La Providencia de Dios & Textus Receptus.

Espera Dante que todavia no me voy de este foro...

Prefiero ser "ignorante"... antes que se me tilde de "hipocrita".

Tengo 27 años... y trato con la ayuda que Dios me dá, a poder valerme de material en librerías evangélicas o editoriales... y lo que no, lo bajo de Internet que es mas barato...)
De todo tipo de material relacionado a la Biblia.(un poco de aqui otro de alla)
Procurando libros que exponen un tema y sus libros antagonicos al mismo.(tratar de ver las dos partes)

Quizá no sea profesor de Universidad como Jetonius, ni nunca pude hacer grandes viajes a traves del mundo, ni rodearme con eruditos de Harvard.

Soy un simple estudiante de teologia (esc teologia ALERTA BS AS - Argentina) y voy por el 2do año... y predico el evangelio en una pequeña obra local que anexo de la iglesia evangelica de la cual soy miembro.

Me llena de indignacióm ver tantos cambios en las Biblia de hoy. Y si aun tengo poco material del lo porqué... los cual pienso ir aprendiendo... solo se una cosa:

LA BIBLIA NO PUEDE CAMBIAR.(Lu 21:33)

Porque creer eso me significa creer que lo anterior no estaba acertado.

Si en mi Biblia RV1909 dice algo y luego la Versión popular dice otra distinta... yo le creo a la versión antigua!

POR ESO
Y te pido con toda humildad, que me des tu versión de textus receptus.

Si todo lo que he expuesto es inconsistente me siento a esperar a que nos muestres "tu consistencia" en lo que se refiere a este tema.

Ya que necesito aprender... SOY TODO OIDOS.
Enseñenos este tema por favor.

En Cristo:
ALEJANDRO.
 
Alejandro, por favor perdona si me apresuré a responder, pero es que no podía creer que dijeras que cerrabas este epígrafe así de pronto, y sin dar una respuesta a ninguna de mis preguntas.

No creo se trate de “ganar” una conversación, tu eres mi hermano en Cristo y no permitiré que nada nos separe de nuestro amor en Cristo.

En ningún momento he tratado de enseñar, sino más bien de comprender, y es en este sentido y en esta línea que te escribo.

De verdad que creo has leído poco sobre el tema, por lo menos esa es la impresión que me llevo. Pero no se trata de saber mucho, sino de poder mirar y examinar este tema con objetividad y sin prejuicios. Tus expresiones sobre los “críticos” están completamente erradas en cuanto a la crítica textual se refiere, y esto simplemente me entristece.

No comprendo que te aferres a una traducción de 1909, y rechaces las demás juzgando como idólatras sin escuchar antes a la otra parte.

Creo ir entendiendo tu sentir tras tus argumentos, pero creo sinceramente estas errado, y de verdad que esto no es malo, ni decir de vez en cuando, “esto no lo sé”, lo cual considero estupendo, pues muestra el sincero deseo de aprender y poder ver todos los ángulos de un mismo cuadro, con lo cual nuestra visión de los hechos se enriquece.

Alejandro, guarda un momento tu arma, y escucha, luego decide.

Una cosa es lo que te gustaría que fuese y otra distinta puede se la realidad de los hechos. La evidencia no está en conflicto con la Fe y con la Verdad, todo lo contrario, la evidencia respalda esta y le da fortaleza. En todo caso, las contradicciones si están en conflicto con la Fe, pues puede poner de manifiesto que esta no descansa sobre una base firme.

Si deseas iniciamos en serio una consideración respetuosa de la base sobre la cual se apoya nuestra confianza en la conservación de la Palabra de Dios, para ello hemos de poner sobre la mesa todo lo que tenemos sobre el tema, nos guste o no nos guste, y luego ir analizando la solidez de las razones que nos llevan a confiar plenamente en la dirección por parte de Dios en la conservación de Su propia Palabra.

Buscando información sobre el Textus Receptus he encontrado argumentos forzados para defender una posición débil, incluso sacando de contexto citas para defender lo indefendible, pareciendo que todo es válido para salvar una causa. Por poner dos ejemplos, he leido que ningún Padre de la Iglesia está en conflicto con el Textus Receptus, y por otro lado que para la preparación del textus receptus en el siglo XV se utilizó 5.000 manuscritos, la verdad es que no sé cual de las dos es mayor barbaridad que la otra. No puede apoyarse nuestra fe en la mentira.

Tu mismo haces ver que no sabes qué es exactamente el textus receptus, pues te has limitado a copiar y pegar y luego no sabes explicar lo que expones, en lugar de reconocerlo, acusas de “racionalismo”. Si uno no sabe una cosa, dígalo, no es malo, pero por favor, que no acuse para de alguna forma desviar la atención de su propio desconocimiento.

Bueno, si deseas de dejar de juzgar y en su lugar decides escuchar y examinar la realidad de la cuestión [pros y contras], dímelo, y empezamos.

Suyo en Cristo
Dante
 
Originalmente enviado por Timoteo:
Jetonius, dice usted:

"¿Quien, cuando y con que autoridad declaro "fiel" mas alla de toda correccion al "Textus Receptus"?"

Grave y peligrosa pregunta, la suya.


No veo para quién pueda resultar tan «grave y peligrosa». Lo pregunto honestamente, porque me he encontrado con hermanos que defienden esta tradición textual como si creer que el conjunto de ediciones conocidas como "Textus REceptus" posee alguna clase de particular imprimatur divino fuese un dogma de fe.

El problema no es la correcciòn de algunos versìculos, el problema es que usted y los revisionistas PONEN EN DUDA TODA LA BIBLIA!

En lo que a mí respecta, tal afirmación es tan gratuita como insultante.

Asì como para usted y otros, el Textus Receptus NO ES FIEL ni digno de confianza, TODAS las demàs versiones o traducciones TAMPOCO LO SERÀN, pues todas son suceptibles de tener otros errores aùn mìnimos.

Si usted se ha tomado el trabajo de leer lo que transcribí, o lo hace ahora, mi opinión coincide con la del difunto George Eldon Ladd. El Textus Receptus representó un avance extraordinario, y cumplió una función crucial en permitir la traducción de la Biblia a lenguas vernáculas a partir del siglo XVI.

Ello no significa en absoluto que sea el único ni el mejor texto del NT griego, y difícilmente podría serlo dada su pobre base textual.

Las implicaciones que cree descubrir son erróneas: no hace falta una absoluta perfección textual para que la gente crea en Jesucristo y tenga vida eterna.

Supongamos que tuviésemos un texto del NT idéntico a los autógrafos (originales), y además una traducción «perfecta» basada en tales manuscritos. Sin duda ello sería una gran bendición, pero tampoco aseguraría una perfecta comprensión por parte de quienes la lean.

En otras palabras, puede haber imperfecciones en la transmisión, proclamación, comprensión y puesta en práctica de las Sagradas Escrituras sin que ello signifique que el Evangelio no pueda ser proclamado y creído.

Es una exageraciòn decir que el Textus Receptus no es fiel.
Si adoptamos ese criterio, las Biblias Reina-Valera y otras, no son fieles ni confiables, como tampoco pueden considerarse Palabra de Dios para el que las lea.

El problema es que la palabra «fiel» tiene connotaciones morales y aun emocionales que no corresponden aquí. Aplicado a un texto, «fiel» puede ser reemplazado por «exacto». Si se requiriese absoluta exactitud para sostener la validez de un texto, dudo que quedase siquiera un libro en pie.

Por esa tronera abierta se infiltra el descrèdito a toda la Escritura sagrada.
Los traductores estàn por encima de las Escrituras, ellos tienen la ùltima palabra y autoridad.

Si con esto quiere decir que los traductores tienen no solo la posibilidad sino la obligación de determinar, ante la existencia de diversas tradiciones textuales, cuál de ellas representa mejor el original, diría que si así no fuera no podrian cumplir con su tarea.
Si por el contrario, quiere decir que los traductores caprichosamente deciden qué quieren creer, tal cosa sería obviamente censurable.


Igual criterio que el utilizado por el catolicismo romano para decir que su jerarquìa vaticana tiene autoridad por encima de esas sagradas Escrituras, porque supuestamente ellos las establecieron y dieron a la humanidad (!!!).

Ahora comete la falacia de insinuar «culpabilidad por asociación». La tarea de los críticos textuales no arranca de una petición de principio. Su tarea es precisamente establecer mediante procedimientos generalmente reconocidos, cuál texto se aproxima más al original.

Dios puede utilizar hasta un aparente error humano para establecer su voluntad a los hombres, recordemos el caso de Josè vendido por sus hermanos.
Recordemos tambièn el caso de Jacob transmitiendo la bendiciòn de primogenitura al hijo menor de Josè, y mucho antes, Jacob recibiendo "equivocadamente" esa misma primogenitura de Isaac.

Pueden haber errores humanos aùn en la escritura de los originales iniciales, pero la Biblia que tenemos hoy es la Palabra de Dios para nosotros, con autoridad por encima de cualquier hombre o instituciòn.

Gracias a Dios, que los supuestos errores, no alteran en lo màs mìnimo toda la doctrina fundamental del Evangelio cristiano.

Dios les bendiga. Timoteo.

Concuerdo con usted en que Dios puede utilizar errores humanos para sus gloriosos propósitos, pero eso no nos excusa en absoluto de perpetuar tales errores una vez que han sido identificados.

Por lo demás, disiento profundamente de su afirmación «Pueden haber errores humanos aùn en la escritura de los originales iniciales». Esto sí que no lo creo.

Bendiciones en Cristo,

Jetonius

<{{{><
 
Estimado Alejandro:

Aunque iba dirigido a Dante, no pude evitar hacer algunas observaciones.

Originalmente enviado por Alejandro Riff
A Dante: ACERCA DEL TEXTUS RECEPTUS:
EL ORIGEN
Casiodoro de Reina lo tradujo de un manuscrito conocido como "Texto Receptus," llamado también Texto Bizantino, que era reconocido generalmente como el texto manuscrito más fiel a los originales de los libros del N.T.

Este es un error garrafal. No hay ningún manuscrito griego que se denomine Textus Receptus ni corresponda exactamente con éste.

La denominación de Textus Receptus se le dio a una edición impresa originalmente en 1633 del Nuevo Testamento griego, cuyo texto no se corresponde exactamente con ningún manuscrito existente. Cabe notar que esta edición no había salido a la luz cuando Casiodoro completó su traducción.

Tampoco el Textus Receptus se corresponde con el texto llamado bizantino. Robert Waltz nota que:

Daniel B. Wallace cuenta 1838 diferencias entre el TR y el texto bizantino de Hodges y Farstad (ver Wallace, "The Majority Text Theory: History, Methods, and Critique," en Ehrman & Holmes, The Text of the New Testament in Contemporary Research, Studies & Documents, Eerdmans, 1995. La cifra es dada en la nota 28 de la página 302.) Esto, debiera notarse, es un número mayor que el número de diferencias entre los textos de Sociedades Bíblicas Unidas, Bover y Merk –aun cuando estas tres ediciones son todas eclécticas y se basan en gran medida en el tipo de texto alejandrino, el cual es mucho más diverso que el tipo de texto bizantino.
(The Textus Receptus, http://www.skypoint.com/~waltzmn/TR.html
Pablo Besson, misionero suizo muy documentado en esta materia, afirma que el Texto Receptus sirvió de base para traducir el N.T. de la versión llamada Peshitta. Esta versión fue hecha alrededor del año 170 de la era actual. Este dato envuelve extraordinaria importancia en lo que se refiere a nuestra confianza en la versión Reina-Valera. (CONSPIRACIÓN CONTRA LAS SAGRADAS ESCRITURAS FERNÁNDEZ – VIDAL MANZANARES)

Con todo respeto por el erudito Rev. Besson (o más bien por Fernández y Vidal Manzanares, que lo citan sin dar la referencia), esto es un error. Lo que se produjo hacia 170 fue el Diatessaron (=armonía de cuatro) de Taciano el Sirio, un discípulo de Justino Mártir. Esta obra era una compilación y armonización de los cuatro Evangelios canónicos que se hizo en extremo popular entre los cristianos sirios, tanto que pasó mucho tiempo antes de que aceptasen «el Evangelio de los Separados», como llamaban a los cuatro Evangelios tal como los conocemos nosotros.

Existe una confusión con respecto a la versión siríaca llamada Peshitta (simple o común). La mayoría de los expertos concuerdan en que la parte de la traducción que corresponde al Antiguo Testamento data del siglo II, si no de fines del siglo I. Esta traducción fue hecha de manera gradual y por diferentes personas, como lo muestran los diversos estilos de traducción; por ejemplo, muy literal en Job, más libre en Isaías y los Profetas menores, y aproximándose al Targum o paráfrasis en el Pentateuco, y Ezekiel.

Ahora bien, con respecto al Nuevo Testamento la situación es diferente. El manuscrito más antiguo conservado (el Evangelio de Lucas, manuscrito París Sir. 296) data de 463 ó 464. Al parecer constituye una revisión de la Antigua Versión Siríaca, que circulaba en diversas recensiones.

En el Nuevo Testamento de la Peshitta la revisión se llevó a cabo sobre la base del texto griego conocido en Antioquía. Dicho texto griego surge en la historia alrededor de 350, en escritores como los Capadocios, Juan Crisóstomo y Teodoreto de Ciro, todos ellos vinculados con la Iglesia de Antioquía. Esta influencia es más manifiesta en los Evangelios, mientras que Hechos muestra coincidencias con el tipo de texto occidental.
Ya que el texto griego de Antioquía corresponde al tipo bizantino, no es de extrañar el parentesco del NT de la Peshitta[/] con las ediciones del NT impresas a partir del siglo XVI, que se basaron en el mismo tipo de texto. Pero esto mismo implica que la propia Peshitta no puede ser anterior al texto griego sobre el cual fue revisada. Tampoco puede ser posterior a fines del siglo IV, ya que al principio el NT de la Peshitta no incluía 2 Pedro, 2 y 3 Juan, Judas ni Apocalipsis, libros que a partir del siglo V fueron generalmente aceptados.

En estas afirmaciones sobre el NT de la Peshitta coinciden las siguientes fuentes>

Hyllier y Douglas, Nuevo Diccionario Bíblico
Geoffrey Bromiley, International Standard Bible Encyclopedia
Bruce M. Metzger, The text of the New Testament
Julio Trebolle Barrera, La Biblia judía y la Biblia cristiana
Frank E. Gaebelin, Expositor’s Bible Commentary (vol. 1)

EL NOMBRE
Texto Bizantino, T.Imperial, T.Tradicional, T.de la Reforma y T. Mayoritario. Éstos culminan en el Textus Receptus, el nombre más común que se le dio al texto universal del Nuevo Testamento a partir de finales del siglo XVI.

Dar todos estos nombres –incluidos algunos que parecen títulos honoríficos- como si fueran sinónimos es crear confusión. Como dije antes, el Textus Receptus muestra muchas diferencias (más de 1800) con el texto de tipo bizantino de la edición de Hodges y Farstad.

[
Durante los primeros siglos del cristianismo se desató una horrorosa persecución contra los cristianos que duró hasta la llegada de Constantino en el siglo IV. En el año 303 el emperador romano Diocleciano decretó la destrucción de todos los libros cristianos. Quien no entregara a las autoridades todos los escritos sagrados era condenado a muerte. Debido a las persecuciones de los primeros siglos hoy se conservan solamente algunos pocos fragmentos del NT que datan de antes del siglo IV.


Pero fíjese que la biblioteca de Cesarea se conservó hasta el siglo VII, cuando fue destruida por los musulmanes. Además hay importantes colecciones de papiros, sin contar con las citas patrísticas, que prácticamente permitirían reconstruir el NT.

Satanás se valió de la dificultad que tuvieron que afrontar los cristianos de los primeros siglos y de la gran difusión de la filosofía griega para desorientar y confundir a muchos. Wilkinson nos dice que el primer editor del Textus Receptus fue Luciano de Antioquía, en el siglo III, quien sacó a muchos de la incertidumbre en que se hallaban por causa de las ediciones y comentarios bíblicos del filósofo Orígenes.

Es una vergüenza que se hable así de Orígenes, quien, más allá de sus especulaciones teológicas y su alegorismo, dedicó buena parte de su vida a establecer el texto bíblico más exacto.

Luciano de Antioquía (muerto en 312) realizó, efectivamente, una revisión del texto griego de los Evangelios que es antecesor del texto llamado bizantino, que, insisto una vez más, no es lo mismo que el Textus Receptus.


Ya en la edad media, en el año 1516 se imprimió el NT en griego editado por Erasmo. Y a partir de las ediciones de Beza y Roberto Estienne, 1550 y 1633 respectivamente, comenzó a llamársele Textus Receptus o texto recibido al texto del NT que coincidía, a decir de David Otis Fuller, en más del 90% con todos los manuscritos del NT conocidos hasta entonces. (Cual es la verdadera palabra de Dios? Arturo Mondéjar)

Se considera que la Edad Media concluye en el siglo XV; 1516 corresponde al siguiente. La razón por la que la mayoría de los manuscritos entonces conocidos correspondiese al texto bizantino la he explicado antes en otro mensaje: luego de las invasiones islámicas prácticamente el único lugar donde se continuó empleando el NT griego fue precisamente en Bizancio; de allí la profusión de copias de ese tipo de texto.

Con respecto a la edición de Erasmo, cito nuevamente a Waltz:

Erasmo, teniendo poco tiempo para preparar su edición, pudo examinar solamente los manuscritos que tenía a mano. Su apuro fue tan grande, de hecho, que ni siquiera escribió nuevas copias para el impresor; más bien tomó manuscritos existentes, los corrigió, y envió esos al impresor (las correcciones de Erasmo son aún visibles en el manuscrito 2).

Tampoco fueron particularmente valiosos los manuscritos a su disposición. Para el texto básico escogió 2e, 2ap, and 1r. Además pudo consultar 1eap, 4ap, y 7p. De estos, sólo 1eap tenía un texto independiente de la tradición bizantina – y Erasmo lo empleó relativamente poco debido a la supuesta «corrupción» de su texto. Erasmo también consultó la Vulgata, pero sólo de unos pocos manuscritos tardíos.

Aun quienes favorecen el Texto Bizantino no pueden estar demasiado impresionados con la elección de manuscritos de Erasmo; todos ellos son bastante tardíos:

Manuscrito Fecha Clasificación de von Soden (en términos modernos)

1eap Siglo XII e: familia 1, ap: Ia3
1r Siglo XII Andreas
2e Siglos XII/XIII Kx (Wisse inorma Kmix/Kx)
2ap Siglo XII Ibl
4ap XV
7ap XI/XII Opi18


No solamente es 1r un manuscrito Andreas más que puramente bizantino, sino que está escrito de tal modo que Erasmo no siempre podía discernir el texto del comentario y basó su lectura en la Vulgata. Además, 1r carece de los últimos seis versículos del Apocalipsis. Para completar el texto, Erasmo hizo su propia traducción griega a partir del latín. Él admitió haberlo hecho, pero el resultado fue un texto griego con lecturas que no se hallan en ningún manuscrito griego / pero que fueron retenidas fielmente durante siglos de ediciones del TR. Esto incluía hasta ciertas lecturas que no eran siquiera correcto griego (Scrivener ofrece como ejemplo Apocalipsis 17:4 , AKATHARTETOS).

El resultado es un texto que, aunque claramente bizantino, no es un representante bueno o puro de tal forma.
[QUOTE}
Discurrir sobre manuscritos e historia es interminable. (mucho pintan los hechos de una forma y otros de otra.)
En que fuentes creer va a depender de una cuestión de fe.
Va mas alla de "una cuestión de evidencias".
Si no se tiene fe en la "preservacion" tampoco se la tiene en "la infalibilidad".
Y...
Ro 14:23..todo lo que no es de fe, es pecado.
Lo cual me lleva a preguntar nuevamente a los foristas:

Creen uds, en la infalibilidad de la Palabra de Dios en su forma plenaria y verbal.?
O será que creen solo en la infabilidad plenaria?
ALEJANDRO

Plenaria y verbal; pero esto se aplica estrictamente sólo a los originales, por lo cual es tanto más importante establecer un texto bíblico lo más próximo a ellos.
El hecho de que unos «pinten» los hechos de una forma y otros de otra, no implica que debamos renunciar a nuestro propio juicio crítico.
No entiendo a qué viene aquí Romanos 14:23 ¿podría ser más explícito?


Bendiciones en Cristo,

Jetonius

<{{{><
 
Originalmente enviado por Timoteo:
...snip...

Jetonius dice algo errado que confunde:

"Las dos primeras ediciones impresas del Nuevo Testamento griego fueron producidas por católicos, a saber, Desiderio Erasmo de Rotterdam y el Cardenal Francisco Ximenes de Cisneros"

Desiderio Erasmo de Rotterdam no puede considerarse exponente fiel u oficial del catolicismo romano.
Tanto màs, cuanto su filosofìa humanìstica se considera una de las detonantes de la Reforma cristiana.

Dios les bendiga. Timoteo.

Estimado Timoteo:

Estoy empezando a enfadarme de que tergiverse lo que escribo con el objeto de criticarlo.

Usted afirma que yo dije algo errado que confunde, y el supuesto error consiste según usted en que Erasmo no puede considerarse un exponente fiel u oficial del catolicismo romano.

Pues bien, señor, yo en ningún momento dije que Erasmo fuese un representante oficial de la Iglesia de Roma.

Solamente dije, y lo reafirmo, que era católico y agrego ahora que murió católico.

Fue ordenado sacerdote en 1492. Estudió en París y en Inglaterra, donde luego fue nombrado profesor de griego y teología en Cambridge. En 1516 aceptó una invitación de Carlos V, y al año siguiente fue liberado de sus obligaciones para con su monasterio por un breve papal, y en 1521 se estableció en Basilea.
Precisamente cuando la Reforma se introdujo en Basilea, Erasmo huyó a Friburgo de Breisgau donde permaneció hasta 1535. Falleció en Basilea mientras supervisaba la impresión de su edición de las obras de Orígenes, al año siguiente.
Es cierto que las críticas de Erasmo del monasticismo y la corrupción de la Iglesia contribuyeron a allanar el camino de al Reforma, pero, como dice el Oxford Dictionary of the Christian Church, "su carácter erudito, que aborrecía la violencia y buscaba la tranquilidad, le impidió unirse a los protestantes, y le arrojó de vuelta a la tradición de la Iglesia como salvaguarda de la estabilidad."

Leruego que en lo sucesivo lea bien lo que digo antes de lanzarse a criticarlo.

Bendiciones en Cristo,

Jetonius

<{{{><
 
Originalmente enviado por Alejandro Riff:
Estimado Jetonius:

Que tu no te rodees de "literatura fundamental"... no es mi culpa.
(pues parece que yo hablara cosas de mi propia invención... y no es así)

No estoy seguro de a qué llamas "literatura fundamental".
Por otra parte, no he dicho que inventases nada.

Quizás tengas que oir esta otra campana:
Te paso el link, y tambien les aconsejo a los demas foristas que lean los articulos del mismo.
http://amen.net/lb/articulos/articulosendefensa.htm

Sobre todo en el articulo, CONSPIRACION CONTRA LAS SANTAS ESCRITURAS, podrán encontrar todo el tema referente, a los manuscritos, Wescott y Hort,Biblias modernas etc)

Perdón, querido hermano, pero ¿quién te ha dicho que no he escuchado las otras campanas (hay varias)?

He aquí lo que escribí a otro forista hace algunos meses sobre la desafortunada obra de Fernández y Vidal Manzanares:

Dice Domingo Fernández en “Conspiración contra las Sagradas Escrituras”, primera parte:

Tenemos la firme convicción de que estamos en los tiempos del fin de la dispensación de la gracia, y que la Venida del Señor está muy cerca. La apostasía se está manifestando en todo el mundo y en todas las esferas religiosas de todas las denominaciones llamadas cristianas. Estamos en presencia de dos tendencias, dos criterios, dos esferas, dos bandos, dos líneas de batalla. En una línea se sitúan los llamados "liberales" o apóstatas que, de un modo consciente o inconsciente, pretenden socavar los fundamentos de nuestra fe en las Sagradas Escrituras. Dicen que la Biblia tiene errores e interpolaciones. Pretenden modificar el criterio que ha prevalecido en la esfera de los hombres de fe por espacio de 3,500 años. Afirman que la mayoría de los libros del A.T. no fueron escritos por los hombres cuyos nombres aparecen encabezando los libros en cuestión. Ni tampoco en las fechas que tradicionalmente se ha creído.
En la línea o trinchera opuesta nos situamos los que creemos en la inspiración de las Sagradas Escrituras. Los que afirmamos que la Biblia no tiene errores. Los que mantenemos el criterio de que Moisés escribió los libros que llevan su nombre: Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio, y que el libro de Isaías lo escribió Isaías, y el de Daniel, lo escribió Daniel.
Con el correr de los días se va acentuando la división en la esfera del cristianismo entre "liberales" y "conservadores", entre apóstatas y ortodoxos. Los primeros, se aprestan para el ataque, los segundos, para la defensa.”


(Jetonius) Como puede verse, el Rev. Fernández polariza la situación hasta reducirla a dos bandos: ora se es liberal o apóstata, ora se es conservador u ortodoxo. Esta forma de plantear las cosas, de claro corte maniqueo, en lugar de contribuir a una discusión abierta, serena y responsable, enciende las pasiones y ofusca las cuestiones en debate. La descalificación de los oponentes mediante la adhesión anticipada de una etiqueta tal como “apóstata” hace imposible un diálogo. Tal vez sea un recurso retórico eficaz, pero no es leal ni justo.
El autor descarta de antemano que pueda existir ortodoxia al tiempo que se aceptan los resultados de la mejor erudición bíblica contemporánea. Ignora o confunde deliberadamente lo que se denomina “alta crítica”, con sus hipótesis insustanciadas acerca, por ejemplo, del origen y autoría del Pentateuco, con la crítica textual (“baja crítica&#8221 ;) que simplemente trata de establecer, mediante criterios consensados con base científica, el texto bíblico más cercano a los originales.
Manifiesta su obvia ignorancia de la historia de la desdichada “alta crítica” al afirmar que todo empezó con Wellhausen, lo cual es simplemente incorrecto. Wellhausen no fue sino un eslabón destacado en una cadena de eruditos que cuestionaron las creencias tradicionales acerca de la composición de la Biblia. Y cabe agregar que sus hipótesis nunca recibieron aceptación general y hoy se encuentran bajo serios cuestionamientos.
En lugar de establecer clara y precisamente los hechos, lo que hace es presentar una hipótesis de conspiración, que no logra demostrar pero que arroja un manto de sospecha sobre hermanos que nada han hecho para merecerlo.

“Si nuestra percepción no nos engaña, estamos en presencia de una especie de conspiración en contra de la versión Reina-Valera. Parece que uno de los objetivos del "liberalismo" religioso es la eliminación de la mencionada versión que, por ser palabra de Dios, constituye el bastión de nuestra fe evangélica.”

(Jetonius) A mi entender aquí hay un triple error. Por un lado el autor “percibe” una conspiración contra la Reina-Valera (que a juzgar por el título de la obra, sería equivalente a una conspiración contra la Biblia misma). Por otro lado, da a entender que todo aquel que aspira a una nueva versión de la Biblia de hecho se alinea con los apóstatas. En tercer lugar, hace depender nuestra fe evangélica de una traducción determinada. Que los testigos de Jehová hagan esto con su infame “Traducción del Nuevo Mundo” es comprensible. Que lo haga un pastor evangélico es inconcebible.


“Reina-Valera fue buena por espacio de 400 años; pero ahora, de la noche a la mañana, los "liberales" dicen que se ha vuelto mala, indigna de confianza, y que debe ser sustituida por otra versión de factura "liberal" (Lo de factura "liberal" es nuestra apreciación). Y pasaremos a analizar y razonar algunos aspectos de la cuestión.”

(Jetonius) Con estas palabras se desalienta toda crítica de la Reina-Valera, ya que constituye ipso facto pecado de apostasía (ya que para el autor es sinónimo de liberalismo). Además exagera las cosas, pues aún muchos de los que creemos que la RV es una muy buena versión vemos con agrado que se preparen nuevas traducciones. Además, el autor está tan prejuiciado que admite y justifica la modernización del lenguaje con el mismo empeño que pone en censurar nuevas versiones. En lo que a mí concierne concuerdo con lo que los traductores de la King James (Authorized) Version de 1611 escribieron en el prólogo, y que todos los fanáticos de esta versión harían bien en leer con cuidado (negritas añadidas):

Afirmamos y declaramos que la más pobre traducción de la Biblia en inglés ... contiene la Palabra de Dios, más aún, es la Palabra de Dios. Aunque no sea interpretada por cada traductor con igual gracia, el discurso del Rey es aún el discurso del Rey; no hay causa, por tanto, por la cual haya de negarse que la Palabra traducida sea la Palabra, o de prohibirse su empleo, a pesar de que algunas imperfecciones y manchas puedan notarse en la traducción. La variedad de traducciones es provechosa para hallar el sentido de las Escrituras .”

Sigue Fernández:

“Y en cuanto al N.T., Casiodoro de Reina lo tradujo de un manuscrito conocido como "Texto Receptus", llamado también Texto Bizantino, que era reconocido generalmente como el texto manuscrito más fiel a los originales de los libros del N.T.”

(Jetonius) Aquí el autor comete el error garrafal de afirmar que el Textus Receptus es “un manuscrito” y que es igual al texto llamado bizantino. Es cierto que hay un parentesco, pero no son lo mismo. Por lo demás, se le llamó “Textus Receptus” a una edición impresa del NT griego, no a un manuscrito en particular. Se sabe que estas primeras ediciones impresas se prepararon a partir de manuscritos griegos tardíos.


“Pablo Besson, misionero suizo muy documentado en esta materia, afirma que el Texto Receptus sirvió de base para traducir el N.T. de la versión llamada Peshitta. Esta versión fue hecha alrededor del año 170 de la era actual. Este dato envuelve extraordinaria importancia en lo que se refiere a nuestra confianza en la versión Reina-Valera. A la versión Peshitta siguieron la Itala, la Vulgata y otras, traducidas todas del Texto Receptus. San Jerónimo tradujo la versión Vulgata, que vino a ser la versión oficial de la Iglesia Católica, entre los años 382 al 400 d.C.”

(Jetonius) Con todo respeto por el ilustre bautista que fue Pablo Besson, hoy pocos comparten esta opinión. La Peshitta es mucho más tardía de lo que él pensaba , probablemente unos dos siglos, es decir prácticamente contemporánea de la Vulgata, otra traducción a la cual apela el


Rev. Fernández.
“¿Qué pretenden los que insisten en que Reina-Valera no es digna de confianza porque contiene, según ellos, pasajes espurios o añadidos? Sí, señores, ¿qué pretenden? Pretenden socavar la confianza en nuestra versión. ¿A quién sirven los que se empeñan en destruir la credibilidad y la confianza en la versión que ha circulado en los pueblos de habla castellana en los últimos 200 años? Estamos seguros de que no sirven a Dios. Supongamos que un cristiano recién convertido escuche a uno de esos críticos; ¿qué pensará de la Biblia? ¿Qué resuelve el machacar que la versión Reina-Valera tiene interpolaciones y errores?.”


(Jetonius) Negarse a ver la realidad no ayuda a mejorarla, como tampoco las acusaciones “al bulto”. Llega a afirmar osadamente “Estamos seguros de que no sirven a Dios” . En cuanto a su llamado a no escandalizar a los recién convertidos, no se les presta ningún servicio ocultándoles información. En mi experiencia personal, cuando un recién convertido me ha pedido consejo sobre qué versión usar y he discutido con él los pros y contras de las diferentes versiones disponibles, ni se ha escandalizado ni se ha tornado apóstata. Poseer un texto bíblico lo más confiable posible es un requisito importante para un estudio serio de la Palabra.

A continuación le envío una compilación y algún comentario sobre Westcott y Hort de fuentes confiables. Algunos enemigos de su obra han construido, mayormente sobre la base de citas fuera de contexto y de las especulaciones teológicas de estos hombres, un caso aparentemente impresionante en contra de su integridad y en favor de su presunto ocultismo.
Con todo respeto hacia Vidal Manzanares, es mi impresión que en su defensa del "Textus Receptus" él se ha dejado llevar por tales exageraciones y calumnias sin analizar debidamente la evidencia.
Como testimonio personal, le diré que la obra de Westcott sobre la historia del canon bíblico (The Bible in the Church) continúa siendo, a más de un siglo de su publicación, una excelente fuente de información sobre el tema.


Oxford Dictionary of the Christian Church
Edited by F.L. Cross
London: Oxford University Press, 1958.
LIGHTFOOT, Joseph Barber (1828-1889), Obispo de Durham. Fue educado en la Escuela del Rey Eduardo, en Birmingham, donde estuvo bajo la fuerte influencia de James Prince Lee (1804-1869) e inició una amistad de toda la vida con E.W. Benson. En 1847 ingresó al Trinity College de Cambridge, donde fue un alumno privado de B.F. Westcott y en 1852 fue elegido Miembro. Fue ordenado diácono en 1854 y sacerdote en 1858, en ambos casos por J.P. Lee (Obispo de Manchester desde 1847). Tornándose tutor del Trinity College en 1857, hizo de temas clásicos y bíblicos su principal interés y fue uno de los fundadores y directores del Journal of Classical and Sacred Philology (Marzo 1854- Diciembre 1859). En 1861 sucedió a C.J. Ellicott como Profesor Hulsean de teología, siendo sus conferencias sobre el NT la base de sus posteriores comentarios. En 1871 fue nombrado Canónigo de San Pablo y en 1875 Profesor Lady Margaret de teología en Cambridge. De 1870 a 1880 fue también uno de los principales miembros de la Compañía de Revisores del NT. Habiendo aceptado con gran vacilación la sede de Durham (1879), demostró allí ser un administrador notablemente exitoso, hizo mucho por el embellecimiento del castillo Auckland y personalmente entrenó para el sacerdocio a muchos hombres promisorios.
La excelencia del trabajo crítico de Lightfoot en el NT y los Padres, el cual desde el principio ganó la más alta estima en [Gran] Bretaña y más allá, ha resistido la prueba del tiempo. Su primer estudio importante, ‘Ediciones recientes de las Epístolas de san Pablo’ [Recent editions of St. Paul’s Epistles’] en el Journal of Classical and Sacred Philology de marzo de 1856, fue una crítica de las obras de A.P. Stanley y B. Jowett. Siguieron sus famosos comentarios en las Epístolas de san Pablo – Gálatas (1865), Filipenses (1868), y Colosenses con Filemón (1875). Todos estaban caracterizados por una amplia y original erudición clásica y patrística, una presentación lúcida, una libertad de tecnicismos y una vitación de controversias sectoriales; especialmente notables fueron sus largas disertaciones, por ejemplo el bien conocido ensayo sobre ‘El ministerio cristiano’ en Filipenses. Las mismas cualidades caracterizaron su obra sobre los Padres Apostólicos, la cual quizá mostró un dominio aún mayor de saber y técnica. Su primera edición de Clemente de Roma apareció en 1869 (apéndice en 1877), y en 1890 una segunda y más extensa revisada a la luz del texto completo recientemente recobrado. Siguió en 1885 su famoso Ignacio [de Antioquía] (2 vols. en 3, 1885; 2ª Ed., 1889), el cual finalmente eliminó el argumento de W. Cureton de que sólo las tres epístolas de la recensión siríaca eran genuinas. Sus otros escritos incluyeron Una Nueva Revisión del Nuevo Testamento [A Fresh Revision of the New Testament] (1871), el valioso artículo ‘Eusebio de Cesarea’ en el Diccionario de Biografía Cristiana [Dictionary of Christian Biography] (vol. 2, 1880), Líderes de la Iglesia Norteña [Leaders of the Northern Church] (1890), y varios volúmenes de sermones.
Bibliografía. Breve relato (atribuido a H.W. Watkins) en Quarterly Review, 176 (1893), pp. 73-105, reimpresa por separado, con una nota de prefacio por B.F. Westcott (Londres 1894). G.R. Eden - F.C. Macdonald (Eds.), Lightfoot de Durham – Memorias y Valoraciones [Lightfoot of Durham – Memoirs and Appreciations] (1932). A.C. Benson, Las Hojas del Arbol [The Leaves of the Tree ] (1911), pp. 187-211. F.J. A. Hort en Dictionary of National Biography, 33 (1893), pp. 232-240.
Oxford Dictionary of the Christian Church
Edited by F.L. Cross
London: Oxford University Press, 1958.
HORT, Fenton John Anthony (1828-1892), erudito en NT. Educado en Rugby bajo T. Arnold y A.C. Tait, y en el Trinity College de Cambridge, fue desde 1852 a 1857 un miembro (Fellow) de su Colegio, de 1857 a 1872 responsable de una parroquia cerca de Hitchin, y de 1872 hasta su muerte [estuvo] de vuelta en Cambridge, donde se desempeñó en varios cargos docentes. En sus años iniciales en Cambridge inició una amistad y colaboración vitalicias con E.W. Benson, J.B. Lightfoot, y B.F. Westcott, y también llegó a ser influenciado por F.D. Maurice, C. Kingsley, Tom Hughes, y otros, con cuyos esfuerzos sociales simpatizaba. Su intención original era publicar comentarios en gran escala de los Evangelios, Hechos y algunas de las Epístolas Universales; pero la mayor parte de sus energías fueron de hecho derivadas hacia el texto griego del NT, en el cual trabajó, conjuntamente con Westcott, casi continuamente desde 1852 hasta su publicación en 1881. Su trabajo en este campo, resumido en su excelente ‘Introducción’ al NT de Westcott y Hort, fue notable por la precisión y sobriedad de sus juicios. Su estilo algo difícil, combinado con una modestia que a menudo oculta la amplitud del saber de su escritor, puede hasta disimular su distinción y erudición a aquéllos que la manipulan por vez primera. De primordial importancia fueron también sus Dos Disertaciones [Two Dissertations] (1876) sobre Monogenës Theos [Dios Unigénito] y el Credo Niceno-Constantinopolitano; y muy característico su (póstumos) Cristiandad Judaística [Judaistic Christianity] (1894) y La Iglesia Cristiana [The Christian Ecclesia] (1897). Hort tenía asimismo amplios y constructivos intereses en teología, especialmente en sus relaciones con las ciencias naturales, pero estos hallaron escasa expresión escrita.
Bibliografía. Vida y Cartas [Life and Letters], ed. Arthur Fenton Hort, hijo (2 vols., Londres-Nueva York, 1896); revisión completa de su obra, con valoración de Hort, por W. Sanday en American Journal of Theology, 1 (1897), pp. 95-117; valoraciones adicionales de Hort por T.B. Strong en Journal of Theological Studies, 1 (1900), pp. 370-396. H.E. Ryle en Dictionary of National Biography, Suppl. 2 (1901), pp. 443-447.
Stephen Neill: La interpretación del Nuevo Testamento (Trad. Cast. José Luis Lana; Barcelona: Edicions 62, 1967; original Oxford University Press, 1964, p. 91s, 94s).
... aunque se había realizado un gran progreso, nadie había expuesto en términos claros lo que es realmente la crítica textual, cómo debe proceder el crítico de los textos, y qué es exactamente lo que puede esperar alcanzar. Éste fue el vacío que Hort se propuso llenar; y el estudio de los textos del Nuevo Testamento le brindó exactamente el material sobre cuya base fuera posible proceder a la formulación de un método genuinamente científico de la crítica textual.
Uno de los problemas es que realizó su trabajo demasiado bien. En cincuenta y tres páginas de la introducción al The New Testament in Greek (El Nuevo Testamento en griego), publicado en 1882, Hort expuso una teoría y ciencia completas de la crítica textual. No se había escrito nada parecido en ninguna lengua. Nada de valor comparable se escribiría hasta que A.E. Housman publicara en 1903 su célebre Prefacio a Manilius, una obra de un carácter muy distinto, avivada por el humor característico y mordaz del autor. Y, de hecho, la obra nunca ha tenido que ser rehecha exactamente en la misma forma. La postura de Hort es definitiva; sus principios han sido aceptados tan generalmente que pocos estudiantes se molestan en leer la obra original en que fueron expuestos por primera vez. Los cánones de la crítica establecidos por Hort han pasado a todos los manuales sobre el tema, y a toda introducción al Nuevo Testamento, con frecuencia sin reconocimiento. Ningún experto en su sano juicio pensaría hoy día intentar el trabajo de la crítica textual en unos principios distintos a éstos; pero quizá no se dé cuenta de quién es la persona a quien debe tributar su gratitud.
Estas inapreciables cincuenta páginas fueron escritas en una prosa fría, juiciosa, perfectamente lúcida; tan ordenada, tan íntimamente conexa, tan exenta de adornos, tan concentrada, que son casi imposibles de compendiar o resumir, y casi podría citarse cualquier pasaje como ilustración del tono y el método del conjunto.
... Los alemanes no siempre tienen una opinión elevada de la investigación británica; pero fue un alemán quien escribió de Hort que:
«fue un gran hombre, y en todo momento un hombre entero, estuviera curando niños que sufrían de escarlatina en su parroquia rura, o bien ocupado con la traducción de Platón, o descubriendo y describiendo alguna planta nueva, o recuperando alguna olvidada expresión de un padre de la Iglesia, o sentado en su estudio luchando con el problema de la transmisión de un texto, o de pie en la cumbre del Matterhorn ocupado en identificar las montañas circundantes ... Fue un estudiante de las cosas y las personas que Dios ha creado; y en su estudio olvidó una sola cosa: a sí mismo.» [Caspar René Gregory en Realencyklopädie für protestantiche Theologie und Kirche, 1900, vol. VIII, p. 370).

Oxford Dictionary of the Christian Church
Edited by F.L. Cross
London: Oxford University Press, 1958.
WESTCOTT, Brooke Foss (1825-1901), Obispo de Durham. Fue educado en la Escuela del Rey Eduardo VI en Birmingham bajo J. Prince Lee, donde se hizo amigo vitalicio de J.B. Lightfoot y E.W. Benson, y en el Trinity College de Cambridge. Ordenado en 1851, en 1852 devino director asistente de Harrow, bajo C.J. Vaughan, donde publicó una serie de trabajos teológicos, incluyendo la primera edición de su History of the New Testament Canon [Historia del Canon del Nuevo Testamento] (1855), la Introduction to the Study of the Gospels [Introducción al Estudio de los Evangelios] (1860) y una History of the English Bible [Historia de la Biblia Inglesa] (1868). En 1869 dejó Harrow por una canonía residente en la catedral de Peterborough, la cual retuvo cuando, en 1870, fue elegido Profesor Regius de teología en Cambridge. Aquí preparó junto con F.J.A. Hort la celebrada edición crítica del NT griego, publicada en 1881. Esto fue seguido por sus tres grandes comentarios sobre el Evangelio de san Juan (1881), sobre las Epístolas de san Juan (1883), y sobre la Epístola a los Hebreos (1889), el fruto de sus conferencias de Cambridge. Al mismo tiempo dedico mucha de su energía al entrenamiento de sus estudiantes y a alentar las misiones; la Escuela de Cambridge para Entrenamiento Clerical (hoy Casa Westcott) y la Misión Cambridge a Delhi le deben su existencia a su inspiración y dirección. En 1890 fue consagrado Obispo de Durham, donde hizo de los problemas sociales su especial preocupación, siendo uno de sus esfuerzos más exitosos su mediación en la huelga del carbón de 1892. En el mismo año publicó su trabajo doctrinal El Evangelio de la Vida [The Gospel of Life], el cual fue seguido por varios volúmenes de sermones y discursos compilados, entre ellos La encarnación y la vida común [The Incarnation and Common Life] (1893) y Aspectos Cristianos de la Vida [Christians Aspects of Life] (1897).
La fama de Westcott como erudito descansa mayormente en su edición del NT y en sus grandes comentarios. La primera ha sido reconocida como fundamental tanto por teólogos ingleses como continentales. Si [bien] él no estaba dotado con el extraordinario discernimiento de Hort en este campo, su parte en la obra fue probablemente igual a la de su colaborador. Sus comentarios siguen las opiniones tradicionales con respecto a autoría y fecha. A pesar de una marcada inclinación a distinciones demasiado sutiles, son especialmente estimados por su penetrante perspicacia en el significado espiritual del texto, asistida por un uso juicioso de la exégesis patrística. En teología le debió mucho a F.D. Maurice. Sus obras doctrinales, especialmente El Evangelio de la Resurrección [The Gospel of Resurrection] (1866) y El Evangelio de la Vida, aunque menos satisfactorias debido a la falta de precisión y dificultad en el lenguaje, promovieron una comprensión más profunda, en la Iglesia de Inglaterra, de las implicaciones de la Encarnación y la Resurrección. Él buscó poner en el centro de la experiencia cristiana la Persona Divina de Dios hecho hombre más que un punto de vista jurídico de la expiación o una comprensión meramente ética del Sermón del Monte.
Bibliografía. Arthur Westcott (hijo), Vida y cartas de Brooke Foss Westcott [Life and Letters of Brooke Foss Westcott] (2 vols., 1903). Una biografía más breve por J. Clayton (Líderes de la Iglesia, 1800-1900 [Leaders of the Church, 1800 –1900]), ed. G.W.E. Russell, 1906); semblanza por A.G.B. West, Memorias de Brooke Foss Westcott [Memories of Broke Foss Westcott] (1936). V.H. Stanton, en Dictionary of National Biography, 1901-1911, pp. 635-641.
New Dictionary of Theology
Sinclair B. Ferguson, David F. Wright, James I. Packer (Eds.)
Downers Grove – Leicester : InterVarsity Press, 1988
WESTCOTT, BROOKE FOSS (1825-1901). Erudito del NT y obispo, mejor conocido por su asociación en Cambridge (donde fue Profesor Regius de teología desde 1870) con J.B. Lightfoot (1828-1889) y F.J.A. Hort (1828-1892) sobre un comentario del NT basado en un texto griego confiable. Aunque el proyecto no fue completado, la introducción de Hort a El Nuevo Testamento en el griego original [The New Testament in the Original Greek] de Westcott y Hort (1881-1882) permanece como una formulación clásica de los principios de la crítica textual, y los comentarios de Westcott sobre Juan (1880), las epístolas juaninas (1883) y Hebreos (1889) son todavía valoradas por su perspicacia espiritual y aplicación pionera de la exégesis patrística, aunque a veces se exagere en la interpretación del texto...
Menos recordada ahora, pero quizá más significativa en su momento para la Iglesia de Inglaterra y la percepción pública de sus intereses, fue la preocupación de Westcott por los temas sociales. Fue el primer Presidente de la Unión Social Cristiana (fundada en 1889) y, como Lightfoot antes que él, fue llamado de la vida académica para ser obispo de Durham (1890-1901). Allí empleó su influencia y habilidad administrativa para mediar en la huelga del carbón de 1892 y desarrolló una teología encarnacionista que compartía mucho con el socialismo cristiano de F.D. Maurice en sus sermones y discursos en torno de la diócesis.

----------------------------
(Vidal Manzanares)
"En el círculo hermético, Westcott y Hort participaron en charlas y conferencias relacionadas en su mayor parte con aspectos espirituales del paganismo. Sin embargo, el proceso apenas había comenzado. En 1851, Westcott, Hort y Benson dieron un paso más en su carrera a favor del ocultismo y fundaron el "Gremio fantasmal" (Ghosily Guild)."

(Jetonius)

El nombre exacto de la sociedad era Ghostlie Guild. Cabe mencionar que esta asociación, cuyo nombre es obviamente humorístico, no fue formada cuando Westcott y Hort eran eruditos maduros concentrados en recuperar el texto griego del Nuevo Testamento, sino cuando áun eran estudiantes en Cambridge (Westcott había nacido en 1825 y Hort, como Lightfoot, en 1828).

La referida sociedad no tenía, como los detractores de Westcott y Hort implican, propósitos ocultistas. Por el contrario, se estableció para el estudio científico de supuestos fenómenos sobrenaturales, sobre los cuales los miembros habrían de escribir informes detallados.

De todas maneras, aunque no se sabe con certeza el destino posterior de la Ghostlie Guild, la asociación de Westcott con ella fue breve. En la biografía de su padre, Arthur Westcott nota que: “Mi padre cesó de interesarse en estos asuntos, no totalmente, creo yo, por falta de fe en lo que, a falta de un nombre mejor, uno debe llamar espiritismo, sino porque él estaba seriamente convencido que tales investigaciones no conducían a nada bueno.”
En otras palabras, sin que Westcott negase que podían existir manifestaciones sobrenaturales de origen demoníaco (algo que difícilmente podría negar un cristiano), se apartó de ellas voluntariamente porque no creía que fuese una actividad provechosa.

Tambien se menciona el tema de la Peshita. (datado el año 170dc)

Por otro lado tengo otra fuente de que la Peshita es del siglo II, dicho libro es:

TRATADO DE INTRODUCCION BIBLICA
por Armando Di Pardo - Copyrigth Escuela de Teología Alerta - Bs As Argentina - impreso por talleres graficos CLIE - Tarrasa barcelona) Pagina 177.

Jetonius si querés compralo... te lo mando a Mendoza... ;)

Desde ya la critica moderna data a la Peshito del siglo IV.(quizá no les convenga que sea mas antigua que los codices sinaítico y vaticano... :rolleyes: )

Bueno compatriota, un saludo.!

En Cristo: ALEJANDRO.

Ya me referí a la Peshitta en otro mensaje anterior.
Sí, me gustaría leer el libro de Di Pardo para ver qué evidencia presenta.

Bendiciones en Cristo,
Jetonius
<{{{><
 
Jetonius, no sé si usted podría investigar el asunto, pero empiezo a tener la sospecha de que las acusaciones contra Wescott y Hort vienen de ese sector fundamentalista de USA que afirma que la traducción de la KJV es inspirada. Y si no de ese sector, de alguno muy cercano.

Bendiciones
 
Originalmente enviado por Luis Fernando:
Jetonius, no sé si usted podría investigar el asunto, pero empiezo a tener la sospecha de que las acusaciones contra Wescott y Hort vienen de ese sector fundamentalista de USA que afirma que la traducción de la KJV es inspirada. Y si no de ese sector, de alguno muy cercano.

Bendiciones

Estimado Luis Fernando:

Muy perspicaz lo suyo. Péguese un paseo por
http://www.jesus-is-lord.com/kjvdefen.htm

y sobre todo
http://www.jesus-is-lord.com/another.htm

Como antídoto, le sugiero una visita a
http://members.aol.com/pilgrimpub/1611lost.htm
http://members.aol.com/pilgrimpub/revision.htm

Bendiciones en Cristo,

Jetonius

<{{{><
 
Alejandro, deseo sinceramente, la siguiente información pueda ser de su ayuda.

Propósito de la crítica textual

La crítica textual del Nuevo Testamento es el estudio de los textos bíblicos y de los manuscritos antiguos que se escribieron a mano. El fin de este estudio es determinar el texto exacto de los escritos originales (llamados «autógrafos») antes de que los copistas introdujeran cambios y errores en las copias que hicieron de los escritos del Nuevo Testamento.

Los materiales y los escribas
Cada uno de los libros del Nuevo Testamento se escribió a mano en algún momento de la última parte del siglo I o a inicios del siglo II. Se escribieron en papiros y en el idioma griego. El papiro que se extraía de la médula de una planta llamada papiro. La médula del papiro se cortaba en finas tiras y se presionaba para formar páginas para escribir. A inicios del siglo IV, las copias se empezaron a hacer en pergamino, material que se hacía con la piel de animales. Las copias de estos escritos eran costosas de producir, debido no sólo al precio del material sino, también, a la cantidad de tiempo que requería una persona para escribir a mano un solo libro. Un manuscrito del Nuevo Testamento, en pergamino de tamaño promedio, requería la piel de por lo menos cincuenta o sesenta ovejas o cabras.

Los manuscritos griegos. Se escribieron los primeros manuscritos sobre papiro y en idioma griego; pero a inicios del siglo IV se utilizó el pergamino hasta que en el siglo XII el papel empezó a reemplazarlo. La clase de escritura que se usó hasta el siglo IX fue la uncial o escritura en mayúsculas. Desde el siglo IX hasta que se empezó a imprimir el Nuevo Testamento a máquina, se empleó la escritura minúscula o cursiva. Casi todos los manuscritos griegos que todavía existen hoy son manuscritos en minúscula (unos 2800), y son la mayor cantidad de documentos que datan del siglo XI al XIV.

A inicios del siglo XX, solo se conocían nueve papiros.
Hoy día, se conocen noventa y cuatro manuscritos en papiro, aunque muchos de ellos están muy fragmentados y contienen pocos versículos. Los manuscritos unciales suman 274, aunque sólo un poco más del tercio de los mismos se ha perpetuado en dos hojas de texto, o menos. Estos manuscritos bíblicos en griego, especialmente los papiros y los unciales, revisten una inmensa importancia en la búsqueda por recobrar lo que escribieron originalmente los escritores del Nuevo Testamento.

Manuscritos en otros idiomas. Ya a partir del siglo II, el Nuevo Testamento fue traducido al siríaco, al latín y al copto. En los siguientes siglos se hicieron traducciones también a otros idiomas como el gótico, el armenio, el etíope y el georgiano. De estas traducciones, las más útiles para recobrar la forma más antigua de los escritos neotestamentarios en griego son las versiones en siríaco, latín y copto.

Manuscritos del leccionario griego. Además de los 3000 papiros o más que se mencionaron antes, existen aproximadamente 2200 manuscritos de leccionarios. Estos manuscritos contienen pasajes colocados en orden, a manera de lecciones, que se leían a lo largo del calendario litúrgico de la iglesia.

Escritos de los primeros Padres de la Iglesia. Los grandes líderes de la Iglesia (Padres) de los siglos II—V, escribieron en griego o en latín, y muchas veces citaron versículos del Nuevo Testamento. Es difícil saber, sin embargo, si en realidad citaron los versículos palabra por palabra, o si sólo hicieron alusión a los mismos. Y si los citaron, no sabemos si lo hicieron de memoria, incorrectamente, o a partir de una copia escrita que tuvieran ante sí. Más aún, a veces al copiar los escribas los textos de los Padres, los modificaban cambiando palabras para que coincidieran con otras más conocidas por ellos. Por eso, muchas veces es difícil saber lo que escribieron originalmente los Padres.

El problema
Al comparar los múltiples manuscritos, se descubre que hay innumerables diferencias en el texto griego. Sin embargo, la mayoría de las diferencias no son realmente importantes; por ejemplo, palabras mal escritas o sustituciones de palabras por sinónimos. Pero hay otras diferencias que son más importantes, tales como las omisiones o adiciones de palabras, frases y versículos completos.

¿Cómo puede un crítico textual, es decir, un erudito que intenta determinar cuál es el texto original, decidir qué escribieron los autores originalmente? ¿Debe basarse completa y únicamente en el mejor manuscrito, aun si éste contiene errores obvios? ¿Y cómo puede saber cuál es el mejor manuscrito? ¿Debe basarse en un grupo particular de manuscritos más que en otro grupo? A la búsqueda de apoyo en aspectos tales como el estilo, el vocabulario o la teología de un escritor del Nuevo Testamento, en lugar de buscarlo en ciertos manuscritos «mejores», se le conoce como apoyo en la «evidencia interna».

¿Cómo ocurrieron a lo largo de los siglos, errores y cambios a la hora de copiar los manuscritos? La respuesta a esta pregunta le permite al crítico textual establecer ciertos criterios para acercarse lo más posible al texto original.

Cambios intencionales. Cuando los escribas copiaban escritos del Nuevo Testamento, hacían cambios en el texto. Algunos cambios fueron deliberados, con el fin de mejorar el estilo o la gramática. Otros cambios deliberados se hicieron para que el texto de un evangelio coincidiera con el de otro evangelio, o para que lo que Pablo había escrito en una carta coincidiera con lo que había escrito en otra.


Cambios no deliberados. Hubo cambios que no fueron deliberados, sino resultado de una mala lectura o de la mala memoria. Los escribas cometían errores porque se saltaban una letra, o una palabra, o incluso una línea completa, con lo cual omitían en forma accidental una o varias palabras. Otras veces leían mal el texto, y copiaban la letra o palabra equivocadas, o bien, repetían por error una o varias palabras.

En ocasiones, varios escribas trabajaban juntos en el mismo recinto, copiando uno mientras el otro leía el texto en voz alta. En esos casos, a veces los escribas oían mal y escribían incorrectamente alguna palabra. Por ejemplo, la segunda parte de 1 Juan 1.4 dice en RVR: «para que vuestro gozo sea cumplido». Sin embargo, casi todas las traducciones modernas dicen: «para que nuestro gozo sea cumplido». En griego, las palabras «vuestro» y «nuestro» se componen de cuatro letras cada una y se diferencian entre sí únicamente por la primera. Pero cuando se pronuncian, ambas palabras suenan igual. Dado que «vuestro» y «nuestro» tienen sentido dentro del contexto, aparentemente algunos escribas escribieron una forma mientras que otros escribieron la otra.
Eran muchos los factores que hacían que los escribas cometieran errores: el frío, la poca luz, los defectos visuales, la fatiga. Algunas veces, el manuscrito que estaban copiando había sido parcialmente dañado, y le faltaban algunas líneas al principio o al final de la página, o bien, los insectos habían dañado alguna parte de la página. A veces la página se había mojado y la tinta se había corrido, por lo que el escriba debía adivinar lo que se había escrito originalmente.

Dado que los escribas fueron haciendo cambios deliberados o no deliberados, cada vez hubo más manuscritos diferentes entre sí. Algunas veces, los escribas tenían acceso a varios manuscritos y se daban cuenta de las diferencias al compararlos. En esos casos, algunos escribas escogían la lectura de un manuscrito en lugar de la de otro, mientras que otros conservaban ambas lecturas.

Algunos manuscritos se copiaron directamente de otros. Otros manuscritos se copiaron de dos manuscritos diferentes, y otros fueron «corregidos» por otros manuscritos. Como se hicieron muchas copias, se empezaron a desarrollar familias o tipos de textos.

Los críticos textuales emplean el término técnico lecturas variantes para hacer referencia a diferentes lecturas que ocurren en el mismo lugar en un versículo dado. No se ha hecho un conteo exacto de todas las lecturas variantes que se conocen de los manuscritos existentes del Nuevo Testamento, pero un famoso crítico textual calcula que hay más de trescientas mil.

Principios para determinar la lectura original

Tipos de texto.

Después de analizar cuidadosamente cientos de manuscritos y un sinnúmero de errores hechos por los escribas, los críticos textuales han llegado a desarrollar criterios para seleccionar cuáles manuscritos y grupos de manuscritos son los más confiables, sin olvidar nunca que todos contienen errores (obsérvese una vez más que los críticos textuales no manejan manuscritos originales; sólo estudian las copias de las copias). La mayoría de los manuscritos se puede agrupar, en términos generales, en una de tres familias, las cuales reciben el nombre de tipos de texto. Cuando algunos manuscritos coinciden una y otra vez en lecturas variantes donde otros manuscritos muestran dos o más lecturas diferentes, se dice que pertenecen al mismo tipo de texto.

El tipo de texto alejandrino, representado por la mayoría de los manuscritos en papiro y por varios manuscritos unciales de los siglos IV y V, es el que los eruditos hoy día consideran que es la forma de texto más cercana a los escritos originales. Claro está, incluso estos manuscritos no son idénticos entre sí en todos los versículos, y todos ellos contienen errores.

Los manuscritos que componen la familia textual «occidental» preservan a veces la lectura correcta en partes donde otros tipos de texto no lo hacen. Esta forma de texto parece haber sido el resultado de cambios bastante libres en la tradición de los manuscritos, pues los copistas hicieron muchísimos cambios.

El tipo de texto bizantino está formado por aproximadamente el ochenta por ciento de los manuscritos minúsculos o cursivos, y por casi todos los leccionarios.

Pautas para escoger entre las diferentes lecturas. Para determinar cuál es la mejor lectura, los críticos textuales han desarrollado ciertos principios que también se conocen como «cánones», los cuales se dividen en dos categorías: evidencia externa y evidencia interna.

(1) Evidencia externa. (a) Los manuscritos más antiguos son los que probablemente preservan la lectura original. (b) Las lecturas variantes que se conocen en zonas geográficas bastante distanciadas, probablemente son más originales que las que se conocen en una sola zona geográfica. (c) Una lectura que cuente con el respaldo de una gran mayoría de manuscritos existentes no necesariamente es la mejor lectura, ya que esos manuscritos pueden provenir de un mismo antecesor. Por tanto, los manuscritos deben «pesarse» (evaluarse) en vez de sólo enumerarse para ver cuántos respaldan ciertas variantes.

(2) Evidencia interna. (a) La lectura más breve probablemente es la original. En la mayoría de los casos, los escribas no le quitaban palabras al texto, sino que se las añadían. (b) Es mejor utilizar la lectura más difícil de comprender, ya que los escribas solían alterar los textos difíciles para hacerlos más sencillos, y no a la inversa. (c) La lectura que mejor se ajuste al estilo y al vocabulario del escritor, probablemente es la original. (d) De igual manera, debe preferirse la lectura que mejor se ajuste al contexto.

(3) Se pueden mencionar muchas otras pautas y también algunas modificaciones a las que ya se han mencionado. Esas reglas guían a los críticos textuales en su búsqueda por determinar qué fue lo que originalmente escribió el autor del texto.

fuente:Descubre La Biblia, (Miami, FL USA: Sociedades Bíblicas Unidas) 1998.
 
y también:

Historia del Nuevo Testamento Griego

Antes de su impresión. Durante los tres primeros siglos después de Cristo, los escribas hicieron muchísimos cambios en el texto del Nuevo Testamento Griego porque aún no estaban sujetos a controles estrictos que garantizaran copias exactas. Debido a que los escribas de los primeros siglos siguieron haciendo copias de copias, algunos manuscritos empezaron a tener los mismos cambios y errores; es decir, las mismas lecturas variantes que tenían otros manuscritos. Estas semejanzas entre los manuscritos permiten que los críticos textuales los clasifiquen o agrupen según diferentes tipos o familias de texto. También se dio la mezcla de textos porque los escribas «corregían» los manuscritos basándose en otros manuscritos que contenían otras lecturas; es decir, utilizaban manuscritos pertenecientes a otras familias textuales.

Para el año 200 d.C., en la parte occidental del Imperio Romano se usaban manuscritos en latín; en Egipto, manuscritos en copto; y en Siria, manuscritos en siríaco. En la parte oriental del Imperio Romano se siguió empleando principalmente el griego. En realidad, hoy día existen más de ocho mil manuscritos de la Vulgata, muchos más que todos los conocidos en griego. Para fines del siglo VII, el Nuevo Testamento se leía en griego sólo en una pequeña parte de la iglesia, a saber, la Iglesia Ortodoxa Griega, cuyo patriarcado principal estaba en la ciudad de Constantinopla. La forma de texto griego que se empleó allí fue el tipo bizantino. Otras regiones del mundo que habían leído el Nuevo Testamento en griego usaban en ese tiempo Nuevos Testamentos traducidos a sus idiomas locales. Por ejemplo, los manuscritos griegos de la familia textual alejandrina, que se habían usado antes en Egipto, fueron reemplazados por traducciones a los diversos dialectos del copto. Para el tiempo en que se inventó la imprenta, la única forma en griego del Nuevo Testamento que todavía estaba en uso era el texto bizantino.

El Nuevo Testamento Griego impreso

El primer Nuevo Testamento en griego que se imprimió fue editado en 1516 por el humanista holandés Erasmo, e impreso por el suizo Froben, de Basilea. Erasmo sólo tuvo acceso a seis manuscritos griegos escritos a mano, que en su mayoría databan de los siglos XII y XIII. No es de sorprenderse, entonces, que todos, excepto uno, tuvieran el texto bizantino. Ese Nuevo Testamento Griego que se basó en manuscritos del tipo bizantino, en los siguientes cien años fue editado varias veces haciéndosele pequeños cambios, y se le llegó a conocer como Textus Receptus (TR), expresión latina que quiere decir «texto recibido».

Durante los siguientes doscientos años, hubo dos grandes desarrollos en relación con el Textus Receptus. En primer lugar, en los siglos XVII y XVIII los eruditos de Inglaterra y Alemania empezaron a comparar los textos de los manuscritos que hasta ese entonces se conocían, con el Textus Receptus. Se preocuparon, sobre todo, por identificar y registrar las lecturas variantes que diferían, por supuesto, con las del Textus Receptus. A raíz de lo anterior, los investigadores empezaron a cuestionar de si muchos de los versículos del Textus Receptus eran los mismos que habían usado originalmente los escritores del Nuevo Testamento.

En segundo lugar, en los siglos XVIII y XIX, los eruditos empezaron a formular principios o cánones (ya discutidos anteriormente) que sirvieron para concluir que el Textus Receptus no representaba el mejor testimonio textual.

Al respecto, debemos decir que los millares de diferencias existentes entre el Textus Receptus y las ediciones críticas modernas del Nuevo Testamento, carecen de importancia mayor. En la mayoría de los versículos, el Textus Receptus concuerda con las ediciones modernas del Nuevo Testamento Griego. Las diferencias tienen que ver con la ortografía, los tiempos verbales, o el uso de palabras diferentes que tienen el mismo significado. Esas diferencias, y muchas otras, no son muy importantes respecto al mensaje del Nuevo Testamento. Ninguna doctrina fundamental de la fe cristiana se ve afectada por las diferencias textuales.

Los investigadores europeos Lachmann, Tischendorf, Mill, Bentley, Wettstein, Semler y Griesbach desempeñaron una importante función en el «derrumbe» del Textus Receptus. Pero fueron dos eruditos británicos los que influyeron más directamente en eso, a saber, F. J. A. Hort y B. F. Westcott, quienes en 1881 publicaron The New Testament in the Original Greek, en dos volúmenes.

En el siglo XX el Nuevo Testamento Griego ha sido editado tanto por eruditos católicos como por eruditos protestantes. Las siete ediciones que más se usaron en la primera mitad de este siglo son las de (1) Tischendorf, octava edición, 1869–72, (2) Westcott-Hort, 1881, (3) von Soden, 1902–13, (4) Vogels, cuarta edición, 1955, (5) Bover, quinta edición, 1968; (6) Nestle-Aland, vigésima sexta edición, 1983; y (7) Merk, décima edición, 1984. Una comparación de estas siete ediciones revela que las de von Soden, Vogels, Merk y Bover coinciden más frecuentemente con el texto bizantino que las de Tischendorf, Westcott-Hort y Nestle-Aland, que se acercan más a los manuscritos del texto alejandrino. Sin embargo, a pesar de esas diferencias, «en casi dos tercios del texto del Nuevo Testamento, las siete ediciones del Nuevo Testamento Griego… concuerdan plenamente, sin diferencia alguna más que en detalles ortográficos».

El estado actual de las cosas. Hay un reducido número de investigadores que sigue arguyendo que el texto bizantino se acerca más a los escritos originales. Z. C. Hodges y A. L. Farstad rechazan los métodos y conclusiones de Westcott y Hort. Por lo tanto, editaron The Greek New Testament According to the Majority Text (1982) con base en la tradición de los textos bizantinos. Casi todos los especialistas del Nuevo Testamento disienten no sólo con los supuestos, sino también con la metodología de Hodges y Farstad.

(1) GNT y N-A26. Estos dos Nuevos Testamentos Griegos que editó un equipo internacional de eruditos, tienen exactamente el mismo texto, y difieren solo rara vez en aspectos de puntuación, ortografía y delimitación de párrafos. La cuarta edición del Nuevo Testamento Griego de las SBU, publicada en 1993, es para uso de los traductores de la Biblia en todo el mundo, mientras que la edición del N-A26 es para uso de estudiantes, maestros y expositores del Nuevo Testamento. Ambas ediciones tienen un extenso Aparato crítico al pie de cada página, donde se mencionan, usando códigos apropiados, las diferentes variantes textuales presentes en los diversos manuscritos existentes. N-A26 posee muchísimas más variantes que GNT, de las SBU. Este último sólo tiene las variantes de manuscritos griegos que son consideradas importantes para los traductores.

Comentarios finales
Para los traductores que leen inglés, el Nuevo Testamento Griego de SBU viene acompañado de un volumen que explica las razones por las cuales los editores usaron ciertas variantes en el texto e incluyeron otras en el aparato crítico. Este volumen, titulado A Textual Commentary on the New Testament fue publicado por las Sociedades Bíblicas Unidas en 1971, y lo editó Bruce M. Metzger, uno de los editores del Nuevo Testamento Griego de SBU. A los traductores que no leen inglés se les invita a que consulten los comentarios más importantes y algunos libros sobre el Nuevo Testamento, para poder decidir qué lectura variante usarán.

Libros recomendados
Abreu, José María. «Texto del Nuevo Testamento», Diccionario Ilustrado de la Biblia. Buenos Aires y San José: Editorial Caribe, 1977.
Báez-Camargo, Gonzalo. Breve Historia del Texto Bíblico, 2a. ed. revisada y ampliada. México, D.F.: Sociedades Bíblicas Unidas, 1984.
Carrez, Maurice. Las lenguas de la Biblia. Del papiro a las Biblias impresas. Trad. del francés por Alfonso Ortiz García. Estella: Editorial Verbo Divino, 1984.
Metzger, Bruce M. A Textual Commentary on the Greek New Testament. Londres y Nueva York: United Bible Societies, 1971.
Neill, Stephen. La interpretación del Nuevo Testamento. Trad. del inglés por José Luis Lana. Barcelona: Ediciones Península, 1967.
Trobolle Barrera, J. «El texto de la Biblia». Introducción al estudio de la Biblia. 1. La Biblia en su entorno. Estella: Editorial Verbo Divino, 1990.


fuente: Descubre La Biblia, (Miami, FL USA: Sociedades Bíblicas Unidas) 1998.
 
Estimado Jetonius,

Por un lado agradecer sus traducciones las cuales considero valiosas para aquellos que desconocemos el inglés.

Por otro lado, rogarle me pueda indicar la correspondencia actual, de los manuscritos usados por Erasmo y mencionados por su clasifiación por Von Soden, dado que esta, no corresponde con la que aparece en la edición crítica de UBS.

Aprovecho para preguntarle qué texto usó Casiodoro para su traducción del griego.

Agradecido en Cristo,
Dante
 
Hace una año, un querido hermano que fue quien me llevó a los pies de Cristo, compartió su sentir respecto al tema que consideramos, dado que creo será de ayuda para algunos, me atrevo a copiar y pegar su mensaje, esperando sea del agrado de muchos.

Os quiere en Cristo,
Dante
********************

Más bien, quiero que consideremos algo más básico - el hecho que Dios quiere hablarnos a través de su palabra, sea cual sea la traducción o edición del texto que usemos. Es capaz de hacerlo, si tenemos oídos. Como
también somos capaces nosotros de apagar su voz, aun teniendo a mano el texto "correcto", como la historia de la iglesia nos demuestra.

Como veremos en el texto que sigue, la iglesia primitiva usaba la traducción septuaginta, que es un texto bien distinto al hebreo en muchas partes. ¿Cuál será "el original"? ¿Refleja la septuaginta el texto que tenían entonces en hebreo? O ¿es sencillamente una mala traducción? Quizás
nunca lo sepamos. Pero Dios habló con su pueblo sin problema a través de
este texto, aunque no fuera exacta. Hasta el punto de incluirla en el mismo
Nuevo Testamento.

Lo que sigue es la gran parte de un capítulo tomado de un libro sobre el
tema. Espero que os sea de bendición.

Saludos a todos,

Dani

Tomamos tanto por sentado hoy en día el disponer de una traducción de la
Biblia en nuestro propio idioma. Y no sólo tenemos una, sino muchas, de las
cuales podemos escoger la que más nos va. Ya no vivimos en días cuando la
misa sólo se dice en latín, y es pecado capital leer la Biblia en tu propio
idioma. Muchos son los que pagaron con sus propias vidas para que la Biblia
se tradujera a las lenguas vernáculas y se distribuyera a los que querían
leerla, para que hoy podamos disfrutar de esta libertad de culto y lectura.


No es así con el Islam. El Corán es "intraducible", siendo escrito en la
"lengua celestial". Nunca encontrarás una "traducción" del Corán, sino
"comentarios" e "interpretaciones". Una versión por ejemplo se intitula "El
Significado del Glorioso Corán", pero no se considera una traducción. No
debe ni puede ser traducido, básicamente porque el concepto islámico de la
inspiración o la revelación no lo permite. No tiene nada que ver con el
concepto cristiano.


Según el Islam, Mahoma no fue "inspirado", sino recibió una "recitación" de
parte del ángel Gabriel, el cual estaba leyendo del "libro-madre" que
existe en el cielo, en árabe por supuesto. Allí no entran factores humanos,
temporales, ni socioculturales - el Corán es una copia terrenal del
original celestial, eternamente coexistente con Dios. ¿Cómo entonces podrá
ser expresado su contenido en lenguas puramente humanas? (Por cierto, esto
es uno de los puntos más débiles de la teología islámica, la existencia de
una eterna e inmutable "Palabra de Dios" junto con Allah, acercándose
peligrosamente al mayor pecado según el Islam, "shirq" o blasfemia,
haciendo algo o alguien igual a Dios.)


No es sólo el Corán que es intraducible, sino toda la práctica de la
religión islámica está encerrada en los conceptos y prácticos del siglo
VII. La vestimenta, las leyes, las relaciones humanas del mundo entero,
todo se somete al estilo de vida y pretensiones de un mercader árabe de
aquella época. En su concepto, Dios reveló su Palabra eterna e intraducible
en este medio, y la sociedad humana ideal quedó congelada en aquel momento.


Gracias a Dios nuestro concepto de la revelación no nos lleva a estas
conclusiones, sino que nos permite una contextualización del mensaje eterno
del Evangelio a nuestra realidad temporal, incluyendo la traducción de Su
Palabra. Creemos que Dios inspiró a los autores bíblicos, pero cada uno
escribía en su propio idioma humano, grabando también su estilo único en
sus escritos. El griego de Marcos no es el mismo que el de Juan, ni el
hebreo de Isaías el mismo que el de Jeremías. Usaron un lenguaje humano,
normal y corriente, impregnado de las costumbres socioculturales de su
tiempo, y de su propia personalidad.


Gracias a esta "humanidad" de los idiomas de la Biblia, entendemos también
que Dios ha autorizado el proceso de la traducción de su mensaje a todos
los idiomas humanos. No existen idiomas "sagrados", más aptos para la
expresión religiosa que otros. El latín no es "vehículo santo" para el
mensaje bíblico; era la vernácula del pueblo romano del siglo III d.C., y
nada más. Y ni el griego del Nuevo Testamento es el griego clásico, el
dialecto ático de los escritores famosos, sino el koiné, o "común" (de allí
la palabra griega koinonia o "comunión"), la lengua del pueblo. Dios desea
que su Palabra llegue a las lenguas de los pueblos.


La primera traducción seria que se hizo del Antiguo Testamento era la
versión griega llamada Septuaginta, o LXX. Era el producto del esfuerzo de
distintas personas durante los tres siglos anteriores a Cristo, e hizo
accesible al pueblo judío de la Diáspora la Palabra de Dios en lo que había
llegado a ser el idioma nativo de su mayoría. Pero, ¿era inspirada por Dios
la traducción? ¿O era producto de la ciencia humana, falible e imperfecta?


La leyenda contenida en la carta apócrifa de Aristeas pretende que fuera el
resultado de una inspiración divina - que setenta eruditos, trabajando
independientemente, llegaron a la misma traducción - pero un examen
superficial nos demuestra que es una traducción humana, hasta muy humana.
Hay partes que no siguen muy bien al hebreo, que parafrasean de manera
inaceptable, pero otras que siguen el hebreo de forma rígida, trasladando
al griego una variedad de hebraísmos y hasta la misma estructura de la
gramática hebrea. (Esto ocurre en nuestras traducciones modernas también.
¿Es buen castellano decir: "Y respondiendo Jesús, dijo...", como
encontramos un sinfín de veces en RV, siguiendo un hebraísmo en el griego
koiné? ¿No es más exacto decir sencillamente: "Y Jesús respondió..."?) A
veces hay que decir que la LXX no es una traducción "buena", y que
cualquier "comité de revisión" habría efectuado bastantes alteraciones en
una segunda edición.


No, la versión Septuaginta no puede pretender ser resultado de "inspiración
de Dios". Como cualquier otra traducción de la Biblia de hoy, es obra de
hombres muy humanos, discutible en algunos de sus aspectos, y siempre
mejorable. Aunque Dios haya ayudado a los traductores en su labor, no es
inspirada por Dios.


Bueno, ¿y qué? Hemos establecido que la versión LXX no es inspirada por
Dios, pero sólo se trata de una traducción, no está en la Biblia, así que,
¿qué más da? ¿Qué tiene que ver con nuestro tema?


¡Hagamos una pregunta para contestar a esta pregunta! ¿Nunca has notado
que, cuando los autores del Nuevo Testamento citan del Antiguo Testamento,
a veces la cita no sigue exactamente la lectura original? ¿Que incluso en
algunos casos es bastante distinto, y hasta cambia completamente el
sentido? En Mateo 21, por ejemplo, durante la entrada triunfal a Jerusalén,
Jesús cita del Salmo 8 y dice: "De la boca de los niños y de los que maman
perfeccionaste la alabanza" (Mat.21.16, RV). Sin embargo, al mirar la cita
original en Salmo 8.2 (RV), encontramos que dice: "De la boca de los niños
y de los que maman fundaste la fortaleza".


Otro ejemplo, de nuevo citando este salmo. Leamos Hebreos 2.7. Hablando del
hombre dice: "Por un poco de tiempo le hiciste algo menor que los ángeles"
(DHH). Es una cita del Salmo 8.5, el cual dice: "Pues le hiciste casi como
un dios" (DHH - RV coloca inexplicablemente aquí: "Le has hecho poco menor
que los ángeles", vertiendo el término hebreo elohim por "ángeles", y no
"Dios"; es la única ocasión de las 2606 veces que se usa este vocablo que
se traduce así, y se ve que el traductor se dejó influenciar por la cita en
el Nuevo Testamento al traducir el hebreo, lo que no es buena práctica;
elohim es plural en hebreo, pero es usado normalmente para Dios como
"plural enfático"; también puede referirse a "los dioses", pero en ninguna
otra ocasión se refiere a los ángeles). El hebreo coloca "menor que Dios",
pero al citarlo en el Nuevo Testamento, el autor de la epístola a los
hebreos coloca "ángeles". ¿Menor que Dios, o que los ángeles? ¡Menuda
diferencia!


Otro salmo. En Hebreos 10.5 el autor cita del Salmo 40.6, y nos dice:
"Sacrificio y ofrenda no quisiste; mas me preparaste cuerpo" (RV). Miremos
de nuevo el original hebreo: "Sacrificio y ofrenda no te agrada; has
abierto mis oídos" (RV). Otro: en Apocalipsis 2.27 (RV), hablando de las
naciones del mundo, leemos: " y las regirás con vara de hierro", citando
del Salmo 2.8. No obstante, allí leemos: "Los quebrantarás con vara de
hierro" (RV).


Y no se trata sólo de los Salmos. En 1 Pedro 5.5, el apóstol cita de
Proverbios 3.34 así: "Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los
humildes" (RV). En el original hebreo leemos: "Ciertamente él escarnecerá a
los escarnecedores, y a los humildes dará gracia" (RV). Lo curioso es que
Santiago (4.6) también da la cita de la mismísima manera que Pedro, y
tampoco sigue la lectura del hebreo.


De nuevo una cita del autor de Hebreos. En 1.6 cita de Deuteronomio 32.43
así: "¡Que todos los ángeles de Dios le adoren!" (DHH), mientras en la cita
directa del Antiguo Testamento leemos más bien: "¡Alegraos, naciones, con
el pueblo de Dios!" (DHH). Otra observación curiosa - este versículo es
citado "correctamente" por Pablo en Romanos 15.10, haciendo una traducción
literal del hebreo al escribir en griego, y no como aparece en esta cita de
Hebreos.


A Isaías también le citan de esta manera algo extraña. En Mateo 12.21, el
antiguo publicano nos dice: "Y en su nombre esperarán los gentiles" (RV),
mientras que en Isaías 42.4 leemos "y las costas esperarán su ley" (RV). Y
Pedro cita de Is.28.16 así: "He aquí, pongo en Sion la principal piedra del
ángulo, escogida, preciosa; y el que creyere en él no será avergonzado"
(1Pe.2.6, RV). Pero en el original encontramos: "He aquí que yo he puesto
en Sion por fundamento una piedra, piedra probada, angular, preciosa, de
cimiento estable; el que creyere, no se apresure" (RV).


Y ¿cuántas personas acompañaron a Jacob a Egipto? ¿Setenta y cinco
(Hech.7.14)? ¿O setenta (Gén.46.27)? ¿Se apoyó Jacob sobre la punta de su
bastón (Heb.11.21) o sobre la cabecera de su cama (Gén.47.31)? ¿E iba a
quedarse encinta una virgen (Mat.1.23) o una joven (Is.7.14)? (La palabra
hebrea almah empleada en este versículo de Isaías no debe traducirse
"virgen", ya que se refiere a una mujer joven, fuera o no fuera casada. La
mayoría de nuestras traducciones se han dejado influenciar por el
pensamiento cristiano sobre el nacimiento virginal de Cristo, pero no es
una idea contenida en el texto hebreo. Sí es una idea perteneciente al
texto griego de Mat.1.23, donde la palabra empleada, parthenos, se refiere
exclusivamente a personas que nunca han tenido relaciones sexuales.)


Creo que hemos visto lo suficiente, aunque así podríamos seguir durante
unas cuantas páginas más. ¿Qué pasa aquí? ¿Por qué tanta variación en estos
pasajes del Antiguo Testamento citados en el Nuevo? La razón es sencilla.
Al querer citar sus Escrituras, los autores apostólicos no solían buscar el
rollo correspondiente de la Torah o de los profetas, localizar la cita, y
traducirla literalmente al griego al escribir. Más bien hacían una de dos
cosas. O citaban de memoria, dando lugar a todo tipo de variación en la
cita final (como suele pasar cuando lo hacemos nosotros también, citando de
la "versión según un servidor"). O, con mucho mayor frecuencia, iban a su
Biblia - la LXX griega -, y citaban de esta traducción, tal y como lo
hacemos nosotros. ¡Somos pocos los que buscamos el sentido del original y
hacemos una traducción propia al querer dar una cita! Sencillamente citamos
de la Biblia que solemos usar, ¡y así hacían ellos también!


El 75% de las citas del Antiguo Testamento en el Nuevo son tomadas de la
versión Septuaginta, y no aparecen como traducciones literales de las
Escrituras hebreas. Mayormente copiaban directamente desde esta versión en
lugar de esforzarse por hacer una traducción propia del hebreo, lo que es
perfectamente comprensible. Como notamos en el caso de Pablo en Romanos
15.10, a veces lo hacían, pero no era lo más usual.


Ahora bien, normalmente ni se nota, ya que el griego de la Septuaginta es
muy parecida al texto hebreo, y la variación puede verse sólo en cierta
palabra, o el orden de la frase. Pero en otras ocasiones la diferencia es
marcada, como en los textos arriba citados. En cada uno de éstos, la
diferencia se atribuye a esta práctica: todas fueron citadas de la versión
griega LXX, y no del hebreo. Notamos Mateo 1.23, por ejemplo - la
Septuaginta sí traduce el hebreo por parthenos, una traducción no del todo
exacto, ya que limita identidad de la joven a una joven virgen.


Estamos delante de un fenómeno pasado por alto por la mayoría, pero con un
significado verdaderamente enorme, si estamos dispuestos a escuchar lo que
Dios nos quiere decir a través de ello. "El que tenga oídos, que oiga."


Los escritos del Antiguo Testamento son inspirados por Dios. Los del Nuevo
Testamento también lo son. Pero la traducción griega del Antiguo
Testamento, la Septuaginta no lo es. Sin embargo, estos escritos inspirados
del Nuevo Testamento incluyen citas no del hebreo inspirado, sino de una
traducción humana, a veces mala e incluso equivocada, dentro de sus páginas
inspiradas. ¡Qué misterio! ¡Lo humano se reviste de inspiración divina, y
es elevado al nivel de Palabra de Dios!


De esta manera Dios parece "autorizar" el proceso de traducción de Su
Palabra. Pone su sello de aprobación sobre el esfuerzo misionero. Aunque no
fuera perfecto, quiere que este testimonio de quién es Él alcanzase a todos
los pueblos del mundo en su propio idioma. Él no es preso de las
limitaciones de la lengua humana, y es perfectamente capaz de comunicar Su
Palabra por el vehículo de una traducción defectuosa. La ley mata, pero el
Espíritu da vida, y al final y al cabo no importa si una traducción da el
sentido exacto o no. Por supuesto, los traductores deben esmerarse en su
esfuerzo por entender el significado del original y colocarlo lo mejor
posible en la lengua de llegada. Pero Su Espíritu habla a través de Su
Palabra, aun en una traducción que deja mucho que desear.


Este hecho singular del uso de la Septuaginta en el Nuevo Testamento nos
revela algo más del corazón misionero de Dios y su deseo de darse a conocer
entre las naciones. Lo importante es que cada uno tenga acceso a la Palabra
de Dios en un idioma que entiende, de preferencia su lengua nativa. La
Iglesia de Cristo no puede descansar hasta que todos tengan esta
oportunidad. Cumplir con la Gran Comisión requiere un esfuerzo dedicado al
aprendizaje de idiomas y la traducción de la Palabra de Dios. Es nuestra
responsabilidad formar y enviar a obreros capaces y capacitados para
realizar esta tarea si de verdad queremos que el Evangelio fuese predicado
a todas las naciones


Por supuesto es importante la traducción que usamos, y debemos asegurarnos
que corresponda al máximo al sentido de los originales. Es bueno comparar
traducciones, y aprender algo acerca de los idiomas originales. Pero no
debemos gastar tanta energía discutiendo la validez de la decena de
traducciones que nos están disponibles cuando el hecho es que Dios nos
habla a través de toda y cada una de ellas; y cuando la mayoría de la
población del mundo aún no puede leer la Biblia en su idioma materno.


Dios no es un Dios "tiquismiquis". Es un Dios que desea hablar, comunicarse
con la humanidad. Si de antaño habló a través de un burro, ¿no podrá hablar
hoy por nuestros esfuerzos imperfectos por llevar su Palabra a otras
naciones? Aunque me cueste aprender otro idioma, y nunca lo domine a la
perfección, ¿no será el Señor capaz de usarme como instrumento para
revelarse a otro pueblo? ¿No podré dar a conocer Su Palabra, a pesar de mis
imperfecciones humanas? ¡Claro que sí! Renovemos nuestro compromiso con Él
y con Su Palabra, hasta que todos hayan oído - ¡en su propio idioma!

Fe de erratas: La frase "se ve que el traductor se dejó influenciar por la cita en el Nuevo
Testamento al traducir el hebreo, lo que no es buena práctica" refiere al
traductor al castellano de la Biblia entera, es decir Reina y/o Valera, y no
al traductor del hebreo a la LXX.

"Nem tudo o que há em nossas Bíblias foi inspirado por
Deus", un libro de 150 páginas, publicado por Misión Horizontes en Brasil.
El autor es Neil Rees, misionero con esta misión.
 
Juan 14:14 [BA-1997]
Si me pedís algo en mi nombre, yo lo haré.

Juan 14:14 [VAL-60]
Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré.

Juan 14:14 [Nestle-Aland 26th]
εαν τι αιτησητε με εν τω ονοματι μου εγω ποιησω

Juan 14:14 [Stefanus - 1550]
εαν τι αιτησητε εν τω ονοματι μου εγω ποιησω

Juan 14:14 [WH -1881]
εαν τι αιτησητε [με] εν τω ονοματι μου τουτο ποιησω

Juan 14:14 [Scrivener - 1894]
εαν τι αιτησητε εν τω ονοματι μου εγω ποιησω

¿SE APRECIA LA DIFERENCIA?

Si no aprecias los caracteres griegos quizás precises descargalos a tu ordenador/computadora, http://www.unboundbible.org/help/index.cfm?fuseaction=front&lang=english&expand=fonts

Con el amor de Cristo
Dante
 
Dante:


¿Cómo consigues poner los caracteres griegos?


Interesante esta comparación sobre el pronombre que ya me hiciste apreciar una vez.


En Cristo


Maripaz
 
Originalmente enviado por Maripaz:
Dante:


¿Cómo consigues poner los caracteres griegos?


Interesante esta comparación sobre el pronombre que ya me hiciste apreciar una vez.


En Cristo


Maripaz


Hola mi hermana,

La verdad es que simplemente copié de la web http://www.unboundbible.org/index.cfm?lang=spanish a word y luego lo pasé al foro, entiendo pues que sí ves los caracteres griegos aunque no los hayas descargado de la url.

Un "detalle" interesante es que la TNM [Traducción del Nuevo Mundo de los Testigos de Jehová] a pesar de "basarse" en los textos de WH y de Nestle, pasan por alto este detalle, siguiendo en este caso la edición que tanto critican del Textus Receptus, claro un despiste lo tiene cualquiera ;-)

en Cristo
Dante
 
Algunos de los lugares en los cuales las versiones de Reina-Valera de 1909 y 1960, se apartan del Textus Receptus para seguir en estos casos al Texto de Westcott y Hort.

Mateo 15:8; 28:2
Marcos 2:17; 9:24, 24; 11:10;
Lucas 4:41; 8:48; 11:29; 23:42;
Hechos 18:5; 22:16;
Romanos 1:16;
1 Corintios 7:5;
2 Corintios 4:10; 5:18;
Efesios 3:9,9;


En Cristo,
Dante
 
Jetonius:

Erasmo de Rotterdam era hijo ilegìtimo de un sacerdote catòlico y tal vez por ello fue educado para ser sacerdote, pero siempre quizo REFORMAR la "Iglesia" (Catòlica Romana) mediante la erudiciòn bìblica y el estudio del cristianismo primitivo, influìdo por John Colet cuando estuvo en Inglaterra.

Erasmo con su labor crìtica de la razòn y el humanismo, su ènfasis en los originales de la Escritura, diò el primer paso hacia la Reforma, Lutero diò el segundo paso decisivo.
Como alguien dijo: "Erasmo puso el huevo y Lutero lo empollò".

Erasmo adoptò una posiciòn contraria a la Reforma que consideraba muy radical, pero tambièn contraria a la Contra-Reforma.
Era luterano de corazòn, pero debido al temor no rompiò totalmente con la instituciòn catòlica romana que criticaba.

Aùn hoy, hay muchos que quisieran seguir el Evangelio, pero no se atreven a romper con su tradiciòn y mundo religioso conocido.
Eso fue lo que dijo Cristo:

"Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aun también su propia vida, no puede ser mi discípulo"
(Lucas 14:26)

Aborrecer su propia vida incluye aborrecer el contexto religioso de tradiciones aprendidas contrarias al Evangelio de Jesucristo.

Por supuesto que el sentido de "aborrecer" tanto a los padres y hermanos como a la propia vida, es un contraste por comparaciòn con el amor y entrega total a Jesucristo y su Palabra del Evangelio.

No hago estas aclaraciones por ignorarlas usted que es tan estudioso, sino por ubicar a Erasmo en su Reforma a medio camino no liberado totalmente de las falsas doctrinas romanas. Ni completamente romano ni completamente cristiano evangèlico. Tibieza mortal aunque haya sido precursor o heraldo de la Reforma.

Por ùltimo, usted dice:
[Por lo demás, disiento profundamente de su afirmación «Pueden haber errores humanos aùn en la escritura de los originales iniciales». Esto sí que no lo creo]

Pero usted y cualquiera sabe que la Escritura, aùn siendo la Verdad espiritual y doctrinal, contiene errores de geografìa o de nombres, etc., porque son errores de sus escritores humanos que usò Dios para transmitirnos su Palabra.
El mismo Jesucristo, refirièndose al sumo sacerdote que le diò los panes sagrados a David cuando huìa, diò un nombre diferente al que aparece en el Antiguo Testamento.
Pero sabemos que ese pequeño error no altera la verdad de la enseñanza que estaba dando Jesùs en ese momento.

Entonces, si se "equivocan" en la Biblia, menos razòn tiene usted para enojarse cuando le descubran algùn error.

Dios le bendiga. Timoteo.
 
Hoy Lunes me reintegro al foro y veo cuan prolífico han sido los comentarios.

Y tambien los aportes pegados lo cual guardé en mi computadora, para examinarlos.

Es verdad:
Algunas fuentes de información dicen una cosa acerca de los manuscritos.
Y otra dicen otra cosa totalmente opuestas.

Algunos dan una fecha sobre suscesos y otros otra.

Algunos relatan los sucesos históriscos de una manera y otros dicen que pasaron en forma diferente.

Ahora si yo los pusiera en una balanza, y mediante un cuidadoso examen mental indago los argumentos. Me llavaria a deciderme, cual información sería "mas valedera" a mi entender.
Será que todo esto está librado a lo que nuestra capacidad humana pueda inquirir?

Si se supone asi, esta faltando el principal elemento de juicio:

LO QUE LA BIBLIA DICE DE SI MISMA.


Toda traducción de las escrituras debe ir de acuerdo a "sana doctrina"


Y si me preguntan que quiero decir con eso...esperen mi proximo foro por favor.

Además, consideraré todo lo mecionado en el presente.

Saludos. En Cristo:
Alejandro.
 
Estimado Timoteo:

Sin duda sus observaciones enriquecen y califican lo dicho, aunque de ningún modo pueden negar que, con todas sus contribuciones y buenas intenciones, Erasmo permaneció dentro de la Iglesia Católica.

Sobre esto otro,

Originalmente enviado por Timoteo:

Por ùltimo, usted dice:
[Por lo demás, disiento profundamente de su afirmación «Pueden haber errores humanos aùn en la escritura de los originales iniciales». Esto sí que no lo creo]

Pero usted y cualquiera sabe que la Escritura, aùn siendo la Verdad espiritual y doctrinal, contiene errores de geografìa o de nombres, etc., porque son errores de sus escritores humanos que usò Dios para transmitirnos su Palabra.
El mismo Jesucristo, refirièndose al sumo sacerdote que le diò los panes sagrados a David cuando huìa, diò un nombre diferente al que aparece en el Antiguo Testamento.
Pero sabemos que ese pequeño error no altera la verdad de la enseñanza que estaba dando Jesùs en ese momento.

Entonces, si se "equivocan" en la Biblia, menos razòn tiene usted para enojarse cuando le descubran algùn error.

Dios le bendiga. Timoteo.

...le ofrezco el siguiente breve estudio de mi autoría:

Marcos 2:26, ¿Abiatar o Ahimelec?


Marcos 2:23-27 narra la ocasión en que los fariseos censuraron que, siendo sábado, los discípulos arrancasen espigas para comer. En la versión Reina-Valera, hasta la más reciente revisión (1995) se leen en Marcos 2:26 las siguientes palabras de Jesús:

“Nunca leísteis lo que hizo David cuando tuvo necesidad y sintió hambre, él y los que con él estaban; cómo entró en la casa de Dios, siendo Abiatar sumo sacerdote, y comió los panes de la proposición, de los cuales no es lícito comer sino a los sacerdotes, y aun dio a los que con él estaban?”

Si bien el dicho aparece también en Mateo 12:3-4 y Lucas 6:3-4, ninguno de estos dos evangelios mencionan al Sumo Sacerdote. El incidente al que Jesús aludió se encuentra en 1 Samuel 21. Allí se dice que el sacerdote que ayudó a David fue Ahimelec, padre de Abiatar (Cf. 1 Samuel 22: 9-16). Esto plantea un posible error, o al menos una dificultad. Existen, empero, varias respuestas posibles.

En primer lugar, la historia era conocida entre los escribas, y es probable que este haya sido el modo tradicional de narrarla, de modo que los fariseos supieran a qué se refería Jesús. En segundo lugar, sabemos por el historiador judío-romano del siglo I, Flavio Josefo, que los miembros de las familias sacerdotales eran llamados comúnmente "sumos sacerdotes" (Las guerras de los judíos IV,3:7).
Pero una mejor explicación es la imprecisión de la versión Reina Valera (y de la Versión Popular, que traduce igual las palabras señaladas en cursiva más arriba). En el texto griego del Nuevo Testamento se lee "epi Abiathar arjiereös” , que debe traducirse propiamente como "en tiempos de Abiatar, sumo sacerdote" como lo hacen, por ejemplo, la Biblia de Jerusalén y la Biblia de las Américas. Este uso de la preposición griega 'epi en el sentido de "en el tiempo de" es similar al hallado en pasajes como Hechos 11:28 y Hebreos 1: 2, que correctamente se traducen en la Reina -Valera "en tiempo de Claudio" y "en estos últimos días", respectivamente. Por tanto, no se alude a un instante preciso, sino más bien a una época. Nótese que el Señor no dijo que fuese Abiatar quien ayudó a David, sino que el hecho ocurrió en su tiempo.
Ahora bien, Abiatar ya era sacerdote cuando David buscó refugio en el santuario, y es posible que oficiase conjuntamente con su padre Ahimelec (como lo hacían los hijos de Elí, 1 Samuel 1:3). Abiatar fue el único sacerdote que escapó de la matanza ordenada por Saúl, y se unió a David en la cueva de Adulam (1 Samuel 22:20). Luego de la coronación de David como rey de Israel, Abiatar fue nombrado sumo sacerdote (2 Samuel 15: 24-29,35; 1 Reyes 1:7, 19,43; 2:26). Obviamente, para los oyentes de Jesús, el nombre de David se vincularía más naturalmente al de Abiatar, que el del padre de éste.
Por lo dicho, no es incorrecto decir que el incidente ocurrió en el tiempo de Abiatar, ni que él fue sumo sacerdote, aún en el caso de que no lo fuese en el momento en que David buscaba alimento. De igual modo, puede decirse, por ejemplo: "Antes de su conversión, el Apóstol Pablo era un enemigo de la iglesia", aunque cuando perseguía a los creyentes ni era Apóstol, ni se llamaba Pablo. En conclusión, sobre la base del texto griego y las circunstancias históricas, no hay error alguno en las palabras de Jesús conservadas por Marcos.

Bibliografía

Aland, K. y col.: The Greek New Testament, 4ª Ed. (Sociedades Bíblicas, Sttutgart, etc).
Archer, G.L.: Encyclopedia of Biblical Difficulties (Zondervan, Grand Rapids, 1982).
De Tuya, M.: Profesores de Salamanca: Biblia Comentada, 3ª Ed. (BAC, Madrid, 1977, Vol. 5A).
Flavio Josefo: Las guerras de los judíos (CLIE, Terrassa, sin fecha).
Geisler, N. y Howe, T.: When critics ask: A popular handbook of Bible difficulties (Victor Books, Wheaton, 1992).
Harris, M.J.: Appendix: Prepositions and theology in the Greek New Testament. En C. Brown (Ed.), New International Dictionary of New Testament Theology (Zondervan, Grand Rapids, 1978; 3: 1190-1193).
Kaiser, W.C., Jr., y col.: Hard Sayings of the Bible (InterVarsity Press, Downers Grove, 1996).
Lacueva, F.: Nuevo Testamento Griego, ed. interlineal (CLIE, Terrassa).


Bendiciones en Cristo,

Jetonius

<{{{><
 
Jetonius:

Interesante su estudio sobre Abiatar y Ahimelec.
Pero creo que de todos modos la diferencia de nombres se diò, y las explicaciones justificatorias solo pueden ser CONJETURAS sobre intenciones o actos no comprobables certeramente.

Lo importante es resaltar que esa aparente o cierta diferencia, como muchas otras que no es el caso citar ahora, NO ALTERAN LA AUTORIDAD Y VERACIDAD DE LAS SAGRADAS ESCRITURAS BÌBLICAS.

Si yo le contara una enseñanza recibida de algùn maestro y me equivocara en el nombre de ese maestro o en el nombre del lugar de la enseñanza, eso no alterarìa la verdad de esa enseñanza.

Volviendo al otro asunto, se puede decir que Erasmo fue un catòlico nominal pero no convencido (como millones de hoy).....

Recuerde que Josè de Arimatea, era cristiano de fe, pero ocultamente por miedo a los judìos compañeros suyos del Sanedrìn.

Dios le bendiga. Timoteo.