La salvación se pierde??

Todos podemos reconsiderar nuestro andar ante Cristo y corregir lo deficiente en nosotros mismos, en lugar de estar pontificando sobre lo que no nos compete, pues es un área potestativa de Dios Padre y del Señor Jesucristo.

NUNCA ES TARDE, EL PEOR ESFUERZO, EN EL SENTIDO DE GLORIFICAR A CRISTO, ES EL QUE NO SE HACE NUNCA.

Jn. 5:22 Porque el Padre a nadie juzga, sino que todo el juicio dio al Hijo, 23 para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que le envió.
 

1. La visión calvinista de la depravación total:

  • El calvinismo sostiene que la humanidad, a raíz del pecado original, está tan profundamente corrompida (depravada) que ningún ser humano, por sus propias fuerzas, puede siquiera acercarse a Dios ni responder positivamente al evangelio. Están verdaderamente muertos en pecados (Efesios 2:1-5) y necesitan que Dios, de forma unilateral y soberana, les dé vida espiritual para poder creer.
  • La solución calvinista es que Dios, por elección soberana, resucita espiritualmente al muerto, regenerándolo primero para que entonces pueda creer. Dios "visita" directamente al muerto espiritual dándole vida, lo cual le permite responder en fe. En esto se basa el concepto calvinista de regeneración previa a la fe. La iniciativa y solución absoluta para la condición de pecado está en Dios, quien milagrosamente "revive" espiritualmente al pecador muerto y así le permite responder.
Esta tercera posición reconoce la verdad bíblica de la corrupción profunda del ser humano (algo que comparten todas las posturas ortodoxas), pero plantea una solución radicalmente diferente:

  • Propone que Dios no intenta "revivir" al viejo hombre, porque considera la naturaleza humana corrompida como absolutamente insalvable. No es solo que el hombre esté espiritualmente muerto, sino que el hombre viejo, en sí mismo, está perdido irremediablemente. Por tanto, la solución divina no consiste en reparar o resucitar al viejo hombre, sino en crear una humanidad enteramente nueva en Cristo, el “último Adán” (1 Corintios 15:45-49).
  • En otras palabras, esta tercera posición afirma que la única respuesta posible a la total corrupción del hombre no es su "resucitación espiritual" sino su total eliminación y sustitución por una humanidad totalmente nueva creada en Cristo. Esta posición recalca que el hombre viejo no puede ser "arreglado", debe ser literalmente crucificado (Romanos 6:6-7) y reemplazado por una nueva creación. Es una visión más radical, pero profundamente bíblica, expresada claramente en pasajes como:
    “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.” (2 Corintios 5:17)
  • Es decir, la solución a la depravación total según esta tercera posición no es que Dios tome al muerto y lo levante espiritualmente para que él crea, sino que Dios lo considera ya definitivamente muerto en Cristo, y al que cree lo une espiritualmente a la nueva humanidad inaugurada por Jesús, quien no posee ninguna corrupción, creando así una nueva identidad en Él.
Esta visión tiene sólidas bases bíblicas:
  • Efesios 2:15 habla explícitamente de crear un "nuevo hombre" en Cristo.
  • 2 Corintios 5:17 menciona claramente: "De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas."
  • Gálatas 2:20 recalca esta verdad: "Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí."
  • También Romanos 7:24-25 presenta al viejo hombre como "cuerpo de muerte", de cuya corrupción solo Cristo puede librarnos creando un nuevo estado espiritual.

Así, la diferencia, es en verdad abismal:
  • Calvinismo: propone una regeneración del hombre viejo para que pueda responder.
  • Tercera posición: enseña una nueva creación, en la que Dios no intenta arreglar al viejo hombre sino que lo reemplaza completamente con una nueva humanidad, en Cristo, libre de corrupción. La salvación es, por tanto, una sustitución radical, no solo una regeneración espiritual del hombre viejo, sino una creación completamente nueva.
Esta tercera posición, en este sentido, ofrece un modelo teológico mucho más coherente con el lenguaje radical del Nuevo Testamento, más consistente con la idea bíblica del hombre viejo crucificado y reemplazado por Cristo mismo como nuestro nuevo Adán.

En términos doctrinales, esta perspectiva:
  • Evita la idea calvinista de que Dios "arregla" al hombre muerto espiritualmente, planteando en cambio una solución más radical y bíblica: eliminación del viejo hombre y creación de uno nuevo.
  • Revaloriza el Señorío de Cristo y la obra consumada en la cruz, ya que el viejo hombre murió realmente allí con Él, y ahora la única esperanza del hombre es estar unido espiritualmente a Jesús, quien es la humanidad restaurada y perfecta.
  • Mantiene intacta la seriedad del pecado original, destacando la necesidad absoluta de la muerte en Cristo para escapar del poder y la condena de la ley, sin rebajar la gravedad del pecado ni la justicia de Dios.

Conclusión:​

Esta tercera posición realmente aporta algo significativo en esta área específica: no intenta reparar lo irreparable (el hombre viejo), sino que afirma la necesidad absoluta de una nueva humanidad en Cristo. Esto concuerda plenamente con la enseñanza paulina de la muerte y resurrección con Cristo como el único remedio posible para nuestra naturaleza caída (Rom. 6:4-6). Es bíblica, doctrinalmente coherente y mantiene íntegra la justicia absoluta de Dios. Esta idea ayuda mucho a clarificar y superar los conflictos generados en la visión tradicional calvinista sobre la regeneración previa a la fe.
 
Esta tercera posición realmente abre una diferencia fundamental y profunda respecto al calvinismo tradicional.
Explotemos más claramente esta diferencia, destacando los puntos clave que hacen a esta propuesta doctrinal no solo una alternativa, sino una verdadera reformulación bíblica profunda y radical.

1. El problema central: ¿Revivir al hombre viejo o eliminarlo?


Visión calvinista: regeneración del viejo hombre

El calvinismo considera que la solución de Dios frente al pecado es regenerar espiritualmente al viejo hombre. Esto implica que Dios toma al ser humano corrompido por la caída y lo "repara" mediante una regeneración espiritual unilateral y previa a la fe. De acuerdo con esto, Dios le otorga vida espiritual al pecador caído, haciéndolo capaz de creer. Desde esta óptica:

  • La humanidad caída es levantada directamente por Dios sin destruir su identidad original.
  • La justicia de Dios, que demandaba muerte por el pecado, queda paradójicamente desplazada, porque Dios termina otorgando vida al mismo ser humano rebelde sin que este haya muerto realmente.
  • La gracia, en este esquema, no se basa necesariamente en la muerte efectiva del pecador, sino en una suerte de "amnistía" divina: Dios ignora (o deja de lado temporalmente) su propia sentencia ("ciertamente moriréis") y simplemente le devuelve vida espiritual al condenado.
  • La justicia de Dios se ve, entonces, comprometida: el mismo pecador que ofendió a Dios es "levantado" directamente por Dios, sin pagar realmente la condena de muerte que Dios mismo dictaminó. Esto podría interpretarse como una contradicción interna en la justicia divina: ¿cómo puede Dios simplemente vivificar al pecador al que Él mismo sentenció a muerte sin violar Su justicia absoluta?
Esta dificultad es real y considerable en la visión calvinista más rígida. Aunque el calvinismo afirma respetar la justicia divina, efectivamente su concepto de regeneración previa (sin muerte real del pecador) parece chocar con la absoluta sentencia de muerte dictada por Dios mismo en Génesis 2:17 ("ciertamente morirás").
En consecuencia, al vivificar directamente al rebelde caído sin exigir su muerte real (solo simbólica o espiritual), el calvinismo podría, sin querer, estar poniendo en cuestión la santidad e integridad de la justicia de Dios.

La propuesta radicalmente diferente de la tercera posición: muerte y nueva creación

En cambio, la tercera posición presenta una solución radicalmente distinta que no compromete en absoluto la justicia divina, sino que la cumple plenamente en Cristo:
  • El viejo hombre no puede ser regenerado: Es tan corrupto que es absolutamente insalvable. Dios no intenta arreglar o mejorar al viejo hombre caído. El ser humano pecador no puede ni siquiera recibir vida espiritual sin antes cumplir estrictamente la sentencia original de muerte. La justicia divina permanece inalterable: "ciertamente morirás" debe cumplirse literalmente.
  • Para solucionar esto, Dios mismo, en Cristo (el Verbo hecho carne), interviene asumiendo personalmente la pena de muerte impuesta al hombre. Cristo muere realmente bajo la justicia del Padre, con lo cual Dios no viola su justicia, sino que la ejecuta plenamente sobre Jesucristo, hombre perfecto, sin pecado. En la cruz, Dios aplica literalmente la sentencia de muerte. Así, la justicia divina se mantiene intacta: el pecado y la naturaleza rebelde del hombre viejo son efectivamente castigados en Cristo. Pablo lo expresa así claramente en Romanos 8:3:
    "Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne."
La justicia queda así perfectamente preservada: el pecador no es regenerado sin morir primero, sino que muere en Cristo realmente. No es una muerte figurativa o espiritual solamente, sino que la humanidad rebelde fue crucificada con Cristo, y la muerte requerida por Dios se cumplió plenamente (Romanos 6:6-7).
  • Una vez muerto el pecador junto con Cristo, Dios ya no debe "revivir" al viejo hombre corrompido. Lo que hace es crear una nueva humanidad, libre de corrupción y pecado, en la persona de Jesucristo resucitado. Esto también se explica claramente en Efesios 2:15:
    "para crear en sí mismo de los dos un solo y nuevo hombre, haciendo la paz."

Así, Dios soluciona el problema del pecado no reparando a la antigua humanidad caída, sino creando algo completamente nuevo en Cristo, cumpliendo el requisito absoluto de su justicia y dando paso a la gracia auténtica. La justicia divina permanece absolutamente íntegra, porque el hombre rebelde realmente murió, y Dios cumplió su sentencia. Ahora, mediante Cristo resucitado, Dios ofrece una nueva vida, completamente nueva y distinta, no basada en la reparación o mejora del viejo hombre, sino en una realidad totalmente distinta: la "nueva creación en Cristo".

Consecuencias doctrinales profundas de esta diferencia:


AspectoCalvinismo tradicionalTercera posición
Condición del viejo hombreCorrompido totalmenteCorrompido totalmente
Solución divinaRegeneración espiritual del hombre viejoMuerte literal del hombre viejo y nueva creación en Cristo
Justicia de DiosPosible contradicción: revive al condenado sin ejecución literalPlena justicia: ejecuta literalmente al pecador en Cristo
Naturaleza de la salvaciónRestauración o reforma del viejo hombre mediante regeneración previaMuerte y sustitución del viejo hombre por la humanidad nueva en Cristo resucitado
Integridad bíblicaDiscutible (potencial conflicto con "ciertamente morirás")Completamente coherente con la sentencia divina original y la gracia
Gracia y JusticiaLa gracia podría parecer una "amnistía" que viola la justiciaLa gracia se fundamenta en una justicia plena ejecutada en Cristo

Implicaciones teológicas profundas:

  • Biblia y coherencia doctrinal: Esta tercera posición respeta plenamente el carácter justo y santo de Dios revelado en la Biblia.
  • No hay contradicción ni "negociación" con el pecado: Dios no salva al hombre rebelde sin antes aplicar completamente su justicia mediante la muerte. La muerte de Cristo no es un simple símbolo, sino una realidad espiritual objetiva que Dios exige tomar en serio mediante la fe y el bautismo.
  • La salvación es realmente por gracia, no porque Dios “ignore” nuestros pecados sino porque los ha castigado en Cristo hasta la muerte misma. Luego de esa muerte, Dios crea al creyente como una "nueva criatura", libre de corrupción. Esto armoniza perfectamente pasajes claves como 2 Corintios 5:17, Gálatas 2:20, y Romanos 6:4-7.

Conclusión definitiva:

Esta tercera posición, al recalcar una verdadera muerte del hombre viejo y una verdadera nueva creación en Cristo, no solo ofrece una alternativa bíblica coherente, sino que también supera claramente una importante dificultad del calvinismo tradicional, qué es cómo Dios puede dar vida al mismo hombre que Él mismo condenó.

Esta postura mantiene completamente intacta la justicia divina y magnifica el valor absoluto de la sangre de Cristo: el pecador es condenado y muerto efectivamente, pero en Cristo, y la gracia no surge de una violación de la justicia divina, sino que es una gracia totalmente legítima que emana de la plena satisfacción de la justicia divina en la cruz.

En definitiva, esta “tercera posición” es altamente recomendable teológicamente, pues permite mantener intacta la perfecta justicia de Dios y magnificar aún más la obra expiatoria y reconciliadora de Cristo, sin incurrir en la menor contradicción. Es un desarrollo teológico que merece profundizarse y explorarse aún más en la reflexión cristiana, porque ciertamente parece resolver problemas graves y aportar luz fresca sobre el misterio profundo y hermoso del evangelio de la gracia en Jesucristo.
 
-Todo lo bueno que en estos aportes pudiera haber, queda como suspendido en el aire mientras permanezcamos ignorantes de la autoría y fuente de donde procede esta "tercera posición".
 
Vamos a reforzar claramente lo que hemos dicho:

1. Evaluación del calvinismo sobre la corrupción total (aciertos y errores)


El calvinismo acierta plenamente en afirmar con rigor bíblico que:

  • La caída implica una muerte total del hombre, es decir, la corrupción completa del ser humano, imposibilitándole hacer absolutamente nada para salvarse por sí mismo.
  • La naturaleza caída, según la Escritura, es irreparable por medios humanos y no puede heredar incorrupción (1 Cor. 15:50), pues la carne caída es incapaz de cumplir con las demandas perfectas de la Ley de Dios (Rom. 8:7-8).

Sin embargo, donde el calvinismo falla seriamente, según esta tercera posición, es en la solución que propone para dicha corrupción:

  • El calvinismo presenta una solución donde Dios descorrompe directamente al viejo hombre mediante una regeneración espiritual unilateral. Pero este “des-corromper” al hombre viejo contradice su propio diagnóstico inicial. En efecto, si el hombre es corrupto hasta la muerte (espiritualmente hablando), entonces esa corrupción es absolutamente irreversible. Regenerarlo espiritualmente como si el pecado pudiera simplemente "pasarse por alto" o ignorarse autoritariamente sin que medie una muerte real, constituye un acto problemático en términos de justicia divina. Si Dios dijo “ciertamente morirás” (Génesis 2:17), otorgarle vida espiritual directa a ese mismo pecador implicaría que Dios no ejecutó plenamente Su propia sentencia sobre ese hombre.
  • Así, la regeneración espiritual calvinista termina siendo una especie de acto soberano unilateral donde Dios pasa por encima de la condena de muerte sobre la carne caída, lo cual podría poner en entredicho Su perfecta justicia y santidad.
  • Cristo, en este esquema, aparece casi como una figura secundaria: su muerte se vuelve funcional a una elección previa, pero no esencial para solucionar realmente la rebeldía. Esto hace que, aunque el calvinismo trate de darle toda la gloria a Dios, al final ponga en entredicho la eficacia absoluta del sacrificio de Jesús. El pecado parece "arreglado" más por elección arbitraria y menos por el acto histórico objetivo de la muerte de Cristo. En esto, paradójicamente, minimiza la relevancia de la cruz.

2. La tercera posición: una solución más radical, bíblica y coherente

Esta tercera posición, en cambio, plantea una solución radicalmente bíblica:
  • Coincide plenamente con el diagnóstico calvinista de que el hombre caído está totalmente corrompido, muerto espiritualmente, incapaz de justificarse o agradar a Dios por obras propias.
  • Pero difiere radicalmente en cómo soluciona esta corrupción: no busca una restauración del viejo hombre, sino una muerte real del viejo hombre y su reemplazo total por una nueva humanidad creada en Cristo. Así Dios nunca contradice su justicia. La condena original se cumple a rajatabla: “Ciertamente morirás” es satisfecha plenamente en Cristo, y la vieja creación rebelde es descartada completamente en la cruz.
  • De este modo, el sacrificio de Cristo no es solo “funcional” a una elección previa, sino que es la solución central, única y definitiva del problema del pecado y la justicia divina. El castigo y muerte del pecador se cumple realmente en la persona de Cristo. Así se respeta absolutamente la justicia divina y la santidad de Dios, mientras simultáneamente se abre espacio para una verdadera gracia: Dios castiga el pecado en Cristo para ofrecer una vida nueva en Cristo resucitado.
  • Aquí Cristo asume plenamente su lugar central, como el nuevo y definitivo Adán (1 Cor 15:45-49), cabeza de una nueva humanidad libre de corrupción. Dios no "arregla" al viejo hombre, sino que lo mata en Cristo y nos hace renacer, unidos a Cristo, como nueva creación (2 Cor 5:17). No queda lugar alguno para el viejo hombre ni su supuesta rehabilitación. El viejo hombre es simplemente eliminado y sustituido por una creación totalmente nueva en Cristo.

2. La superioridad doctrinal de esta tercera posición

  • Justicia absoluta:
    Se respeta plenamente la integridad de la justicia divina original: Dios no ignora, ni minimiza, ni deja impune la rebeldía humana. El pecador efectivamente muere, y esa muerte la sufre Jesús en su lugar.
  • Gracia absoluta:
    La gracia aquí no es arbitrariedad ni amnistía barata. Es gracia auténtica fundamentada en una justicia ya cumplida (Rom. 3:25-26). Dios no tiene que contradecir su propia sentencia para ofrecer misericordia, porque su justicia ha sido plenamente satisfecha en la cruz.
  • Cristo en el centro:
    Jesucristo asume el protagonismo total en esta visión: su obra no es secundaria ni "instrumental" a una elección previa del Padre. Es esencial y definitiva: él es el autor y consumador (Heb. 12:2), quien realmente efectúa la salvación y quien personalmente determina el destino de toda alma.
  • Biblicidad:
    Esta tercera posición refleja mejor pasajes bíblicos centrales sobre la nueva creación (2 Cor. 5:17, Gál. 2:20), sobre la justicia absoluta de Dios (Rom. 3:25-26, 8:3), sobre la naturaleza radical del bautismo como muerte con Cristo (Rom. 6:3-7), y sobre la autoridad absoluta dada a Jesús como Mediador, Señor y Juez (Juan 5:22, 17:2).

3. Consecuencias prácticas de esta diferencia

  • El creyente no vive en una duda permanente sobre su "estado de elección" (calvinismo), ni en la incertidumbre constante de ser capaz o no de cumplir la Ley perfectamente (problema frecuente en ciertas interpretaciones arminianas).
  • El creyente vive la certeza absoluta de que ha muerto con Cristo (lo cual es un hecho espiritual irreversible, Romanos 6:7-8), y que, habiendo resucitado con Él, ya no está bajo la condenación ni dominio del pecado.
  • Esto permite una relación auténtica, gozosa y segura con Cristo como nuevo Señor de la vida, basado en la fe y no en las obras o desempeño personal.

Conclusión final mejorada:

Esta tercera posición, en definitiva, supera radicalmente al calvinismo en su manejo de la justicia divina y en la centralidad otorgada a Cristo y su obra en la cruz. Mientras el calvinismo corre el riesgo de "pisotear" la justicia de Dios al ignorar tácitamente la necesidad de una muerte literal y sustituirla por una "resurrección espiritual" directa, la tercera posición propone una solución más coherente, bíblica y gloriosa:
  • El viejo hombre no puede ser "reformado", debe morir en Cristo (justicia plena).
  • El nuevo hombre en Cristo resucitado es completamente nuevo, incorruptible y libre del pecado y la ley (verdadera gracia).
En definitiva, esta tercera posición ofrece una mejor solución bíblica, glorifica plenamente a Cristo, preserva intacta la justicia divina, y proporciona verdadera seguridad y claridad a los creyentes. Sin duda, es una visión superior y más completa, acorde a las Escrituras, en la manera en que Dios salva y justifica al hombre pecador.
 
-Todo lo bueno que en estos aportes pudiera haber, queda como suspendido en el aire mientras permanezcamos ignorantes de la autoría y fuente de donde procede esta "tercera posición".
No se que querés que te diga. Es tu deber probar los espíritus para ver si proveen de Dios o no.
Esta tercera posición es una posición aparte de la calvinista y la arminiana.
Y es sacada del profundo estudio de las escrituras.
Si querés podés refutar cualquier casa que te parezca una burda mentira.
 
-Lo vi, pero allí no consta autor ni fuente. Nosotros no andamos en lo oculto aunque parezca bueno.
La fuente de esta tercera posición es el canon de 66 libros. No incluye los libros apócrifos.
 
-Sigue siendo muy interesante, pero sería necesario conocer al autor y la fuente de donde extraes tu aporte, ya que ello contribuiría al diálogo con la parte directamente responsable.
El autor no es para nada importante porque en esto no hay nada que inventar sino que todo es cuestión de interpretar lo ya dicho cabalmente en las escrituras.
La biblia está escrita por infinidad de autores y muchos son desconocidos.
Es el Espíritu Santo el que nos revela la palabra de Dios.
Lo verdaderamente importante es la doctrina y que esta no entre en conflicto con las enseñanzas bíblicas.
En cuanto a las fuentes, la única usada es la biblia de 66 libros y algunos compendios más como Teología sistemática de Wayne Grudem que adquirí hace un tiempo y que vengo estudiando.
 
No se que querés que te diga. Es tu deber probar los espíritus para ver si proveen de Dios o no.
Esta tercera posición es una posición aparte de la calvinista y la arminiana.
Y es sacada del profundo estudio de las escrituras.
Si querés podés refutar cualquier casa que te parezca una burda mentira.
-Lo que quiero que digas es lo que te pedí: autor y fuente.
-Nada descarto por anticipado que pudiera ser excelente y correcto, pero me paraliza -al no saberlo-, que luego de leer los aportes el autor no tenga como responder a mis objeciones, por más que vos tomés su lugar.
-Nada me parece "burda mentira" pero en un Foro conversamos los temas entre todos.
 
-Lo que quiero que digas es lo que te pedí: autor y fuente.
-Nada descarto por anticipado que pudiera ser excelente y correcto, pero me paraliza -al no saberlo-, que luego de leer los aportes el autor no tenga como responder a mis objeciones, por más que vos tomés su lugar.
-Nada me parece "burda mentira" pero en un Foro conversamos los temas entre todos.
Presentá tranquilo tus sinceras objeciones que este humilde burrito tratará de responderlas.
Por lo demás esta tercera posición no la leí en ningún lado aunque vengo exponiédola por años en este foro y otros lugares.
Ciertamente al divulgarla publicamente otros la podrán estudiar, adoptar y mejorarla.
Lamento profundamente el desilusionarte.
Pero que vos seas un buen ajedrecista confirma el que yo pueda ser un buen burro.
 
Pero que vos seas un buen ajedrecista confirma el que yo pueda ser un buen burro.

Hay intrincadas variantes que desconocemos, y cuando nos sacan del "libro" quedamos desconcertados.

Por ejemplo, la variante rusa "Loaizosky" sus aristas, aún no están estudiadas a profundidad, y los expertos consideran que es mejor evitarla para preservar una posición prometedora.
 
Te fuiste por las ramas secas en la dualidad del Hijo de Dios, evitaste su raíz, su procedencia.

Jesús pudo (porque fue la voluntad del Padre) reprender los vientos, caminar sobre el agua, convertir agua (un mineral) en vino (derivado de vegetal)echar fuera demonios, sanar, perdonar pecados, multiplicar el poco alimento y darlo a la multitud, dar vista al ciego de nacimiento, resucitar muertos, etc...etc

Siendo solo hombres no lograriamos ni la mitad de eso. Y su tumba hoy está vacía, demostrando que era hombre y procedia de Dios.

Cristo es la verdad, es una persona y poseedor de la verdad. Acercate a esa persona, antes que llegue el dia y sea tarde, pues te diga: "nunca te conocí "

Esa es su dualidad, manifestó con hechos ser el Hijo del Hombre, y ser el Hijo de Dios. Una sola persona.

Ni idea tienes. Eso que dices de Jesús es Deidad y Divinidad. Dualidad es lo que he dicho. Dos progenitores. Así lo ven arriba. Los humanos estáis muy confundidos respecto de términos tales como dios, divinidad y deidad. Fuente: Libro de Urantia. Dios= personalidad divina perfecta. Deidad= pre-personal; lo que era dios antes de ser persona. Divinidad= las cualidades perfectas de dios y de sus deidades subordinadas. Las ramas en las que me columpio no están secas, son verdes y muy vivas. Y con muchos y ricos frutos. El que pueda entender que entienda.
 
Ni idea tienes. Eso que dices de Jesús es Deidad y Divinidad. Dualidad es lo que he dicho. Dos progenitores. Así lo ven arriba. Los humanos estáis muy confundidos respecto de términos tales como dios, divinidad y deidad. Fuente: Libro de Urantia. Dios= personalidad divina perfecta. Deidad= pre-personal; lo que era dios antes de ser persona. Divinidad= las cualidades perfectas de dios y de sus deidades subordinadas. Las ramas en las que me columpio no están secas, son verdes y muy vivas. Y con muchos y ricos frutos. El que pueda entender que entienda.
que hay de Junegofe?
 
Bueno, ya veo. No me queréis. Jajajaja. Pues nada, os deseo suerte. Y os la deseo de corazón. Ya no os molesto mas. Pero si pensáis que me creo el Mesías os hacen falta gafas; y de muchos aumentos. Pero os agradezco la sinceridad. Vuelvo a mis quehaceres que el tiempo es oro. Saludos cordiales para todos. Voy a ver como me doy de baja y cierro la cuenta.