el corazón de Dios. Dios no iría justificarlo en su último estado pecaminoso, y así envió Natán, Su profeta, con terribles denuncias para David, por haber transgredido los mandamientos del Señor. Dios mostró su desagrado por causa de las muchas mujeres que David poseía, visitándolo con juzgamientos, y permitiendo que la maldad floreciese contra él de dentro de su propia casa. La terrible calamidad que Dios permitió que viniese contra David, que, para su integridad, fue una vez llamado de el hombre conforme el corazón de Dios, es una evidencia para las generaciones posteriores de que Dios no va a justificar ninguna persona que transgreda Sus mandamientos; sino que Él ciertamente va a punir al culpado, no importando cuan justos o favorecidos por Dios ellos puedan haber sido cuando ellos seguían el Señor en pureza de corazón.

Cuando el justo deja la justicia y practica la maldad, su justificación pasada no lo salvará de la ira de un Dios justo y santo." (1 Spirit of Prophecy:379).

"Nadie se engañe con la creencia de que puede hacerse santo mientras voluntariamente transgrede uno de los mandamientos de Dios. El cometer el pecado conocido hace silenciar la voz testimoniadora del Espíritu y separa el alma de Dios.

'Pecado es quebrantamiento de la ley'. Y 'cualquiera que peca (transgrede la ley) no Lo vio ni Lo conoció'. (1 Juan 3:6). Aun cuando Juan en sus epístolas trate tan ampliamente del amor, no duda, sin embargo, en revelar el verdadero carácter de esa clase de personas que pretenden ser santificadas al mismo tiempo en que viven transgrediendo la ley de Dios. 'Aquel que dice: yo lo conozco, y no guarda Sus mandamientos, es mentiroso, y en él no está la verdad. Pero cualquiera que guarda Su Palabra, el amor de Dios está en él verdaderamente perfeccionado'.(I Juan 2:4-5). Esta es la piedra de toque de toda profesión de fe. No podemos atribuir santidad a cualquier persona sin compararla con la medida de la única norma divina de santidad, en el Cielo y en la Tierra." (GC:473).

"Pero mientras Dios puede ser justo, y aun justificar el pecador a través de los méritos de Cristo, hombre ninguno puede cubrir su alma con el manto de la justicia de Cristo si continua practicando pecados conocidos, o negligenciando deberes conocidos. Dios requiere la entrega completa del corazón, antes que la justificación pueda tomar lugar; y para que el hombre pueda retener la justificación, tendrá que existir continua obediencia, a través de una fe activa y viva que opera por amor y purifica el alma... Para que el hombre sea justificado por la fe, esta precisa alcanzar un punto en el cual pueda controlar las afecciones e impulsos del corazón; y es por la obediencia que la fe se torna perfecta". (1MS:366).

"Cada pecado tendrá que ser renunciado como la cosa odiada que crucificó el Señor de la vida y de la gloria, y el creyente tiene que tener una experiencia progresiva haciendo continuamente las obras de Cristo. Es mediante una entrega continua de la voluntad, por continua obediencia, que las bendiciones de la justificación son retenidas." (1MS:397).

¿Es la posición de Ellen White, de que un pecado nos separa de Dios, bíblica?
Consideremos las implicaciones de Rom. 8:12-14: "Así, pues, hermanos, somos debedores, no a la carne como si constreñidos a vivir según la carne. Porque, si vivieres según la carne, camináis para la muerte; pero, si por el Espíritu mortificares los hechos del cuerpo, ciertamente viviréis. Pues todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos de Dios".

¿Es un acto pecaminoso una capitulación para la carne? Es justo decir que una persona que cometió un acto pecaminoso ha "mortificado los hechos del cuerpo"? ¿Está la persona que cometió un acto pecaminoso permitiendo que ella misma sea "guiada por el Espíritu de Dios"?

Consideremos también Gal. 5:16-18: "Digo, sin embargo: Andad en el Espíritu, y jamas satisfaréis la concupiscencia de la carne. Porque la carne milita contra el Espíritu, y el Espíritu contra la carne, porque son opuestos entre si; para que no hagáis lo que por acaso sea de vuestro querer. Pero, si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley".

Cuando cometemos un pecado, ¿gratificamos los deseos de la carne? ¿Cómo podríamos argumentar de manera diferente? Pero, "la carne milita contra el Espíritu". Siendo así, nosotros no estamos siendo controlados y guiados por el Espíritu cuando cometemos un pecado. Estamos "bajo la ley" cuando pecamos. Si estamos bajo la ley y no estamos siendo controlados por el Espíritu, hemos perdido el manto de la justicia; hemos perdido la justificación.

"Y si alguien no tiene el Espíritu de Cristo, ese tal no es de Él". (Rom. 8:9). Cuando pecamos, no tenemos el Espíritu de Cristo en el control de nuestro corazón; y así, no pertenecemos a Cristo.

La justificación está identificada en las Escrituras con el perdón. (Vea Hechos 13:38-39; Rom. 4:1-8; 6CBA:1070-1071).

¿Precisamos de perdón cuando cometemos un pecado? La respuesta es obvia. (Vea 1 Juan 1:9; 2:1). Entonces precisamos de la justificación cuando pecamos.

"Ser perdonados de la manera como Cristo perdona no es solamente para ser perdonados, sino para ser renovados en el espíritu de nuestra mente". (Review and Herald, 19-08-1890).

¿Un pecado da evidencia de que hemos sido renovados, o él da evidencia de lo contrario? Pablo urgió los Efesios a no dar "lugar al diablo". (Efe. 4:27).

"No salga de vuestra boca ninguna palabra torpe, y, sí, únicamente la que sea buena para edificación, conforme la necesidad, y así transmita gracia a los que oyen. Y no entristezcáis el Espíritu de Dios, en el cual fuisteis sellados para el día de la redención. Lejos de vosotros toda amargura, y cólera, e ira, y gritería, y blasfemia, y así como toda malicia. Antes sed unos para con los otros benignos, compasivos, perdonándoos unos a los otros, como también Dios en Cristo os perdonó". (Efe. 4:29-32).

Entonces la malicia, amargura, cólera, gritería, blasfemia, falla en ser benignos y compasivos, entristece el Espíritu de Dios. Cuando entristecemos el Espíritu, no estamos bien con Dios; hemos perdido el manto de la justicia y estamos precisando de perdón y limpieza.

Las enseñanzas de Juan son casi inequívocas en este aspecto. "Todo aquel que practica el pecado, también transgrede la ley; porque el pecado es la transgresión de la ley". (1 Juan 3:4).

No es solamente el pecado habitual que es transgresión de la ley; cualquier pecado es transgresión de la ley.

"Sabéis también que Él se manifestó para quitar los pecados, y en Él no existe pecado." (1 Juan 3:5).

Juan no está diciendo solamente que en Cristo no había apenas pecado habitual; él está diciendo que no había ningún pecado en Cristo.

"Aquel que practica el pecado procede del diablo, porque el diablo vive pecando desde el principio. Para esto se manifestó el Hijo de Dios, para destruir las obras del diablo". (1 Juan 3:8).

Obviamente todo pecado es del diablo, no solamente el pecado habitual. Cristo vino a destruir todo pe-cado, no solamente el hábito de pecar continuamente.

"Todo aquel que es nacido de Dios no vive en la práctica de pecado; pues el que permanece en el es la divina semilla; y ese no puede vivir pecando, porque es nacido de Dios". (1 Juan 3:9)

Todo el pasaje está hablando de cualquier pecado o de un pecado. El verso 9 en el contexto no está enseñando que el nacido de nuevo en Cristo puede pecar ocasionalmente, aunque él no peque habitualmente. El punto central es que tanto tiempo como el individuo permita que el Espíritu Santo permanezca en su corazón, él tiene el poder para no pecar. Aquel que nació de nuevo mantiene la comunión con Cristo (justificación) y el creyente hace aquello que Dios pide para que él haga. Él tiempo de poiei en 1 Juan 3:9 parece ser un presente gnómico expresando una acción escrupulosa "una verdad universal, una máxima, un hecho comúnmente aceptado, un estado o condición que existe perpetuamente". (Brooks and Winbery, Syntax The New Testament Greek). El texto no está solamente condenando el pecado habitual; él reprime todo pecado del cristiano que nació de nuevo.

Para que no quede ninguna duda cuanto al significado de esto, Juan enfatizó este punto de la siguiente manera: "En esto conocemos que amamos los hijos de Dios, cuando amamos a Dios y practicamos sus mandamientos. Porque este es el amor de Dios, que guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos no son penosos, porque todo aquel que es nacido de Dios vence el mundo; y esta es la victoria que vence el mundo, nuestra fe". (1 Juan 5:2-4).

Juan no está sugiriendo que aquellos que aman a Dios irían obedecer algunos de Sus mandamientos por algún tiempo. Ninguno de Sus mandamientos es penoso. El cristiano nacido de nuevo experimenta una victoria sobre el mundo en el sentido de que, por el poder de Cristo, él guarda Sus mandamientos habitualmente.

El resumen viene en 1 Juan 5:18: "Sabemos que todo aquel que es nacido de Dios no vive en pecado; antes, aquel que nació de Dios lo guarda, y el maligno no lo toca".

Cuando cometemos un acto pecaminoso, el maligno nos tocó; fallamos en permitir que Jesús nos guardase a través de Su poder. Perdemos nuestra posición de justificados en Dios, nuestro manto de justicia. Estamos precisando de perdón, justificación, una renovación de nuestro relacionamiento con Cristo.

Obviamente, el pecado del creyente no es exactamente igual al pecado del incrédulo. Cuando caemos en un pecado casual que es contrario al curso de nuestra vida, tenemos un Abogado (1 Juan 2:1); tenemos una corte de apelación a través de los méritos de Cristo. El Señor aun nos ama y trae convicción a nuestros corazones a través del Espíritu Santo. Pero en ese punto no podemos decir junto con Pablo, "luego, ya no soy yo quien vive, sino que Cristo vive en mí". (Gal. 2:20). Aun cuando sea temporario nuestro estado de injustificación, precisamos de una renovación a través del Espíritu Santo cada vez que caemos. Como creyentes cristianos, cada vez que quedamos conscientes de haber pecado, pedimos al Señor para que nos perdone. De acuerdo con su divina promesa, Él perdona, nos libera de la condenación, y nos limpia de toda injusticia. (Vea 1 Juan 1:9; Rom. 8:1).
 
Re: Los adventistas, el sello de Dios y las filacterias

¿CUÁL ES NUESTRA PARTE EN LA SANTIFICACIÓN?

La justificación es una dádiva de Cristo; la santificación es poseer Cristo. Debido al hecho de Cristo haberse ofrecido Él mismo por nosotros a través del Espíritu Santo, nosotros poseemos Su santa presencia en nuestros corazones. La justificación es la causa; la santificación es el resultado. La justificación es la comida; la santificación es la idoneidad. La justificación es la colocación de agua en un vaso vacío; la santificación es el vaso lleno.

La santificación es la santidad presente en Cristo. (Vea Hechos 26:18; Rom. 15:16; 1 Cor. 1:2; 6:11).

"La verdadera santificación es armonía con Dios, unidad con Él en el carácter". (6T:350).

"Santificación es un estado de santidad, exterior e interiormente, siendo santo sin reservas para con el Señor, no en forma, sino que en verdad". (NEV:214).

Santificación también es crecimiento en santidad en Cristo. (Vea 1 Tes. 3:12-13; 4:1-3; 2 Cor. 3:18; 2 Pedro 3:18).

"Precisamos constantemente una nueva revelación de Cristo, una experiencia diaria que armonice con Sus enseñanzas. Altas y santas adquisiciones están a nuestro alcance. Continuo progreso en conocimiento y virtud es el propósito de Dios para nosotros. Su ley es el eco de Su propia voz, dando a todos la invitación, 'Suba más. Sea santo, más santo aun'. Cada día podemos avanzar en el perfeccionamiento de un carácter cristiano". (MC:503-504).

La justificación es por la fe solamente, "aparte de la ley" (Rom. 3:21). La santificación también es por la fe solamente. La Biblia enseña que la santificación es a través del Espíritu Santo, nunca por el esfuerzo humano. Somos salvos "por la santificación del Espíritu y fe en la verdad". (2 Tes. 2:13). Somos santificados por el "Espíritu, para la obediencia y la aspersión de la sangre de Jesucristo". (1 Pedro 1:2; compare con Rom. 15:16).

"Los seguidores de Cristo deben tornarse semejantes a Él - por la gracia de Dios deben formar caracteres en armonía con los principios de Su santa ley. Esto es santificación bíblica. Esta obra únicamente puede ser efectuada por la fe en Cristo, por el poder del Espíritu de Dios habitando en nosotros". (CS:471).

"El alma será santificada por la verdad. Y esto es efectuado a través de la fe. Porque es solamente por la gracia de Cristo, que recibimos a través de la fe, que el carácter puede ser transformado". (3MS:191).

Tenemos que resistir arduamente el mal (Lam. 4:7-8; Heb. 12:4), pero solamente Dios da la victoria. Él nos mantiene de acuerdo con Su voluntad. Nuestra resistencia es un acto de fe; es Dios que nos libera del peso del pecado.

"En la obra de la redención no existe la compulsión. No es empleada ninguna fuerza externa. Bajo la influencia del Espíritu de Dios, el hombre es dejado libre para que escoja a quien va a servir. En la mudanza que sucede cuando el alma se entrega a Cristo, existe el más alto sentido de libertad. La expulsión del pecado es un acto del alma en sí misma. En verdad, no tenemos poder para libertarnos del control de Satanás; pero cuando decidimos ser libertados del poder del pecado, y en nuestra gran necesidad clamamos por un poder fuera y sobre nosotros, los poderes del alma son llenos con la energía divina del Espíritu Santo, y ellos obedecen los dictámenes de la voluntad en cumplimiento de la voluntad de Dios". (DTG:466).

"Todo depende de la recta acción de la voluntad. El poder de escoger lo dio Dios al hombre; a él le compete ejercerlo. No podéis mudar vuestro corazón, no podéis por vosotros mismos consagrar a Dios vuestras afecciones; pero podéis escoger servirlo. Podéis darle vuestra voluntad; Él entonces operará en vosotros el querer y el hacer, según Su beneplácito. De este modo toda vuestra naturaleza será llevada bajo el dominio del Espíritu de Cristo; vuestras afecciones se centralizarán en Él; vuestros pensamientos estarán en armonía con Él.

El deseo de bondad y santidad es, en sí mismo, loable; de nada, sin embargo, valdrán esas virtudes, si se quedan solamente en el deseo. Muchos se perderán mientras esperan y desean ser cristianos. No llegan al punto de rendir la voluntad a Dios. No escogen ahora ser cristianos.

Mediante el conveniente ejercicio de la voluntad, puede operarse en vuestra vida una mudanza completa. Entregando a Cristo vuestro querer, os aliáis con el poder que está arriba de todos los principados y potestades. Tendréis fuerza de lo alto para estar firmes y, así, por la constante entrega a Dios, seréis habilitados a vivir la nueva vida, la vida de la fe". (CC:42).

Bendiciones.

Luego todo Israel será salvo.
 
Re: Los adventistas, el sello de Dios y las filacterias

Estimado emeric. Saludos cordiales.

Tú dices:

Efectivamente. Lo expuesto por Sylvester es muy útil para ver los errores de la IASD.

Respondo: Con seguridad no leíste lo que le dijo a EMR, un versado hno. de una de las tribus de Israel carnal.

Bendiciones.

Luego todo Israel será salvo.
 
Re: Los adventistas, el sello de Dios y las filacterias

Estimado emeric. Saludos cordiales.

Tú dices:

¡ No me digas que por fin aceptas hablar de las tribus del Israel carnal !

Respondo: Los adventistas tenemos muchos puntos en común y afinidades con los hermanos judíos.

Bendiciones.

Luego todo Israel será salvo.
 
Re: Los adventistas, el sello de Dios y las filacterias

Estimado emeric. Saludos cordiales.

Tú dices:

¿ Cómo sabes que son judíos descendientes de los judíos de la Biblia ?

Respondo: Si guardan el santo sábado, con eso me basta.

Bendiciones.

Luego todo Israel será salvo.
 
Re: Los adventistas, el sello de Dios y las filacterias

Estimado emeric. Saludos cordiales.

Tú dices:

¿ Pueden probarlo ellos ?

Respondo: El Señor los premió con la inteligencia.

Un judío puede estudiar simultáneamente dos carreras difíciles si se lo propone, tales como abogacía y medicina.

Bendiciones.

Luego todo Israel será salvo.
 
Re: Los adventistas, el sello de Dios y las filacterias

Estimado emeric. Saludos cordiales.

Tú dices:

Pregunto si un judío puede probar que desciende de los judíos de los tiempos bíblicos. ¿ Te haces el tonto, o qué ?

Respondo: ¿Sabría Hitler que asesinó equivocadamente a no judíos que se hacían pasar por tales?

Emeric, no te desesperes.

Anda a una Sinagoga y haz un estudio antropológico.

Tu mismo te puedes desengañar.

Bendiciones.

Luego todo Israel será salvo.