Leamos la BIBLIA

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Había una vez un rey que ofreció un gran premio a aquel artista que pudiera captar en una pintura la paz perfecta. Muchos artistas lo intentaron.

El rey observó y admiró todas las pinturas, pero solamente hubo dos que a él realmente le gustaron y tuvo que escoger entre ellas.

La primera era un lago muy tranquilo. Este lago era un espejo perfecto donde se reflejaban unas plácidas montañas que lo rodeaban. Sobre éstas se encontraba un cielo muy azul con tenues nubes blancas. Todos quienes miraron esta pintura pensaron que ésta reflejaba la paz perfecta.

La segunda pintura también tenía montañas. Pero estas eran escabrosas y descubiertas. Sobre ellas había un cielo furioso del cual caía un impetuoso aguacero con rayos y truenos. Montaña abajo parecía retumbar un espumoso torrente de agua. Todo esto no se revelaba para nada pacífico.
Pero cuando el Rey observó cuidadosamente, él miró tras la cascada un delicado arbusto creciendo en una grieta de la roca. En este arbusto se encontraba un nido. Allí, en medio del rugir de la violenta caída de agua, estaba sentado plácidamente un pajarito en su nido...
¿Paz perfecta... ? ¿Cuál crees que fue la pintura ganadora?
El Rey escogió la segunda. ¿Sabes por qué?

El rey explicaba que "Paz no significa estar en un lugar sin ruidos, sin problemas, sin trabajo duro o sin dolor. Paz significa que a pesar de estar en medio de todas estas cosas permanezcamos calmados dentro de nuestro corazón. Este es el verdadero significado de la paz."
¿Y tú... ?.... ¿sabes dónde o con quién está la verdadera paz de tu corazón?...
 
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Buenos y feliz día:


Lecturas del 16/12/2010 Jueves 3ª semana de Adviento.





1ª lectura: Lectura del libro de Isaías 54, 1-10

Como a mujer abandonada te vuelve a llamar el Señor


Alégrate, la estéril, que no dabas a luz, rompe a cantar de júbilo, la que no tenías dolores: porque la abandonada tendrá más hijos que la casada -dice el Señor-. Ensancha el espacio de tu tienda, despliega sin miedo tus lonas, alarga tus cuerdas, hinca bien tus estacas, porque te extenderás a derecha e izquierda. Tu estirpe heredará las naciones y poblará ciudades desiertas. No temas, no tendrás que avergonzarte, no te sonrojes, que no te afrentarán. Olvidarás la vergüenza de tu soltería, ya no recordarás la afrenta de tu viudez. El que te hizo te tomará por esposa: su nombre es Señor de los ejércitos. Tu redentor es el Santo de Israel, se llama Dios de toda la tierra. Como a mujer abandonada y abatida te vuelve a llamar el Señor; como a esposa de juventud, repudiada -dice tu Dios-. Por un instante te abandoné, pero con gran cariño te reuniré. En un arrebato de ira te escondí un instante mi rostro, pero con misericordia eterna te quiero -dice el Señor, tu redentor-. Me sucede como en tiempo de Noé: juré que las aguas del diluvio no volverían a cubrir la tierra; así juro no airarme contra ti ni amenazarte. Aunque se retiren los montes y vacilen las colinas, no se retirará de ti mi misericordia, ni mi alianza de paz vacilará -dice el Señor que te quiere-.




Evangelio: Lectura del santo evangelio según san Lucas 7, 24-30

Juan es el mensajero que prepara el camino del Señor


Cuando se marcharon los mensajeros de Juan, Jesús se puso a hablar a la gente acerca de Juan: «¿Qué salisteis a contemplar en el desierto? ¿Una caña sacudida por el viento? ¿0 qué salisteis a ver? ¿Un hombre vestido con lujo? Los que se visten fastuosamente y viven entre placeres están en los palacios. Entonces, ¿qué salisteis a ver? ¿Un profeta? Sí, os digo, y más que profeta. El es de quien está escrito: “Yo envío mi mensajero delante de ti para que prepare el camino ante ti.” Os digo que entre los nacidos de mujer nadie es más grande que Juan. Aunque el más pequeño en el reino de Dios es más grande que él.» Al oírlo, toda la gente, incluso los publicanos, que habían recibido el bautismo de Juan, bendijeron a Dios. Pero los fariseos y los maestros de la ley, que no habían aceptado su bautismo, frustraron el designio de Dios para con ellos.

Palabra del Señor.
 
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Una vez un hombre muy afortunado había conseguido la mejor entrevista de su vida: Iba a entrevistar ni más ni menos que a Dios.
Esa tarde el hombre llegó a su casa dos horas antes, se arregló con sus mejores ropas, lavó su automóvil e inmediatamente salió de su hogar.

Maniobró por la avenida principal rumbo a su cita, pero en el trayecto cayó un chubasco que produjo un embotellamiento de tránsito y quedó parado.* El tiempo transcurría, eran las 7:30 y la cita era a las 8:00 p.m.
Repentinamente le tocaron el cristal de la ventanilla y al girarse vio a un chiquillo de unos nueve años ofreciéndole su cajita llena de chicles (goma de mascar).* El hombre sacó algún dinero de su bolsillo y cuando lo iba a entregar al niño ya no lo encontró.* Miró hacia el suelo y ahí estaba, en medio de un ataque de epilepsia.

El hombre abrió la portezuela e introdujo al niño como pudo al automóvil. Inmediatamente buscó como salir del embotellamiento y lo logró, dirigiéndose al hospital de la Cruz Roja más cercano.* Ahí entregó al niño, y después de pedir que lo atendiesen de la mejor forma posible, se disculpó con el doctor y salió corriendo para tratar de llegar a su cita con Dios.

Sin embargo, el hombre llegó 10 minutos tarde y Dios ya no estaba.* El hombre se ofendió y le reclamó al cielo: "Dios mío, pero tú te diste cuenta, no llegué a tiempo por el niño, no me pudiste esperar.* ¿Qué significan 10 minutos para un ser eterno como tú?".

Desconsolado se quedó sentado en su automóvil; de pronto lo deslumbró una luz y vio en ella la carita del niño a quien auxilió.* Vestía el mismo suetercito deshilachado, pero ahora tenía el rostro iluminado de bondad.
El hombre, entonces, escuchó en su interior una voz: - Hijo mío, no te pude esperar... y salí a tu encuentro.
 
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Buenos y feliz día:


Lecturas del 17/12/2010 Viernes 3ª semana de Adviento.





1ª lectura: Lectura del libro del Génesis 49,1-2.8-10

No se apartará de Judá el cetro


En aquellos días, Jacob llamó a sus hijos y les dijo: «Reuníos, que os voy a contar lo que os va a suceder en el futuro; agrupaos y escuchadme, hijos de Jacob, oíd a vuestro padre Israel: A ti, Judá, te alabarán tus hermanos, pondrás la mano sobre la cerviz de tus enemigos, se postrarán ante ti los hijos de tu padre. Judá es un león agazapado, has vuelto de hacer presa, hijo mío; se agacha y se tumba como león o como leona, ¿quién se atreve a desafiarlo? No se apartará de Judá el cetro, ni el bastón de mando de entre sus rodillas, hasta que venga aquel a quien está reservado, y le rindan homenaje los pueblos.»




Evangelio: Lectura del santo evangelio según san Mateo 1,1-17

Genealogía de Jesucristo, hijo de David


Genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abrahán. Abrahán engendró a Isaac, Isaac a Jacob, Jacob a Judá y a sus hermanos. Judá engendró, de Tamar, a Farés y a Zará, Farés a Esrón, Esrón a Aram, Aram a Aminadab, Aminadab a Naasón, Naasón a Salmón, Salmón engendró, de Rahab, a Booz; Booz engendró, de Rut, a Obed; Obed a Jesé, Jesé engendró a David, el rey. David, de la mujer de Urías, engendró a Salomón, Salomón a Roboam, Roboam a Abías, Abías a Asaf, Asaf a Josafat, Josafat a Joram, Joram a Ozías, Ozías a Joatán, Joatán a Acaz, Acaz al Ezequías, Ezequías engendró a Manasés, Manasés a Amás, Amos a Josías; Josías engendró a Jeconías y a sus hermanos, cuando el destierro de Babilonia. Después del destierro de Babilonia, Jeconías engendró a Salatiel, Salatiel a Zorobabel, Zorobabel a Abiud, Abiud a Eliaguín, Eliaquín a Azor, Azor a Sadoc, Sadoc a Aquirn, Aquim a Eflud, Eliud a Eleazar, Eleazar a Matan, Matan a Jacob; y Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo. Así, las generaciones desde Abrahán a David fueron en total catorce; desde David hasta la deportación a Babilonia, catorce; y desde la deportación a Babilonia hasta el Mesías, catorce.

Palabra del Señor.
 
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Teresa era una linda niña de cinco años de ojos relucientes. Un día mientras ella con su mamá visitaban la tienda, Teresa vio un collar de perlas de plástico que costaba 2.50 dólares. ¡Cuánto deseaba poseerlo! Preguntó a su mamá si se lo compraría, y su mamá le dijo: Hagamos un trato, yo te compraré el collar y cuando lleguemos a casa haremos una lista de tareas que podrás realizar para pagar el collar, ¿está bien? Teresa estuvo de acuerdo, y su mamá le compró el collar de perlas.

Teresa trabajó con tesón todos los días para cumplir con sus tareas. En poco tiempo Teresa canceló su deuda. ¡Teresa amaba sus perlas! Ella las llevaba puestas a todas partes: al kinder, a la cama, y cuando salía con su mamá.

Teresa tenía un padre que la quería muchísimo. Cuando Teresa iba a su cama, él se levantaba de su sillón favorito para leerle su cuento preferido. Una noche, cuando terminó el cuento, le dijo: "Teresa, ¿tú me quieres?", "¡OH!, sí papá". "Entonces, regálame tus perlas," le pidió él. "¡OH, papá! No mis perlas," dijo Teresa. "Pero te doy a Rosita, mi muñeca favorita. ¿La recuerdas?, tú me la regalaste el año pasado para mi cumpleaños. Y te doy su ajuar también, ¿está bien, papá?", "¡OH!, no hijita, está bien, no importa", dándole un beso en la mejilla. "Buenas noches, pequeña".

Una semana después, nuevamente su papá le preguntó al terminar el diario cuento: "Teresa, ¿tú me quieres?", "¡OH, sí papá, ¡tú sabes que te quiero!", le dijo ella. "Entonces regálame tus perlas". "¡OH, papá! No mis perlas; pero te doy a Lazos, mi caballo de juguete. Es mi favorito, su pelo es tan suave y tú puedes jugar con él y hacerle trencitas". "¡OH!, no hijita, está bien," le dijo su papá en la mejilla, "Felices sueños."

Algunos días después, cuando el papá de Teresa entró a su dormitorio para leerle un cuento, Teresa estaba sentada en su cama y le temblaban los labios. "Toma papá" dijo, y estiró su mano. La abrió y en su interior estaba su tan querido collar, el cual entregó a su padre. Con una mano él tomó las perlas de plástico y con la otra extrajo de su bolsillo una cajita de terciopelo azul. Dentro de la cajita había unas hermosas perlas genuinas. Él las había tenido todo este tiempo, esperando que Teresa renunciara a la baratija para poder darle la pieza de valor.

Y así es también con nuestro Padre Celestial. Él está esperando que renunciemos a las cosas sin valor en nuestras vidas para darnos preciosos tesoros. ¿No es bueno el Señor? Esto me hace pensar las cosas a las cuales me aferro y me pregunto: ¿qué es lo que Dios me quiere dar en su lugar?
Y a ti... ¿QUÉ TE DICE el Señor?:
 
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Buenos y feliz día:


Lecturas del 18/12/2010 Sábado 3ª semana de Adviento.





1ª lectura: Lectura del libro de Jeremías 23, 5-8

Suscitaré a David un vástago legítimo


«Mirad que llegan días -oráculo del Señor en que suscitaré a David un vástago legítimo: reinará como rey prudente, hará justicia y derecho en la tierra. En sus días se salvará Judá, Israel habitará seguro. Y lo llamarán con este nombre: “El-Señor-nuestra-justicia”. Por eso, mirad que llegan días -oráculo del Señor - en que no se dirá: “Vive el Señor, que sacó a los israelitas de Egipto”, sino que se dirá: “Vive el Señor, que sacó a la raza de Israel del país del Norte y de los países adonde los expulsó, y los trajo para que habitaran en sus campos.”




Evangelio: Lectura del santo evangelio según san Mateo 1, 18-24

Jesús nacerá de María, desposada con José, hijo de David


El nacimiento de Jesucristo fue de esta manera: María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, que era justo y no quería denunciarla, decidió repudiarla en secreto. Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo: _ «José, hijo de David, no tengas reparo en llevarte a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados.» Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que había dicho el Señor por el Profeta: «Mirad: la Virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrá por nombre Enmanuel, que significa “Dios con- nosotros”.» Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y se llevó a casa a su mujer.

Palabra del Señor.
 
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El dueño de una tienda estaba colocando un anuncio en la puerta que decía:
"Cachorritos en venta".
Esa clase de anuncios siempre atraen a los niños, y pronto un niñito apareció en la tienda preguntando:
"¿Cuál es el precio de los perritos?"
El dueño contestó: "Entre $30 y $50". El niñito metió la mano en su bolsillo y sacó unas monedas:
"Sólo tengo $2.37... ¿puedo verlos?". El hombre sonrió y silbó.

De la trastienda salió su perra corriendo seguida por cinco perritos. Uno de los perritos estaba quedándose considerablemente atrás. El niñito inmediatamente señaló al perrito rezagado que cojeaba. "¿Qué le pasa a ese perrito?", preguntó. El hombre le explicó que cuando el perrito nació, el veterinario le dijo que tenía una cadera defectuosa y que cojearía por el resto de su vida.* El niñito se emocionó mucho y exclamó: "¡Ese es el perrito que yo quiero comprar!".

Y el hombre replicó:
"No, tú no vas a comprar ese cachorro. Si tú realmente lo quieres, yo te lo regalo". Y el niñito se disgustó* y mirando directo a los ojos del hombre le dijo:
"Yo no quiero que usted me lo regale. Él vale tanto como los otros perritos y yo le pagaré el precio completo. De hecho, le voy a dar mis $2.37 ahora y 50 centavos cada mes hasta que lo haya pagado completo".
El hombre contestó: "Tú en verdad no querrás comprar ese perrito, hijo. El nunca será capaz de correr, saltar y jugar como los otros perritos".
El niñito se agachó y se levantó la pierna de su pantalón para mostrar su pierna izquierda, cruelmente retorcida e inutilizada, soportada por un gran aparato de metal. Miró de nuevo al hombre y le dijo:
"Bueno, yo no puedo correr muy bien tampoco, y el perrito necesitará a alguien que lo entienda".
El hombre estaba ahora mordiéndose el labio, y sus ojos se llenaron de lágrimas... sonrió y dijo:
"Hijo, sólo espero y rezo para que cada uno de estos cachorritos tenga un dueño como tú".

En la vida no importa quién eres, sino que alguien te aprecie por lo que eres, y te acepte y te ame incondicionalmente.

Un verdadero amigo es aquél que llega cuando el resto del mundo se ha ido.
 
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Buenos y feliz día:


Lecturas del 19/12/2010, Domingo. Cuarto de ADVIENTO.





1ª lectura: Lectura del libro de Isaías 7,10-14

Mirad: la virgen está encinta


En aquellos días, el Señor habló a Acaz: -«Pide una señal al Señor, tu Dios: en lo hondo del abismo o en lo alto del cielo.» Respondió Acaz: - «No la pido, no quiero tentar al Señor.» Entonces dijo Dios: - «Escucha, casa de David: ¿No os basta cansar a los hombres, que cansáis incluso a mi Dios? Pues el Señor, por su cuenta, os dará una señal: Mirad: la virgen está encinta y da a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel, que significa “Dios-con-nosotros”.»




2ª lectura: Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 1, 1-7

Jesucristo, de la estirpe de David, Hijo de Dios


Pablo, siervo de Cristo Jesús, llamado a ser apóstol, escogido para anunciar el Evangelio de Dios. Este Evangelio, prometido ya por sus profetas en las Escrituras san tas, se refiere a su Hijo, nacido, según la carne, de la estirpe de Da vid; constituido, según el Espíritu Santo, Hijo de Dios, con pleno pode por su resurrección de la muerte: Jesucristo, nuestro Señor. Por él hemos recibido este don y esta misión: hacer que todos los gentiles respondan a la fe, para gloria de su nombre. Entre ellos estáis también vosotros, llamados por Cristo Jesús. A todos los de Roma, a quienes Dios ama y ha llamado a formar parte de los santos, os deseo la gracia y la paz de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo.




Evangelio: Lectura del santo evangelio según san Mateo 1, 18-24

Jesús nacerá de María, desposada con José, hijo de David


El nacimiento de Jesucristo fue de esta manera: María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, que era justo y no quería denunciarla, decidió repudiarla en secreto. Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo: -«José, hijo de David, no tengas reparo en llevarte a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados.» Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que habla dicho el Señor por el Profeta: «Mirad: la Virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrá por nombre Emmanuel, que significa “Dios-con-nosotros”.» Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y se llevó a casa a su mujer.

Palabra del Señor.
 
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UNA VIRGEN CONCEBIRÁ Y DARÁ A LUZ UN HIJO

UNA VIRGEN CONCEBIRÁ

La liturgia de hoy respira alegría y esperanza.
Se centra en las figuras de María y de José. Ambos encarnan las esperanzas de toda la humanidad que Isaías había descrito en su profecía: “Cielos, destilad el rocío”; nubes, derramad la victoria; ábrase la tierra y brote la salvación”(Is.45,8).
Sorprende su simplicidad al protagonizar los pasos previos al nacimiento de Jesús.
Hemos escuchado el salmo 23: “Este es el grupo que busca al Señor, que viene a tu presencia, Dios de Jacob”.
¿Quiénes forman parte del grupo?
El mismo salmo da la respuesta: “Los de manos inocentes y puro corazón”.
Durante este tiempo venimos caminando hacia Belén, esperando al Mesías que nos ha de salvar.

Finaliza el Adviento con actos de reconciliación, de oración, de meditación, y nos fijamos en María, la mujer de entrega confiada a la voluntad de Dios, a punto de dar a luz el “Emmanuel”, “Dios con nosotros”(Is 7,14).
¡Cuántas ilusiones y sueños para el Hijo que lleva en su seno!
Es pobre y no podrá ofrecerle una vida cómoda, pero recibe y recibirá todo el cariño del que es capaz, al lado de José.
Y, cuando nazca: ¿cómo será?

Me imagino el tremendo drama que sufrirán miles de madres jóvenes que abortan; unas, fríamente, sin sentimientos; otras, la mayoría, arrastradas por los problemas económicos, por las presiones familiares, por los propios novios o maridos o un entorno que ha capitulado de los principios morales básicos.
Según las estadísticas el número de suicidios entre las jóvenes que abortan se multiplica por cuatro en relación a las de su edad. Son unas tristes secuelas de un acto que envuelve y envolverá. su mente y su corazón mientras vivan.

Desde hace años se ha instalado en la Europa Occidental, pero especialmente en España, la llamada ideología de género, uno de cuyos ejes es la “Salud sexual y reproductiva”. De “salud” tiene poco y de “reproductiva”, menos, pero es una frase que pretende colarse en la opinión pública bajo capa de bienestar, para implantar- de hecho ya se han implantado- el matrimonio entre personas del mismo sexo, la contracepción, la píldora del día después y el aborto.
Poco importan las críticas de personas de bien, ni las protestas de una mayoría de disconformes y descontentos ante gobiernos que imponen su ideología para contentar a su grupo en lugar de crear espacios para todos.
Ha lanzado recientemente un globosonda sobre el “derecho” a una “muerte digna”, clara tapadera para la eutanasia.
Una sociedad que elimina miles de niños y niñas por nacer, porque estorban para el bienestar económico, y que se deshace de los mayores, porque no producen, gastan y no son útiles, está abocada a su perdición. El juicio de la historia será duro con los Estados promotores de estas medidas destructivas, como lo fue con el holocausto nazi.
Están resurgiendo con mucha vitalidad los movimientos católicos en defensa de la vida, encabezados por el Papa, y su empuje se deja notar con fuerza, lo que permite albergar esperanzas de la regeneración moral que tanto necesitamos.
Con los criterios hedonistas de ahora, probablemente Jesús no habría nacido, al igual que muchos de nosotros.
La grandeza de la maternidad resplandece todavía más en la pobreza, por el sacrificio heroico que supone para los padres, pero la alegría de la generosidad se ve siempre recompensada. Muchas veces me he preguntado la razón de por qué los niños pobres sonríen y se divierten más con trapos que los niños ricos con juguetes sofisticados.

Debió ser muy doloroso para María y José que se les cerraran las puertas por ser pobres. Todos los padres quieren que su hijo nazca en las mejores condiciones posibles.
El nacimiento de Jesús y su muerte en cruz nos demuestran hasta qué punto Dios quiso encarnarse en las realidades más duras de la vida humana.

JOSÉ, EL JUSTO.

San Mateo destaca en el evangelio la figura de José, esposo de María.
Traza algunas pincelas de su personalidad: Es justo, bueno, honesto, trabajador, obediente, religioso y fiel.
Estas actitudes le permiten aceptar a María y abandonarse al misterio de Dios, aún, aún sabiendo que estaba embarazada sin haber convivido juntos antes.
José asume la vocación de servir y ponerse en camino. Se convierte así, como Abraham, en “padre de muchos pueblos”.

La tradición judía afirma que la descendencia se contabiliza a partir del padre, que es quien mantiene en su memoria la genealogía de sus antepasados.
José, es descendiente del rey David, y según la legislación judía, sólo el varón adulto puede dar nombre a su hijo y enraizarlo en el Pueblo de Israel.
Entra en los planes de Dios como el padre en lo humano de Jesús para alimentarle, acompañarle y guiarle.
El significado del nombre de Jesús: “Emmanuel, Dios con nosotros”, que le ha sido dado del Cielo, adentra a José en la importancia de la misión que le ha sido confiada.

INFLUENCIA DE JOSÉ EN JESÚS.

Existe un lema entre los docentes y Escuelas de Padres: “Los hijos no aprenden, imitan”.
La influencia de José en el oficio de carpintero y el tipo de educación que le dio fue decisiva, sin duda, tanto de palabra como de obra.
La forma de tratar a los pobres, la honradez con el prójimo, la libertad de espíritu, el sumo respeto a todos, la relación con Dios y mil detalles fueron calando hondo en el niño y joven Jesús.
Es una pena que sepamos tan poco de este personaje singular: el relato de hoy, unas pinceladas sobre el nacimiento en Belén, la huída y vuelta a Egipto, la pérdida y posterior hallazgo de Jesús en el templo y la perplejidad de la gente al comprobar la sabiduría de Jesús: “¿No es éste el hijo del carpintero?” (Mt 13,55).
Un corto bagaje para analizar su especial importancia en la historia de la salvación.
Sin embargo, hay un camino para conocer a José: la personalidad humana de Jesús.
La compasión con los débiles, la misericordia con los pecadores, la denuncia de las injusticias y el inmenso cariño que profesaba Jesús al “Padre del Cielo” (al “Abba, Papaíto”), debió aprenderlo de su “padre” terreno durante los muchos años que estuvo sujeto a su autoridad.
¡Qué mejor elogio del buen José!

A LAS PUERTAS DE NAVIDAD.
Dios ha querido hacerse uno de los nuestros, compartiendo con nosotros la aventura de la vida y experimentar lo que significa ser humano. Para ello, busca casa donde habitar. Y encuentra a María y a José con los oídos abiertos y el corazón sensible a sus planes.

Durante estos días nos hemos fijado en Isaías y Juan el Bautista como modelos de esperanza, pero son María y José, en quienes se cumplen las promesas de Dios, los prototipos de Adviento.
Imitemos sus actitudes humildes, su silencio, su alegre espera en medio de las dificultades, sus preparativos para acoger al Niño, su oración.

¡Que cuando venga el Señor nos encuentre en vela, con las puestas abiertas y las luces encendidas!

¡Feliz Domingo!
 
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Un joven llegó al borde de un oasis contiguo a un pueblo y acercándose a un anciano le preguntó:
-¿Qué clase de persona vive en este lugar?.
-¿Qué clase de persona vive en el lugar de donde tú vienes?, preguntó a su vez el anciano.
-"Oh, un grupo de egoístas y malvados, replicó el joven- estoy encantado de haberme ido de allí".
A lo cual el anciano contestó:
-" Lo mismo vas a encontrar aquí".

Ese mismo día, otro joven se acercó a beber agua al oásis y viendo al anciano, preguntó:
-¿Qué clase de personas viven en este lugar?.
El viejo respondió con la misma pregunta:
-¿Qué clase de personas viven en el lugar de donde tú vienes?.
-"Un magnífico grupo de personas, honestas, amigables, hospitalarias, me duele mucho haberlos dejado".
-"Lo mismo encontrarás aquí", respondió el anciano.

Un hombre que había oído ambas conversaciones preguntó al viejo:
-¿Cómo es posible dar dos respuestas diferentes a la misma pregunta?.

A lo cual el viejo respondió:
-"Cada cual lleva en su corazón el medio ambiente donde vive. Aquel que no encontró nada nuevo en los lugares donde estuvo, no podrá encontrar otra cosa aquí. Aquel que encontró amigos allá, podrá encontrar también amigos aquí, porque a decir verdad, tu actitud mental es lo único en tu vida sobre lo cual puedes mantener control absoluto".

Siempre que tengas una actitud positiva hallarás la verdadera riqueza de la vida. Si miras dentro de tí sabrás que posees una gran fortaleza para entregar y para descubrir todas las cosas buenas en los demás.
¡Qué siempre encuentres un oasis de paz!​
 
Re: Leamos la BIBLIA




Buenos y feliz día:


Lecturas del 20/12/2010 Lunes 4ª semana de Adviento.





1ª lectura: Lectura del libro de Isaías 7,10-14

Mirad: la virgen está encinta


En aquellos días, el Señor habló a Acaz: -«Pide una señal al Señor, tu Dios: en lo hondo del abismo o en lo alto del cielo.» Respondió Acaz: - «No la pido, no quiero tentar al Señor.» Entonces dijo Dios: - Escucha, casa de David: ¿No os basta cansar a los hombres, que cansáis incluso a mi Dios? Pues el Señor, por su cuenta, os dará una señal: Mirad: la virgen está encinta y da a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel, que significa “Dios-con-nosotros”.»




Evangelio: Lectura del santo evangelio según san Lucas 1,26-38

Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo


A los seis meses, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; la virgen se llamaba María. El ángel, entrando en su presencia, dijo: - «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.» Ella se turbó ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquél. El ángel le dijo: - «No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.» Y María dijo al ángel: - «¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?» El ángel le contestó: - «El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios. Ahí tienes a tu pariente Isabel, que, a pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible.» María contestó: - «Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.» Y la dejó el ángel.

Palabra del Señor.
 
Re: Leamos la BIBLIA




Había una vez un rey que tenía cuatro esposas. Él amaba a su cuarta esposa más que a las demás y la adornaba con ricas vestiduras y la complacía con las delicadezas más finas. Sólo le daba lo mejor. También amaba mucho a su tercera esposa y siempre la exhibía en los reinos vecinos. Sin embargo, temía que algún día ella se fuera con otro.

También amaba a su segunda esposa. Ella era su confidente y siempre se mostraba bondadosa, considerada y paciente con él. Cada vez que el rey tenía un problema, confiaba en ella para ayudarle a salir de los tiempos difíciles. La primera esposa del rey era una compañera muy leal y había hecho grandes contribuciones para mantener tanto la riqueza como el reino del monarca. Sin embargo, él no amaba a su primera esposa y aunque ella le amaba profundamente, apenas si el se fijaba en ella.

Un día, el rey enfermó y se dio cuenta de que le quedaba poco tiempo. Pensó acerca de su vida de lujo y caviló: Ahora tengo cuatro esposas conmigo pero, cuando muera, estaré solo".

Así que le pregunto a su cuarta esposa: "Te he amado más que a las demás, te he dotado con las mejores vestimentas y te he cuidado con esmero. Ahora que estoy muriendo,¿estarías dispuesta a seguirme y ser mi compañía?"
¡Ni pensarlo!, contestó la cuarta esposa, y se alejó sin decir más palabras. Su respuesta penetró en su corazón como un cuchillo afilado.

El entristecido monarca le preguntó a su tercera esposa:
Te he amado toda mi vida. Ahora que estoy muriendo, ¿Estarías dispuesta a seguirme y ser mi compañía?
!No!, contestó su tercera esposa. "¡La vida es demasiado buena! Cuando mueras, pienso volverme a casar!"

Su corazón experimentó una fuerte sacudida y se puso frío.
Entonces preguntó a su segunda esposa: "Siempre he venido a ti por ayuda y siempre has estado allí para mí. Cuando muera, estarías dispuesta a seguirme y ser mi compañía?"
¡Lo siento, no puedo ayudarte esta vez!, contestó la segunda esposa. "Lo más que puedo hacer por ti es enterrarte". Su respuesta vino como un relámpago estruendoso que devastó al rey.

Entonces escuchó una voz:
Me iré contigo y te seguiré dondequiera que tu vayas. El rey dirigió la mirada en dirección de la voz y allí estaba su primera esposa. Se veía tan delgaducha, sufría de desnutrición.
Profundamente afectado, el monarca dijo: Debí haberte atendido mejor cuando tuve la oportunidad de hacerlo!"

En realidad, todos tenemos cuatro esposas en nuestras vidas.

Nuestra cuarta esposa es nuestro cuerpo. No importa cuanto tiempo y esfuerzo invirtamos en hacerlo lucir bien, nos dejará cuando muramos.

Nuestra tercera esposa son nuestras posesiones, condición social y riqueza. Cuando muramos, irán a parar a otros.

Nuestra segunda esposa es nuestra familia y amigos. No importa cuanto nos hayan sido de apoyo a nosotros aquí, lo más que podrán hacer es acompañarnos hasta el sepulcro.

Y nuestra primera esposa es nuestra alma, frecuentemente ignorada en la búsqueda de la fortuna, el poder y los placeres del ego. Sin embargo, nuestra alma es la única que nos acompañará dondequiera que vayamos. Así que, cultívala, fortalécela y cuídala ahora! Es el regalo más grande que puedes ofrecerle al mundo.
¡Déjala brillar!
 
Re: Leamos la BIBLIA




Buenos y feliz día:


Lecturas del 21/12/2010 Martes 4ª semana de Adviento.





1ª lectura: Lectura del libro del Cantar de los cantares 2, 8-14

Llega mi amado, saltando sobre los montes


¡Oíd, que llega mi amado, saltando sobre los montes, brincando por los collados! Es mi amado como un gamo, es mi amado un cervatillo. Mirad: se ha parado detrás de la tapia, atisba por las ventanas, mira por las celosías. Habla mi amado y me dice: «¡Levántate, amada mía, hermosa mía, ven a mí! Porque ha pasado el invierno, las lluvias han cesado y se han ido, brotan flores en la vega, llega el tiempo de la poda, el arrullo de la tórtola se deja oír en los campos; apuntan los frutos en la higuera, la viña en flor difunde perfume. ¡Levántate, amada mía, hermosa mía, ven a mí! Paloma mía, que anidas en los huecos de la peña, en las grietas del barranco, déjame ver tu figura, déjame escuchar tu voz, porque es muy dulce tu voz, y es hermosa tu figura»




Evangelio: Lectura del santo evangelio según san Lucas 1, 39-45

¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor?


Unos días después, María se puso en camino y fue aprisa a la montaña, a un pueblo de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. En cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del Espíritu Santo y dijo a voz en grito: - «¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? En cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Dichosa tú, que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá.»

Palabra del Señor.
 
Re: Leamos la BIBLIA




El carpintero que había contratado para ayudarme a reparar una vieja granja, acababa de finalizar un duro primer año de trabajo. Su cortadora eléctrica se dañó y le hizo perder una hora de trabajo y ahora su antiguo camión se negaba a arrancar. Mientras lo llevaba a su casa en mi automóvil, permaneció en el más absoluto silencio. Una vez que llegamos, me invitó a conocer a su familia.

Mientras nos dirigíamos a la puerta, se detuvo brevemente frente a un pequeño árbol, tocando las puntas de las ramas con ambas manos. Cuando se abrió la puerta, ocurrió una sorprendente transformación.

Su bronceada cara estaba plena de sonrisas. Abrazó a sus dos pequeños hijos y le dió un beso a su esposa. Posteriormente me acompañó hasta el coche. Cuando pasamos cerca del árbol, sentí curiosidad y le pregunté acerca de lo que había visto hacer un rato antes. "Oh, ese es mi árbol de los problemas" contestó. Sé que no puedo evitar tener problemas en el trabajo, pero una cosa es segura, los problemas no pertenecen a la casa, ni a mi esposa, ni a nuestros hijos. Así que simplemente, cada noche cuando llego a casa, le digo al Señor "Te dejo colgados mis problemas en este árbol. Ayúdame por favor, Señor, a afrontarlos de la manera más adecuada" . Luego por la mañana los recojo otra vez diciendo: "Señor, recojo nuevamente mis problemas. Ayúdame por favor a resolverlos". Lo maravilloso es, dijo sonriendo, que cuando salgo por la mañana a recogerlos, no hay tantos como los que recuerdo haber colgado la noche anterior, gracias a Dios.
 
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Buenos y feliz día:


Lecturas del 22/12/2010 Miércoles 4ª semana de Adviento.





1ª lectura: Lectura del primer libro de Samuel 1, 24-28

Ana da gracias por el nacimiento de Samuel


En aquellos días, cuando Ana hubo destetado a Samuel, subió con él al templo del Señor, de Siló, llevando un novillo de tres años, una fanega de harina y un odre de vino. El niño era aun muy pequeño. Cuando mataron el novillo, Ana presentó el niño a Elí, diciendo: - «Señor, por tu vida, yo soy la mujer que estuvo aquí junto a ti, rezando al Señor. Este niño es lo que yo pedía; el Señor me ha concedido mi petición. Por eso se lo cedo al Señor de por vida, para que sea suyo.» Después se postraron ante el Señor.




Evangelio: Lectura del santo evangelio según san Lucas 1, 46-56

El Poderoso ha hecho obras grandes por mí


En aquel tiempo, María dijo: - «Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia - como lo había prometido a nuestros padres en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.» María se quedó con Isabel unos tres meses y después volvió a su casa.

Palabra del Señor.
 
Re: Leamos la BIBLIA




Una vez, un padre de una familia acaudalada llevó a su hijo a una excursión por el campo, con el firme propósito de que viera cuán pobre era la gente del campo, que comprendiera el valor de las cosas y lo afortunados que eran ellos.
Estuvieron por espacio de un día y una noche completos en la granja de una familia campesina muy humilde.

Al concluir la excursión y de regreso a casa, el padre le preguntó a su hijo:

- ¿ Qué te pareció el viaje?
- !Muy lindo papá!
- ¿Viste cuán pobre y necesitada puede ser la gente?
- ¡ Sí ¡
- ¿Y qué aprendiste?

Que nosotros tenemos un perro en casa, y ellos tienen cuatro.

Nosotros tenemos una piscina de 25 metros, ellos tienen un arroyo que no tiene fin.

Nosotros tenemos lámparas importadas en el patio, ellos tienen miles de estrellas.

Nuestro patio llega hasta el limite de la casa, el de ellos tiene todo el horizonte.

Especialmente papá, vi que ellos tienen tiempo para conversar y convivir en familia.

Tú y mamá tenéis que trabajar todo el tiempo y casi nunca os veo y rara es la vez que charláis conmigo.

Al terminar el relato, el padre se quedó mudo...y su hijo agregó:
Gracias papá, por enseñarme lo ricos que podríamos llegar a ser.

LA FELICIDAD ES UN TRAYECTO, NO UN DESTINO​
 
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Buenos y feliz día:


Lecturas del 23/12/2010 Jueves 4ª semana de Adviento.





1ª lectura: Lectura de la profecía de Malaquías 3,1-4. 23-24

Os enviaré al profeta Elías antes de que llegue el día del Señor


Así dice el Señor: «Mirad, yo os envió a mi mensajero, para que prepare el camino ante mí. De pronto entrará en el santuario el Señor a quien vosotros buscáis, el mensajero de la alianza que vosotros deseáis. Miradlo entrar - dice el Señor de los ejércitos-. ¿Quién podrá resistir el día de su venida?, ¿quién quedará en pie cuando aparezca? Será un fuego de fundidor, una lejía de lavandero: se sentará como un fundidor que refina la plata, como a plata y a oro refinará a los hijos de Leví, y presentarán al Señor la ofrenda como es debido. Entonces agradará al Señor la ofrenda de Judá y de Jerusalén, como en los días pasados, como en los años antiguos. Mirad: os enviaré al profeta Elías antes de que llegue el día del Señor, grande y terrible. Convertirá el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres, para que no tenga que venir yo a destruir la tierra.»




Evangelio: Lectura del santo evangelio según san Lucas 1, 57-66

El nacimiento de Juan Bautista


A Isabel se le cumplió el tiempo del parto y dio a luz un hijo. Se enteraron sus vecinos y parientes de que el Señor le había hecho una gran misericordia, y la felicitaban. A los ocho días fueron a circuncidar al niño, y lo llamaban Zacarías, como a su padre. La madre intervino diciendo: - «¡No! Se va a llamar Juan.» Le replicaron: - «Ninguno de tus parientes se llama así.» Entonces preguntaban por señas al padre cómo quería que se llamase. Él pidió una tablilla y escribió: «Juan es su nombre.» Todos se quedaron extrañados. Inmediatamente se le soltó la boca y la lengua, y empezó a hablar bendiciendo a Dios. Los vecinos quedaron sobrecogidos, y corrió la noticia por toda la montaña de Judea. Y todos los que lo oían reflexionaban diciendo: - «¿Qué va a ser este niño?» Porque la mano del Señor estaba con él.

Palabra del Señor.
 
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Buenos y feliz día:


Lecturas del 24/12/2010 Viernes. Comienza la Navidad.





1ª lectura: Lectura del segundo libro de Samuel 7,1-5.8b-12.14a.16

El reino de David durará por siempre en la presencia del Señor


Cuando el rey David se estableció en su palacio, y el Señor le dio la paz con todos los enemigos que le rodeaban, el rey dijo al profeta Natán: - «Mira, yo estoy viviendo en casa de cedro, mientras el arca del Señor vive en una tienda.» Natán respondió al rey: - «Ve y haz cuanto piensas, pues el Señor está contigo.» Pero aquella noche recibió Natán la siguiente palabra del Señor: -«Ve y dile a mi siervo David: “Esto dice el Señor: ¿Eres tú quien me va a construir una casa para que habite en ella? Yo te saqué de los apriscos, de andar tras las ovejas, para que fueras jefe de mi pueblo Israel. Yo estaré contigo en todas tus empresas, acabaré con tus enemigos, te haré famoso como a los más famosos de la tierra. Daré un puesto a Israel, mi pueblo: lo plantaré para que viva en él sin sobresaltos, y en adelante no permitiré que los malvados lo aflijan como antes, cuando nombré jueces para gobernar a mi pueblo Israel. Te pondré en paz con todos tus enemigos, y, además, el Señor te comunica que te dará una dinastía. Y cuando tus días se hayan cumplido y te acuestes con tus padres, afirmaré después de ti la descendencia que saldrá de tus entrañas, y consolidaré su realeza. Yo seré para él padre, y él será para mi hijo. Tu casa y tu reino durarán por siempre en mi presencia; tu trono permanecerá por siempre.”»




Evangelio: Lectura del santo evangelio según san Lucas 1,67-79

Nos visitará el sol que nace de lo alto


En aquel tiempo, Zacarías, padre de Juan, lleno del Espíritu Santo, profetizó diciendo: «Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo, suscitándonos una fuerza de salvación en la casa de David, su siervo, según lo había predicho desde antiguo por boca de sus santos profetas. Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos y de la mano de todos los que nos odian; realizando la misericordia que tuvo con nuestros padres, recordando su santa alianza y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán. Para concedernos que, libres de temor, arrancados de la mano de los enemigos, le sirvamos con santidad y justicia, en su presencia, todos nuestros días. Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor a preparar sus caminos, anunciando a su pueblo la salvación, el perdón de sus pecados. Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz.»

Palabra del Señor.
 
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Buenos y feliz día:


Lecturas del 25/12/2010, Sábado. Octava de Navidad. Solemnidad de la Natividad del Señor





1ª lectura: Lectura del libro de Isaías 52, 7-10

Verán los confines de la tierra la victoria de nuestro Dios


¡Qué hermosos son sobre los montes los pies del mensajero que anuncia la paz, que trae la Buena Nueva, que pregona la victoria, que dice a Sión: «Tu Dios es rey»! Escucha: tus vigías gritan, cantan a coro, porque ven cara a cara al Señor, que vuelve a Sión. Romped a cantar a coro, ruinas de Jerusalén, que el Señor consuela a su pueblo, rescata a Jerusalén; el Señor desnuda su santo brazo a la vista de todas las naciones, y verán los confines de la tierra la victoria de nuestro Dios.




2ª lectura: Lectura de la carta a los Hebreos 1, 1-6

Dios nos ha hablado por el Hijo


En distintas ocasiones y de muchas maneras habló Dios antiguamente a nuestros padres por los profetas. Ahora, en esta etapa final, nos ha hablado por el Hijo, al que ha nombrado heredero de todo, y por medio del cual ha ido realizando las edades del mundo. Él es reflejo. de su gloria, impronta de su ser. Él sostiene el universo con su palabra poderosa. Y, habiendo realizado la purificación de los pecados, está sentado a la derecha de su majestad en las alturas; tanto más encumbrado sobre los ángeles, cuanto más sublime es el nombre que ha heredado. Pues, ¿a qué ángel dijo jamás: «Hijo mío eres tú, hoy te he engendrado», o: «Yo seré para él un padre, y el será para mi un hijo»? Y en otro pasaje, al introducir en el mundo al primogénito, dice: «Adórenlo todos los ángeles de Dios.»




Evangelio: Lectura del santo evangelio según san Juan 1. 1-18

La Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros


En el principio ya existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios. La Palabra en el principio estaba junto a Dios. Por medio de la Palabra se hizo todo, y sin ella no se hizo nada de lo que se ha hecho. En la Palabra habla vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz brilla en la tiniebla, y la tiniebla no la recibió. Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: éste venía como testigo, para dar testimonio de la luz, para que por él todos vinieran a la fe. No era él la luz, sino testigo de la luz.

Palabra del Señor.
 
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NAVIDAD

LA PALABRA SE HIZO CARNE

No sabemos ciertamente por los evangelios en qué época del año tuvo lugar el nacimiento del Señor.
Los romanos - eso sí - celebraban el 25 de Diciembre, cuando los días empezaban a aumentar, la fiesta del Sol Invicto, en honor de Júpiter. Pero, ¿quién más invicto para un cristiano que nuestro Señor Jesucristo, que ha vencido y destruido a la muerte?
Por ello, en el s.IV, la Iglesia, con gran sabiduría pastoral, cambió la fiesta pagana del sol, para introducir otra, la Navidad, el nacimiento de Jesús.

Hoy hemos escuchado una lectura admirable: el prólogo del evangelio según San Juan, que nos habla del Logos, la Palabra.
Según los entendidos, este texto se apoya en textos veterotestamentarios sobre la sabiduría y en las reflexiones de la sabiduría griega sobre el logos, para expresar la fe cristiana, centrada en Cristo como eje del universo.

Los avances científicos sobre el inicio y desarrollo del universo desde Tolomeo hasta hoy han sido espectaculares: big-bang, leyes físicas, agujeros negros, movimientos de los astros, radiaciones... que abren constantemente las puertas a nuevos conocimientos, especialmente por parte de Hawking, un astrofísico sensacional
En cualquier caso, como dice el salmista:

”Cuando contemplo el cielo obra de tus manos, la luna y las estrellas que has creado ¿qué es el hombre para que te acuerdes de él, el ser humano, para darle poder?”

Pretender abarcar la grandeza de Dios es un intento vano. No es la fuerza de la razón, sino el corazón, la guía para acceder a un mínimo conocimiento de Dios.
Cuando San Juan afirma:”Dios es amor” es porque ha tenido una experiencia íntima y personal del amor en la persona de Jesús.

El mismo Unamuno decía que cuando sus intentos de llegar a Dios mediante la razón fracasaban, le quedaba siempre el recurso “por vía cordial”. “Para mí, la fe, añadía- es, antes que nada, un encuentro con Dios”

Leyendo las páginas del prólogo nos damos cuenta que no es el hombre el que intenta descubrir a Dios y conquistar su favor con sacrificios y buenas obras sino el mismo Dios que, tomando la iniciativa, nos revela su amor entrañable en Jesús.

Es el Dios que sale al encuentro del hombre, que acampa a nuestro lado, que comparte nuestra vida, que abre su tienda a la hospitalidad y a la acogida. Y lo hace bajo la figura débil y desconcertante de un niño.

Este es el gran milagro de la Navidad, la buena noticia, el mensaje increíble que da respuesta a todos los interrogantes del hombre. La Palabra increada, la que lo ha creado todo, el Señor del universo, se rebaja a la altura del hombre. Y lo hace de la forma más imprevista: en una cueva y en un establo. Nadie se inventa así un origen semejante y menos fuera de las murallas, en medio de la noche y en el más asombroso silencio.
Además nace como extranjero, en los lugares donde se encuentran los excluidos y marginados. El, que es el amor absoluto, la comunicación total, abre los ojos al mundo de los hombres en la más estricta pobreza y como el último de los inmigrantes que no halla casa para se, porque carece de dinero,

Ahora comprendemos por qué este Niño que vivió las duras condiciones del destierro como inmigrante ilegal terminaría crucificado, igualmente fuera de las murallas de la Ciudad Santa.

No cabe mejor noticia para los pobres de este mundo, que son mayoría. Alguien tiene que enarbolar de una vez para siempre su causa con la bandera de la justicia, de la paz y de la fraternidad. Alguien tiene que defender la solidaridad contra las alianzas de los poderosos y de los privilegiados.
Esto es lo que quiere y debe ser la Navidad: la fiesta de los pobres, la fiesta de la esperanza, adulterada y secuestrada por multinacionales y gente sin escrúpulos, amantes del dinero y acaparadores insaciables de la simbología religiosa, a la que utilizan para sus fines económicos.

Ayer revisé un CD de dibujos que me acababan de regalar, con miles de preciosas imágenes de todo el mundo, que me pueden ser útiles para insertar en textos. En uno de los apartados figuraba el tema: “Navidad”. Abrí el documento con alegría esperando encontrar algo sugerente y atractivo. Me llevé una desagradable sorpresa. Eran cientos de dibujos, -muy bonitos, por cierto- sobre el árbol de Navidad, Santa Claus, monigotes de nieve, paisajes invernales, mazapanes, turrones, botellas de bebidas, juguetes, trineos, disfraces y un largo elenco de objetos. Ni un solo nacimiento con las figuras de Jesús, María y José. Salí del documento. ¿Es ésta la realidad a la que nos lleva el juego de los intereses creados?
Me resisto a creer que falte vergüenza, porque todavía abundan las personas que intentan vivir estos días entrañables de otra manera, que promueven operaciones kilo, que recogen juguetes, visitan residencias y albergues y se cuidan de sonreír y ayudar solidariamente a los más menesterosos o a los afectados por catástrofes. Hay una esperanza para el futuro, porque sigue teniendo sentido la solidaridad y el amor mientras haya personas que crean en él y miren al pobre con los ojos conque Dios les mira.

Al hablar de los pobres no se condenan las cosas del mundo ni al dinero. Lo que se condena es el “virus” que las envenena y las mata: la avaricia, la ambición, la codicia, el dominio...
Necesitamos cosas parar vivir, pero evitemos que las cosas nos posean a nosotros, porque terminaríamos convirtiendo los medios en fines, que siempre ha sido la tentación más sutil de los hombres.

Navidad llama a la puerta. Pero, no olvidemos que es la fiesta de los pobres, que en algo debe condicionar positivamente nuestra vida si miramos al pesebre, cerramos los ojos y nos ponemos a meditar.