La Sociedad Bíblica Británica y Extranjera se fundó en 1804, y la Sociedad Bíblica Americana se estableció en el 1816. Dice Ralph Earle que "estamos de acuerdo con la sana opinión protestante de los últimos 400 años en que los libros apócrifos no son parte de la inspirada y autoritativa Palabra de Dios". En tal sentido la "Sociedad Bíblica Nacional de Escocia tomó la posición de que si estos libros no eran Palabra de Dios dada por inspiración, ellos no debían malgastar el dinero imprimiéndolos como parte de la Biblia. Dicha Sociedad hizo una petición a la Sociedad Bíblica Británica y Extranjera, la cual votó en 1827 (las Sociedades Bíblicas dicen ahora que fue en el 1826) que no emplearía ninguno de sus fondos para publicar los libros apócrifos"
Por espacio de 150 años las Sociedades Bíblicas se mantuvieron fieles al acuerdo que tomaron en 1826. Pero en 1968 han revocado o ignorado aquel acuerdo, y están publicando y promoviendo una versión de la Biblia que incluye los libros apócrifos (VP). ¿A qué se debe tan sorprendente cambio de actitud?.
El doctor Gonzalo Báez-Camargo, hablando como vocero de las Sociedades Bíblicas, dice que éstas no se atribuyen la facultad de determinar cuáles libros son inspirados y cuales no lo son. He aquí sus palabras:
"Cuando las Sociedades Bíblicas publican ediciones sin los deuterocanónicos es para responder a las necesidades de las iglesias que no los aceptan como parte del A.T., sin que esto signifique en modo alguno que al hacerlo las sociedades dictaminen que sólo esos libros son inspirados. Cuando publican ediciones que contienen los libros deuterocanónicos, para iglesias que los aceptan, es también sólo para responder a las necesidades de ellas, sin que tampoco eso implique de parte de las Sociedades, un dictamen que los declare igualmente inspirados que los otros"
Otro funcionario de las Sociedades Bíblicas nos ha dicho: "Nosotros constituimos una organización interconfesional, no podemos tratar de decir quien tiene la razón. Nuestra misión es otra". Como vemos, por las declaraciones que hemos expuesto, los dirigentes de la mencionada Sociedad se refugian tras el muro de la interconfesionalidad. Dicen que tienen que publicar lo que les pidan, y que no están llamados a ejercer juicio propio determinando si los libros apócrifos son o no inspirados. Nuestra misión, dicen ellos, es otra. Esta posición nos parece que tiene carácter evasivo, y nos resulta decepcionante.
No pensaban así los directores que en el 1826 determinaron que las Sociedades Bíblicas no emplearían ninguno de sus fondos para publicar los libros apócrifos. Cuando los actuales directores dicen, por boca de sus voceros, que no les importa si los libros apócrifos son inspirados o si no lo son, tenemos que preguntamos si creen realmente en la inspiración divina de los 39 libros que integran el canon hebreo. Al redactar estas líneas estamos pensando en lo que dice la Palabra de Dios en Jueces 2:10. "Y toda aquella generación fue también reunida con sus padres. Después de ellos se levantó otra generación que no conocía a Jehová, ni la obra que él había hecho por Israel."
Siempre hemos esperado ver en las Sociedades Bíblicas un baluarte de lo que implica la expresión y proclamación de las Sagradas Escrituras. En esta ocasión nos dijo el entonces Secretario de la Agencia Bíblica en Cuba, doctor Joaquín González Molina, al afirmar que las Sociedades Bíblicas tenían por misión el velar por la pureza del Sagrado Libro. No concebimos como una institución creada para la difusión de las Sagradas Escrituras confiese en estos tiempos que no tienen un criterio definido sobre los libros que han de clasificarse como inspirados.
La gravedad del asunto que estamos considerando estriba en que Sociedades Bíblicas se ha asociado con el Vaticano. La Iglesia Católica Romana hace aporte económico a las Sociedades Bíblicas, y siempre que una persona o institución acepta favores, dádivas o subvenciones de otra persona o institución, se subordina al que le ayuda o paga; de manera que debe bailar al son de la música que le toquen.
Hasta ahora, la esfera de servicio de las Sociedades Bíblicas eran las iglesias evangélicas, pero de ahora en adelante las mencionadas Sociedades han agregado la iglesia romana a su esfera de servicio. El doctor Báez-Camargo en el articulo citado anteriormente, manifestó lo siguiente: "El renacimiento bíblico en el seno del catolicismo romano, que ha cobrado fuerza...después del Concilio Vaticano II, el cual abrió las puertas para la colaboración ecuménica en el campo Bíblico, puso en contacto a las autoridades católicas con las Sociedades Bíblicas...Producto de las conversaciones tenidas por ambas partes, fue el acuerdo de que consignara en los Principios Normativos para la Cooperación Interconfesional en la Traducción de la Biblia, concluido en 1968. Las autoridades católicas aceptaron dar su apoyo oficial a ediciones de la Biblia con los deuterocanónicos en sección aparte, antes del N.T." Y más adelante, agrega Báez Camargo "Esta nueva situación implica que la iglesia Católica Romana participará de los privilegios y de los deberes financieros como todas las iglesias que actualmente cooperan con las Sociedades Bíblicas".
La asociación de las Sociedades Bíblicas con el Vaticano es producto del movimiento ecuménico promovido, al mismo tiempo, por la Iglesia Romana y el Concilio Mundial de Iglesias. Después del Concilio Vaticano II, la Iglesia Romana se ha lanzado a la tarea de atraer a su seno a todas las iglesias llamadas cristianas, y algunos lideres del Concilio Mundial de Iglesias han manifestado que están dispuestos a pasar por encima de muchos obstáculos, y sacrificar lo que haya que sacrificar, para llegar a la constitución de un organismo mundial que agrupe a todas las iglesias.
La Inclusión de los libros apócrifos en una versión de la Biblia editada por las Sociedades Bíblicas constituye una contribución por parte de los directores de las mencionadas entidades a los fines que persigue el ecumenismo mundial. Con la inclusión, el Vaticano consigue una victoria. Los evangélicos hemos venido diciendo, por espacio de 400 años, que las versiones católicas de la Biblia incluyen libros que no son inspirados por Dios, pero de ahora en lo adelante nos dirán que si sus versiones están adulteradas, las nuestras también lo están.
Las Sociedades Bíblicas dicen, por boca de sus voceros, que publican la Biblia con los libros apócrifos porque la Iglesia Católica se lo ha pedido. ¿Con qué propósito se lo han pedido? No es necesidad de Biblias en el campo católico. La Iglesia Romana está editando más versiones de la Biblia en español que las iglesias evangélicas. En la actualidad, todo católico que quiere leer la Biblia tiene una Biblia católica a su alcance. El fin que persigue la Iglesia Romana es quitar del camino un obstáculo para llegar a la meta del ecumenismo. Tapar la boca a los que criticamos la inclusión de los apócrifos en la Biblia. Y Establecer un eslabón para llegar a la constitución de un solo organismo mundial que agrupe a todas las iglesias a la sombra del Vaticano.
No nos oponemos a que las Sociedades Bíblicas vendan Biblias a la Iglesia Romana y a todo el que se las pida, para eso se organizaron. Lo que nos parece condenable es que las publiquen adulteradas, que agreguen a la Palabra de Dios libros con enseñanzas contrarias a la doctrina Bíblica. Esto implica claudicar en aras del ecumenismo, de "Mammon", o de la filosofía de aquel Príncipe que dijo: "París bien vale una misa". El Señor aconsejó a sus discípulos que se guardasen de la levadura de los fariseos, y Pablo dijo a los cristianos de Corinto que un poco de levadura leuda toda la masa. A los Gálatas les advirtió que algunos quieren pervertir el evangelio de Cristo. Y la Biblia se cierra con la siguiente amonestación: "Si alguno añadiese a estas cosas, Dios traerá sobre él las plagas escritas en este libro" (Apocalipsis 22:18)
Hasta ahora hemos dicho que la Biblia es la Palabra de Dios, pero una Biblia con los libros apócrifos no se puede decir que es la Palabra de Dios, porque en tal volumen, a la Palabra de Dios se le han agregado libros que no son de Dios. Un funcionario de las Sociedades Bíblicas nos ha dicho: "Acerca de sí los libros deuterocanónicos son inspirados o no por Dios, contesto que no...pero...son útiles". Y Agrega: "Simplemente se trata de atender una solicitud de la Iglesia Católica".
¿Es que la Sociedad Bíblica va a complacer a todo el que pida una Biblia a su gusto? ¿Qué pasaría si cincuenta mil iglesias evangélicas les pidiese que no publiquen los apócrifos? Hasta ahora el mayor contribuyente a las Sociedades Bíblicas es la Convención Bautista del Sur, compuesta por mas de 35,000 iglesias. Si esta Convención le pidiese que agregaran a la Biblia el libro EL PEREGRINO, ¿lo haría?. No. No lo harían.
Hacen lo que les manda el Vaticano, y aquí es donde esta la gravedad de esta cuestión. ¡El Vaticano orientando a la Sociedad Bíblica!
Fuente: Conspiración contra las Escrituras (publicado íntegramente en esta web:
http://estudios.iglesia.net/asp/conspiracion.asp