Re: La Sanidad
Disculpa si de Dios no es la tierra y su plenitud ni todo lo que ella hay, incluida la naturaleza, ¿de quien crees que es?
Digo, para tratar de entenderte.
Porque con tu comentario tal parece que una tormenta o una tempestad no esta considerado por Dios, en el clima de este planeta. Quizas apra ti la lluvia o el granizo sean malos o una tormenta quizás el calor tambien...no se ¿podrías aclarar el punto?, es decir, ¿podrías aclarar porque dices que las tormentas no fueron pensadas por Dios, en suma quien crees tu que mueve los ciclos y estaciones, las mareas, y los astros, los truenos y las tormentas solares, las olas y los límites del mar; los periódicos ciclones ó la tempestad, Dios o el diablo?
Digo, me gustaría saber para ti, quien manda en la creación.
Saludos.
Porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora;
El mundo que conocemos hoy no es el mundo que Dios creó. Antes del diluvio de Noé, el planeta no sufría del frío ni el calor, la lluvia ni la sequía, los tornados ni los terremotos, etc. El planeta había sido formado en perfección.
“En el tiempo antiguo fueron hechos por la palabra de Dios los cielos, y también la tierra, que proviene del agua y por el agua subsiste” (2 Pedro 3:5). Dios había establecido el planeta sobre una base de agua y había hecho una capa de agua sobre el cielo que protegía al hombre de los rayos dañinos del sol (Génesis 1:6-8). El planeta no experimentaba ni siquiera la lluvia porque,
“Dios aún no había hecho llover sobre la tierra... sino que subía de la tierra un vapor, el cual regaba toda la faz de la tierra” (Génesis 2:5-6). Los científicos nos dicen que hace mucho tiempo el Polo Norte y la Antártida no existían como hoy, y de hecho han descubierto plantas congeladas en la profundidad del hielo de Antártica. Es probable que el mundo entero gozara de un clima perfecto y agradable.
Por el pecado de los hombres que cada vez se multiplicaba, Dios decidió destruir al mundo y a casi todos los hombres. El salvó la vida de Noé y su familia a través del arca para mantener la raza humana con vida y esperanza, pero el diluvio cambió para siempre al planeta que El había creado.
“Dijo, pues, Dios a Noé: ‘He decidido el fin de todo ser, porque la tierra está llena de violencia a causa de ellos; y he aquí que yo los destruiré con la tierra’ ” (Génesis 6:13).
Después de que Noé hubiera hecho el arca, Dios comenzó el diluvio.
“
Aquel día fueron rotas todas las fuentes del grande abismo, y las cataratas de los cielos fueron abiertas, y hubo lluvia sobre la tierra cuarenta días y cuarenta noches” (Génesis. 7:11-12). “
Y prevalecieron las aguas sobre la tierra ciento cincuenta días” (Génesis 7:24).
Esta tremenda fuente de agua que salió del gran abismo dejó al planeta inestable y los continentes comenzaron a moverse y “fue repartida la tierra” (Génesis 10:25). Por eso, suceden los terremotos. No es que Dios esté juzgando al mundo, sino que el mundo sigue experimentando los resultados de la catástrofe del diluvio.
A la vez, la capa del agua que protegía al planeta del sol y que mantenía un clima equilibrado y agradable, fue destruida y el agua derramada sobre la tierra.
“Por lo cual el mundo de entonces pereció anegado en agua” (2 Pedro 3:6). Esta poderosa fuente transformó por siempre al mundo que conocemos y dejó al clima en un estado inestable y, a veces, caprichoso. El desequilibrio climático produce los huracanes, los tornados, la sequía, etc. Los desastres naturales no representan la obra de Dios sino el resultado de un planeta trastornado por el pecado.
Las tormentas son eventos naturales. Dios no las controla, ni las manda. Representan otra consecuencia del pecado en el mundo. Por eso Cristo la reprendió.
Saludos