Gary Crampton escribió un artículo titulado "La Visión Bíblica de la Ciencia", y éste fue traducido por Alexander Rodríguez al español y publicado en su blog llamado "Metanoia: Spa Mental".
En este artículo, Gary Crampton nos ofrece varias razones de porqué no debemos confiar en las ciencia como descubridora de verdades tal cual nos lo han hecho creer desde siempre. Cosas como la evolución, entre otras, se nos hacen pasar como hechos indiscutiblemente verdaderos, pero a la luz de los defectos lógicos de la forma y los métodos por los cuales han llegado a este tipo de afirmaciones, podemos decir con confianza que aquellas no tienen ningún tipo de justificación racional.
Pues bien, aquí les dejo con el artículo. Desde aquí pueden acceder al lugar de donde lo obtuve.
Muchos no-Cristianos, y demasiados Cristianos, son de la opinión de que la ciencia (es decir, las ciencias físicas o naturales) son un creciente cuerpo de verdades sobre el universo. El progreso de la ciencia, sus triunfos tecnológicos, se nos dice, demuestran su veracidad. La ciencia es aparentemente inexpugnable. Después de todo, funciona, ¿o no? ¿Y no es el éxito la medida de la verdad?
Siendo este el caso, cuando la Biblia y la ciencia parecen estar en oposición, necesitamos reinterpretar la Biblia. Por ejemplo, ya que la ciencia nos dice (y el papa está de acuerdo) que (algún tipo de) la evolución es un hecho, no meramente una teoría, entonces necesitamos tomar una mirada fresca a Génesis 1. Ya no podemos aseverar con el Catecismo Corto de Westminster (Q 9) que "la obra de la creación es el hecho de Dios de hacer todas las cosas de la nada, por Su Palabra, de Su poder, en espacio de seis días, y todo muy bueno." El creacionismo de seis-días necesita ser re-examinado. Se nos asegura que es una visión oscurantista de las cosas.
Hablar en contra de este estilo de pensar científico es casi una blasfemia en algunos círculos, porque, para muchos, la ciencia es el dios de este siglo. Sin embargo, esa es precisamente la intención de este ensayo, blasfemar al dios de la ciencia. La ciencia, como veremos, no es el revelador principal de la verdad. De hecho, la ciencia no es capaz de revelar ni una sola verdad en lo absoluto.
Entonces, ¿cuál es la visión Bíblica de la ciencia? La ciencia nos permite cumplir el mandato de Génesis 1:28: "Dios los bendijo y les dijo [a Adán y Eva]: "Sean fecundos y multiplíquense. Llenen la tierra y sométanla. Ejerzan dominio sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo y sobre todo ser viviente que se mueve sobre la tierra." La ciencia nos provee direcciones para hacer cosas, u "operar", en este mundo. No nos explica cómo funcionan las leyes de la naturaleza, ni tampoco nos define ni nos describe las cosas con exactitud. La ciencia no descubre verdades; es un método para dominar y utilizar la naturaleza; es meramente una disciplina práctica que nos ayuda a vivir en el universo de Dios y a someterla.
Por extraño que pudiera sonar al lector que la ciencia jamás provea verdades, es precisamente esta creencia la que ha sido sostenida por científicos y filósofos prominentes. Albert Einstein, por ejemplo, hablando acerca de nuestro conocimiento del universo, dijo: "No sabemos nada sobre él... La verdadera naturaleza de las cosas, eso jamás lo sabremos, jamás." El filósofo británico Karl Popper escribió: "Sabemos que nuestras teorías científicas siempre se quedan en hipótesis... En la ciencia no hay conocimiento, en el sentido en que Platón y Aristóteles comprendieron el término, en el sentido que implica finalización; en la ciencia jamás tenemos suficientes razones para la creencia de que hemos alcanzado la verdad." Popper siguió diciendo: "Incluso puede ser demostrado que todas las teorías [científicas], incluyendo las mejores, tienen la misma probabilidad, esto es, cero." Más adelante Bertrand Russell, de quien citaremos abajo, aseveró que todas las leyes científicas están basadas en argumentos falaces. Además, el filósofo Paul Feyerabend, en su libro Against Method: Outline of an Anarchistic Theory of Knowledge (Contra el Método: Un Bosquejo de una Teoría Anarquista del Conocimiento), escribió:
John Robbins ha señalado que existen por lo menos cinco dificultades lógicas con la ciencia; es decir, cinco razones por la cual la ciencia jamás puede emitir verdades:
1) La observación es poco fiable. Los científicos no realizan un experimento una sola vez. Los experimentos son siempre repetidos, y los resultados casi siempre difieren en alguna manera. ¿Por qué? Porque los sentidos tienden a engañarnos; no deben ser sujeto de nuestra confianza. Por tanto, lecturas numerosas son tomadas en un intento de guardarse en contra de observaciones imprecisas. Tanto así es el caso con la ciencia, que las pruebas con resultados imposibles de repetir casi nunca son tomados en serio. Pero si la observación es poco fiable, si los sentidos son tan fácilmente engañados, si los resultados frecuentemente difieren, ¿por qué debería uno creer que ha descubierto verdades por medio de la observación?
2) Todos los experimentos científicos cometen la falacia de la afirmación de lo consecuente. En forma de silogismo, esto es expresado así: "Si p, entonces q. q; por tanto, p." Bertrand Russell, ciertamente para nada amigo de la Cristiandad, lo enunció de esta manera:
En el laboratorio, los científicos proceden con una hipótesis. En este caso, la hipótesis es: "Si un pan es una piedra y las piedras son alimenticias, entonces este pan me alimentará." 'El científico luego intenta deducir los resultados que pronosticó ocurrirían si la hipótesis fuese verdadera, tal como "este pan me alimenta". Luego opera un experimento para probar la hipótesis y ver si los resultados pronosticados ocurren. Así que se sienta a la mesa y se come el pan, y milagro de milagros, el pan ciertamente le alimenta. La hipótesis, concluye, es confirmada: "Este pan es una piedra y las piedras son alimenticias." ¿Piensan que es tonto? ¡Sí! Sin embargo, como Russell ha aseverado, no es "fundamentalmente diferente del argumento sobre el cual todas las leyes científicas están basadas." Esto es, todas las leyes científicas están basadas sobre argumentos falaces.
3) La ciencia comete la falacia inductiva. La inducción es el intento de derivar una ley general a partir de instancias particulares. La ciencia es necesariamente inductiva. Por ejemplo, si un científico está estudiando cuervos, él pudiera observar 999 cuervos y encontrar que todos son negros. Pero, ¿podrá en algún momento aseverar que todos los cuervos son negros? No; el siguiente cuervo que observe pudiera ser un albino. Uno jamás puede observar a todos los cuervos: pasado, presente y futuro. Las proposiciones universales jamás pueden ser obtenidas por observación. Por tanto, la ciencia jamás puede proveer enunciados verdaderos.
4) Las ecuaciones son siempre selectas, jamás son descubiertas. En el laboratorio, el científico busca determinar el punto de ebullición del agua. Ya que el agua casi nunca hierve a la misma temperatura, el científico conducirá una serie de experimentos y los resultados un tanto diferentes son anotados. Luego deberá promediarlos. Pero ¿qué tipo de promedio utilizará: media, moda o mediana? El científico deberá escoger; y el tipo de promedio que escoja será su propia decisión; no es dictado por la data en sí. Por eso, el promedio que escoja es precisamente eso, es decir, un promedio, no los datos reales arrojados por el experimento.
Una vez los resultados de la prueba han sido promediados, el científico calculará el error variable en sus lecturas. Probablemente señalará los puntos o áreas de la data en una gráfica. Luego dibujará una curva a través de los puntos o áreas resultantes en la gráfica. ¿Pero cuántas curvas, cada una describiendo una ecuación diferente, son posibles? Una cantidad infinita de curvas es posible. Pero el científico dibuja una sola. ¿Cuál es la probabilidad de que un científico escoja la curva correcta a partir de un número infinito de posibilidades? La probabilidad es de uno sobre infinitud, o sea cero. Por tanto, todas las leyes científicas son falsas. No hay posibilidad de que sean ciertas. Como citamos arriba, el enunciado de Karl Popper es correcto: "Incluso puede ser demostrado que todas las teorías [científicas], incluyendo las mejores, tienen la misma probabilidad, esto es, cero."
5) Todas las leyes científicas describen situaciones ideales. Como [Gordon] Clark ha dicho, "En el mejor de los casos, la ley científica es una construcción y no un descubrimiento, y la construcción depende de factores jamás vistos bajo un microscopio, jamás pesados en una balanza, jamás tocados ni manipulados." Clark utiliza la ley del péndulo como ejemplo:
De nuestro estudio de estas cinco dificultades lógicas, se puede ver fácilmente que la ciencia no es capaz de otorgar ninguna verdad. Y si el método científico es un tejido de falacias lógicas, ¿por qué es que los Cristianos buscan discutir desde la ciencia hacia la verdad? Enunciado de forma simple, no deberían hacerlo. La ciencia es útil para cumplir su propósito, esto es, someter la Tierra. Pero es útil sólo para eso, nada más.
La pregunta surge: "Si la ciencia jamás otorga verdades, ¿cómo es que puede ser tan exitosa?" Esto depende de cómo uno define el éxito. Ahora somos capaces de poner a un hombre en la luna; también somos capaces de destruír a nuestro prójimo tan sólo apretando un botón. ¿Son estas las medidas del éxito? Las teorías científicas siempre están cambiando (y en cambio, la verdad es eterna). ¿Es el cambio constante una medida de éxito?
La ciencia es exitosa cuando uno comprende su propósito, y cuando uno comprende que las teorías falsas a veces funcionan. La ciencia Newtoniana, por ejemplo, funcionó por años. Ha sido reemplazada por la teoría de Einstein. Pero aunque él pensaba que su teoría era una mejor aproximación a la verdad que la de Newton, Einstein declaró que su propia teoría era falsa.
La ciencia tiene su lugar en la filosofía Cristiana, y un lugar importante. Pero la ciencia jamás debe ser vista como un medio para aprender verdades. La verdad se encuentra sólo en las Escrituras; la Biblia tienen un monopolio sobre la verdad. Es la Palabra de Dios la que debe ser creída, y no los experimentos de los hombres. Como Robbins ha dicho: "La ciencia es falsa, y deberá ser siempre falsa. Las Escrituras son verdaderas y deberán ser siempre verdaderas. El asunto está tan claro y tan simple."
Dios les guarde...
En este artículo, Gary Crampton nos ofrece varias razones de porqué no debemos confiar en las ciencia como descubridora de verdades tal cual nos lo han hecho creer desde siempre. Cosas como la evolución, entre otras, se nos hacen pasar como hechos indiscutiblemente verdaderos, pero a la luz de los defectos lógicos de la forma y los métodos por los cuales han llegado a este tipo de afirmaciones, podemos decir con confianza que aquellas no tienen ningún tipo de justificación racional.
Pues bien, aquí les dejo con el artículo. Desde aquí pueden acceder al lugar de donde lo obtuve.
LA VISIÓN BÍBLICA DE LA CIENCIA
Por Gary Crampton
Por Gary Crampton
Muchos no-Cristianos, y demasiados Cristianos, son de la opinión de que la ciencia (es decir, las ciencias físicas o naturales) son un creciente cuerpo de verdades sobre el universo. El progreso de la ciencia, sus triunfos tecnológicos, se nos dice, demuestran su veracidad. La ciencia es aparentemente inexpugnable. Después de todo, funciona, ¿o no? ¿Y no es el éxito la medida de la verdad?
Siendo este el caso, cuando la Biblia y la ciencia parecen estar en oposición, necesitamos reinterpretar la Biblia. Por ejemplo, ya que la ciencia nos dice (y el papa está de acuerdo) que (algún tipo de) la evolución es un hecho, no meramente una teoría, entonces necesitamos tomar una mirada fresca a Génesis 1. Ya no podemos aseverar con el Catecismo Corto de Westminster (Q 9) que "la obra de la creación es el hecho de Dios de hacer todas las cosas de la nada, por Su Palabra, de Su poder, en espacio de seis días, y todo muy bueno." El creacionismo de seis-días necesita ser re-examinado. Se nos asegura que es una visión oscurantista de las cosas.
Hablar en contra de este estilo de pensar científico es casi una blasfemia en algunos círculos, porque, para muchos, la ciencia es el dios de este siglo. Sin embargo, esa es precisamente la intención de este ensayo, blasfemar al dios de la ciencia. La ciencia, como veremos, no es el revelador principal de la verdad. De hecho, la ciencia no es capaz de revelar ni una sola verdad en lo absoluto.
Entonces, ¿cuál es la visión Bíblica de la ciencia? La ciencia nos permite cumplir el mandato de Génesis 1:28: "Dios los bendijo y les dijo [a Adán y Eva]: "Sean fecundos y multiplíquense. Llenen la tierra y sométanla. Ejerzan dominio sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo y sobre todo ser viviente que se mueve sobre la tierra." La ciencia nos provee direcciones para hacer cosas, u "operar", en este mundo. No nos explica cómo funcionan las leyes de la naturaleza, ni tampoco nos define ni nos describe las cosas con exactitud. La ciencia no descubre verdades; es un método para dominar y utilizar la naturaleza; es meramente una disciplina práctica que nos ayuda a vivir en el universo de Dios y a someterla.
Por extraño que pudiera sonar al lector que la ciencia jamás provea verdades, es precisamente esta creencia la que ha sido sostenida por científicos y filósofos prominentes. Albert Einstein, por ejemplo, hablando acerca de nuestro conocimiento del universo, dijo: "No sabemos nada sobre él... La verdadera naturaleza de las cosas, eso jamás lo sabremos, jamás." El filósofo británico Karl Popper escribió: "Sabemos que nuestras teorías científicas siempre se quedan en hipótesis... En la ciencia no hay conocimiento, en el sentido en que Platón y Aristóteles comprendieron el término, en el sentido que implica finalización; en la ciencia jamás tenemos suficientes razones para la creencia de que hemos alcanzado la verdad." Popper siguió diciendo: "Incluso puede ser demostrado que todas las teorías [científicas], incluyendo las mejores, tienen la misma probabilidad, esto es, cero." Más adelante Bertrand Russell, de quien citaremos abajo, aseveró que todas las leyes científicas están basadas en argumentos falaces. Además, el filósofo Paul Feyerabend, en su libro Against Method: Outline of an Anarchistic Theory of Knowledge (Contra el Método: Un Bosquejo de una Teoría Anarquista del Conocimiento), escribió:
"Bajo un análisis más riguroso, encontramos incluso que la ciencia no conoce ningún 'hecho al desnudo' en lo absoluto, sino que los 'hechos' que entran a nuestro conocimiento ya son conocidos en alguna manera y son, por tanto, esencialmente ideacionales. Siendo este el caso, la historia de la ciencia será tan compleja, caótica, llena de errores y entretenida como las ideas que contenga, y estas ideas serán a su vez tan complejas, caóticas, llenas de errores y entretenidas como lo sean las mentes de aquellos quienes las hayan inventado."
John Robbins ha señalado que existen por lo menos cinco dificultades lógicas con la ciencia; es decir, cinco razones por la cual la ciencia jamás puede emitir verdades:
1) La observación es poco fiable. Los científicos no realizan un experimento una sola vez. Los experimentos son siempre repetidos, y los resultados casi siempre difieren en alguna manera. ¿Por qué? Porque los sentidos tienden a engañarnos; no deben ser sujeto de nuestra confianza. Por tanto, lecturas numerosas son tomadas en un intento de guardarse en contra de observaciones imprecisas. Tanto así es el caso con la ciencia, que las pruebas con resultados imposibles de repetir casi nunca son tomados en serio. Pero si la observación es poco fiable, si los sentidos son tan fácilmente engañados, si los resultados frecuentemente difieren, ¿por qué debería uno creer que ha descubierto verdades por medio de la observación?
2) Todos los experimentos científicos cometen la falacia de la afirmación de lo consecuente. En forma de silogismo, esto es expresado así: "Si p, entonces q. q; por tanto, p." Bertrand Russell, ciertamente para nada amigo de la Cristiandad, lo enunció de esta manera:
"Todos los argumentos inductivos en última instancia se reducen a la siguiente forma: "Si esto es cierto, aquello es cierto: aquello es cierto, por tanto esto cierto." Este argumento es, por supuesto, formalmente falaz. Supongamos que yo diga: "Si un pan es una piedra y las piedras son alimenticias, entonces este pan me alimentará; vemos que este pan sí me alimenta; por tanto, es una piedra, y las piedras son alimenticias." Si yo fuera a producir un argumento como este, ciertamente se me pensará como un tonto, y sin embargo no sería fundamentalmente diferente que el argumento sobre el cual todas las leyes científicas están basadas."
En el laboratorio, los científicos proceden con una hipótesis. En este caso, la hipótesis es: "Si un pan es una piedra y las piedras son alimenticias, entonces este pan me alimentará." 'El científico luego intenta deducir los resultados que pronosticó ocurrirían si la hipótesis fuese verdadera, tal como "este pan me alimenta". Luego opera un experimento para probar la hipótesis y ver si los resultados pronosticados ocurren. Así que se sienta a la mesa y se come el pan, y milagro de milagros, el pan ciertamente le alimenta. La hipótesis, concluye, es confirmada: "Este pan es una piedra y las piedras son alimenticias." ¿Piensan que es tonto? ¡Sí! Sin embargo, como Russell ha aseverado, no es "fundamentalmente diferente del argumento sobre el cual todas las leyes científicas están basadas." Esto es, todas las leyes científicas están basadas sobre argumentos falaces.
3) La ciencia comete la falacia inductiva. La inducción es el intento de derivar una ley general a partir de instancias particulares. La ciencia es necesariamente inductiva. Por ejemplo, si un científico está estudiando cuervos, él pudiera observar 999 cuervos y encontrar que todos son negros. Pero, ¿podrá en algún momento aseverar que todos los cuervos son negros? No; el siguiente cuervo que observe pudiera ser un albino. Uno jamás puede observar a todos los cuervos: pasado, presente y futuro. Las proposiciones universales jamás pueden ser obtenidas por observación. Por tanto, la ciencia jamás puede proveer enunciados verdaderos.
4) Las ecuaciones son siempre selectas, jamás son descubiertas. En el laboratorio, el científico busca determinar el punto de ebullición del agua. Ya que el agua casi nunca hierve a la misma temperatura, el científico conducirá una serie de experimentos y los resultados un tanto diferentes son anotados. Luego deberá promediarlos. Pero ¿qué tipo de promedio utilizará: media, moda o mediana? El científico deberá escoger; y el tipo de promedio que escoja será su propia decisión; no es dictado por la data en sí. Por eso, el promedio que escoja es precisamente eso, es decir, un promedio, no los datos reales arrojados por el experimento.
Una vez los resultados de la prueba han sido promediados, el científico calculará el error variable en sus lecturas. Probablemente señalará los puntos o áreas de la data en una gráfica. Luego dibujará una curva a través de los puntos o áreas resultantes en la gráfica. ¿Pero cuántas curvas, cada una describiendo una ecuación diferente, son posibles? Una cantidad infinita de curvas es posible. Pero el científico dibuja una sola. ¿Cuál es la probabilidad de que un científico escoja la curva correcta a partir de un número infinito de posibilidades? La probabilidad es de uno sobre infinitud, o sea cero. Por tanto, todas las leyes científicas son falsas. No hay posibilidad de que sean ciertas. Como citamos arriba, el enunciado de Karl Popper es correcto: "Incluso puede ser demostrado que todas las teorías [científicas], incluyendo las mejores, tienen la misma probabilidad, esto es, cero."
5) Todas las leyes científicas describen situaciones ideales. Como [Gordon] Clark ha dicho, "En el mejor de los casos, la ley científica es una construcción y no un descubrimiento, y la construcción depende de factores jamás vistos bajo un microscopio, jamás pesados en una balanza, jamás tocados ni manipulados." Clark utiliza la ley del péndulo como ejemplo:
"La ley del péndulo enuncia que el período de la oscilación es proporcional a la raíz cuadrada de la longitud. Si, en cambio, el peso del objeto esta distribuído de modo disparejo alrededor de su centro, la ley no resultará. La ley asume que el objeto es homogéneo, que el peso está simétricamente distribuído por todos los ejes, o más técnicamente, que la masa está concentrada en un sólo punto. Ningún objeto tal existe, y por tanto la ley no es una descripción certera de un péndulo tangible. Segundo, la ley asume que el péndulo se mece de una cuerda sin tensión. Tal cuerda no existe, tal que la ley científica no describe un péndulo real. Pero, la ley pudiera ser cierta sólo si el péndulo se meciera en un eje sin fricción. No existe tal eje. Se deduce, por tanto, que ningún péndulo visible está en acuerdo con la fórmula matemática, y que la fórmula no es una descripción de un péndulo existente."
De nuestro estudio de estas cinco dificultades lógicas, se puede ver fácilmente que la ciencia no es capaz de otorgar ninguna verdad. Y si el método científico es un tejido de falacias lógicas, ¿por qué es que los Cristianos buscan discutir desde la ciencia hacia la verdad? Enunciado de forma simple, no deberían hacerlo. La ciencia es útil para cumplir su propósito, esto es, someter la Tierra. Pero es útil sólo para eso, nada más.
La pregunta surge: "Si la ciencia jamás otorga verdades, ¿cómo es que puede ser tan exitosa?" Esto depende de cómo uno define el éxito. Ahora somos capaces de poner a un hombre en la luna; también somos capaces de destruír a nuestro prójimo tan sólo apretando un botón. ¿Son estas las medidas del éxito? Las teorías científicas siempre están cambiando (y en cambio, la verdad es eterna). ¿Es el cambio constante una medida de éxito?
La ciencia es exitosa cuando uno comprende su propósito, y cuando uno comprende que las teorías falsas a veces funcionan. La ciencia Newtoniana, por ejemplo, funcionó por años. Ha sido reemplazada por la teoría de Einstein. Pero aunque él pensaba que su teoría era una mejor aproximación a la verdad que la de Newton, Einstein declaró que su propia teoría era falsa.
La ciencia tiene su lugar en la filosofía Cristiana, y un lugar importante. Pero la ciencia jamás debe ser vista como un medio para aprender verdades. La verdad se encuentra sólo en las Escrituras; la Biblia tienen un monopolio sobre la verdad. Es la Palabra de Dios la que debe ser creída, y no los experimentos de los hombres. Como Robbins ha dicho: "La ciencia es falsa, y deberá ser siempre falsa. Las Escrituras son verdaderas y deberán ser siempre verdaderas. El asunto está tan claro y tan simple."
Dios les guarde...