En la actualidad, peligra la razón entre las mal llamadas "iglesias evangélicas".
Se apresuran a inventar ahora (¿o antes?) un "nuevo cuerpo", al cual han puesto por falso nombre: "cuerpo gobernante de la iglesia".
Una copia del Sanedrín judío, con los mismos argumentos de que la "iglesia necesita ser organizada y dirigida y aconsejada por un grupito de hermanos con experiencia". ¡No faltaba más! Para ellos: el Espíritu Santo no es suficiente.
Ya van observando que su figura: el mundialmente conocido como "pastor", ya tampoco es suficiente, aunque NUNCA lo haya sido.