LA UNICA IGLESIA VERDADERA Y VIVIENTE SOBRE LA FAZ DE TODA LA TIERRA

Re: LA UNICA IGLESIA VERDADERA Y VIVIENTE SOBRE LA FAZ DE TODA LA TIERRA


lo que a mi me da que hacer en este video es que nuestros líderes no estén tan relacionados
con estas inquietudes históricas como si lo están los de Fairmormon, Neil A Maxwell Institute, y otros...

Buen video, ese canal MormonesparaJesus es de un amigo exmormon...
creo que la entrevista estuvo muy bien planteada...
 
Re: LA UNICA IGLESIA VERDADERA Y VIVIENTE SOBRE LA FAZ DE TODA LA TIERRA

"El darwinismo, el islamismo y el mormonismo son las religiones que impuso un ángel,
un ángel caído al que le espera el fuego del infierno junto con sus seguidores que saldrán
pegados a sus sucias faldas para su segunda y definitiva muerte en el día del juicio, hoy"


Hans Matz
 
Re: LA UNICA IGLESIA VERDADERA Y VIVIENTE SOBRE LA FAZ DE TODA LA TIERRA

"El darwinismo, el islamismo y el mormonismo son las religiones que impuso un ángel,
un ángel caído al que le espera el fuego del infierno junto con sus seguidores que saldrán
pegados a sus sucias faldas para su segunda y definitiva muerte en el día del juicio, hoy"


Hans Matz

¿sucias faldas? jejeje.
Es que me parto de la risa con tanta tontería...
Bueno, Jansen tu estás igual o incluso más perdido que rey Pacífico.

Saludos.
 
Re: LA UNICA IGLESIA VERDADERA Y VIVIENTE SOBRE LA FAZ DE TODA LA TIERRA

1 Escuchad, oh pueblo de mi iglesia, dice la voz de aquel que mora en las alturas, y cuyos ojos están sobre todos los hombres; sí, de cierto digo: Escuchad, pueblos lejanos; y vosotros los que estáis sobre las islas del mar, oíd juntamente.

2 Porque, en verdad, la voz del Señor se dirige a todo hombre, y no hay quien escape; ni habrá ojo que no vea, ni oído que no oiga, ni corazón que no sea penetrado.

3 Y los rebeldes serán traspasados de mucho pesar; porque se pregonarán sus iniquidades desde los techos de las casas, y sus hechos secretos serán revelados.
4 Y la voz de amonestación irá a todo pueblo por boca de mis discípulos, a quienes he escogido en estos últimos días.
5 E irán y no habrá quien los detenga, porque yo, el Señor, los he mandado.
6 He aquí, ésta es mi autoridad y la autoridad de mis siervos, así como mi prefacio para el libro de mis mandamientos que les he dado para que os sea publicado, oh habitantes de la tierra.
7 Por tanto, temed y temblad, oh pueblo, porque se cumplirá lo que yo, el Señor, he decretado en ellos.
8 Y de cierto os digo, que a los que salgan para llevar estas nuevas a los habitantes de la tierra, les es dado poder para sellar, tanto en la tierra como en el cielo, al incrédulo y al rebelde;
9 sí, en verdad, sellarlos para el día en que la ira de Dios sea derramada sin medida sobre los malvados;
10 para el día en que el Señor venga a recompensar a cada hombre según sus obras, y medir a cada cual con la medida con que haya medido a su prójimo.

11 Por tanto, la voz del Señor habla hasta los extremos de la tierra, para que oigan todos los que quieran oír:
12 Preparaos, preparaos para lo que ha de venir, porque el Señor está cerca;
13 y la ira del Señor está encendida, y su espada se embriaga en el cielo y caerá sobre los habitantes de la tierra.
14 Y será revelado el brazo del Señor; y vendrá el día en que aquellos que no oyeren la voz del Señor, ni la voz de sus siervos, ni prestaren atención a las palabras de los profetas y apóstoles, serán desarraigados de entre el pueblo;

15 porque se han desviado de mis ordenanzas y han violado mi convenio sempiterno.
16 No buscan al Señor para establecer su justicia, antes todo hombre anda por su propio camino, y en pos de la imagen de su propio dios, cuya imagen es a semejanza del mundo y cuya substancia es la de un ídolo que se envejece y perecerá en Babilonia, sí, Babilonia la grande que caerá.

17 Por tanto, yo, el Señor, sabiendo las calamidades que sobrevendrían a los habitantes de la tierra, llamé a mi siervo José Smith, hijo, y le hablé desde los cielos y le di mandamientos;
18 y también a otros di mandamientos de proclamar estas cosas al mundo; y todo esto para que se cumpliese lo que escribieron los profetas:

19 Lo débil del mundo vendrá y abatirá lo fuerte y poderoso, para que el hombre no aconseje a su prójimo, ni ponga su confianza en el brazo de la carne;
20 sino que todo hombre hable en el nombre de Dios el Señor, el Salvador del mundo;
21 para que también la fe aumente en la tierra;

22 para que se establezca mi convenio sempiterno;
23 para que la plenitud de mi evangelio sea proclamada por los débiles y sencillos hasta los cabos de la tierra, y ante reyes y gobernantes.
24 He aquí, soy Dios, y lo he declarado; estos mandamientos son míos, y se dieron a mis siervos en su debilidad, según su manera de hablar, para que alcanzasen conocimiento;
25 y para que cuando errasen, fuese manifestado;
26 y para que cuando buscasen sabiduría, fuesen instruidos;
27 y para que cuando pecasen, fueran disciplinados para que se arrepintieran;
28 y para que cuando fuesen humildes, fuesen fortalecidos y bendecidos desde lo alto, y recibieran conocimiento de cuando en cuando.
29 Y para que mi siervo José Smith, hijo, después de haber recibido los anales de los nefitas, tuviera el poder para traducir el Libro de Mormón mediante la misericordia y el poder de Dios.
30 Y también, para que aquellos a quienes se dieron estos mandamientos tuviesen el poder para establecer los cimientos de esta iglesia y de hacerla salir de la obscuridad y de las tinieblas, la única iglesia verdadera y viviente sobre la faz de toda la tierra, con la cual yo, el Señor, estoy bien complacido, hablando a la iglesia colectiva y no individualmente,

31 porque yo, el Señor, no puedo considerar el pecado con el más mínimo grado de tolerancia.

32 No obstante, el que se arrepienta y cumpla los mandamientos del Señor será perdonado;
33 y al que no se arrepienta, le será quitada aun la luz que haya recibido; porque mi Espíritu no luchará siempre con el hombre, dice el Señor de los Ejércitos.
34 Y de nuevo, de cierto os digo, oh habitantes de la tierra: Yo, el Señor, estoy dispuesto a hacer saber estas cosas a toda carne;
35 porque no hago acepción de personas, y quiero que todo hombre sepa que el día viene con rapidez; la hora no es aún, mas está próxima, cuando la paz será quitada de la tierra, y el diablo tendrá poder sobre su propio dominio.
36 Y también el Señor tendrá poder sobre sus santos, y reinará en medio de ellos, y bajará en juicio sobre Idumea, o sea, el mundo.
37 Escudriñad estos mandamientos porque son verdaderos y fidedignos, y las profecías y promesas que contienen se cumplirán todas.
38 Lo que yo, el Señor, he dicho, yo lo he dicho, y no me disculpo; y aunque pasaren los cielos y la tierra, mi palabra no pasará, sino que toda será cumplida, sea por mi propia voz o por la voz de mis siervos, es lo mismo.
39 Porque he aquí, el Señor es Dios, y el Espíritu da testimonio, y el testimonio es verdadero, y la verdad permanece para siempre jamás. Amén.
 
Re: LA UNICA IGLESIA VERDADERA Y VIVIENTE SOBRE LA FAZ DE TODA LA TIERRA

y esto es un concurso de spam?
o alguien a a plantear un tema?
 
Re: LA UNICA IGLESIA VERDADERA Y VIVIENTE SOBRE LA FAZ DE TODA LA TIERRA

¿sucias faldas? jejeje.Es que me parto de la risa con tanta tontería...Bueno, Jansen tu estás igual o incluso más perdido que rey Pacífico. Saludos.
Sin cinturon de Oro de justicia... solo le queda al angel inicuo bajarse los pantalones para fornicar con la mujeres como Huxley, Mohamed y el sucio de J. Smith lo hicieron. Por ello el infierno sigue como ayer; ardiendo.
 
Re: LA UNICA IGLESIA VERDADERA Y VIVIENTE SOBRE LA FAZ DE TODA LA TIERRA

[h=1]Las dispensaciones del Evangelio[/h]


[h=2][/h] [h=2]Dios le reveló primero el plan de salvación a Adán en la vida mortal y desde entonces ha restaurado periódicamente Su reino por medio de Sus Profetas.[/h] El llamado plan de salvación, el sistema de doctrina, ideas y prácticas que corresponden a toda la inteligencia que existe en la eternidad (DBY, 56)… [fue] diseñado en los cielos para redimir del pecado a la humanidad y retornarla a la presencia de Dios (DBY, 448).

Cuando este Reino se organiza en cualquier época [sobre la tierra], su Espíritu habita en el corazón de los fieles en tanto que su efecto práctico existe entre la gente mediante leyes, ordenanzas, ayudas, gobiernos, oficiales, administradores y todo otro complemento necesario para su completa función en lograr su propósito [véase Moisés 6:7; D. y C. 22:3] (DBY, 441).

Adán. Dios era conocido entre Sus hijos en la tierra… tal como todos nos conocemos entre nosotros. Adán conversaba con su Padre cuando lo puso sobre la tierra de la misma forma en que nosotros conversamos con nuestros padres terrenales. El Padre visitó con frecuencia a Su hijo Adán y habló y caminó con él; y los hijos de Adán estaban en mayor o menor grado familiarizados con Él y en las tempranas edades de su existencia terrenal la humanidad conocía las cosas relacionadas con Dios y con el cielo tal como… nuestras esposas e hijos conocen hoy nuestros jardines o el viajero experimentado conoce el Océano Occidental [véase Moisés 3:15–21; 4:14–30; 5:4–5, 9, 12; 6:51] (DBY, 104).

Podemos afirmar que, desde el día en que Adán fue creado y puesto en el Jardín de Edén hasta la fecha, el plan de salvación y las revelaciones de la voluntad de Dios al hombre son inmutables, aunque en muchas épocas la humanidad no haya sido favorecida con tales cosas debido a la apostasía y la iniquidad. No hay evidencia alguna en la Biblia de que el Evangelio deba haber sido una cosa en los días de los Israelitas, otra en los días de Cristo y Sus Apóstoles y aun otra en el siglo 19, sino más bien que, por el contrario, se nos ha enseñado que Dios es el mismo en toda era y que Su plan para salvar a Sus hijos es el mismo. El plan de salvación es uno, desde el principio hasta el fin del mundo [véase Moisés 6:51–68] (DBY, 103–104).

El Evangelio ha existido entre los hijos de los hombres desde los días de Adán hasta la venida del Mesías; este Evangelio de Jesucristo es el mismo desde el principio hasta el fin [véase Moisés 5:58–59; D. y C. 20:25–26] (DBY, 103–104).

Enoc. Enoc recibió de Dios inteligencia y sabiduría tales como muy pocos hombres jamás han disfrutado, y caminó y habló con Dios durante muchos años; sin embargo, de acuerdo con la historia escrita por Moisés, le llevó un largo tiempo establecer Su reino entre los hombres. Las pocas personas que lo siguieron disfrutaron la plenitud del Evangelio y el resto del mundo lo rechazó (DBY, 105).

Enoc tuvo que hablarle y enseñarle a su pueblo durante un período de trescientos sesenta años antes de lograr que se prepararan para entrar en su reposo y entonces obtuvo el poder para ser trasladado y trasladar a su pueblo y la región que habitaban, sus casas, sus jardines, sus campos, sus ganados y todas sus posesiones [véase Moisés 7:68–69] (DBY, 105).

Enoc y su pueblo fueron tomados de la tierra y el mundo continuó madurando en la iniquidad hasta ser destruido por el gran diluvio en los días de Noé; y “como sucedió en los días de Noé, así será en los días de la venida del Hijo del Hombre” [véase Génesis 6:5; Moisés 6:26–7:69] (DBY, 105).
Noé. En el principio, después de que la tierra fuese preparada para el hombre, el Señor comenzó Su obra en lo que hoy se llama el continente americano, donde se organizó el Jardín de Edén (DBY, 102).
El Señor envió Su Evangelio a la gente [y] dijo: Lo daré a mi hijo Adán, de quien lo recibió Matusalén; y de Matusalén lo recibió Noé (DBY, 105).
En los días de Noé, [cuando] flotó el arca, él llevó a la gente a otra parte de la tierra; la tierra fue dividida y allí estableció Su reino [véase Génesis 6:1–8:21] (DBY, 102).

Abraham. Abraham fue fiel al Dios verdadero; destruyó los ídolos de su padre y obtuvo el sacerdocio según el orden de Melquisedec [véase D. y C. 84:14], el cual es según el orden del Hijo de Dios [véase D. y C. 107:2–3], y la promesa de que su posteridad no tendría límite; cuando recibimos el santo sacerdocio, que es según el orden de Melquisedec, siendo sellado en nosotros, y la promesa de que nuestra descendencia será tan numerosa como las estrellas en el firmamento o como la arena que está a la orilla del mar y que nuestra progenie no tendrá fin, recibimos la promesa de Abraham, de Isaac y de Jacob, y todas las bendiciones que les fueron conferidas [véase Génesis 12:2–3; 13:16; 14:18–19; 15:5; Abraham 1:2–4, 18–19; 2:9–11; D. y C. 84:14] (DBY, 106).

Moisés. El Evangelio existió entre los hijos de los hombres desde los días de Adán hasta la venida del Mesías; este Evangelio de Cristo existe desde el principio hasta el fin. ¿Por qué, entonces, fue dada la ley de Moisés? A raíz de la desobediencia de los hijos de Israel, los elegidos de Dios, la simiente misma que Él había escogido para que fuera Su pueblo y a quienes Él dijo que confiaría Su nombre. Esta descendencia de Abraham se rebeló de tal forma contra Él y Sus mandamientos que el Señor dijo a Moisés: “Te daré una ley que será como un ayo para que los lleves a Cristo” [véase Gálatas 3:24]. Pero esta ley es difícil de cumplir; es una ley de mandamientos carnales [véase D. y C. 84:23–27] (DBY, 104).

Si hubiesen sido puros y santos, los hijos de Israel no habrían tenido que viajar siquiera por un año con Moisés sin haber recibido sus investiduras y el Sacerdocio de Melquisedec [véase D. y C. 84:23] (DBY, 106).
Jesucristo. Jesús emprendió la tarea de establecer el Reino de Dios en la tierra. Inauguró las leyes y ordenanzas del Reino [véase Mateo 16:18–19; Efesios 1:22–23; 4:11–15] (DBY, 29).

[h=2]El sacerdocio y el completo Evangelio del reino fueron quitados de la tierra en la época de la Gran Apostasía.[/h] Sabemos que en los primeros días de la Iglesia cristiana existían muchas conjeturas entre los miembros en cuanto a sus creencias y sus prácticas, y la propagación de tales ideas especulativas crearon discordias y cismas. Aun en la época de los Apóstoles era evidente una considerable división, pues leemos que algunos seguían a Pablo, otros a Apolos y aún otros a Cefas [véase 1 Corintios 1:10–13]. En aquellos días la gente tenía sus predilectos, quienes le enseñaban doctrinas muy particulares que por lo general no eran recibidas ni promulgadas (DBY, 107).
¿Por qué se han desviado tanto del camino de la verdad y la rectitud? Porque abandonaron el sacerdocio y no han tenido guías, líderes ni maneras de determinar lo que es verdadero y lo que no lo es. Se ha dicho que el sacerdocio fue quitado de la Iglesia, pero no fue así, sino que la Iglesia se apartó del sacerdocio y continuó viajando por el desierto del error, rechazó los mandamientos del Señor e instituyó otras ordenanzas [véase Gálatas 1:6–8; 2 Timoteo 1:15; 3 Juan 1:9–10] (DBY, 107).

Pero ésa fue la época en que comenzaron, poco a poco, a transgredir las leyes, a cambiar las ordenanzas y a quebrantar el convenio sempiterno, y el Evangelio del reino que Jesús se encargó de establecer, en Sus días, así como el sacerdocio, fueron quitados de la tierra [véase Isaías 24:5; 2 Tesalonicenses 2:1–12; Apocalipsis 12:6; D. y C. 1:15] (DBY, 107)


[h=2]El Señor restauró Su Evangelio y la autoridad del sacerdocio en esta última dispensación por medio del profeta José Smith.[/h] Muchas generaciones han venido y se han ido sin tener el privilegio de escuchar el Evangelio, el cual ustedes recibieron por medio de José Smith, habiéndosele revelado por ángeles y visiones desde los cielos. Nosotros poseemos el Evangelio y las llaves del santo sacerdocio [véase D. y C. 1:17–23, 30; 27:5–13; 110:11–16; 128:18–21] (DBY, 107–108).

Nosotros somos un pueblo cuyo establecimiento y progreso constituyen la obra de Dios, nuestro Padre Celestial, quien en Su sabiduría juzgó que era prudente iniciar el restablecimiento de Su Reino sobre la tierra (DBY, 108).

Pero así como fue en los días de nuestro Salvador, también sucedió al comienzo de esta dispensación. No fue de conformidad con las nociones, tradiciones e ideas preconcebidas del pueblo norteamericano. El mensajero no se apareció a un eminente clérigo de alguna religión ni adoptó su interpretación particular de las Sagradas Escrituras. El Señor no vino en poderío y gran gloria con los ejércitos celestiales ni envió a Sus mensajeros [armados] sino con la verdad de los cielos para que la comunicaran a un manso y sumiso joven de origen humilde que con sinceridad procuraba el conocimiento de Dios… Envió a Su ángel a aquella desconocida persona, José Smith, hijo, que luego habría de llegar a ser un Profeta, Vidente y Revelador, y [el Señor] le informó que no debía unirse a ninguna de las sectas religiosas del día, porque todas estaban en el error; que seguían los preceptos de los hombres en lugar de los del Señor Jesús; que tenía para él una obra que efectuar, siempre y cuando demostrara serle fiel [véase José Smith—Historia, 1:11–26] (DBY, 108).

En los concilios de la eternidad, mucho antes de que se establecieran las bases de la tierra, fue decretado que él, José Smith, sería el hombre que, en la última dispensación de este mundo, habría de llevar la palabra de Dios a la gente y de recibir la plenitud de las llaves y el poder del Sacerdocio del Hijo de Dios. El Señor había estado teniéndolo en cuenta, así como también a su padre, al padre de su padre y a sus antepasados hasta Abraham y desde Abraham hasta el diluvio, desde el diluvio hasta Enoc y desde Enoc hasta Adán. Había estado observando a esa familia y su linaje desde su origen hasta el nacimiento de ese hombre. Él fue preordenado en la eternidad a presidir esta última dispensación [véase 2 Nefi 3:6–15] (DBY, 108).

El Señor ha estado obrando durante siglos a fin de preparar el camino para la aparición del contenido de ese Libro [el Libro de Mormón] desde el seno de la tierra a publicarse al mundo, para demostrar a sus habitantes que Él vive todavía, y que, en los últimos días, recogerá a Sus escogidos de los cuatro extremos de la tierra… El Señor ha ordenado y dirigido todo esto para traer y establecer Su Reino en los últimos días [véase 1 Nefi 13; D. y C. 20:6–16] (DBY, 109).
He aquí el Libro de Mormón. Nosotros creemos que contiene la historia de los aborígenes del continente [americano], tal como el Antiguo Testamento contiene la historia de la nación judía. El libro nos enseña que Jesús visitó este continente, trajo Su Evangelio y ordenó a Doce Apóstoles. Nosotros lo creemos, pero no pedimos que ustedes lo crean. Lo que sí les pedimos es que crean en lo que se encuentra en la Santa Biblia concerniente a Dios y Sus revelaciones a los hijos de los hombres. Háganlo con toda honradez y sinceridad y entonces sabrán que el Libro de Mormón es verdadero. Les será abierta la mente y sabrán por medio del… Espíritu de Dios que enseñamos la verdad (DBY, 109).
¿Qué dijo Oliver Cowdery (uno de los Tres Testigos del Libro de Mormón) después de haberse alejado de la Iglesia por varios años? Él vio y conversó con los ángeles, quienes le mostraron las planchas y pudo palparlas. Él abandonó la Iglesia porque dejó de amar la verdad, y después de viajar solo por años fue visitado por un caballero en su oficina de abogado quien le preguntó: “Sr. Cowdery, ¿qué piensa usted ahora del Libro de Mormón? ¿Cree usted que es verdadero?” Y él le contestó; “¡No, señor, no lo creo!” El caballero entonces dijo: “¡Ya me parecía! He llegado a la conclusión de que usted ha podido reconocer su insensatez y decidido renunciar a lo que una vez declaró que era verdadero”. [A esto, Oliver respondió:] “Señor, usted no me ha entendido; yo no creo que el Libro de Mormón sea verdadero; yo he llegado a superar ese punto, porque que es verdadero, tanto como sé que usted se encuentra sentado frente a mí”. “¿Da todavía testimonio de haber visto a un ángel?” “Sí, tanto como hoy lo veo a usted; y sé que el Libro de Mormón es verdadero” (DBY, 110).

José Smith ha establecido los cimientos del Reino de Dios en los últimos días (DBY, 458).
Siento como que siempre quisiera exclamar: ¡Aleluya!, al pensar que pude conocer a José Smith, el Profeta a quien el Señor levantó y ordenó, y a quien entregó las llaves y el poder para edificar el Reino de Dios sobre la tierra y sostenerlo. Estas llaves les han sido dadas a este pueblo y poseemos el poder para continuar la obra iniciada por José hasta que todo quede preparado para la venida del Hijo del Hombre. Ésta es la tarea de los Santos de los Últimos Días (DBY, 458).
[Los inicuos] no pueden destruir este reino, porque ésta es la última dispensación, porque es el cumplimiento de los tiempos. Ésta es la dispensación de todas las dispensaciones y superará en magnificencia y gloria todas las dispensaciones que jamás se hayan concedido a los hijos de los hombres sobre la tierra. El Señor volverá a edificar Sión, a redimir a Israel, a enarbolar su estandarte y a establecer las leyes de Su Reino, y estas leyes prevalecerán (DBY, 442).
 
Re: LA UNICA IGLESIA VERDADERA Y VIVIENTE SOBRE LA FAZ DE TODA LA TIERRA

José Smith ha establecido los cimientos del Reino de Dios en los últimos días (DBY, 458).

ESTE VENENO QUE NOS TRAES AQUI ESTA CONTRA LA ENSEñANZA DEL ESPIRITU SANTO EN LA ESCRITURA

despues que vino Jesus predico tres años y murio en la cruz por nustros pecados

se termiran los libros los profetas los angeles , todo , Jesus es el Sello de Dios

Gal 3:19 Entonces, ¿para qué sirve la ley? Fue dada después, para poner de manifiesto la desobediencia de los hombres, hasta que viniera esa "descendencia" a quien se le había hecho la promesa. La ley fue proclamada por medio de ángeles, [10] y Moisés sirvió de intermediario.
Gal 3:20 Pero no hay necesidad de intermediario cuando se trata de una sola persona, y Dios es uno solo.
 
Re: LA UNICA IGLESIA VERDADERA Y VIVIENTE SOBRE LA FAZ DE TODA LA TIERRA

es una falta de respeto decir que un hombre pecador mentiroso , adultero y promsncue vino para arreglar lo que Jesus no pudo hacer

amamos a los sectarios pero reprendemos su falsa doctrina de demonios

saludos
 
Re: LA UNICA IGLESIA VERDADERA Y VIVIENTE SOBRE LA FAZ DE TODA LA TIERRA

Esta historia de como smith consiguió las planchas de oro me hizo reír...mucho.


Conocí a la familia Smith, conocidos como los autores de la Biblia Mormona, en el año 1820. En esa época se dedicaban a la actividad de excavación de dinero, lo cual hicieron hasta el fin del año 1827. En el año 1822, yo estaba comprometido en la excavación de un pozo. Contraté a Alvin y a José Smith para que me ayudaran. José es ahora conocido como el profeta Mormón. Después de cavar unos seis metros por debajo de la superficie de la tierra, descubrimos una piedra de apariencia singular, la cual excitó mi curiosidad. Me ayudaron a salir del pozo, y mientras estábamos examinando la piedra, José la puso en su sombrero, y luego puso su cara en la parte superior del sombrero. Smith dijo que él sacó la piedra del pozo, pero eso es falso. No había nadie más en el pozo aparte de mí. A la mañana siguiente vino a verme y quiso obtener la piedra, diciendo que podía ver en ella, pero le dije que no quería separarme de ella a causa de su ser una curiosidad, pero que se la podía prestar. Después de obtener la piedra, José comenzó a contar acerca de las maravillas que podía descubrir al ver en ella, lo cual causó tanto alboroto entre la parte más crédula de la comunidad que pedí que me devolviera la piedra. La tomó prestada cerca de dos años. -Creo que, en algún momento en 1825, Hiram Smith (hermano de José Smith) vino a pedirme que le prestara la piedra, alegando que querían llevar a cabo algunos asuntos de importancia, que no podían llevarse a cabo sin la ayuda de la piedra. Yo le dije que no era de ningún valor en particular para mí, pero que quería mantenerla como una curiosidad, y que si me iba a dar su palabra de honor que me la iba a devolver cuando se la pidiera, se la podría llevar. Hirum me lo prometió y se llevó la piedra. En ese momento pensé que podía confiar en su palabra, siendo que la religión era su profesión, pero en esto me ha decepcionado ya que no mantuvo su promesa.
En el otoño de 1826, un amigo vino a visitarme y quiso ver la piedra de la que tanto se había hablado, y le dije que si quería ir conmigo a lo de los Smith (quienes vivían a una distancia de cerca de media milla), podría verla. Pero para mi sorpresa, cuando le pedí a Smith que me devolviera la piedra él me dijo que no la podría tener. Yo le dije que me pertenecía, y le repetí la promesa que me hizo al momento de obtener la piedra: pero en ese momento me enfrentó con una mirada maligna y dijo: "No me importa a quién demonios le pertenece, no la vas a tener".
En el mes de junio de 1827, José Smith padre me contó la siguiente historia: "Que hacía unos años, un espíritu se le apareció a José, su hijo, en una visión, y le informó de que en cierto lugar había un registro sobre planchas de oro, y que él era la persona que debía obtenerlas, y esto debía hacerse de la siguiente manera: El 22 de septiembre, se debía presentar en el lugar donde estaba depositado el manuscrito, vestido con ropa de color negro , y montando un caballo negro con un látigo, y que debía exigir el libro usando un nombre específico, y que después de conseguirlo, tenía que ir en la dirección opuesta, y no ponerlo en el suelo ni mirar hacia atrás. Por consiguiente, equiparon a José con un traje negro y pidieron prestado un caballo negro. Se presentó en el lugar indicado y exigió el libro, el cual se encontraba en una caja de piedra, sin sellar, y tan cerca de la superficie de la base de que él podía ver uno de sus extremos, y levantándolo, sacó el libro de oro; pero temiendo que alguien pudiera descubrir de dónde lo sacó, lo dejó en el suelo mientras tapaba el agujero, y al darse vuelta, para su sorpresa no había ningún libro a la vista.Volvió a abrir la caja, y en ella vio el libro, y trató de sacarlo, pero no pudo. Vio en la caja algo así como un sapo, que pronto asumió la apariencia de un hombre, y le golpeó en el costado de su cabeza.-Sin desanimarse por pequeñeces, de nuevo se agachó y se esforzó por tomar el libro, cuando el espíritu lo golpeó otra vez, y lo tiró a unos veinte metros, y lo lastimó tremendamente. Después de recuperarse del susto, le preguntó por qué no podía obtener las planchas, a lo que el espíritu le respondió, porque no había obedecido sus órdenes.José le preguntó cuándo podría obtenerlo, y se le contestó: en un año desde el día de hoy, y trae contigo a tu hermano mayor, y las tendrás. Este espíritu, dijo, era el espíritu del profeta que escribió ese libro, quien fue enviado a José Smith para darle a conocer estas cosas. Antes del fin del año, su hermano mayor murió, ¡lo que el viejo dijo que era un accidente con suerte!
José fue a un año de ese día, para exigir el libro, y el espíritu le preguntó por su hermano, y él le dijo que estaba muerto. El espíritu entonces le ordenó que viniera otra vez, en un año, y que trajera con él un varón. Al preguntar quién podría ser el hombre, que le respondió que él lo sabría cuando lo viera.
José creyó que un tal Samuel T. Lawrence era el hombre aludido por el espíritu, y fue con él a una colina singular en Manchester de apariencia, y le mostró dónde estaba el tesoro. Lawrence le preguntó si alguna vez había descubierto algo más con las planchas de oro, dijo que no: luego le pidió que mirara en su piedra, para ver si había algo más. Él miró, y dijo que no había nada. Le pidió que mirara de nuevo y viera si no había un gran par de lentes con las planchas, José miró y vio un par de gafas, las mismas con las que dijo que tradujo el Libro de Mormón. Lawrence le dijo que no sería prudente dejar que alguien viera las planchas por unos dos años, ya que sería un gran disturbio en el barrio. No mucho después de esto, José cambió de opinión y le dijo a Lawrence que no era el hombre adecuado, y que no le había dicho el lugar correcto. Por esta época fue a Harmony, Pennsylvania, y se formó una amistad con una joven de nombre Emma Hale, con quien quiso casarse. -En el otoño de 1826, quería ir a Pennsylvania para casarse, pero al estar desprovisto de medios, puso su ingenio a trabajar, a pensar cómo podía obtener dinero y recomendaciones, para procurar la muchacha elegida.Fue a ver a Lawrence con la siguiente historia, según me contó el propio Lawrence. Que él había descubierto en Pennsylvania, en la orilla del río Susquehannah, una rica mina de plata, y si iba con él, que podría tener una parte de los beneficios, que estaba cerca del nivel del agua, y que podían cargarlo en barcos y llevarlo por el río al Mercado en a Filadelfia. Lawrence le preguntó a José si no lo estaba engañando; no, dijo, porque yo he estado allí y lo he visto con mis propios ojos, y si lo no encuentras cuando llegamos allí, seré tu siervo por tres años.Con estas promesas tan serias y Justas, Lawrence fue inducido a creer en ellas, y accedió a ir con él. Lawrence pronto descubrió que José estaba sin dinero y tuvo que pagar sus gastos en el camino. Cuando llegaron a Pennsylvania, Joseph quiso que Lawrence lo recomendara a la señorita Hale, lo cual hizo, a pesar de que se le pidió que lo hiciera, pero no pudo deshacerse de él cuando estaba en su compañía. Lawrence entonces quiso ver la mina de plata, y él y José fueron al río y realizaron la búsqueda, pero no encontraron nada. Por lo tanto, Lawrence sufrió por sus labores, y fue a casa más liviano que cuando vino, mientras que José tuvo sus gastos pagados, y consiguió que le dieran una recomendación a su chica.
El siguiente paso de José era casarse, los padres de la niña estaban opuestos a la unión: una vez, cuando se fueron de la casa, él aprovechó la oportunidad, y se fue con ella y se casó.
Ahora, siendo que no tenía dinero, puso su ingenio a trabajar para pensar en la forma en que podría regresar a Manchester, su lugar de residencia, cuando se le ocurrió el siguiente plan, el cual tuvo mucho éxito. Fue a ver a un viejo holandés, un hombre honesto, de nombre Stowel, y le dijo que había descubierto en la orilla del Río Negro, en la localidad de Watertown, Condado de Jefferson, Nueva York, una cueva en la que había encontrado una barra de oro gruesa como su pierna y un metro de largo. -Que no podía sacarla solo, a causa de su ser rápida en una punta, y que si lo podía llevar a Manchester, NY, irían juntos y tomarían un cincel y un martillo, y la conseguirían, y Stowel podría compartir el tesoro con él. Stowel aceptó.
Poco tiempo después de su llegada a Manchester, Stowel le recordó a José su promesa, pero él respondió con calma que no iba a ir porque su esposa estaba ahora entre extraños, y estaría muy sola si él se fuera. Entonces el señor Stowel se vio obligado a regresar sin oro y con menos dinero con el que vino.
Al principio de septiembre (creo) de 1827, el Profeta me pidió que le hiciera un cofre y me informó que planeaba regresar a Pennsylvania, y como esperaba que iba a conseguir su libro de oro pronto, que quería un cofre para guardarlo bajo llave, dándome a entender, al mismo tiempo, que si quería hacer el cofre que me daría un porcentaje de las ganancias del libro. Le dije que mi negocio era tal que no podía hacerlo: pero que si me traía el libro, yo se lo guardaría bajo llave. Dijo que no lo podía hacer, siendo que se le fue mandado que lo mantuviera por dos años sin dejar que nadie lo viera, aparte de sí mismo. Sin embargo él no mantuvo este mandamiento, ya que en menos de dos años doce hombres dijeron que lo habían visto. Le dije que las trajera y convenciera de que eran reales y que le haría un cofre, pero él dijo que no lo haría, ya que debía tener un cofre para encerrar el libro en cuanto lo sacara de la tierra. Lo vi un par de días después, cuando me dijo que tenía que hacer el cofre. Le dije claramente que no podía, después de lo cual me dijo que no iba a tener ninguna participación en las ganancias del libro.
Unas semanas después de esta conversación, vino a mi casa, y me contó la siguiente historia: Que el día 22 de septiembre, se levantó muy temprano y tomó, sin permiso o licencia, un vagón y un caballo de alguien que se había quedado toda la noche en su casa, y, junto con su esposa fue a la colina donde estaba el libro. Dejó a su esposa en el carro, en el camino, y fue solo a la montaña, a una distancia de unos doscientos metros de la carretera. Dijo que tomó el libro de la tierra y lo escondió en las ramas de un árbol, y regresó a su casa. Luego fue a la ciudad de Macedon para trabajar. Después de unos diez días, habiéndosele sugerido que alguien había tomado su libro, su esposa fue tras él, contrató un caballo, y fue a su casa por la tarde, donde tomó una taza de té, después de lo cual fue a buscar su libro. Luego de encontrarlo a salvo, se quitó la chaqueta y envolviendo el libro en ella, lo puso bajo el brazo y corrió todo el camino a su casa, a una distancia de unos tres kilómetros. Él dijo que pensó que debía pesar unos treinta kilos, pero que estaba seguro que pesaba al menos 20. En el regreso a casa dijo que fue atacado por dos hombres en el bosque, y que los tiró a ambos al suelo y que escapó, y que llegó a salvo y aseguró su tesoro. -Luego observó que si no hubiera sido por esa piedra (la cual él reconoció que me pertenecía a mí), que no habría podido obtener el libro. Pocos días después, le dijo a uno de mis vecinos que no había conseguido tal libro y que nunca había existido, pero que había inventado la historia para engañar al maldito tonto (refiriéndose a mí), para conseguir que le hiciera un cofre. Sus vecinos estaban tan disgustados con sus historias tan tontas que decidió regresar a Pennsylvania para evitar lo que él llamó su persecución. Fue entonces que se puso a planear cómo podía conseguir dinero para cubrir sus gastos. Un día conoció en las calles de Palmira a un hombre rico llamado Martin Harris, y le dijo: "Tengo un mandamiento de Dios que debía pedirle al primer hombre que encontrara en la calle que me diera cincuenta dólares para que me ayudara a hacer la obra del Señor mediante la traducción de la Biblia de oro. "Martin, siendo naturalmente un hombre crédulo, le dio el dinero. En la primavera de 1829, Harris fue a Pennsylvania, y en su regreso a Palmyra informó que la esposa del Profeta tendría un hijo en el mes de junio siguiente quien sería capaz, a los dos años de edad, de traducir la Biblia de oro. A continuación, dijo él, verás a Joseph Smith caminando por las calles de Palmira con una Biblia de oro bajo el brazo, y vestido con una coraza de oro y una espada de oro que colgada de su cintura. Esto, sin embargo, eventualmente demostró ser falso.
En abril de 1830, de nuevo le pedí a Hiram que me devolviera la piedra que le había prestado; me dijo que no me la iba a dar porque José la utilizó en la traducción de la Biblia. Le recordé de su promesa, y que había dado su palabra de honor que me la iba a devolver, pero me mintió, diciendo que la piedra no era mía ni nunca lo había sido. Harris, al mismo tiempo, se enfureció, me tomó por el cuello y me dije que era un mentiroso, y que podía probarlo con doce testigos. Después de librarme de él, Hiram, en su rabia, me sacudió el puño, y me maltrató de la manera más escandalosa. Así que podría pasar a describir el carácter de estos sumos sacerdotes contando historia tras historia, cuales historias tienden a ponerlos en la misma luz en la que fueron considerados por sus vecinos, a saber: como una plaga para la sociedad. He considerado a Joseph Smith Jr. desde que primero lo conocí hasta que se fue de esta parte del país, como un hombre cuya palabra no puede ser confiada. -El personaje de Hiram era sólo un poco mejor. Lo que he dicho respecto a los personajes de estos hombres se aplica a toda la familia. Lo que he dicho con respecto al carácter de estas personas, hasta el momento, es completamente cierto. Después de que se hicieron mormones, su conducta se hizo más vergonzosa que antes. Ellos no dudan en maltratar a cualquier hombre, sin importar qué tan noble sea su carácter, si no concuerdan con sus creencias. Sus lenguas se emplean continuamente en la difusión de escándalos y abusos. A pesar de que dejaron esta parte del país sin pagar sus deudas justas, sus acreedores estaban contentos de que se fueran, en lugar de que se quedaran y molestaran al vecindario.

Firmado,
WILLARD CHASE.
En el 11 de diciembre 1833, dicho Willard Chase, apareció delante de mí, e hizo juramento de que la declaración anterior a la que se ha suscrito a su nombre, es cierta, de acuerdo con su mejor memoria y creencia.
FRED'K. SMITH,
Juez de paz del condado de Wayne.
 
Re: LA UNICA IGLESIA VERDADERA Y VIVIENTE SOBRE LA FAZ DE TODA LA TIERRA

No es imprescindible encasillarse en la iglesia católica, en la iglesia protestante o en la iglesia mormónica para ser salvos, basta conque naturalmente nuestro corazón sea puro por nuestra propia razón. ¿Con nuestra razón podemos hallar pureza?, la biblia indica que sí.

(Carta a los Romanos 2, 13-23)

13 Porque no son justos ante Dios los que escuchan la Ley, sino los que la cumplen.
14 Cuando los paganos, que no tienen ley, cumplen naturalmente lo que manda la Ley, están escribiendo ellos mismos esa ley que no tienen,
15 y así demuestran que las exigencias de la Ley están grabadas en sus corazones. Serán juzgados por su propia conciencia, y los acusará o los aprobará su propia razón
16 el día en que Dios juzgue lo más íntimo de las personas por medio de Jesucristo. Es lo que dice mi Evangelio.
17 Porque mira: tú eres judío, y te apoyas en la Ley y te sientes orgulloso de tu Dios;
18 conoces su voluntad porque la Ley te la enseñó, y sabes cómo actuar según las circunstancias...;
19 tú te crees guía de ciegos, luz en la oscuridad,
20 maestro de los que no saben, el que enseña a niños chicos, y posees en la Ley todo lo esencial, y las normas del conocimiento y de la verdad...
21 Pues bien, tú que enseñas a los demás, ¿por qué no te instruyes a ti mismo? Dices que no hay que robar, ¡y tú robas!
22 Dices que no se debe engañar a la propia esposa, ¡y tú lo haces! Afirmas que aborreces a los ídolos, pero ¡robas en sus templos!
23 Te sientes orgulloso de la Ley, pero pasas por encima de ella, de tal manera que deshonras a tu Dios.


Si la promesa de la salvación por la Fe en cristo es solamente para los pertenecientes a un denominado grupo o iglesia, entonces la promesa de salvación es vana.

Así como la promesa de la redención en Cristo fué para todos los creyentes y gentiles que vivieron antes de cristo, ahora también lo es para todos los que tengan Fe en El, ya sea que acudan a una iglesia o que vivan su Fé desde su intimidad particular.

Los tradicionalismos, las costumbres, los rituales, las doctrinas teóricas si pueden ser potestad de una iglesia, pero la La Fe en cristo no es potestad de una iglesia porque la Fé en cristo que nos mueve a hacer buenas obras, es algo que naturalmente lo podemos llegar a sentir todos en nuestros corazones.
 
Re: LA UNICA IGLESIA VERDADERA Y VIVIENTE SOBRE LA FAZ DE TODA LA TIERRA

Esta historia de como smith consiguió las planchas de oro me hizo reír...mucho.


Conocí a la familia Smith, conocidos como los autores de la Biblia Mormona, en el año 1820. En esa época se dedicaban a la actividad de excavación de dinero, lo cual hicieron hasta el fin del año 1827. En el año 1822, yo estaba comprometido en la excavación de un pozo. Contraté a Alvin y a José Smith para que me ayudaran. José es ahora conocido como el profeta Mormón. Después de cavar unos seis metros por debajo de la superficie de la tierra, descubrimos una piedra de apariencia singular, la cual excitó mi curiosidad. Me ayudaron a salir del pozo, y mientras estábamos examinando la piedra, José la puso en su sombrero, y luego puso su cara en la parte superior del sombrero. Smith dijo que él sacó la piedra del pozo, pero eso es falso. No había nadie más en el pozo aparte de mí. A la mañana siguiente vino a verme y quiso obtener la piedra, diciendo que podía ver en ella, pero le dije que no quería separarme de ella a causa de su ser una curiosidad, pero que se la podía prestar. Después de obtener la piedra, José comenzó a contar acerca de las maravillas que podía descubrir al ver en ella, lo cual causó tanto alboroto entre la parte más crédula de la comunidad que pedí que me devolviera la piedra. La tomó prestada cerca de dos años. -Creo que, en algún momento en 1825, Hiram Smith (hermano de José Smith) vino a pedirme que le prestara la piedra, alegando que querían llevar a cabo algunos asuntos de importancia, que no podían llevarse a cabo sin la ayuda de la piedra. Yo le dije que no era de ningún valor en particular para mí, pero que quería mantenerla como una curiosidad, y que si me iba a dar su palabra de honor que me la iba a devolver cuando se la pidiera, se la podría llevar. Hirum me lo prometió y se llevó la piedra. En ese momento pensé que podía confiar en su palabra, siendo que la religión era su profesión, pero en esto me ha decepcionado ya que no mantuvo su promesa.
En el otoño de 1826, un amigo vino a visitarme y quiso ver la piedra de la que tanto se había hablado, y le dije que si quería ir conmigo a lo de los Smith (quienes vivían a una distancia de cerca de media milla), podría verla. Pero para mi sorpresa, cuando le pedí a Smith que me devolviera la piedra él me dijo que no la podría tener. Yo le dije que me pertenecía, y le repetí la promesa que me hizo al momento de obtener la piedra: pero en ese momento me enfrentó con una mirada maligna y dijo: "No me importa a quién demonios le pertenece, no la vas a tener".
En el mes de junio de 1827, José Smith padre me contó la siguiente historia: "Que hacía unos años, un espíritu se le apareció a José, su hijo, en una visión, y le informó de que en cierto lugar había un registro sobre planchas de oro, y que él era la persona que debía obtenerlas, y esto debía hacerse de la siguiente manera: El 22 de septiembre, se debía presentar en el lugar donde estaba depositado el manuscrito, vestido con ropa de color negro , y montando un caballo negro con un látigo, y que debía exigir el libro usando un nombre específico, y que después de conseguirlo, tenía que ir en la dirección opuesta, y no ponerlo en el suelo ni mirar hacia atrás. Por consiguiente, equiparon a José con un traje negro y pidieron prestado un caballo negro. Se presentó en el lugar indicado y exigió el libro, el cual se encontraba en una caja de piedra, sin sellar, y tan cerca de la superficie de la base de que él podía ver uno de sus extremos, y levantándolo, sacó el libro de oro; pero temiendo que alguien pudiera descubrir de dónde lo sacó, lo dejó en el suelo mientras tapaba el agujero, y al darse vuelta, para su sorpresa no había ningún libro a la vista.Volvió a abrir la caja, y en ella vio el libro, y trató de sacarlo, pero no pudo. Vio en la caja algo así como un sapo, que pronto asumió la apariencia de un hombre, y le golpeó en el costado de su cabeza.-Sin desanimarse por pequeñeces, de nuevo se agachó y se esforzó por tomar el libro, cuando el espíritu lo golpeó otra vez, y lo tiró a unos veinte metros, y lo lastimó tremendamente. Después de recuperarse del susto, le preguntó por qué no podía obtener las planchas, a lo que el espíritu le respondió, porque no había obedecido sus órdenes.José le preguntó cuándo podría obtenerlo, y se le contestó: en un año desde el día de hoy, y trae contigo a tu hermano mayor, y las tendrás. Este espíritu, dijo, era el espíritu del profeta que escribió ese libro, quien fue enviado a José Smith para darle a conocer estas cosas. Antes del fin del año, su hermano mayor murió, ¡lo que el viejo dijo que era un accidente con suerte!
José fue a un año de ese día, para exigir el libro, y el espíritu le preguntó por su hermano, y él le dijo que estaba muerto. El espíritu entonces le ordenó que viniera otra vez, en un año, y que trajera con él un varón. Al preguntar quién podría ser el hombre, que le respondió que él lo sabría cuando lo viera.
José creyó que un tal Samuel T. Lawrence era el hombre aludido por el espíritu, y fue con él a una colina singular en Manchester de apariencia, y le mostró dónde estaba el tesoro. Lawrence le preguntó si alguna vez había descubierto algo más con las planchas de oro, dijo que no: luego le pidió que mirara en su piedra, para ver si había algo más. Él miró, y dijo que no había nada. Le pidió que mirara de nuevo y viera si no había un gran par de lentes con las planchas, José miró y vio un par de gafas, las mismas con las que dijo que tradujo el Libro de Mormón. Lawrence le dijo que no sería prudente dejar que alguien viera las planchas por unos dos años, ya que sería un gran disturbio en el barrio. No mucho después de esto, José cambió de opinión y le dijo a Lawrence que no era el hombre adecuado, y que no le había dicho el lugar correcto. Por esta época fue a Harmony, Pennsylvania, y se formó una amistad con una joven de nombre Emma Hale, con quien quiso casarse. -En el otoño de 1826, quería ir a Pennsylvania para casarse, pero al estar desprovisto de medios, puso su ingenio a trabajar, a pensar cómo podía obtener dinero y recomendaciones, para procurar la muchacha elegida.Fue a ver a Lawrence con la siguiente historia, según me contó el propio Lawrence. Que él había descubierto en Pennsylvania, en la orilla del río Susquehannah, una rica mina de plata, y si iba con él, que podría tener una parte de los beneficios, que estaba cerca del nivel del agua, y que podían cargarlo en barcos y llevarlo por el río al Mercado en a Filadelfia. Lawrence le preguntó a José si no lo estaba engañando; no, dijo, porque yo he estado allí y lo he visto con mis propios ojos, y si lo no encuentras cuando llegamos allí, seré tu siervo por tres años.Con estas promesas tan serias y Justas, Lawrence fue inducido a creer en ellas, y accedió a ir con él. Lawrence pronto descubrió que José estaba sin dinero y tuvo que pagar sus gastos en el camino. Cuando llegaron a Pennsylvania, Joseph quiso que Lawrence lo recomendara a la señorita Hale, lo cual hizo, a pesar de que se le pidió que lo hiciera, pero no pudo deshacerse de él cuando estaba en su compañía. Lawrence entonces quiso ver la mina de plata, y él y José fueron al río y realizaron la búsqueda, pero no encontraron nada. Por lo tanto, Lawrence sufrió por sus labores, y fue a casa más liviano que cuando vino, mientras que José tuvo sus gastos pagados, y consiguió que le dieran una recomendación a su chica.
El siguiente paso de José era casarse, los padres de la niña estaban opuestos a la unión: una vez, cuando se fueron de la casa, él aprovechó la oportunidad, y se fue con ella y se casó.
Ahora, siendo que no tenía dinero, puso su ingenio a trabajar para pensar en la forma en que podría regresar a Manchester, su lugar de residencia, cuando se le ocurrió el siguiente plan, el cual tuvo mucho éxito. Fue a ver a un viejo holandés, un hombre honesto, de nombre Stowel, y le dijo que había descubierto en la orilla del Río Negro, en la localidad de Watertown, Condado de Jefferson, Nueva York, una cueva en la que había encontrado una barra de oro gruesa como su pierna y un metro de largo. -Que no podía sacarla solo, a causa de su ser rápida en una punta, y que si lo podía llevar a Manchester, NY, irían juntos y tomarían un cincel y un martillo, y la conseguirían, y Stowel podría compartir el tesoro con él. Stowel aceptó.
Poco tiempo después de su llegada a Manchester, Stowel le recordó a José su promesa, pero él respondió con calma que no iba a ir porque su esposa estaba ahora entre extraños, y estaría muy sola si él se fuera. Entonces el señor Stowel se vio obligado a regresar sin oro y con menos dinero con el que vino.
Al principio de septiembre (creo) de 1827, el Profeta me pidió que le hiciera un cofre y me informó que planeaba regresar a Pennsylvania, y como esperaba que iba a conseguir su libro de oro pronto, que quería un cofre para guardarlo bajo llave, dándome a entender, al mismo tiempo, que si quería hacer el cofre que me daría un porcentaje de las ganancias del libro. Le dije que mi negocio era tal que no podía hacerlo: pero que si me traía el libro, yo se lo guardaría bajo llave. Dijo que no lo podía hacer, siendo que se le fue mandado que lo mantuviera por dos años sin dejar que nadie lo viera, aparte de sí mismo. Sin embargo él no mantuvo este mandamiento, ya que en menos de dos años doce hombres dijeron que lo habían visto. Le dije que las trajera y convenciera de que eran reales y que le haría un cofre, pero él dijo que no lo haría, ya que debía tener un cofre para encerrar el libro en cuanto lo sacara de la tierra. Lo vi un par de días después, cuando me dijo que tenía que hacer el cofre. Le dije claramente que no podía, después de lo cual me dijo que no iba a tener ninguna participación en las ganancias del libro.
Unas semanas después de esta conversación, vino a mi casa, y me contó la siguiente historia: Que el día 22 de septiembre, se levantó muy temprano y tomó, sin permiso o licencia, un vagón y un caballo de alguien que se había quedado toda la noche en su casa, y, junto con su esposa fue a la colina donde estaba el libro. Dejó a su esposa en el carro, en el camino, y fue solo a la montaña, a una distancia de unos doscientos metros de la carretera. Dijo que tomó el libro de la tierra y lo escondió en las ramas de un árbol, y regresó a su casa. Luego fue a la ciudad de Macedon para trabajar. Después de unos diez días, habiéndosele sugerido que alguien había tomado su libro, su esposa fue tras él, contrató un caballo, y fue a su casa por la tarde, donde tomó una taza de té, después de lo cual fue a buscar su libro. Luego de encontrarlo a salvo, se quitó la chaqueta y envolviendo el libro en ella, lo puso bajo el brazo y corrió todo el camino a su casa, a una distancia de unos tres kilómetros. Él dijo que pensó que debía pesar unos treinta kilos, pero que estaba seguro que pesaba al menos 20. En el regreso a casa dijo que fue atacado por dos hombres en el bosque, y que los tiró a ambos al suelo y que escapó, y que llegó a salvo y aseguró su tesoro. -Luego observó que si no hubiera sido por esa piedra (la cual él reconoció que me pertenecía a mí), que no habría podido obtener el libro. Pocos días después, le dijo a uno de mis vecinos que no había conseguido tal libro y que nunca había existido, pero que había inventado la historia para engañar al maldito tonto (refiriéndose a mí), para conseguir que le hiciera un cofre. Sus vecinos estaban tan disgustados con sus historias tan tontas que decidió regresar a Pennsylvania para evitar lo que él llamó su persecución. Fue entonces que se puso a planear cómo podía conseguir dinero para cubrir sus gastos. Un día conoció en las calles de Palmira a un hombre rico llamado Martin Harris, y le dijo: "Tengo un mandamiento de Dios que debía pedirle al primer hombre que encontrara en la calle que me diera cincuenta dólares para que me ayudara a hacer la obra del Señor mediante la traducción de la Biblia de oro. "Martin, siendo naturalmente un hombre crédulo, le dio el dinero. En la primavera de 1829, Harris fue a Pennsylvania, y en su regreso a Palmyra informó que la esposa del Profeta tendría un hijo en el mes de junio siguiente quien sería capaz, a los dos años de edad, de traducir la Biblia de oro. A continuación, dijo él, verás a Joseph Smith caminando por las calles de Palmira con una Biblia de oro bajo el brazo, y vestido con una coraza de oro y una espada de oro que colgada de su cintura. Esto, sin embargo, eventualmente demostró ser falso.
En abril de 1830, de nuevo le pedí a Hiram que me devolviera la piedra que le había prestado; me dijo que no me la iba a dar porque José la utilizó en la traducción de la Biblia. Le recordé de su promesa, y que había dado su palabra de honor que me la iba a devolver, pero me mintió, diciendo que la piedra no era mía ni nunca lo había sido. Harris, al mismo tiempo, se enfureció, me tomó por el cuello y me dije que era un mentiroso, y que podía probarlo con doce testigos. Después de librarme de él, Hiram, en su rabia, me sacudió el puño, y me maltrató de la manera más escandalosa. Así que podría pasar a describir el carácter de estos sumos sacerdotes contando historia tras historia, cuales historias tienden a ponerlos en la misma luz en la que fueron considerados por sus vecinos, a saber: como una plaga para la sociedad. He considerado a Joseph Smith Jr. desde que primero lo conocí hasta que se fue de esta parte del país, como un hombre cuya palabra no puede ser confiada. -El personaje de Hiram era sólo un poco mejor. Lo que he dicho respecto a los personajes de estos hombres se aplica a toda la familia. Lo que he dicho con respecto al carácter de estas personas, hasta el momento, es completamente cierto. Después de que se hicieron mormones, su conducta se hizo más vergonzosa que antes. Ellos no dudan en maltratar a cualquier hombre, sin importar qué tan noble sea su carácter, si no concuerdan con sus creencias. Sus lenguas se emplean continuamente en la difusión de escándalos y abusos. A pesar de que dejaron esta parte del país sin pagar sus deudas justas, sus acreedores estaban contentos de que se fueran, en lugar de que se quedaran y molestaran al vecindario.

Firmado,
WILLARD CHASE.
En el 11 de diciembre 1833, dicho Willard Chase, apareció delante de mí, e hizo juramento de que la declaración anterior a la que se ha suscrito a su nombre, es cierta, de acuerdo con su mejor memoria y creencia.
FRED'K. SMITH,
Juez de paz del condado de Wayne.

amo a los mormones pero a ese mentiroso le tengo asco por usar el nombre de Dios en vano
 
Re: LA UNICA IGLESIA VERDADERA Y VIVIENTE SOBRE LA FAZ DE TODA LA TIERRA

amo a los mormones pero a ese mentiroso le tengo asco por usar el nombre de Dios en vano

No seas obtuso. José Smith fue un siervo de Dios y el más grande profeta que hubo aparte de Jesucristo, aunque Jesucristo como todos sabemos fue mucho más que un profeta.