¡NO SEA QUE YO MISMO VENGA A SER ELIMINADO!
1Co 9:26 Así que, yo de esta manera corro, no como a la ventura; de esta manera peleo, no como quien golpea el aire,
1Co 9:27 sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado.
Antes de entrar en consideración del tema, es de capital importancia considerar que aquí el apóstol Pablo se esta refiriendo a la posible perdida del ministerio, AQUÍ NO ESTA HABLANDO DE PERDIDA DE LA SALVACION. Pablo compara la carrera de un ministro, con una competencia deportiva, y apelando a esta ilustración, hace hincapié en el hecho de que asi como un deportista debe abstenerse de ciertas cosas y tener una vida disciplinada para poder llegar a la meta, de la misma manera, alguien a quien se le ha confiado un ministerio, debe tener una vida disciplinada, para poder finalmente obtener la recompensa al final de la carrera.
Como ya dijimos, en el pasaje que estamos tocando, se advierte de algo, que parece que ya nadie tuviera en consideración como una posibilidad cierta, me refiero a que si un verdadero ministro del evangelio cae en adulterio u o fornicación, si bien Dios no fallara en llevarlo al arrepentimiento mediante la disciplina, aun asi, puede que su ministerio jamás sea restaurado, es decir existe la posibilidad de perder el ministerio que Dios nos ha confiado. Esto por si solo, constituye un formidable aliciente, para caminar con pies de plomo, teniendo siempre en perspectiva ,que el ser negligentes en el cuidado de nuestra vida espiritual, nos puede acarrear el no poder hacer aquello que con tanto gozo hacemos ,que es ejercer un ministerio.
A la luz de la palabra, el ministerio se puede perder, y creo que la clave para entender el proceso que lleva a una situación de ruina espiritual semejante se describe en 1ª de Corintios 3: 10-15;
Conforme a la gracia de Dios que me ha sido dada, yo como perito arquitecto puse el fundamento, y otro edifica encima; pero cada uno mire cómo sobreedifica.
Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo.
Y si sobre este fundamento alguno edificare oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, hojarasca,
la obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará.
Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa.
Si la obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, aunque así como por fuego.
Como ya dijimos, aquí se describe el proceso, que nos puede llevar al trágico desenlace de perder el ministerio, donde se nos advierte, que debemos ser cuidadosos y vigilantes, en cuanto a que materiales estamos utilizando para edificar en la obra de Dios, donde el oro, la plata y las piedras preciosas, no son otra cosa que aquellas obras que se hacen en amor y para la gloria de Dios, este tipo de obras son las que emanan de quien es diligente en practicar el autoexamen necesario, pasando tiempo con Dios para que Él nos examine y nos permita ver mediante su palabra cuales son las reales motivaciones que nos impulsan a hacer esto o aquello.
Salm 139:23 -24 Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón;
Pruébame y conoce mis pensamientos;
Y ve si hay en mí camino de perversidad,
Y guíame en el camino eterno.
Heb 4:12 Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.
Mientras que por otro lado, la madera el heno, la hojarasca, son las obras que emanan de alguien, que precisamente es negligente en cuidar su vida espiritual y su comunión con el Señor, quien en tal caso, no sabrá discernir sus verdaderas motivaciones que lo impulsan a hacer esto o aquello, en tal caso la consecuencia inevitable será la ruina espiritual con la posible perdida del ministerio, decimos posible porque si bien hay casos en que Dios restaura el ministerio, existe la seria posibilidad de que el Señor nos prive del privilegio de volver a ejercerlo. Esto debería ser una solemne advertencia para todo aquel que ejerce un ministerio, PUES CUANDO DICE “” SI LA OBRA DE ALGUNO SE QUEMARE”” NO SOLO SE REFIERE AL TRIBUNAL DE CRISTO, SINO A LA RUINA EN CUANTO AL TESTIMONIO DE TAL O CUAL MINISTRO E INEXORABLEMENTE LA OBRA SE QUEMARA PORQUE DIOS MISMO SE ENCARGARÁ DE SACAR LAS COSAS A LUZ, Y LO HARÁ POR EL BIEN DE SU IGLESIA Y PARA PRESERVAR A QUIEN HA CAÍDO.
¡¡¡Sólo a Dios sea la Gloria!!!
¡NO SEA QUE YO MISMO VENGA A SER ELIMINADO! 1Co 9:26 Así que, yo de esta manera corro, no como a la ventura; de esta manera peleo, no como quien golpea el aire, 1Co 9:27 sino que golpeo mi cuerpo, y...
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LA PERSEVERANCIA DEL CREYENTE
CÉSAR VIDAL