Jesús prometió que vendría "Otro Consolador". Dijo "Otro", porque Jesús había sido uno.
Dijo que ese "Otro" Consolador vendría con la misión de explicar o aclarar lo que Jesús había dicho.
El "Otro Consolador" no vendría para expiar ningún pecado.
De hecho, dice la Biblia que Cristo regresaría ya "sin relación con el pecado".
La misión que tuvo Cristo hace 2000 años para señalar al pecado como lo que nos separa de Dios, y el arrepentimiento como aquello que nos reconcilia con Dios, es una. Tal misión incluía la idea de Sumo Sacerdote, Cordero sacrificado, sangre derramada, Intercesor.
Pero la misión del "Otro Consolador", o la de Cristo en su retorno, no sería la de expiar ningún pecado
Los cristianos consideran al "Otro Consolador" como al Espíritu Santo manifestado en Pentecostés y en ocasiones subsecuentes.
Yo como baha'i creo también que ese Otro Consolador es el Espíritu Santo, pero manifestado en forma corpórea a través de Enviados subsecuentes.
Jesús, como Consolador, fue enviado por el Padre y anduvo por esta Tierra con un cuerpo de carne y hueso. Así que, de entrada, no hay razón por la que el "Otro" Consolador no lo hiciera. Unos creerán que no, y otros que sí, pero no hay razón bíblica para descartar que el Otro Consolador se manifestara en carne y hueso, así como en Jesús Dios se manifestó en carne y hueso.
Además, cada que la Biblia habla del Espíritu Santo, no nos relata las historias de un ser inmaterial, de una lengua de fuego o de una paloma que anda por ahí volando, haciendo y predicando esto o aquello. Más bien nos presenta al Espíritu Santo siempre actuando por medio de una persona: un apóstol, un profeta, o a través de nosotros mismos. De ahí metáforas como que las personas son "llenas" del Espíritu Santo o que nuestros cuerpos son "templos" del Espíritu Santo. El Espíritu Santo, pues, actúa a favor de la humanidad a través de personas.
Las dos veces que se presenta al Espíritu Santo con una figura (la paloma, y las lenguas de fuego) se dice que "desciende" sobre una persona (Jesús en el Jordán, y los apóstoles en Pentecostés).