Re: LA UNICA IGLESIA VERDADERA Y VIVIENTE SOBRE LA FAZ DE TODA LA TIERRA
No es para reírse sino para llorar.
Y llorar de verdad.
No es para reírse sino para llorar.
Y llorar de verdad.
Esa fue la parte en donde mas me reí...![]()
por cuantos muertos te has bautizado?
Unos 10 aprox?
no estoy muy seguro porque era muy joven
Cita Originalmente enviado por Moroni
Vas a acabar muy mal ... Lo que se hace en el templo es muy sagrado y no debe ser expuesto.
Cita Originalmente enviado por xtonyx
Esa fue la parte en donde mas me reí...
"El darwinismo, el islamismo y el mormonismo son las religiones que impuso un ángel,
un ángel caído al que le espera el fuego del infierno junto con sus seguidores que saldrán
pegados a sus sucias faldas para su segunda y definitiva muerte en el día del juicio, hoy"
Hans Matz
jejeje.
Es que me parto de la risa con tanta tontería...
Saludos.
jejeje.
Es que me parto de la risa con tanta tontería...
Saludos.
Esa fue la parte en donde mas me reí...![]()
jejeje.
Es que me parto de la risa con tanta tontería...
Sin cinturon de Oro de justicia... solo le queda al angel inicuo bajarse los pantalones para fornicar con la mujeres como Huxley, Mohamed y el sucio de J. Smith lo hicieron. Por ello el infierno sigue como ayer; ardiendo.¿sucias faldas? jejeje.Es que me parto de la risa con tanta tontería...Bueno, Jansen tu estás igual o incluso más perdido que rey Pacífico. Saludos.
José Smith ha establecido los cimientos del Reino de Dios en los últimos días (DBY, 458).
Esta historia de como smith consiguió las planchas de oro me hizo reír...mucho.
Conocí a la familia Smith, conocidos como los autores de la Biblia Mormona, en el año 1820. En esa época se dedicaban a la actividad de excavación de dinero, lo cual hicieron hasta el fin del año 1827. En el año 1822, yo estaba comprometido en la excavación de un pozo. Contraté a Alvin y a José Smith para que me ayudaran. José es ahora conocido como el profeta Mormón. Después de cavar unos seis metros por debajo de la superficie de la tierra, descubrimos una piedra de apariencia singular, la cual excitó mi curiosidad. Me ayudaron a salir del pozo, y mientras estábamos examinando la piedra, José la puso en su sombrero, y luego puso su cara en la parte superior del sombrero. Smith dijo que él sacó la piedra del pozo, pero eso es falso. No había nadie más en el pozo aparte de mí. A la mañana siguiente vino a verme y quiso obtener la piedra, diciendo que podía ver en ella, pero le dije que no quería separarme de ella a causa de su ser una curiosidad, pero que se la podía prestar. Después de obtener la piedra, José comenzó a contar acerca de las maravillas que podía descubrir al ver en ella, lo cual causó tanto alboroto entre la parte más crédula de la comunidad que pedí que me devolviera la piedra. La tomó prestada cerca de dos años. -Creo que, en algún momento en 1825, Hiram Smith (hermano de José Smith) vino a pedirme que le prestara la piedra, alegando que querían llevar a cabo algunos asuntos de importancia, que no podían llevarse a cabo sin la ayuda de la piedra. Yo le dije que no era de ningún valor en particular para mí, pero que quería mantenerla como una curiosidad, y que si me iba a dar su palabra de honor que me la iba a devolver cuando se la pidiera, se la podría llevar. Hirum me lo prometió y se llevó la piedra. En ese momento pensé que podía confiar en su palabra, siendo que la religión era su profesión, pero en esto me ha decepcionado ya que no mantuvo su promesa.
En el otoño de 1826, un amigo vino a visitarme y quiso ver la piedra de la que tanto se había hablado, y le dije que si quería ir conmigo a lo de los Smith (quienes vivían a una distancia de cerca de media milla), podría verla. Pero para mi sorpresa, cuando le pedí a Smith que me devolviera la piedra él me dijo que no la podría tener. Yo le dije que me pertenecía, y le repetí la promesa que me hizo al momento de obtener la piedra: pero en ese momento me enfrentó con una mirada maligna y dijo: "No me importa a quién demonios le pertenece, no la vas a tener".
En el mes de junio de 1827, José Smith padre me contó la siguiente historia: "Que hacía unos años, un espíritu se le apareció a José, su hijo, en una visión, y le informó de que en cierto lugar había un registro sobre planchas de oro, y que él era la persona que debía obtenerlas, y esto debía hacerse de la siguiente manera: El 22 de septiembre, se debía presentar en el lugar donde estaba depositado el manuscrito, vestido con ropa de color negro , y montando un caballo negro con un látigo, y que debía exigir el libro usando un nombre específico, y que después de conseguirlo, tenía que ir en la dirección opuesta, y no ponerlo en el suelo ni mirar hacia atrás. Por consiguiente, equiparon a José con un traje negro y pidieron prestado un caballo negro. Se presentó en el lugar indicado y exigió el libro, el cual se encontraba en una caja de piedra, sin sellar, y tan cerca de la superficie de la base de que él podía ver uno de sus extremos, y levantándolo, sacó el libro de oro; pero temiendo que alguien pudiera descubrir de dónde lo sacó, lo dejó en el suelo mientras tapaba el agujero, y al darse vuelta, para su sorpresa no había ningún libro a la vista.Volvió a abrir la caja, y en ella vio el libro, y trató de sacarlo, pero no pudo. Vio en la caja algo así como un sapo, que pronto asumió la apariencia de un hombre, y le golpeó en el costado de su cabeza.-Sin desanimarse por pequeñeces, de nuevo se agachó y se esforzó por tomar el libro, cuando el espíritu lo golpeó otra vez, y lo tiró a unos veinte metros, y lo lastimó tremendamente. Después de recuperarse del susto, le preguntó por qué no podía obtener las planchas, a lo que el espíritu le respondió, porque no había obedecido sus órdenes.José le preguntó cuándo podría obtenerlo, y se le contestó: en un año desde el día de hoy, y trae contigo a tu hermano mayor, y las tendrás. Este espíritu, dijo, era el espíritu del profeta que escribió ese libro, quien fue enviado a José Smith para darle a conocer estas cosas. Antes del fin del año, su hermano mayor murió, ¡lo que el viejo dijo que era un accidente con suerte!
José fue a un año de ese día, para exigir el libro, y el espíritu le preguntó por su hermano, y él le dijo que estaba muerto. El espíritu entonces le ordenó que viniera otra vez, en un año, y que trajera con él un varón. Al preguntar quién podría ser el hombre, que le respondió que él lo sabría cuando lo viera.
José creyó que un tal Samuel T. Lawrence era el hombre aludido por el espíritu, y fue con él a una colina singular en Manchester de apariencia, y le mostró dónde estaba el tesoro. Lawrence le preguntó si alguna vez había descubierto algo más con las planchas de oro, dijo que no: luego le pidió que mirara en su piedra, para ver si había algo más. Él miró, y dijo que no había nada. Le pidió que mirara de nuevo y viera si no había un gran par de lentes con las planchas, José miró y vio un par de gafas, las mismas con las que dijo que tradujo el Libro de Mormón. Lawrence le dijo que no sería prudente dejar que alguien viera las planchas por unos dos años, ya que sería un gran disturbio en el barrio. No mucho después de esto, José cambió de opinión y le dijo a Lawrence que no era el hombre adecuado, y que no le había dicho el lugar correcto. Por esta época fue a Harmony, Pennsylvania, y se formó una amistad con una joven de nombre Emma Hale, con quien quiso casarse. -En el otoño de 1826, quería ir a Pennsylvania para casarse, pero al estar desprovisto de medios, puso su ingenio a trabajar, a pensar cómo podía obtener dinero y recomendaciones, para procurar la muchacha elegida.Fue a ver a Lawrence con la siguiente historia, según me contó el propio Lawrence. Que él había descubierto en Pennsylvania, en la orilla del río Susquehannah, una rica mina de plata, y si iba con él, que podría tener una parte de los beneficios, que estaba cerca del nivel del agua, y que podían cargarlo en barcos y llevarlo por el río al Mercado en a Filadelfia. Lawrence le preguntó a José si no lo estaba engañando; no, dijo, porque yo he estado allí y lo he visto con mis propios ojos, y si lo no encuentras cuando llegamos allí, seré tu siervo por tres años.Con estas promesas tan serias y Justas, Lawrence fue inducido a creer en ellas, y accedió a ir con él. Lawrence pronto descubrió que José estaba sin dinero y tuvo que pagar sus gastos en el camino. Cuando llegaron a Pennsylvania, Joseph quiso que Lawrence lo recomendara a la señorita Hale, lo cual hizo, a pesar de que se le pidió que lo hiciera, pero no pudo deshacerse de él cuando estaba en su compañía. Lawrence entonces quiso ver la mina de plata, y él y José fueron al río y realizaron la búsqueda, pero no encontraron nada. Por lo tanto, Lawrence sufrió por sus labores, y fue a casa más liviano que cuando vino, mientras que José tuvo sus gastos pagados, y consiguió que le dieran una recomendación a su chica.
El siguiente paso de José era casarse, los padres de la niña estaban opuestos a la unión: una vez, cuando se fueron de la casa, él aprovechó la oportunidad, y se fue con ella y se casó.
Ahora, siendo que no tenía dinero, puso su ingenio a trabajar para pensar en la forma en que podría regresar a Manchester, su lugar de residencia, cuando se le ocurrió el siguiente plan, el cual tuvo mucho éxito. Fue a ver a un viejo holandés, un hombre honesto, de nombre Stowel, y le dijo que había descubierto en la orilla del Río Negro, en la localidad de Watertown, Condado de Jefferson, Nueva York, una cueva en la que había encontrado una barra de oro gruesa como su pierna y un metro de largo. -Que no podía sacarla solo, a causa de su ser rápida en una punta, y que si lo podía llevar a Manchester, NY, irían juntos y tomarían un cincel y un martillo, y la conseguirían, y Stowel podría compartir el tesoro con él. Stowel aceptó.
Poco tiempo después de su llegada a Manchester, Stowel le recordó a José su promesa, pero él respondió con calma que no iba a ir porque su esposa estaba ahora entre extraños, y estaría muy sola si él se fuera. Entonces el señor Stowel se vio obligado a regresar sin oro y con menos dinero con el que vino.
Al principio de septiembre (creo) de 1827, el Profeta me pidió que le hiciera un cofre y me informó que planeaba regresar a Pennsylvania, y como esperaba que iba a conseguir su libro de oro pronto, que quería un cofre para guardarlo bajo llave, dándome a entender, al mismo tiempo, que si quería hacer el cofre que me daría un porcentaje de las ganancias del libro. Le dije que mi negocio era tal que no podía hacerlo: pero que si me traía el libro, yo se lo guardaría bajo llave. Dijo que no lo podía hacer, siendo que se le fue mandado que lo mantuviera por dos años sin dejar que nadie lo viera, aparte de sí mismo. Sin embargo él no mantuvo este mandamiento, ya que en menos de dos años doce hombres dijeron que lo habían visto. Le dije que las trajera y convenciera de que eran reales y que le haría un cofre, pero él dijo que no lo haría, ya que debía tener un cofre para encerrar el libro en cuanto lo sacara de la tierra. Lo vi un par de días después, cuando me dijo que tenía que hacer el cofre. Le dije claramente que no podía, después de lo cual me dijo que no iba a tener ninguna participación en las ganancias del libro.
Unas semanas después de esta conversación, vino a mi casa, y me contó la siguiente historia: Que el día 22 de septiembre, se levantó muy temprano y tomó, sin permiso o licencia, un vagón y un caballo de alguien que se había quedado toda la noche en su casa, y, junto con su esposa fue a la colina donde estaba el libro. Dejó a su esposa en el carro, en el camino, y fue solo a la montaña, a una distancia de unos doscientos metros de la carretera. Dijo que tomó el libro de la tierra y lo escondió en las ramas de un árbol, y regresó a su casa. Luego fue a la ciudad de Macedon para trabajar. Después de unos diez días, habiéndosele sugerido que alguien había tomado su libro, su esposa fue tras él, contrató un caballo, y fue a su casa por la tarde, donde tomó una taza de té, después de lo cual fue a buscar su libro. Luego de encontrarlo a salvo, se quitó la chaqueta y envolviendo el libro en ella, lo puso bajo el brazo y corrió todo el camino a su casa, a una distancia de unos tres kilómetros. Él dijo que pensó que debía pesar unos treinta kilos, pero que estaba seguro que pesaba al menos 20. En el regreso a casa dijo que fue atacado por dos hombres en el bosque, y que los tiró a ambos al suelo y que escapó, y que llegó a salvo y aseguró su tesoro. -Luego observó que si no hubiera sido por esa piedra (la cual él reconoció que me pertenecía a mí), que no habría podido obtener el libro. Pocos días después, le dijo a uno de mis vecinos que no había conseguido tal libro y que nunca había existido, pero que había inventado la historia para engañar al maldito tonto (refiriéndose a mí), para conseguir que le hiciera un cofre. Sus vecinos estaban tan disgustados con sus historias tan tontas que decidió regresar a Pennsylvania para evitar lo que él llamó su persecución. Fue entonces que se puso a planear cómo podía conseguir dinero para cubrir sus gastos. Un día conoció en las calles de Palmira a un hombre rico llamado Martin Harris, y le dijo: "Tengo un mandamiento de Dios que debía pedirle al primer hombre que encontrara en la calle que me diera cincuenta dólares para que me ayudara a hacer la obra del Señor mediante la traducción de la Biblia de oro. "Martin, siendo naturalmente un hombre crédulo, le dio el dinero. En la primavera de 1829, Harris fue a Pennsylvania, y en su regreso a Palmyra informó que la esposa del Profeta tendría un hijo en el mes de junio siguiente quien sería capaz, a los dos años de edad, de traducir la Biblia de oro. A continuación, dijo él, verás a Joseph Smith caminando por las calles de Palmira con una Biblia de oro bajo el brazo, y vestido con una coraza de oro y una espada de oro que colgada de su cintura. Esto, sin embargo, eventualmente demostró ser falso.
En abril de 1830, de nuevo le pedí a Hiram que me devolviera la piedra que le había prestado; me dijo que no me la iba a dar porque José la utilizó en la traducción de la Biblia. Le recordé de su promesa, y que había dado su palabra de honor que me la iba a devolver, pero me mintió, diciendo que la piedra no era mía ni nunca lo había sido. Harris, al mismo tiempo, se enfureció, me tomó por el cuello y me dije que era un mentiroso, y que podía probarlo con doce testigos. Después de librarme de él, Hiram, en su rabia, me sacudió el puño, y me maltrató de la manera más escandalosa. Así que podría pasar a describir el carácter de estos sumos sacerdotes contando historia tras historia, cuales historias tienden a ponerlos en la misma luz en la que fueron considerados por sus vecinos, a saber: como una plaga para la sociedad. He considerado a Joseph Smith Jr. desde que primero lo conocí hasta que se fue de esta parte del país, como un hombre cuya palabra no puede ser confiada. -El personaje de Hiram era sólo un poco mejor. Lo que he dicho respecto a los personajes de estos hombres se aplica a toda la familia. Lo que he dicho con respecto al carácter de estas personas, hasta el momento, es completamente cierto. Después de que se hicieron mormones, su conducta se hizo más vergonzosa que antes. Ellos no dudan en maltratar a cualquier hombre, sin importar qué tan noble sea su carácter, si no concuerdan con sus creencias. Sus lenguas se emplean continuamente en la difusión de escándalos y abusos. A pesar de que dejaron esta parte del país sin pagar sus deudas justas, sus acreedores estaban contentos de que se fueran, en lugar de que se quedaran y molestaran al vecindario.
Firmado,
WILLARD CHASE.
En el 11 de diciembre 1833, dicho Willard Chase, apareció delante de mí, e hizo juramento de que la declaración anterior a la que se ha suscrito a su nombre, es cierta, de acuerdo con su mejor memoria y creencia.
FRED'K. SMITH,
Juez de paz del condado de Wayne.
amo a los mormones pero a ese mentiroso le tengo asco por usar el nombre de Dios en vano