Re: Las 70 semanas
Estimado eduardo martínez r. Saludos cordiales.
Tú dices:
Respondo:
“He aquí vienen días, dice el SEÑOR, en que el que ara alcanzará al Segador, y el pisador de las uvas al que lleve la simiente; y los montes destilarán Mosto, y todos los Collados se derretirán”
(Amós 9:13 Sagradas Escrituras 1569)
Las palabras de Amós. 1:2 (“Jehová rugirá desde Sion”) son iguales a Joel. 3:16 (“Jehová rugirá desde Sion”). De igual manera Amós. 9:13 (“He aquí vienen días, dice Jehová en que el que ara alcanzará al segador, y el pisador de las uvas al que lleve la simiente; y los montes destilarán mosto, y todos los collados se derretirán”) se parecen a las de Joel. 3:18 (“Sucederá en aquel tiempo, que los montes destilarán mosto, y los collados fluirán leche, y por todos los arroyos de Judá correrán aguas...”). Y las de Joell. 1:15 (“¡Ay del día! porque cercano está el día de Jehová, y vendrá como destrucción por el Todopoderoso”) guardan cierto parecido con Isaías. 13:6 (“Aullad, porque cerca está el día de Jehová; vendrá como asolamiento del Todopoderoso”) y con Sofonías. 1:14 (“Cercano está el día grande de Jehová, cercano y muy próximo; es amarga la voz del día de Jehová; gritará allí el valiente”).
El profeta se refiere al día del juicio de Dios. Por eso quiere que se emita un toque de alarma, ya que aquel día será “de tinieblas y oscuridad, día de nube y de sombra...” Este juicio viene por medio de “un pueblo grande y fuerte” delante del cual “temblará la tierra”. Llama, por tanto, al arrepentimiento (“Rasgad vuestro corazón y no vuestros vestidos...”). Todos son llamados a ello, pero deben estar encabezados por los sacerdotes (“... lloren los sacerdotes ministros de Jehová, y digan: Perdona, oh Jehová...”). Dios perdonaría si hacían esto, y después habría gran gozo y abundancia. Más aún: Dios derramaría su “Espíritu sobre toda carne” (Joell. 2:1–32).
Esto estaría relacionado con el retorno de los esparcidos a la tierra de Israel, pues Dios reuniría “todas las naciones” y haría juicio contra ellas. Los de “Tiro, Sidón y todo el territorio de Filistea” habían hecho incursiones, apresando a judíos que luego vendían a los griegos como esclavos. Pero estaba cercano “el día de Jehová en el valle de la decisión”, cuando “Dios rugirá desde Sion”, destruyendo a los enemigos de Sion y afirmando a ésta en gloria (Joel. 3:1–21).
Israel antiguo no cumplió el propósito de Dios. El Señor declaró: "Y yo te planté de buen vidueño, simiente verdadera toda ella: ¿cómo pues te me has tornado sarmientos de vid extraña?" "Es Israel una frondosa viña, haciendo fruto para sí." "Ahora pues, vecinos de Jerusalem y varones de Judá, juzgad ahora entre mí y mi viña. ¿Qué más se había de hacer a mi viña, que yo no haya hecho en ella? ¿Cómo, esperando yo que llevase uvas, ha llevado uvas silvestres? Os mostraré pues ahora lo que haré yo a mi viña: Quitaréle su vallado, y será para ser consumida; aportillaré su cerca, y será para ser hollada; haré que quede desierta; no será podada ni cavada, y crecerá el cardo y las espinas: y aun a las nubes mandaré que no derramen lluvia sobre ella.... Esperaba juicio, y he aquí vileza; justicia, y he aquí clamor." (Jer. 2: 21; Ose. 10: 1; Isa. 5: 3-7.)
Cuando predicaba su sermón en el día de Pentecostés, Pedro citó de este libro diciendo: “Mas esto es lo dicho por el profeta Joel: Y en los postreros días, dice Dios, derramaré de mi Espíritu...” (Hch. 2:16; Jl. 2:28–32), certificando de ese modo que lo que los judíos estaban viendo en aquellos momentos, el derramamiento del Espíritu Santo, correspondía a la promesa hecha por Dios al profeta Joel.
“Simón ha contado cómo Dios visitó por primera vez a los gentiles, para tomar de ellos pueblo para su nombre. Y con esto concuerdan las palabras de los profetas, como está escrito: Después de esto volveré Y reedificaré el tabernáculo de David, que está caído; Y repararé sus ruinas, Y lo volveré a levantar, Para que el resto de los hombres busque al Señor, Y todos los gentiles, sobre los cuales es invocado mi nombre, dice el Señor, quien hizo todas las cosas” (Hechos 15:14-17)
“Se acercaban a Jesús todos los publicanos y pecadores para oírlo, y los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo: Este recibe a los pecadores y come con ellos. Entonces él les refirió esta parábola, diciendo: ¿Qué hombre de vosotros, si tiene cien ovejas y se le pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto y va tras la que se perdió, hasta encontrarla? Cuando la encuentra, la pone sobre sus hombros gozosos, y al llegar a casa reúne a sus amigos y vecinos, y les dice: "Gozaos conmigo, porque he encontrado mi oveja que se había perdido". Os digo que así habrá más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente, que por noventa y nueve justos que no necesitan de arrepentimiento." (Lucas 15:1-7 RV.)
“Habiendo entrado Jesús en Jericó, iba pasando por la ciudad. Y sucedió que un hombre llamado Zaqueo, que era jefe de los publicanos, y rico, procuraba ver quién era Jesús, pero no podía a causa de la multitud, pues era pequeño de estatura. Y, corriendo delante, se subió a un sicómoro para verlo, porque había de pasar por allí. Cuando Jesús llegó a aquel lugar, mirando hacia arriba lo vio, y le dijo: Zaqueo, date prisa, desciende, porque hoy es necesario que me hospede en tu casa. Entonces él descendió aprisa y lo recibió gozoso. Al ver esto, todos murmuraban, diciendo que había entrado a hospedarse en casa de un hombre pecador. Entonces Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: Señor, la mitad de mis bienes doy a los pobres; y si en algo he defraudado a alguien, se lo devuelvo cuadruplicado. Jesús le dijo: Hoy ha venido la salvación a esta casa, por cuanto él también es hijo de Abraham, porque el Hijo del hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido." (Lucas 19:1-10 RV)
SALMO 126: 6 “Irá andando y llorando el que lleva la preciosa semilla; Mas volverá a venir con regocijo, trayendo sus gavillas”
AMOS 9:13 “He aquí vienen días, dice Jehová, en que el que ara alcanzará al segador, y el pisador
De las uvas al que lleve la simiente; y los montes destilarán mosto, y todos los collados se derretirán”
Las parras de uvas no suelen crecer bien en montañas o altas colinas, pero en estos días incluso las montañas rebosarán de vino DULCE el cual fluirá por las colinas. ¿Qué significa esto para sus circunstancias? ¿Qué significa para su montaña? Espere esta realidad del derramamiento de su Espíritu: "Y ya sabemos que a los que a Dios aman, todas las cosas les ayudan a bien, a los que conforme al Propósito son llamados" (Romanos 8:28).
LA RESTAURACIÓN DE HERENCIAS DESOLADAS
"Y tornaré el cautiverio de mi pueblo Israel, y edificarán las ciudades asoladas, y las habitarán; y plantarán viñas, y beberán el vino de ellas; y harán huertos, y comerán el fruto de ellos. Pues los plantaré sobre su tierra, y nunca más serán arrancados de su tierra la cual yo les di, dijo el SEÑOR Dios tuyo." Amós 9:14-15
En su primer sermón después de haber recibido el Espíritu Santo en el Día de Pentecostés, el apóstol Pedro resumió la exhortación que Dios hace a la humanidad: "Arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio, y él envíe a Jesucristo, que os fue antes anunciado; a quien dé cierto es necesario que el cielo reciba hasta los tiempos de la restauración de todas las cosas, de que habló Dios por boca de sus santos profetas que han sido desde tiempo antiguo" (Hechos 3:19-21).
¿Qué son estos "tiempos de refrigerio" y "tiempos de la restauración de todas las cosas" de que Pedro habló? El plan divino de salvación tiene que ver con restauración.
“Entonces los que se habían reunido le preguntaron, diciendo: Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo? Y les dijo: No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad; pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra” (Hechos 1:6-8).
En los últimos días de la historia de esta tierra, debe renovarse el pacto de Dios con su pueblo que guarda sus mandamientos. "En aquel día yo haré por ellos un pacto con las fieras del campo, y con las aves del cielo, y con los reptiles del suelo; y quebraré el arco y la espada, y quitaré la guerra de en medio de la tierra; y haré que duerman ellos seguros. Y te desposaré conmigo para siempre: sí, te desposaré conmigo en justicia, y en rectitud, y en misericordia y en compasiones; también te desposaré conmigo en fidelidad, y tú conocerás a Jehová.
"Sucederá también que en aquel día yo responderé, dice Jehová; yo responderé a los cielos, y ellos responderán a la tierra; y la tierra responderá al trigo y al vino y al aceite; y ellos responderán a Jezreel. Y te sembraré para mí mismo en la tierra; y me compadeceré de la no compadecida, y al que dije que no era mi pueblo, le diré: ¡Pueblo mío eres! y él me dirá a mí: ¡Tú eres mi Dios!" (Vers. 18-23, V.M.)
"Y acontecerá en aquel tiempo, que los que hubieren quedado de Israel, y los que hubieren quedado de la casa de Jacob, ... se apoyarán con verdad en Jehová Santo de Israel." (Isa. 10: 20.)
De "toda nación y tribu y lengua y pueblo" saldrán algunos que responderán gozosamente al mensaje: "Temed a Dios, y dadle honra; porque la hora de su juicio es venida." Se apartarán de todo ídolo que los una a la tierra, y adorarán "a aquel que ha hecho el cielo y la tierra y el mar y las fuentes de las aguas." Se librarán de todo enredo, y se destacarán ante el mundo como monumentos de la misericordia de Dios. Obedientes a los requerimientos divinos, serán reconocidos por los ángeles y por los hombres como quienes guardaron "los mandamientos de Dios, y la fe de Jesús." (Apoc. 14: 6, 7, 12.)
"He aquí vienen días, dice Jehová, en que el que ara alcanzará al segador, y el pisador de las uvas al que lleva la simiente; y los montes destilarán mosto, y todos los collados se derretirán. Y tornaré el cautiverio de mi pueblo Israel, y edificarán ellos las ciudades asoladas, y las habitarán; y plantarán viñas, y beberán el vino de ellas; y harán huertos, y comerán el fruto de ellos. Pues los plantaré sobre su tierra, y nunca más serán arrancados de su tierra que yo les dí, ha dicho Jehová Dios tuyo." (Amós 9: 13-15.)
“Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio, y él envíe a Jesucristo, que os fue antes anunciado; a quien de cierto es necesario que el cielo reciba hasta los tiempos de la restauración de todas las cosas, de que habló Dios por boca de sus santos profetas que han sido desde tiempo antiguo” (Hechos 3:19-21).
"Estaban todos atónitos y perplejos, diciéndose unos a otros: ¿Qué quiere decir esto? Pero otros, burlándose, decían: Están borrachos. Entonces Pedro, poniéndose en pie con los once, alzó la voz y les habló diciendo: Judíos y todos los que habitáis en Jerusalén, esto os sea notorio, y oíd mis palabras, pues estos no están borrachos, como vosotros suponéis, puesto que es la hora tercera del día. Pero esto es lo dicho por el profeta Joel: (Hechos 2:12-16 RV)
Hoy estamos en los últimos días de la historia de nuestro mundo.
Sofonías 1:12 "Acontecerá en aquel tiempo que yo escudriñaré a Jerusalén con linterna y castigaré a los hombres que reposan tranquilos como el vino asentado, los cuales dicen en su corazón: "Jehová ni hará bien ni hará mal". (RV)
Este significado es para los últimos días cuando la gente está nuevamente en la complacencia y no tiene ningún temor a Dios. Ellos no se preocupan de purificarse para ser aceptados por Dios. Eso es lo que sucede actualmente. Así sucedió con Moab y Dios lo castigó.
Jeremías 48:11 Tranquilo estuvo Moab desde su juventud; sobre sus sedimentos ha estado reposado; no fue vaciado de vasija en vasija ni nunca estuvo en cautiverio. Por eso conservó su propio sabor y no ha perdido su aroma. (RV)
¿Qué haremos nosotros?
“Por tanto, hermanos, tened paciencia hasta la venida del Señor. Mirad cómo el labrador espera el precioso fruto de la tierra, aguardando con paciencia hasta que reciba la lluvia temprana y la tardía.
Tened también vosotros paciencia, y afirmad vuestros corazones; porque la venida del Señor se acerca.” Santiago 5: 7, 8
Espere Israel en Dios. El Señor de la viña está ahora mismo juntando de entre los hombres de todas las naciones y todos los pueblos los preciosos frutos que ha estado aguardando desde hace mucho. Pronto vendrá a los suyos; y en aquel alegre día se habrá cumplido finalmente su eterno propósito para la casa de Israel. "Días vendrán cuando Jacob echará raíces, florecerá y echará renuevos Israel, y la haz del mundo se henchirá de fruto." (Isa. 27: 6.)
Bendiciones.
Luego todo Israel será salvo.
Estimado eduardo martínez r. Saludos cordiales.
Tú dices:
Un pensamiento humorístico dedicado a los adventistas.
Hablando del triunfo de Israel sobre Edom y el resto de las naciones circundantes, decía el profeta Amós:
"En aquel día yo levantaré el tabernáculo caído de David: cerraré sus portillos, levantaré sus ruinas y lo edificaré como en el tiempo pasado, para que aquellos sobre los cuales es invocado mi nombre posean el resto de Edom y todas las naciones, dice Jehová, que hace esto. Ciertamente vienen días, dice Jehová, cuando el que ara alcanzará al segador, y el que pisa las uvas al que lleve la simiente; los montes destilarán mosto y todos los collados se derretirán" (Amós 9:11-13).
Da la casualidad de que Santiago tuvo a bien citar el pasaje de Amós, en su versión griega (que dice casi lo contrario que el original): "Simón ha contado cómo Dios visitó por primera vez a los gentiles para tomar de ellos pueblo para su nombre. Y con esto concuerdan las palabras de los profetas, como está escrito: 'Después de esto volveré y reedificaré el tabernáculo de David, que está caído; y repararé sus ruinas, y lo volveré a levantar, para que el resto de los hombre busque al Señor, y todos los gentiles, sobre los cuales es invocado mi nombre, dice el Señor que hace conocer todo esto desde tiempos antiguos" (Hech. 15:14-18).
Dado que Santiago aplicó el pasaje de Amós a su propia época, quizá sea oportuno preguntar a los adventistas qué tipo de mosto es aquel que causaba que los collados se derritieran en esa época. ¿Tenía una graduación elevada, una especie de whisky corrosivo?
Claro que a lo mejor estos señores nos salen con aquello de que Edom significa cualquier cosa que no sea Edom, pues todo esto ha de ocurrir, "claramente", en la "segunda venida". Aun así, ¿cómo es eso del mosto? ¿Unos montes dan mosto y otros se derriten? ¿Los montes yermos se funden y los que tienen vides no lo hacen porque revientan las uvas y el mosto las refrigera? Si es así, los adventistas ya tienen un elemento más, una "señal de los tiempos" para "instruirnos" acerca del momento de la parousia: será cuando haya uvas en las vides, antes de la vendimia. O sea, a finales de agosto o primeros de septiembre (en el hemisferio norte). "Lógicamente", todos los montes del hemisferio sur se fundirán, porque allí no hay vendimia en septiembre.
Es una aportación desinteresada a la "teología" ficción de esos señores que dicen ser expertos en las profecías y para quienes toda la Biblia es un totum revolutum, pues toda ella, aunque diga que habla de Edom, de Moab o de Filistea, en realidad hay que tomarlo como una broma, porque "claramente" habla de la "segunda venida". Edom es cualquier cosa que no sea Edom, Moab cualquier cosa que no sea Moab, y Filistea cualquier cosa que no sea Filistea. Pero una cierta bestezuela corderina es "claramente" los Estados Unidos de Norteamérica, según tan "prestigiosos" "intérpretes". Pura "lógica" de nuestros "amigos", los adventistas. Je, je, je.
Respondo:
“He aquí vienen días, dice el SEÑOR, en que el que ara alcanzará al Segador, y el pisador de las uvas al que lleve la simiente; y los montes destilarán Mosto, y todos los Collados se derretirán”
(Amós 9:13 Sagradas Escrituras 1569)
Las palabras de Amós. 1:2 (“Jehová rugirá desde Sion”) son iguales a Joel. 3:16 (“Jehová rugirá desde Sion”). De igual manera Amós. 9:13 (“He aquí vienen días, dice Jehová en que el que ara alcanzará al segador, y el pisador de las uvas al que lleve la simiente; y los montes destilarán mosto, y todos los collados se derretirán”) se parecen a las de Joel. 3:18 (“Sucederá en aquel tiempo, que los montes destilarán mosto, y los collados fluirán leche, y por todos los arroyos de Judá correrán aguas...”). Y las de Joell. 1:15 (“¡Ay del día! porque cercano está el día de Jehová, y vendrá como destrucción por el Todopoderoso”) guardan cierto parecido con Isaías. 13:6 (“Aullad, porque cerca está el día de Jehová; vendrá como asolamiento del Todopoderoso”) y con Sofonías. 1:14 (“Cercano está el día grande de Jehová, cercano y muy próximo; es amarga la voz del día de Jehová; gritará allí el valiente”).
El profeta se refiere al día del juicio de Dios. Por eso quiere que se emita un toque de alarma, ya que aquel día será “de tinieblas y oscuridad, día de nube y de sombra...” Este juicio viene por medio de “un pueblo grande y fuerte” delante del cual “temblará la tierra”. Llama, por tanto, al arrepentimiento (“Rasgad vuestro corazón y no vuestros vestidos...”). Todos son llamados a ello, pero deben estar encabezados por los sacerdotes (“... lloren los sacerdotes ministros de Jehová, y digan: Perdona, oh Jehová...”). Dios perdonaría si hacían esto, y después habría gran gozo y abundancia. Más aún: Dios derramaría su “Espíritu sobre toda carne” (Joell. 2:1–32).
Esto estaría relacionado con el retorno de los esparcidos a la tierra de Israel, pues Dios reuniría “todas las naciones” y haría juicio contra ellas. Los de “Tiro, Sidón y todo el territorio de Filistea” habían hecho incursiones, apresando a judíos que luego vendían a los griegos como esclavos. Pero estaba cercano “el día de Jehová en el valle de la decisión”, cuando “Dios rugirá desde Sion”, destruyendo a los enemigos de Sion y afirmando a ésta en gloria (Joel. 3:1–21).
Israel antiguo no cumplió el propósito de Dios. El Señor declaró: "Y yo te planté de buen vidueño, simiente verdadera toda ella: ¿cómo pues te me has tornado sarmientos de vid extraña?" "Es Israel una frondosa viña, haciendo fruto para sí." "Ahora pues, vecinos de Jerusalem y varones de Judá, juzgad ahora entre mí y mi viña. ¿Qué más se había de hacer a mi viña, que yo no haya hecho en ella? ¿Cómo, esperando yo que llevase uvas, ha llevado uvas silvestres? Os mostraré pues ahora lo que haré yo a mi viña: Quitaréle su vallado, y será para ser consumida; aportillaré su cerca, y será para ser hollada; haré que quede desierta; no será podada ni cavada, y crecerá el cardo y las espinas: y aun a las nubes mandaré que no derramen lluvia sobre ella.... Esperaba juicio, y he aquí vileza; justicia, y he aquí clamor." (Jer. 2: 21; Ose. 10: 1; Isa. 5: 3-7.)
Cuando predicaba su sermón en el día de Pentecostés, Pedro citó de este libro diciendo: “Mas esto es lo dicho por el profeta Joel: Y en los postreros días, dice Dios, derramaré de mi Espíritu...” (Hch. 2:16; Jl. 2:28–32), certificando de ese modo que lo que los judíos estaban viendo en aquellos momentos, el derramamiento del Espíritu Santo, correspondía a la promesa hecha por Dios al profeta Joel.
“Simón ha contado cómo Dios visitó por primera vez a los gentiles, para tomar de ellos pueblo para su nombre. Y con esto concuerdan las palabras de los profetas, como está escrito: Después de esto volveré Y reedificaré el tabernáculo de David, que está caído; Y repararé sus ruinas, Y lo volveré a levantar, Para que el resto de los hombres busque al Señor, Y todos los gentiles, sobre los cuales es invocado mi nombre, dice el Señor, quien hizo todas las cosas” (Hechos 15:14-17)
“Se acercaban a Jesús todos los publicanos y pecadores para oírlo, y los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo: Este recibe a los pecadores y come con ellos. Entonces él les refirió esta parábola, diciendo: ¿Qué hombre de vosotros, si tiene cien ovejas y se le pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto y va tras la que se perdió, hasta encontrarla? Cuando la encuentra, la pone sobre sus hombros gozosos, y al llegar a casa reúne a sus amigos y vecinos, y les dice: "Gozaos conmigo, porque he encontrado mi oveja que se había perdido". Os digo que así habrá más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente, que por noventa y nueve justos que no necesitan de arrepentimiento." (Lucas 15:1-7 RV.)
“Habiendo entrado Jesús en Jericó, iba pasando por la ciudad. Y sucedió que un hombre llamado Zaqueo, que era jefe de los publicanos, y rico, procuraba ver quién era Jesús, pero no podía a causa de la multitud, pues era pequeño de estatura. Y, corriendo delante, se subió a un sicómoro para verlo, porque había de pasar por allí. Cuando Jesús llegó a aquel lugar, mirando hacia arriba lo vio, y le dijo: Zaqueo, date prisa, desciende, porque hoy es necesario que me hospede en tu casa. Entonces él descendió aprisa y lo recibió gozoso. Al ver esto, todos murmuraban, diciendo que había entrado a hospedarse en casa de un hombre pecador. Entonces Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: Señor, la mitad de mis bienes doy a los pobres; y si en algo he defraudado a alguien, se lo devuelvo cuadruplicado. Jesús le dijo: Hoy ha venido la salvación a esta casa, por cuanto él también es hijo de Abraham, porque el Hijo del hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido." (Lucas 19:1-10 RV)
SALMO 126: 6 “Irá andando y llorando el que lleva la preciosa semilla; Mas volverá a venir con regocijo, trayendo sus gavillas”
AMOS 9:13 “He aquí vienen días, dice Jehová, en que el que ara alcanzará al segador, y el pisador
De las uvas al que lleve la simiente; y los montes destilarán mosto, y todos los collados se derretirán”
Las parras de uvas no suelen crecer bien en montañas o altas colinas, pero en estos días incluso las montañas rebosarán de vino DULCE el cual fluirá por las colinas. ¿Qué significa esto para sus circunstancias? ¿Qué significa para su montaña? Espere esta realidad del derramamiento de su Espíritu: "Y ya sabemos que a los que a Dios aman, todas las cosas les ayudan a bien, a los que conforme al Propósito son llamados" (Romanos 8:28).
LA RESTAURACIÓN DE HERENCIAS DESOLADAS
"Y tornaré el cautiverio de mi pueblo Israel, y edificarán las ciudades asoladas, y las habitarán; y plantarán viñas, y beberán el vino de ellas; y harán huertos, y comerán el fruto de ellos. Pues los plantaré sobre su tierra, y nunca más serán arrancados de su tierra la cual yo les di, dijo el SEÑOR Dios tuyo." Amós 9:14-15
En su primer sermón después de haber recibido el Espíritu Santo en el Día de Pentecostés, el apóstol Pedro resumió la exhortación que Dios hace a la humanidad: "Arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio, y él envíe a Jesucristo, que os fue antes anunciado; a quien dé cierto es necesario que el cielo reciba hasta los tiempos de la restauración de todas las cosas, de que habló Dios por boca de sus santos profetas que han sido desde tiempo antiguo" (Hechos 3:19-21).
¿Qué son estos "tiempos de refrigerio" y "tiempos de la restauración de todas las cosas" de que Pedro habló? El plan divino de salvación tiene que ver con restauración.
“Entonces los que se habían reunido le preguntaron, diciendo: Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo? Y les dijo: No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad; pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra” (Hechos 1:6-8).
En los últimos días de la historia de esta tierra, debe renovarse el pacto de Dios con su pueblo que guarda sus mandamientos. "En aquel día yo haré por ellos un pacto con las fieras del campo, y con las aves del cielo, y con los reptiles del suelo; y quebraré el arco y la espada, y quitaré la guerra de en medio de la tierra; y haré que duerman ellos seguros. Y te desposaré conmigo para siempre: sí, te desposaré conmigo en justicia, y en rectitud, y en misericordia y en compasiones; también te desposaré conmigo en fidelidad, y tú conocerás a Jehová.
"Sucederá también que en aquel día yo responderé, dice Jehová; yo responderé a los cielos, y ellos responderán a la tierra; y la tierra responderá al trigo y al vino y al aceite; y ellos responderán a Jezreel. Y te sembraré para mí mismo en la tierra; y me compadeceré de la no compadecida, y al que dije que no era mi pueblo, le diré: ¡Pueblo mío eres! y él me dirá a mí: ¡Tú eres mi Dios!" (Vers. 18-23, V.M.)
"Y acontecerá en aquel tiempo, que los que hubieren quedado de Israel, y los que hubieren quedado de la casa de Jacob, ... se apoyarán con verdad en Jehová Santo de Israel." (Isa. 10: 20.)
De "toda nación y tribu y lengua y pueblo" saldrán algunos que responderán gozosamente al mensaje: "Temed a Dios, y dadle honra; porque la hora de su juicio es venida." Se apartarán de todo ídolo que los una a la tierra, y adorarán "a aquel que ha hecho el cielo y la tierra y el mar y las fuentes de las aguas." Se librarán de todo enredo, y se destacarán ante el mundo como monumentos de la misericordia de Dios. Obedientes a los requerimientos divinos, serán reconocidos por los ángeles y por los hombres como quienes guardaron "los mandamientos de Dios, y la fe de Jesús." (Apoc. 14: 6, 7, 12.)
"He aquí vienen días, dice Jehová, en que el que ara alcanzará al segador, y el pisador de las uvas al que lleva la simiente; y los montes destilarán mosto, y todos los collados se derretirán. Y tornaré el cautiverio de mi pueblo Israel, y edificarán ellos las ciudades asoladas, y las habitarán; y plantarán viñas, y beberán el vino de ellas; y harán huertos, y comerán el fruto de ellos. Pues los plantaré sobre su tierra, y nunca más serán arrancados de su tierra que yo les dí, ha dicho Jehová Dios tuyo." (Amós 9: 13-15.)
“Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio, y él envíe a Jesucristo, que os fue antes anunciado; a quien de cierto es necesario que el cielo reciba hasta los tiempos de la restauración de todas las cosas, de que habló Dios por boca de sus santos profetas que han sido desde tiempo antiguo” (Hechos 3:19-21).
"Estaban todos atónitos y perplejos, diciéndose unos a otros: ¿Qué quiere decir esto? Pero otros, burlándose, decían: Están borrachos. Entonces Pedro, poniéndose en pie con los once, alzó la voz y les habló diciendo: Judíos y todos los que habitáis en Jerusalén, esto os sea notorio, y oíd mis palabras, pues estos no están borrachos, como vosotros suponéis, puesto que es la hora tercera del día. Pero esto es lo dicho por el profeta Joel: (Hechos 2:12-16 RV)
Hoy estamos en los últimos días de la historia de nuestro mundo.
Sofonías 1:12 "Acontecerá en aquel tiempo que yo escudriñaré a Jerusalén con linterna y castigaré a los hombres que reposan tranquilos como el vino asentado, los cuales dicen en su corazón: "Jehová ni hará bien ni hará mal". (RV)
Este significado es para los últimos días cuando la gente está nuevamente en la complacencia y no tiene ningún temor a Dios. Ellos no se preocupan de purificarse para ser aceptados por Dios. Eso es lo que sucede actualmente. Así sucedió con Moab y Dios lo castigó.
Jeremías 48:11 Tranquilo estuvo Moab desde su juventud; sobre sus sedimentos ha estado reposado; no fue vaciado de vasija en vasija ni nunca estuvo en cautiverio. Por eso conservó su propio sabor y no ha perdido su aroma. (RV)
¿Qué haremos nosotros?
“Por tanto, hermanos, tened paciencia hasta la venida del Señor. Mirad cómo el labrador espera el precioso fruto de la tierra, aguardando con paciencia hasta que reciba la lluvia temprana y la tardía.
Tened también vosotros paciencia, y afirmad vuestros corazones; porque la venida del Señor se acerca.” Santiago 5: 7, 8
Espere Israel en Dios. El Señor de la viña está ahora mismo juntando de entre los hombres de todas las naciones y todos los pueblos los preciosos frutos que ha estado aguardando desde hace mucho. Pronto vendrá a los suyos; y en aquel alegre día se habrá cumplido finalmente su eterno propósito para la casa de Israel. "Días vendrán cuando Jacob echará raíces, florecerá y echará renuevos Israel, y la haz del mundo se henchirá de fruto." (Isa. 27: 6.)
Bendiciones.
Luego todo Israel será salvo.