Originalmente enviado por Luis Fernando:
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Jetonius:
Yo no afirme que los saduceos rechazasen Daniel. En la cita de Bruce dice que seria comprensible que lo hubiesen rechazado, pero esto no se sabe por cierto.
Luis:
Dos cosas:
- Aparte de Bruce, ¿conoce a alguien más que afirme que es poco probable que los saduceos sólo aceptaran la canonicidad del Pentateuco? Se lo pregunto porque por todas partes me encuentro que es seguro que sólo aceptaran esos cinco libros
- ¿cómo iban a aceptar la canonicidad del libro de Daniel si negaban la resurrección que está claramente implícita en Daniel? Es ilógico
Comenzando por lo segundo, no es en absoluto ilógico. Bien sabido es que en la historia de la interpretación bíblica diversos grupos han ignorado o reinterpretado porciones que no cuadraban con sus ideas. Un ejemplo manifiesto es el Targum de Isaías 53, un texto mesiánico que es reinterpretado o ignorado por el judaísmo tradicional hasta hoy. Es pues posible que el texto de Daniel 12:1-2 fuese tratado de igual forma por los saduceos.
En cuanto a que usted halle «por todas partes» que los saduceos sólo aceptasen la autoridad del Pentateuco en contra de lo afirmado con fundamento por Fred Bruce, le comento que cité este autor porque lo considero un excelente representante de la mejor erudición evangélica conservadora.
No sabemos mucho acerca de los saduceos, pero lo poco que sabemos indica que aceptaban las Escrituras pero rechazaban las tradiciones orales, al menos las de los fariseos, y se negaban a ponerlas como éstos al mismo nivel de aquéllas.
Existe además evidencia de que en el judaísmo siempre hubo un «canon dentro del canon»: la Torá siempre fue considerada suprema por encima de los Profetas y los Escritos, aunque estos dos últimos se considerasen asimismo Escritura. Esto se ve aún en ciertas reglas talmúdicas, como por ejemplo que es lícito vender un rollo de los Profetas o Escritos para comprar un rollo del Pentateuco, pero lo inverso no es permitido.
Ahora bien, ya que insiste le menciono «algunos más» que dice más o menos lo mismo que Bruce:
The Ecole Initiative (
http://cedar.evansville.edu/~ecoleweb/articles/sadducees.html )
En sus descripciones de las tres filosofías Josefo contrasta a los saduceos con los fariseos y los esenios ... Nota también que ... aceptan solamente las leyes escritas en contraste con las tradiciones de los fariseos.
James F. Driscoll, Sadducees (
The Catholic Encyclopedia, vol. 13)
Ellos rechazaban igualmente las tradiciones orales que los fariseos mantenían y enfatizaban como un suplemento divinamente ordenado a la ley escrita.
W.J. Moulder, Sadducees. En Geoffrey W. Bromiley (Ed.),
International Standard Bible Encyclopedia, Rev. Ed. Grand Rapids: W.B. Eerdmans, 1988; 4:279; negritas añadidas.
Josefo indicó que los saduceos bo le otorgaban autoridad vinculante a la ley oral porque «no está registrada en las leyes de Moisés» (Ant. XIII, 10:6 [297]). Los fariseos, en contraste, afirmaban que las ...«tradiciones de los ancianos» se remontaban hasta Moisés mismo y eran por tanto obligatorias. Hasta qué punto el rechazo saduceo de la tradición oral se extendía hasta la negación del status canónico de los Profetas y Escritos veterotestamentarios (como afirmaban varios Padres; por ejemplo Hipólito , Ref. IX,29; Orígenes Contra Celso 1,49; Jerónimo In Matt 22:31s...) es otro asunto, sin embargo, ya que
durante el período intertestamentario estos escritos eran considerados como Escrituras por todos los judíos. Ya que ni Josefo ni el NT dicen nada acerca de que los saduceos rechazasen estas porciones de la Escritura, la mayor parte de los eruditos modernos creen que los Padres estaban en un error.
R. Le Déaut, Los saduceos. En Augustin George y Pierre Grelot (Dir),
Introducción Crítica al Nuevo Testamento. Trad. J. Cabanes y M. Villanueva. Barcelona: Herder, 1983 1:159
Su actitud fundamental es una fidelidad al sentido literal de la escritura, el mantenimiento de la
sola Scriptura, frente a las tradiciones y a la ley oral de los fariseos ...
Los saduceos tenían sus tradiciones y su
halakha, que defendían tenazmente; pero nunca les dieron el mismo rango que la ley escrita.
Emil Schürer,
Historia del pueblo judío en tiempos de Jesús, 175 a.C.-135 d.C., Ed. Rev. Por Geza Vermes, Fergus Millar y Matthew Black. Trad. J. Valiente Malla. Madrid: Cristiandad, 1985; 1:530-531.
La opinión de numerosos Padres de la Iglesia de que los saduceos reconocían únicamente el Pentateuco y rechazaban los Profetas no cuenta apoyo alguno en Josefo y, en consecuencia, es considerada errónea por la mayor parte de los investigadores modernos [25].
Nota 25. Cf. Le Moyne,
op. cit., 358-359; es posible que tanto los fariseos como los saduceos estimaran que los profetas y los escritos tenían menor autoridad que la Torá...
Jetonius:
Otro tanto ocurre con los esenios. No se ha demostrado que tuviesen un canon particular.
Luis:
Pues, por ejemplo, los de Qumram rechazaban el libro de Ester, y aceptaban Jubileos. Lo que creo que está demostrado es que NO HABÍA un canon cerrado en el siglo I
Si la existencia de disidencias acerca del canon muestra que no estaba cerrado, cabe sostener con igual funadmento que aún no está cerrado hoy: Los cánones protestante, católico y los varios ortodoxos todavía difieren entre sí.
La evidencia de que los qumranitas «rechazaban» el libro de Esther (que por otra parte siempre anduvo cerca del margen del canon entre judíos y cristianos) es básicamente negativa: no se han encontrado fragmentos de este libro entre los manuscritos del Mar Muerto. Pero no hay ninguna declaración explícita al respecto.
Por otra parte, hay evidencia positiva de que los qumranitas consideraban a los libros de la Biblia hebrea como inspirados.
Además de existir manuscritos completos o fragmentarios de todos ellos excepto Esther, muchos de ellos (de las tres divisiones del Tánaj) son citados como «así fue escrito». De nuevo, la parte más citada es el Pentateuco, seguido por los Profetas y los Escritos, en ese orden.
En uno de los rollos, 4QMMT, se menciona una división tripartita como la que ya se encuentra en Jesús ben Sirá (Eclasiástico), Josefo, y el Nuevo Testamento: «en el libro de Moisés, en las palabras de los Profetas, y en David».
Los hombres de Qumran también escribieron comentarios (
pesharim) sobre diversos libros del Tánaj, como por ejemplo Isaías, Salmos, Oseas, Habacuc; pero no hay rastros de tales comentarios a libros apócrifos.
Finalmente, es cierto que los qumranitas tuvieron en gran estima libros peudoepigráficos como Jubileos, 1 Enoc y el Rollo del Templo; pero no es en absoluto claro que los tuviesen al mismo nivel que los libros canónicos. De todos modos, estos libros no figuran ni en el canon palestino ni en el católico.
La evidencia que he citado aquí y en mi mensaje previo (de mi discusión con Karolusin) sugiere que en el siglo I ya existía, si bien no por una decision oficial al estilo de Trento, un canon definido de libros sagrados. Si hubo discusiones, por cierto no fue para agregar nada a los libros ya considerados sagrados; y en definitiva, se sostuvo el consenso alcanzado probablemente ya en la época de los macabeos o poco después.
Jetonius:
De los judios de Alejandria, traje como testigo a don Filon, que escribio mucho pero nunca cita los apocrifos.
Luis:
Pues es como si le digo que yo le traigo como testigos a los autores de la LXX,
Grave error... Esto simplemente no es cierto.
Como usted sabe, Filón era un filósofo judío aproximadamente contemporáneo de Cristo que vivió precisamente en Alejandría (aprox. 20 a.C.-50 d.C.)y de hecho no empleó los deuterocanónicos/apócrifos.
La evidencia que puede presentarse a partir de la Septuaginta, por otra parte, no basta para demostrar un supuesto «canon alejandrino» más amplio que el palestino, por varias razones:
1. Excepto por algunos fragmentos, los manuscritos existentes de la Septuaginta son de origen cristiano. El más antiguo data de ca. 350 d.C., es decir, cinco siglos más tarde que la finalización de la traducción. Es simplemente imposible saber si las copias hebreas incluían los mismos libros que las copias cristianas. Según la
Encyclopedia Britannica, «Es igualmente posible que las adiciones a las Escrituras hebreas sean de origen cristiano».
2. En los diversos manuscritos existentes de la Septuaginta, los libros apócrifos incluidos varían en número y nombres. Por ejemplo, el manuscrito Vaticano no incluye Macabeos. El manuscrito Alejandrino incluye el apócrifo/pseudoepigráfico 1 Esdras, además de 3 y 4 Macabeos, y en el NT 1 y 2 Clemente. En el códice Sinaítico falta Baruj, considerado canónico por Trento, pero se incluye 4 Macabeos y, en el NT, la Epístola de Bernabé y el Pastor de Hermas. Existen otras variantes, que plantean cuántos libros apócrifos realmente incluía la Septuaginta original. Es perfectamente posible que no incluyese ninguno de ellos.
3. Durante el segundo siglo de nuestra era, y a partir de la apropiación de hecho de la Septuaginta por parte de los cristianos, los judíos de Alejandría adoptaron la versión de Aquila, hecha a partir del canon palestino y que manifiestamente no incluía los deuterocanónicos/apócrifos.
De haber existido diferencias acerca del canon, es improbable que los judíos alejandrinos hubiesen recibido esta versión sin más.
4. A esto debe sumársele el testimonio de Orígenes, que vivió en la misma ciudad y fue el máximo erudito bíblico preniceno, quien escribió «No se ha de ignorar que los libros testamentarios, tal como los han transmitido los hebreos, son veintidós, tantos como número de letras hay entre ellos». Cita la lista del canon palestino con sus nombres y añade: «Los [libros] de los Macabeos están fuera de estos» (Eusebio,
Historia Eclesiástica VI,25, 1-2).
Jetonius:
Por otra parte cite autores modernos que indican que probablemente el canon quedo consensado hacia la epoca de los macabeos, es decir, en la segunda mitad del siglo II a.C. A partir de alli, hubo ocasionalmente discusiones de si habia que excluir algun otro libro, nunca de incluir alguno hasta donde sabemos.
Luis:
El probablemente queda reducido a un "improbablemente" cuando vemos que cada secta judía (saduceos, fariseos, esenios, helenistas) tenía su propia visión de las cosas.
Creo que su jueguito de palabras queda reducido precisamente a eso cuando se examina la evidencia que he señalado.
Jetonius:
De modo que hasta donde puede emitirse un juicio historico cabe aceptar que en el siglo I existia sustancial acuerdo en todo el judaismo con respecto a la lista de libros considerados sagrados.
Luis:
Ni mucho menos.
Bien, que juzguen eso los lectores sobre la base de la evidencia que cada uno de nosotros ha presentado, o mejor dicho que he presentado yo. Usted se ha limitado a intentos de minar la abundante evidencia que incrimina seriamente a la Iglesia de Roma por establecer dogmática y arbitriamente un canon veterotestamentario sin un examen serio de los hechos. Lo comprendo, pero no le envidio la tarea.
Luis:
Lo que puede afirmarse sin ningún género de dudas es que sólo a partir de Jamnia se cerró el canon judío. Pero es que el judaísmo que nació de Jamnia no se le parece en nada al judaísmo del Segundo Templo, que es en el que se da el contexto de la obra de Cristo y el nacimiento de la Iglesia cristiana.
Ambas afirmaciones son falsas. En primer lugar, porque las discusiones de Jamnia en modo alguno modificaron el consenso ya existente; además, no se trataba de una decisión vinculante para todo el judaísmo cono catorce siglos más tarde lo quiso hacer Trento para los cristianos.
En segundo lugar, porque decir que el judaísmo talmúdico no se parecía «en nada» al judaísmo de la época del segundo templo es exagerado hasta como hipérbole. Es evidente que la riqueza y variedad del judaísmo del tiempo de Jesús se vieron empobrecidas con la desaparición de saduceos y esenios, y que el judaísmo hubo de adaptarse a una vida religiosa sin templo, pero de ahí a decir que no tenía «nada que ver»...
Si a eso le unimos que ni tan siquiera las disposiciones de Jamnia fueron aceptadas unánimemente por todos los judíos (por ejemplo, los etíopes), pues ya me contará a cuento de qué es vital la opinión judía para discernir cuál es el canon del Antiguo Testamento.
Con ese criterio, dada la existencia de varios cánones del AT en las Iglesias cristianas, ello significa entonces que hasta hoy no hay ninguna autoridad capaz de determinarla.
En cambio yo creo que la última palabra la tuvieron los hebreos, como enseñó el Apóstol Pablo:
¿Cuál es, entonces, la ventaja del judío? ¿O cuál es el beneficio de la circuncisión?
Grande, en todo sentido. En primer lugar, porque a ellos les han sido confiados los oráculos de Dios.
Poqrue desearía yo mismo ser anatema, separado de Cristo por amor a mis hermanos, mis parientes según la carne, que son israelitas, a quienes pertenece la adopción como hijos, y la gloria, y los pactos, la promulgación de la ley, el culto y las promesas, de quienes son los patriarcas, y de quienes, según la carne, procede el Cristo, el cual está sobre todas las cosas, Dios bendito por los siglos. Amén..
(Romanos 3:1-2; 9:3-5)
La última palabra en esto, como creo que en todo, la tuvo la Iglesia, y no me refiero necesariamente a Trento.
Bendiciones
Si no se refiere necesariamente a Trento, me pregunto a qué podrá referirse, porque en tal caso no está todavía dicha la última palabra y el canon del Antiguo Testamento no está aún cerrado, como lo muestran las diferencias entre los cánones católico, ortodoxos y protestante del AT. A este absurdo se llega cuando se cierra los ojos a la evidencia.
Bendiciones en Cristo,
Jetonius
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