Re: Lo que ofrece el Islam
...es que decir o insinuar que por el hecho de ser Musulman uno pertenece a la "Jihad" (denominación que muy pocos saben de donde proviene) y que son unos terrorístas, cuando resulta que TODOS los que estudian las Escrituras saben que cuando no se comprenden las mismas a fondo en algunos pasajes parece estar invitando a la aniquilación de personas (ignorancia en la que se basaron los inquisidores "cristianos" para asesinar o incluso los "judíos" que en su Talmud Babilonico interpretan de la Palabra de YHVH que ello sí pueden matar a todo aquel que no sea "judío") ya me parece bestial.
Pero nada de ello me extraña claro. Satán tiene que colocarse en las casas "religiosas" para operar desde allí. Así la confunsión es mucho mayor.
Por cierto, creo que sería muy interesante conocer antes algo sobre la conocida como "Jihad islamica" antes de que aparezcan los que acusan a la mayoria de Musulmanes de terrorístas:
En la sala parlante de la biblioteca, en la Universidad Hebrea de Jerusalem, me vuelvo a encontrar con Sharonah, la profe-genia de historia, reuniendo material para su doctorado en filosofía, y poniendo en aprietos a más de una confundida bibliotecaria. Como siempre charlamos, los temas saltan de uno a otro, y la posibilidad de convivencia con nuestros vecinos (y co-inquilinos) árabes no podía estar afuera. Enseguida me provoca, insinuando que el concepto musulmán de "Jihad" (guerra santa), es un invento judío. También aclara:
las fuentes islámicas prohiben dirigir guerras santas contra judíos. Atención, alumnos, que la clase va a comenzar.
-¿Qué tiene que ver el concepto de Jihad con el judaísmo y los judíos?
-El término
Jihad es problemático.
Está en el Corán, pero se basa en un concepto judío.
-Caramba, Sharonah, ¿otra vez la culpa la tenemos los judíos?
-No, no podemos llegar tan lejos. La puesta en práctica del Jihad fue bastante distinta, que la de la "guerra obligatoria" en el judaísmo, en el sentido de la magnitud y el alcance. El concepto de guerra obligatoria, miljemet mitzvá, lo encontramos en el libro Bamidvar (Números), también en Shemot (Exodo). Se trata de una guerra que cada miembro de la casa de Israel está obligado a pelear. Hubo épocas en las que los judíos llevaron a cabo miljamot mitzvá con una crueldad bastante salvaje. La conquista de la Tierra Prometida no fue un camino de flores, y la Biblia es bastante honesta en su descripción de lo que ocurrió, incluso describiendo masacres y elementos que no se condicen hoy en día con nuestra imagen de judaísmo humanista.
Ahora bien. Mahoma, que nació en el siglo 6, estaba muy influenciado por los judíos. Era huérfano, y en su adolescencia solía viajar con comerciantes judíos en sus caravanas entre Meca y Medina. De ellos aprendió muchos conceptos, entre ellos la unicidad de Dios. Hay que tener cuidado con decir que Mahoma fue antisemita: primero, por que fue más semita que tú o yo; y segundo, porque las desavenencias con los judíos tuvieron siempre razones políticas. El tomó conceptos judíos, e incluso mantuvo las reglas del copyright, dando todo el crédito a los judíos, a los que llamaba um el ktab, pueblo del libro.
-Uno tendía a pensar que el concepto de guerra obligatoria tenía que ver con situaciones de peligro existencial: sólo la hacemos cuando estamos amenazados. Los musulmanes, en cambio, la han implementado con agresividad y fines explícitos de conquista.
-Sí, todos hemos aprendido esa mentira. Si tú fueras un inocente canaanita, trabajando tu tierra, y de repente se te hubieran aparecido en el horizonte las 12 tribus de Israel diciéndote que tu tierra es en realidad suya, y que te iban a conquistar, y que si aceptabas el dominio hebreo está todo bien, pero si no te mataban, no creo que los israelitas te hubieran parecido más misericordiosos que los árabes en otra época.
-El apologista judío va a decir que era distinto: los hebreos estaban regresando a su tierra, y se limitó a las fronteras de una "Tierra Prometida". El Jihad se extendió mucho más allá de las fronteras de la tierra natal de Mahoma.
-Sí, es cierto, si bien nuestro concepto de Tierra Prometida se ha ido achicando o "ampliando" según las épocas. Pero la idea de "volver" a nuestra tierra 400 años después de haberla abandonado, y aniquilar a los que la habían habitado en nuestra ausencia, no era mucho más bondadoso. Lo que sí es cierto es que, fuera de la época de la conquista de Canaán, el concepto de guerra obligatoria fue marginal para el judío. En el Islam, en cambio, ocupó un lugar bastante central.
Mahoma pensó que el judío lo iba a seguir, y de hecho, no entendía por qué no lo aceptaba como profeta, porque desde su punto de vista, él estaba cumpliendo con todos los preceptos judaicos. Para los judíos, Mahoma no era divino, ni le estaba aportando absolutamente nada nuevo a lo que ya sabía. Para el árabe politeísta, en cambio, Mahoma sí pudo presentarse como el mensajero de Dios.
-¿Qué dijo Mahoma de hacer el Jihad contra los judíos?
-En el Corán, Mahoma dice que hay que llevar a cabo el Jihad "contra los infieles". Ahí surge la pregunta de qué somos nosotros, cómo nos describe el Corán. Primero hay que recordar que Mahoma no escribió el Corán, sino que fue escrito 30 años después de su muerte por una "cofradía de amigos", los Sahabi, pues es admitido por el mismo Islam el hecho de que Mahoma era analfabeto. Pero lo importante es lo que está escrito en el Corán. Y ahí se expresa inequívocamente que el judío no es un infiel, por ser monoteísta. El judaísmo es una de las dos religiones permitidas fuera del Islam. La segunda es el cristianismo. El Corán determina que sólo esas dos religiones pueden existir bajo su égida.
Así, el Islam entró en un problema por ejemplo en la India, en la época en que dominaron allí, pues con tantos hindúes, obviamente no podían llevar a cabo una guerra santa, pero en 1948 hubo una guerra terriblemente sangrienta entre musulmanes e hindúes. El hinduismo sería, en la estricta visión del Corán, una religión idólatra.
-Pero se aclara también que judíos y cristianos tienen derecho a existir, pero "bajo su égida", es decir sin derechos de autodeterminación.
-Si nosotros no dimos a otros pueblos que consideramos "idólatras" ese derecho, ¿por qué pensar que nuestros primos iban a ser más bondadosos, especialmente cuando aprendieron de nosotros? De todos modos, lo importante es que al judío no se lo va a matar como objeto del Jihad. Dicho esto, citamos a un historiador de la derecha, Rafi Elpatai, que va a decir: ay, ay, cuidado, porque Mahoma mató judíos, y cómo. Y es bien cierto que lo hizo, incluso aniquiló tribus judías enteras en Arabia Saudita. No debemos negar ninguna verdad histórica: lo hizo. Y lo hizo, con la ayuda de otras tribus judías.
-¡¿Cóooooomo?!
-Sí, los judíos de la época estaban también divididos en tribus, y había algunas aliadas con Mahoma, y otras opuestas a él. Entonces es cierto: Mahoma masacraba judíos que se le oponían. Pero Mahoma también masacraba árabes que no lo aceptaban. Eso no era Jihad, el cual estaba dirigido sólo contra los paganos, los politeístas, que en la visión musulmana no tienen derecho de existir.
Para que quede bien claro: Mahoma mató a judíos, pero no en el marco del concepto del Jihad, sino en el de la condición de que su existencia fuera bajo la égida musulmana, que no todos los judíos quisieron aceptar.
-Sí, o sea por razones estrictamente políticas. Pero no tenemos que caer en esa historia de que Mahoma era un "mata-judíos", porque es una estupidez. Durante los primeros 300 años de Islam, los judíos esquivaron el horrible destino que les estuvo destinado a los paganos. Las comunidades judías en lugares conquistados por el Islam, como Babilonia y la Península Arábiga, no sólo siguieron existiendo sino que florecieron. El ejemplo más famoso es España, conquistada por los musulmanes en el 711 dec. Allí había judíos ya desde antes, que vivían bajo los cristianos visigodos, que los trataban como basura. Tarik Ibn Ziad, el caudillo del Jihad musulmán que se apoderó de España, era fiel aliado de los judíos. Estos lo ayudaron entusiastamente en su Jihad contra los cristianos, con los que tenían una cuenta pendiente. Una vez consolidado en el poder, Ibn Ziad comenzó a repartir regalos políticos a los judíos, en status y en puestos de poder que eran impensables incluso en el resto del mundo musulmán.
Y aquí empezamos a ver que la interpretación del Jihad dependía mucho del soberano de turno. Los primeros califas en España, la dinastía Omaya, nos amaban. Pero hacían Jihad contra los cristianos. Un ejemplo interesante es Shmuel Hanaguid (993-1056 dec., por si alguien busca exactitud histórica), uno de los arquitectos de la Alhambra y gran personaje de la historia sefardí. Pues bien, Shmuel Hanaguid fue general del ejército musulmán del rey Badis de Andalucía. Entonces tenemos judíos luchando en la guerra santa musulmana, lo cual no estaba permitido por el Corán, que determina que en ella pueden participar solamente musulmanes. Otro ejemplo ocurrió cuando Salaj A-Din, un musulmán bastante reformista, conquistó Jerusalem de manos de los cruzados en 1187; los judíos que quisieron ayudarlo pudieron hacerlo.
Por el contrario, en la misma época, el califa musulmán del Yemen emprendió un Jiahd feroz contra los judíos. Sabemos de eso por una carta que enviaron los judíos al Rambam, que fue el médico de Salaj A-Din. Allí contaban cómo los musulmanes habían entrado a sus casas, violado a sus hijas, matado a sus familias, con la orden de aceptar el Islam o morir. El Rambam mostró la carta a Salaj A-Din, quien tenía buena onda con los judíos, e intervino a favor de los judíos del Yemen, deteniendo el Jihad antijudío. O sea que dependíamos de la buena voluntad del califa, que en general era buena, pero cuando era mala, era horrible.
Otro ejemplo horripilante se dio en Bagdad, en el siglo 12, cuando el califa Harum Al Rashid emprendió una serie de verdaderos pogroms contra los judíos. Pero en general hasta el siglo 20, el Jihad no nos tocó mayormente.
Entrando en el siglo 20, la cosa se complica. Se va a dar una puja política entre el nacionalismo árabe y el sionismo, que luchaban por la misma tierra. El nacionalismo árabe tuvo su cuna en Siria, que consideraba a Palestina como su territorio sureño. Estamos en Jerusalem, principios de los años ’20 de nuestro siglo, cuando había mucha influencia de un pensador fundamentalista musulmán llamado Iz A-Din Alkassam...
-Que hoy en día da nombre a la famosa célula del Hamás.
-Exacto. ¿Y quién era Iz A-Din Alkassam? No era por cierto un hombre muy agradable, ni para los judíos ni para la mayoría de los árabes que hoy llamamos "árabes israelíes", los que en general rechazaron su mensaje. Y su mensaje era que en toda la historia, el Islam había sido demasiado tolerante con los judíos, y que había sido un error no llevar adelante el Jihad contra ellos. Entonces se juntaron toda la paranoia, bastante justificada, de los árabes por todo el fenómeno del sionismo, y toda la paranoia de los judíos, también bastante justificada, por el fenómeno del panarabismo. Alkassam intentó fomentar atentados contra judíos, y no tuvo éxito. Pero sí tuvo un seguidor muy famoso, Hadj Amin El Husseini.
-El mufti de Jerusalem,
famoso por su amistad con Hitler...
-Pariente de Yaser Arafat, y de Faisal Husseini, que tiene mejor onda que su antepasado. Muy fundamentalista, intolerante, amigo de Hitler, y nombrado paradójicamente por un judío: el alcalde de Jerusalem, Sir Herbert Samuel, un judío ortodoxo enviado por el rey Eduardo de Inglaterra. Es muy extraño el hecho de que un judío haya llevado a un fundamentalista como ése a un lugar de tanto poder.
-¿Qué pasó, no se dio cuenta o había algo más?
-Hay una teoría. Samuel decía que él era primero inglés y después judío: inglés de fe mosaica, y no judío de ciudadanía inglesa; al fin y al cabo un enviado del Mandato Británico. En aquella época, el nombramiento de El Husseini servía más a los intereses y la política del Mandato, que consistía en evitar cualquier posible colaboración entre judíos y árabes en Palestina. Y este mufti lo iba a lograr. El Husseini decidió llevar adelante una política de Jihad contra la población judía, y desafortunadamente tuvo mucho éxito. El más famoso ejemplo fue el atentado contra la comunidad judía de Hebrón en 1929, donde murieron 36 judíos. No se trataba de judíos sionistas. Tengo que admitir que mi comunidad, la sefardí, era bastante anti-sionista. Siempre tuvieron buenas relaciones con los árabes y preveían que el sionismo se las iba a estropear. Y justamente ellos fueron elegidos por Hadj Amín El Husseini como el blanco de su Jihad. No lo estoy señalando para justificar el fanatismo de ciertos judíos que hoy en día viven en Hebrón, pero sí para aclarar el hecho de que El Husseini era sencillamente antijudío. Envió a sus secuaces al patio de la sinagoga sefardí llamada El Cortijo, y simplemente masacraron a judíos que se hallaban allí. ¿Y cuál fue la justificación de El Husseini? Dijo que los judíos habían envenenado a Mahoma. Era una estupidez total. No la vas a encontrar en el Corán ni en ninguna fuente musulmana. Sólo una idea política del mufti.
Hay que aclarar que la mayoría de los árabes rechazaron el extremismo, y que el entonces alcalde de Hebrón intentó defender a los sefardíes. Se cuenta una historia que resulta ser cierta: él salió blandiendo su espada montado en un caballo blanco para rechazar a los secuaces de El Husseini plantado en la puerta de la sinagoga. Cuento esto, también, porque esta masacre es permanentemente manipulada por los extremistas de nuestro lado para justificar otras atrocidades ocurridas en Hebrón, más recientemente.
-Al Jihad organizado le va a costar levantar cabeza nuevamente. ¿Cuando se vuelve a asomar?
-En 1981, cuando miembros del nuevo Jihad Islámico en Egipto asesinaron a Anwar El Sadat. El atentado, dicho sea de paso, fue financiado por Libia. Los responsables calificaron el atentado como "un acto glorioso del santo Jihad": otra tergiversación del concepto religioso, porque Sadat estaba lejos de ser pagano, era un musulmán bastante creyente, muy distinto de Nasser en este sentido.
Llegamos a fines de los ’80, e Israel impuso a los palestinos de los territorios la prohibición de las asambleas públicas. Esto fue una idiotez grande como una casa, porque condujo a que los únicos lugares donde los palestinos podían reunirse públicamente fueran las mezquitas. E Israel, obviamente no iba a prohibir también el rezo público. Como resultado, extremistas palestinos lograron penetrar en el pueblo a través de las mezquitas, especialmente en Gaza, y pudieron así formar una nueva agrupación que conocemos como el Hamás. Ahora, si quieres reírte, te cuento que Itzjak Shamir, en 1988, dijo que el Hamás iba a ser mucho menos peligroso que la OLP, por el solo hecho de estar en contra de Arafat. Y bajo esta hipótesis, no es secreto que Israel ha canalizado fondos para el Hamás en ese mismo año. ¡Ups! Se equivocaron.
Ya en 1989 quedaba claro que el mensaje del Hamás, encabezado por el jeque Ajmad Iasín, que se considera el fundador y el adalid ideológico, era aun más sanguinario que el de la OLP. También era un mensaje en contra de la OLP, precisamente por ser una organización laica. Entonces el Jihad no sólo abarcaba a Israel, sino también a cualquier palestino laico. Es más: tal como lo documentó el periodista yanqui Carl Karthammer, durante la Intifada hubo más palestinos que murieron en luchas fratricidas entre la OLP y Hamás, que víctimas palestinas de la represión israelí. Es decir que mientras judíos y palestinos luchaban, el escenario olvidado, pero que fue mucho más feroz, fue entre palestinos laicos y palestinos religiosos.
Después tuvimos otras instancias muy feas, como el atentado a la AMIA en Buenos Aires, que también fue resultado de por lo menos la colaboración de elementos musulmanes fundamentalistas que vieron en el judío como tal, blanco del Jihad.
-¿Cómo describirías la situación hoy en día, en cuanto a la interpretación del concepto del Jihad en el contexto del proceso de paz?
-Hoy en día está sucediendo algo interesante. Se dice que dentro del Hamás actualmente hay una rama dispuesta a entablar conversaciones con Israel. Eso significaría que estarían modificando nuevamente su interpretación del Jihad con respecto a los judíos. Me remito a un rabino de la ultraderecha israelí, Menajem Fruman, que vive en asentamiento judío en los territorios llamado Tekoa, que entabla desde hace 5 años por lo menos, charlas semanales con representantes del Hamás.
-¿Piensas que estas charlas son un factor que influye en el viraje de esa parte del Hamás?
-No, para nada, sería muy pretensioso decirlo. Son, en cambio, una prueba de que algo dentro de esa organización está cambiando, que el concepto del Jihad contra la "entidad sionista" tiene que estar flexibilizándose a una postura menos extremista.
Para resumir, hay un historiador israelí, Emanuel Siván, aquí en la Universidad Hebrea, que se dedica a estudiar el tema del Jihad, y sus libros están traducidos al español. Siván busca un punto medio, y dice que los que quieren pintar la historia del Jihad como algo nítidamente antisemita están cometiendo una horrible manipulación histórica. Y paralelamente, quienes pretenden ignorar muy feas instancias del abuso del concepto del Jihad contra los judíos, también están pintando una mentira color de rosa.
Les pondré el link de donde encontrar esta inforamción aunque aviso de que existe un aviso de que acceder a dicha web podria dañar a sus pc´s. Sólo tienen que hacerlo por Google para leer el aviso.
http://www.wzo.org.il/es/recursos/view.asp?id=310
Un saludo,
Hope