En primer lugar, la verdadera Ley que Dios dio a Moisés es la Ley que Jesucristo nos enseñó en el Evangelio. El viejo testamento es otra cosa.
En segundo lugar, todos los preceptos del viejo tesamento que fueron abolidos por Jesucristo no eran mandamientos de
Dios sino preceptos de hombres, pues Jesucristo no vino a abolir la Ley de Dios, sino a darla a conocer plenamente.
Jesucristo, cuando predicó el Evangelio, dijo: "NO MATARÁS" (Mateo 5 y Mateo 19). Así que los preceptos del viejo testamento que mandaban que los hombres mataran a otros hombres no eran Ley de Dios, pues Jesucristo es Dios y Él los abolió.
Jesucristo también abolió y no cumplió los mandamientos del viejo testamento que mandaban matar a pedradas a las personas por diversas causas. Así nos dice el Evangelio:
"Entonces los escribas y los fariseos le trajeron una mujer sorprendida en adulterio; y poniéndola en medio, le dijeron: Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en el acto mismo de adulterio. Y en la ley nos mandó Moisés apedrear a tales mujeres. Tú, pues, ¿qué dices? Mas esto decían tentándole, para poder acusarle. Pero Jesús, inclinado hacia el suelo, escribía en tierra con el dedo.
Y como insistieran en preguntarle, se enderezó y les dijo: El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella. E inclinándose de nuevo hacia el suelo, siguió escribiendo en tierra. Pero ellos, al oír esto, acusados por su conciencia, salían uno a uno, comenzando desde los más viejos hasta los postreros; y quedó solo Jesús, y la mujer que estaba en medio. Enderezándose Jesús, y no viendo a nadie sino a la mujer, le dijo: Mujer, ¿dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te condenó? Ella dijo: Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más"(Juan 8).
Con esta enseñanza, Jesucristo dejó abolidos los mandamientos del viejo testamento que mandaban que los hombres mataran a las personas por diversas causas, pues todos los hombres son pecadores. Y si Jesucristo quitó a los hombres toda autoridad para matar a las personas cuando les dijo "El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella", es que los hombres nunca tuvieron autoridad para matar a las personas, pues todos los hombres son pecadores.
El único que estaba libre de pecado era Jesucristo, y tampoco condenó a la mujer.Así que Él tampoco cumplió esas leyes del viejo testamento que mandaban matar a pedradas a las personas. Bien claro nos dejó su ejemplo para que comprendiéramos que Dios no quiere que los hombres hagan daño ni maten a sus semejantes, por tanto, las enseñanzas del Evangelio dejan abolidos todos los mandamientos del viejo testamento que no contemplan la misericordia ni el perdón y mandan que los hombres hagan daño y maten a otros hombres.
Los primeros cristianos se distinguían porque no hacían guerras ni mataban a nadie, pero esto no les interesaba a los caudillos poderosos que vivían de la guerra, y entonces, abandonaron los mandamientos del Evangelio, inventaron religiones, y a través de ellas volvieron a imponer al mundo las leyes del viejo testamento que mandaban matar a las personas.
Lo que Jesucristo abolió, los poderosos dictadores del mundo volvieron a imponerlo como si fuera mandamientos de Dios. Abandonaron el Evangelio y se fueron de nuevo tras las leyes del viejo testamento. Desde entonces, sólo se ha vivido un falso cristianismo (emperador Constantino y sus descendientes, siglo IV).