Re: LA TRINIDAD ES UNA DOCTRINA PAGANA
jajajajajajajajajaja. Amado cheno, primero me rio, por que cada vez se ve en el aprieto que te encuentras con tu doctrina de la trinidad al no poder responder coheremente y sales con lo de Julio César Clavijo, como si el tema se tratase de él, el tema es "la trinidad es una doctrina pagana" y se han utilizado varios autores y enciclopedias para demostrarlo no solamente Julio César C.
manejas el orden arbitrariamente; porque si existe un hijo tuvo que existir primero un padre ¿ o no? entonces el padre seria la primera persona, y si el Espíritu Santo fue al que enviaron el padre y el hijo; entonces por eso es que ustedes dicen que es la tercera persona.
Cheno; ¿es acaso que esto no te lo enseñaron desde niño cuando hacias rosarios y adorabas idolos?
Como veo que no has hecho la tarea de leer sobre los concilios donde nacieron tu credo de la trinidaad te lo voy a hacer mas facil COPIAR Y PEGAR:
EL CONCILIO DE NICEA (325 d.C.)
El concilio comenzó el 20 de mayo y terminó el 25 de julio. Los participantes estaban divididos en tres grupos: 1) una minoría arriana, 2) una minoría atanasiana, y 3) una mayoría que no entendió la discusión pero que anhelaba un acuerdo.
Al final, triunfó la tesis de Atanasio sobre la de Arrio y se excomulgaron a dos obispos libios que se rehusaron a aceptar el credo que se formuló. El credo quedó de la siguiente manera:
“creemos en un solo Dios Padre omnipotente, creador de todas las cosas, de las visibles y de las invisibles; y en un solo Señor Jesucristo, Hijo de Dios, nacido unigénito del Padre, Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no hecho, consubstancial al Padre, por quien todas las cosas fueron hechas, las que hay en el cielo y las que hay en la tierra, que por nosotros los hombres y por nuestra salvación descendió y se encarnó, se hizo hombre, padeció y resucitó al tercer día, subió a los cielos y ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos. Y en el Espíritu Santo. Pero la iglesia santa y apostólica anatematiza a aquellos que dicen que había un tiempo cuando él no existía, y que él se hizo de cosas no existentes, o de otra persona o ser, diciendo que el Hijo de Dios es mudable, o cambiable.”
Así, aunque la posición de Atanasio ganó aceptación, dicho credo no definía exactamente una posición trinitaria. El credo niceno, simplemente afirmaba que el Padre y el Hijo siendo distintos eran a la vez Dios. El credo manifestaba una creencia en el Espíritu Santo, pero no mencionaba con exactitud lo que el Espíritu significaba para ellos. La expresión “engendrado no hecho” era una clara evidencia de neoplatonismo y las frases “Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero” son simplemente blasfemias, pues indican que el único y poderoso Dios tiene a un Dios verdadero. Contrario a las declaraciones de ese credo, la Biblia dice:
No temáis, ni os amedrentéis; ¿no te lo hice oír desde la antigüedad, y te lo dije? Luego vosotros sois mis testigos. No hay Dios sino yo. No hay Fuerte; no conozco ninguno. (Isaías 44:8)
Ese credo es uno de los desarrollos de la doctrina neoplatónica, y demuestra el desconocimiento que estos hombres que lo formularon tenían acerca de la Palabra de Dios.
Reinhold Seeburg, Textbook of the History of Doctrines, trad. Charles Hay (Grand Rapids: Baker, 1954), I, 216-217.
http://www.librolibre.org.ni/DocCa./oraciones/credos/credo-nic.html
Los defensores de las doctrinas de Atanasio y de Arrio eran religiosos y políticos. Ellos fueron partidarios indiscutibles de una fuerte relación entre la Iglesia Católica Romana y el Estado. Así, estos sacerdotes se dividieron en partidos religiosos que gozaban de beneficios si alcanzaban el favor del emperador de turno.
Luego de la formulación del credo de Nicea, Arrio no se quedó quieto. El era políticamente poderoso e influía de tal manera que sus opiniones eran sostenidas por muchos de las clases más elevadas. Unos años después, Arrio le envió una carta conciliatoria al emperador Constantino y de esa manera se reabrió el asunto doctrinal de Nicea. Constantino cambió de parecer y se congratuló con las enseñanzas de Arrio. Se convocó a un nuevo concilio que se celebró en la ciudad de Tiara en el año 335, y allí se aceptó la “doctrina” arriana en lugar de la atanasiana. Constantino exilió a Atanasio y estuvo a punto de reincorporar a Arrio, cosa que hubiera hecho
si no le hubiera sorprendido la muerte.
A Constantino lo sucedió su hijo Constancio II (317-361 d.C.). Constancio defendió la “doctrina” arriana, y la impuso en el imperio. Durante el tiempo de Constancio II el arrianismo fue la posición doctrinal oficial de la Iglesia Católica Romana.
Luego de Constancio II vino Juliano (331-363 d.C.). Juliano, aún cuando estuvo más cerca del arrianismo que del atanasianismo, quiso restituir la forma del antiguo paganismo como la religión oficial del imperio.
Después de Juliano, vino Teodosio I el grande (346-395 d.C.). Teodosio I, fue partidario de los sacerdotes atanasianos. Por eso para el año 381 d.C. convocó a un concilio que se realizó en la ciudad de Constantinopla, con el objetivo de reafirmar la fe atanasiana que se había proclamado en el 325 d.C. en Nicea, y que se había reemplazado en el 335 d.C. en Tiara.
EL CONCILIO DE CONSTANTINOPLA (381 d.C.)
El concilio de Constantinopla ha sido conocido como el segundo concilio ecuménico. Esto se debe, a que los sacerdotes que participaron de él, no aceptaron como válido el Concilio de Tiara (335 d.C.). Los 150 obispos que participaron, condenaron al arrianismo como una doctrina herética y reafirmaron las resoluciones adoptadas en el Concilio de Nicea (325 d.C.). Sin embargo le añadieron un nuevo componente, y fue que afirmaron que el Espíritu Santo, era consustancial y coeterno con el Padre y el Hijo.
El anterior credo de Nicea, simplemente expresaba la creencia en el Espíritu Santo, pero no definía claramente lo que significaba para ellos. Era muy probable que significara la creencia en una energía sobrenatural. Sin embargo, fue en el Concilio de Constantinopla donde por fin se expuso que Dios era tres personas eternas. En el Concilio de Constantinopla se declaró al Espíritu Santo como una tercera persona eterna. Este concilio trajo como resultado la adición de algunas declaraciones al credo de Nicea. A continuación se presenta una versión de ese credo.
“Creo en un solo Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un solo Señor, Jesucristo Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajó del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su Reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica Confieso que hay un solo bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro. Amén”
Este nuevo credo reformado, ha recibido el nombre de credo niceno-constantinopolitano. El emperador Teodosio I, endosó las decisiones del concilio y les dio fuerza de ley. (Sin embargo, dicho credo no fue aceptado por Roma sino hasta el concilio de Calcedonia en el año 451)
Credo de Nicea - Constantinopla
http://www.librolibre.org.ni/DocCa./oraciones/credos/credo-nic.html
LA CUESTION FILIOQUE
Todo el territorio que abarcó el antiguo imperio Romano fue dividido en dos áreas importantes: La región oriental (de influencia griega) con capital en Constantinopla y la región occidental (de influencia latina) con capital en Roma. En ambas regiones se adoptó la religión católica romana. No obstante, por el distanciamiento geográfico de dichas ciudades capitales, la iglesia católica sufrió (con el transcurrir de los siglos) la separación gradual de las iglesias de influencia latina y griega. En el año 1054 d.C. Dichas organizaciones se separaron definitivamente y la iglesia de influencia griega adoptó el nombre de Iglesia Ortodoxa Griega mientras que la iglesia de influencia latina continuó con el nombre de Iglesia Católica Romana. La división se ocasionó por razones doctrinales y políticas.
La mayor diferencia a nivel doctrinal consistió en que la región oriental continuó recitando en su liturgia el credo niceno-constantinopolitano sin añadir nada, pero la región occidental añadió que el Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo. A partir de ese momento la doctrina neoplatónica de la trinidad fue sostenida por estas dos organizaciones. La añadidura de la cláusula filioque se dio como sigue:
“…Creemos en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas…”
Este asunto ha sido conocido como Filioque, que en latín significa “y del Hijo”
“…Et in Spiritum Sanctum, Dominum et vivificantem, qui ex Patre Filioque procedit. Qui cum Patre et Filio simul adoratur et conglorificatur: qui locutus est per prophetas...”
“la introducción en el símbolo del inciso “y del Hijo” (Filioque) data de un tiempo no precisado todavía, aunque parece que el lugar fue España.”
CREDO DE ATANASIO
En la segunda mitad del siglo quinto, apareció un nuevo credo que ha sido conocido como el credo de Atanasio, que fue redactado sin la autoridad expresa de ningún concilio. Aun cuando el credo recibe el nombre de Atanasio, se sabe que Atanasio no fue el autor, pues él murió en el año 373 d.C. Este credo es una fiel representación de la doctrina trinitaria tal y como fue desarrollada por Agustín de Hipona y pudo haber sido obra de varios autores. “Fue mencionado por primera vez como credo, alrededor del año 542, por el teólogo Cesáreo de Arlés. Durante el siglo XIII, el credo de Atanasio fue puesto en el mismo plano de importancia que los credos apostólico y de Nicea”.
Este credo presenta la declaración antigua más completa de la doctrina trinitaria. Así “el trinitarismo no logró su forma actual hasta el fin del cuarto siglo y sus credos definitivos no tomaron su forma final sino hasta el quinto siglo”. “Se necesitaron 470 años aproximadamente (después del Pentecostés) para debatir, predicar, enseñar y aprobar mediante concilios, lo que hoy en día se conoce como el misterio de la santísima trinidad, que sigue siendo eso: un "misterio"”.
El Credo de Atanasio es como sigue:
"Todo el que quiera salvarse, ante todo es menester que mantenga la fe Católica; el que no la guarde íntegra e inviolada, sin duda perecerá para siempre.
Ahora bien, la fe católica es que veneremos a un solo Dios en la Trinidad, y a la Trinidad en la unidad; sin confundir las personas ni separar las sustancias. Porque una es la persona del Padre y el Hijo y otra (también) la del Espíritu Santo; pero el Padre y el Hijo y el Espíritu Santo tienen una sola divinidad, gloria igual y coeterna majestad. Cual el Padre, tal el Hijo, increado (también) el Espíritu Santo; increado el Padre, increado el Hijo, increado (también) el Espíritu Santo; inmenso el Padre, inmenso el Hijo, inmenso (también) el Espíritu Santo; eterno el Padre, eterno el Hijo, eterno (también) el Espíritu Santo. Y, sin embargo, no son tres eternos, sino un solo eterno, como no son tres increados ni tres inmensos, sino un solo increado y un solo inmenso. Igualmente, omnipotente el Padre, omnipotente el Hijo, omnipotente (también) el Espíritu Santo; y, sin embargo no son tres omnipotentes, sino un solo omnipotente. Así Dios es el Padre, Dios es el Hijo, Dios es (también) el Espíritu Santo; y, sin embargo, no son tres dioses, sino un solo Dios; Así, Señor es el Padre, Señor es el Hijo, Señor (también) el Espíritu Santo; y, sin embargo, no son tres Señores, sino un solo Señor; porque así como por la cristiana verdad somos compelidos a confesar como Dios y Señor a cada persona en particular; así la religión católica nos prohíbe decir tres dioses y señores. El Padre, por nadie fue hecho ni creado ni engendrado. El Hijo fue por solo el Padre, no hecho ni creado, sino engendrado. El Espíritu Santo, del Padre y del Hijo, no fue hecho ni creado, sino que procede.
Hay, consiguientemente, un solo Padre, no tres padres; un solo Hijo, no tres hijos; un solo Espíritu Santo, no tres espíritus santos; y en esta Trinidad, nada es antes ni después, nada mayor o menor, sino que las tres personas son entre sí coeternas y coiguales, de suerte que, como antes se ha dicho, en todo hay que venerar lo mismo la unidad de la Trinidad que la Trinidad en la unidad. El que quiera , pues, salvarse, así ha sentir de la Trinidad.
Pero es necesario para la eterna salvación creer también fielmente en la encarnación de nuestro Señor Jesucristo. Es, pues, la fe recta que creemos y confesamos que nuestro Señor Jesucristo, hijo de Dios, es Dios y hombre. Es Dios engendrado de la sustancia del Padre antes de los siglos, y es hombre nacido de la madre en el siglo: perfecto Dios, perfecto hombre, subsistente de alma racional y de carne humana; igual al Padre según la divinidad, menor que el Padre según la humanidad. Mas aun cuando sea Dios y hombre, no son dos, sino un solo Cristo, y uno solo no por la conversión de la divinidad en la carne, sino por la asunción de la humanidad en Dios; uno absolutamente, no por confusión de la sustancia, sino por la unidad de la persona. Porque a la manera que el alma racional y la carne es un solo hombre; así Dios y el hombre son un solo Cristo. El cual padeció por nuestra salvación, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos, está sentado al adiestra de Dios Padre omnipotente, desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos, y a su venida todos los hombres han de resucitar con sus cuerpos y dar cuenta de sus propios actos, y los que obraron bien, irán a la vida eterna; los que mal, al fuego eterno.
Esta es la fe católica y el que no la creyere fiel y firmemente no podrá salvarse."
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Corazones. El Credo de San Atanasio. "Quicumque". La página corazones es obra de Las Siervas de los Corazones Traspasados de Jesús y María.
http://www.**************/diccionario/credo_atanasiano.htm
JAJAJAJAJAJ CHENITO AHÍ TE DEJO ESOS LINK PARA QUE ESTUDIES MAS SOBRE EL ORIGEN DE LO QUE CREES.
¡¡¡NO TRAGUES ENTERO DE TODO LO QUE TE DICEN!!!
Este credo, en contravía a la Santa Escritura, afirma que si uno desea ser salvo debe creer en la doctrina de la trinidad. Si esto fuera cierto, entonces ni los apóstoles ni el resto de los cristianos que vivieron durante los tres primeros siglos fueron salvos pues aún no existía la doctrina de la trinidad. La Biblia nunca enseña que para ser salvos debemos creer en el dios trino. Lo que afirma es “Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo" (Hechos 2:38). COMO LA VEZ CHENITO JAJAJAJAJAJAJAJAJA.
¡¡¡ HAGALE CASO A; FREDDYJUARBE LEASE EL LIBRO QUE RECOMIENDA!!!![/QUOTE]
Use la Biblia don Jhonny!!! deje de copiar y pegar, ya es tiempo que entre a debatir.