EL SABADO, ALGUNOS ARGUMENTOS A FAVOR REFUTADOS
Por: Pedro de Jesús
Algunos observadores del sábado, están muy seguros que nadie les puede probar que el sábado está abolido. Sin embargo, un análisis de los argumentos que hacen los defensores de la observancia del sábado, les lleva a una crisis de conciencia que les coloca en una posición muy difícil de safarse. Los sabatistas piensan que el modo de entender el asunto del sábado es el que ellos ya entienden. Reusan comprender que la Escritura nos lleva al verdadero sábado, al verdadero descanso, a Cristo Jesús. Por ello, aunque se les presente la verdad sobre el sábado y su abolición, el sabatista cierra su mente a todo texto bíblico que les lleve a comprender que el sabado está obsoleto y no es requisito para el cristiano convertido a Cristo. He hecho un breve resumen o compendio de lo que muchos eruditos en el tema han dicho sobre el SABADO y algunos argumentos sobre conceptos erróneos que han creado los adventistas para defender su falso concepto de lo que es el sábado.Veamos algunos argumentos de los sabatistas para ellos defender la vigencia del sabado, vean sus inconsistencias y veamos otro modo de entender estos textos:
1. EL SABADO EN LA CREACION
"Fueron, pues, acabados los cielos y la tierra, y todo el ejército de ellos. Y acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo; y resposó el día séptimo de toda la obra que hizo. Y bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la creación". (Gén. 2:1-3).
Nótese un patrón recurrente. Después de que Dios creó el día y la noche en el primer día, la Biblia dice: "Y fue la tarde y la mañana un día" (Gén. 1:5). Después de que Dios separó las aguas para crear el firmamento, leemos: "Y fue la tarde y la mañana el día segundo" (Gén. 1:8). Este patrón continúa durante los primeros seis días de la creación. (Véase Gén. 1:13, 19, 23, 31). Sin embargo, cuando miramos el final del séptimo día, no encontramos esta fórmula. Esperaríamos leer: "Y fue la tarde y la mañana el día séptimo", pero no está allí. Sólo encontramos que lo siguiente se puede desprender de este texto:
1. La creación se completó en seis días.
2. Dios reposó en el séptimo día.
3. Dios bendijo al séptimo día.
4. Dios santificó el séptimo día.
5. La razón de que Dios santificara el séptimo día es que en él reposó.
6. El relato del séptimo día no tiene la fórmula "y fue la tarde y la mañana el día séptimo", como los otros seis días de la creación.
7. El registro de la creación ha sido construido cuidadosamente.
8. La palabra "sábado" no se menciona en el libro de Génesis.
9. En el registro de Génesis no hay ningún mandamiento para que la
humanidad repose.
10. Nada se dice expresamente con relación al hombre en el reposo del séptimo día de la creación.
11. El "reposo" de Dios en el séptimo día se caracterizó más probablemente por deleitarse en su nueva creación y en la abierta comunidad con Adán y Eva en el ambiente sin pecado y perfecto de Edén.
12. Las condiciones que caracterizaron el "reposo" de Dios probablemente habrían continuado de no haber sido por el pecado del hombre.
13. El séptimo día de Gén. 2: 2, 3 puede haber sido un día regular, como los primeros seis días de la creación, o puede haber sido un período de tiempo indefinido.
14. El hecho de que el relato de Génesis esté construido tan cuidadosamente indica que la omisión de la frase "y fue la tarde y la mañana el día séptimo" fue intencional.
15. Cuando el hombre pecó, fue excluido de la presencia de Dios, y Dios inició su obra de redención para restaurar al hombre de vuelta a Sí mismo.
16. No dice que guardemos el sábado, no dice que es requisito para el cristiano convertido.
EXODO HASTA MALAQUIAS:
Cuando usted analiza los versos que utilizan los sabatistas en estos libros del Antiguo Testamento encontrará que siempre se refieren al pueblo de Israel. Es un pacto entre Dios y el pueblo judío. Nada de ordenanza para los gentiles.
1. "Sábado" es puramente una palabra hebrea que nunca se encuentra en la Biblia sino hasta el tiempo de Moisés. Éx. 16: 23. 2. La palabra sábado no se usa nunca en la Biblia en relación con algún tiempo santo judío. 3. No hay registro de que el sábado fuera guardado jamás antes de que los judíos lo guardasen. Éx. 16. 4. El sábado fue dado a los judíos. "Y les di mis sábados". Eze. 20: 12. Si Dios lo dio a los judíos, ¿no era su sábado, no era el sábado judío? Yo le doy un cuchillo a Fred. ¿No es el cuchillo de Fred? 5. Nótese cuán sencillo es el registro de que Dios dio el sábado a los judíos, pero a nadie más. "Dios OS dio el día de reposo". Éx. 16: 29. "Hablarás a los HIJOS DE ISRAEL, diciendo: En verdad vosotros guardaréis mis días de reposo". Éx. 31: 13. ¿A quiénes se les dijo que guardaran el sábado? A los hijos de Israel, los judíos. "Señal es entre mí y los HIJOS DE ISRAEL", los judíos. Versículo 17. 6. Dios mismo llama al sábado "los días de reposo de ella". Oseas 2: 11. "Haré cesar todo su gozo, sus nuevas lunas y sus días de reposo, y todas sus festividades". ¿No es entonces el sábado judío? 7. El sábado no fue dado nunca a ninguna otra nación. 8. "Guardarán, pues, el día de reposo los hijos de Israel, celebrándolo por sus generaciones". Éx. 31: 16. ¿A quiénes estaba limitado? A la generación de los judíos. 9. "Señal es entre mí y LOS HIJOS DE ISRAEL". Éx. 31: 17. Era exclusivamente de ellos, era judío. 10. El sábado está clasificado junto con los otros días santos y sacrificios judíos. Véase Lev. 23: 1-44; Núm. 28: 2, 16; I Crón. 23: 29-31; II Crón. 2: 4; 8: 13, etc. Fue abolido junto con ellos. Colo. 2: 14-17. 12. Los judíos abarcan a casi todos los que guardan el séptimo día; por eso, el "sábado judío" es una designación natural e inteligente de ese día. 13. Por eso, nuevamente, es significante y adecuado designarlos como los guardadores del sábado judío. 15. Pero los sabadistas dicen que el séptimo día es llamado "el sábado del Señor tu Dios". Éx. 20: 10, y "mi día santo", Isa. 58: 10, y que, por lo tanto, no es correcto llamarlo "un sábado judío". Respuesta: Cada temporada santa, lugar, persona, o artículo era llamado del Señor, como "la pascua del Señor". Éx. 12: 11. Y sin embargo, leemos: "La pascua, una fiesta de los judíos". Juan 6: 4. Así que es "el sábado del Señor" en un lugar, y "sus sábados" en otro. Oseas 2: 11. Por eso, es correcto y bíblico llamar al séptimo día "el sábado judío".
Éxodo 31: 16-17, El Sábado Perpetuo
Aquí los sabadistas encuentran tres expresiones que, según ellos arguyen, indican que el sábado no puede terminar nunca. 1.) "Por sus generaciones". 2.) "Perpetuo". 3.) "Para siempre". Así: "Guardarán, pues, los hijos de Israel el día de reposo, celebrándolo por sus generaciones, por pacto perpetuo. Señal es para siempre entre mí y los hijos de Israel". Ellos preguntan: "¿Cuándo termina lo que es PERPETUO y PARA SIEMPRE? Estas expresiones muestran que la generación de los judíos todavía continúa; por eso el sábado todavía debe ser guardado".
Pero este argumento también perpetuaría toda la ley levítica, la circuncisión, el incienso, la pascua, el sacerdocio, etc. La pascua: "Lo celebraréis como fiesta solemne para Jehová durante vuestras generaciones; por estatuto perpetuo lo celebraréis". Éx. 12: 14. Debía ser guardada "POR VUESTRAS GENERACIONES" y "PARA SIEMPRE", exactamente igual que el sábado. Lo mismo sucede con la ofrenda de incienso. "Incienso PERPETUO delante del Señor POR VUESTRAS GENERACIONES". Éx. 30: 8. Ahora, si el argumento Adventista en favor del sábado y basado en los términos "perpetuo", "para siempre", y "por vuestras generaciones" es bueno, ¡entonces deberían guardar la pascua y ofrecer incienso! Ésta es una buena muestra de la debilidad de los argumentos de los sabadistas. El mismo argumento probaría la perpetuidad de los holocaustos, Éx. 29: 42; la expiación, Éx. 30: 10; el lavamiento de las manos y los pies, Éx. 30: 21; las primicias, Lev. 23: 13; las ofrendas encendidas, Lev. 6: 18; el aceite para las lámparas, Lev. 24: 3; las franjas en los bordes de los vestidos, Núm. 15: 38; el pentecostés, Lev. 23: 21; la fiesta de los tabernáculos, Lev. 23: 41. Véanse también Éx. 40: 15; Lev. 3: 17; 7: 36; Núm. 10: 8.
La aplicación de estos términos a la observancia del sábado es prueba de que habría de cesar. ¿Por qué? Porque en cada caso en que estos términos se aplican a la observancia de cualquier ordenanza, esa ordenanza ha cesado. Los Adventistas mismos concuerdan con esto en todo, excepto en relación con el sábado. Así, Isa. 58: 12-13 es aplicado osadamente a nuestros días y a la obra de los Adventistas de urgir a todos a guardar el sábado judío. Pero no hay ni una sola palabra en todo el capítulo que siquiera intime tal cosa. Ellos asumen todo esto sin ninguna prueba, y luego aplican las palabras para adaptarlas a su propósito.
Cuando uno busca una afirmación clara y directa en toda la Biblia que requiera que los cristianos gentiles guarden el sábado, no la encuentra. Tiene que ser INFERIDO de esto; ADIVINADO de aquéllo; y una conclusión SACADA de lo de más allá; todo son inferencias, nada es directo. Así, pues, el Antiguo Testamento no proporciona evidencia alguna de que los cristianos deben guardar el sábado judío. Si tal prueba se ha de encontrar, debe ser en el Nuevo Testamento mismo. VAyamos al Nuevo Testamento para ver si Jesús o los apóstoles nos ordenaron guardar el sabado.
EL SABADO EN EL NUEVO TESTAMENTO:
Por extraño que parezca, el deber de guardar el séptimo día no se menciona ni una sola vez en todo el Nuevo Testamento. No hay ni un sólo mandamiento, ya sea de Cristo o de cualquiera de los apóstoles, para que se guarde ese día. No se dice ni una sola vez que es erróneo trabajar el séptimo día, o que Dios bendeciría a cualquier persona por observarlo. No hay ninguna promesa por guardarlo, ni ninguna amenaza por no guardarlo. Nadie es jamás reprendido por trabajar el séptimo día, ni aprobado por observarlo. Si descuidar el séptimo día es un crimen tan grande como ahora afirman sus defensores, es inexplicable que ninguna advertencia contra ese crime se diera en todo el Nuevo Testamento, ni siquiera una sola vez. ¿Es todo este silencio meramente accidental? Eso quieren hacernos creer los sabadistas, pero la suposición es absurda. Evidentemente, fue dejado fuera a propósito, lo mismo que el pentecostés, la pascua, las lunas nuevas, los sacrificios, y cosas semejantes.
En todas sus catorce epístolas, Pablo sólo menciona el sábado una sola vez, y eso sólo para mostrar su abolición, Col. 2: 16. ¡Contraste esto con la literatura Adventista a favor del sábado!
La respuesta usual es que los judíos ya estaban guardando el sábado, hasta demasiado estrictamente, y que, por lo tanto, los cristianos judíos no necesitaban ser instruídos sobre este punto. Pero esta respuesta no es satisfactoria. Los judíos eran igual de estrictos contra los falsos dioses y las imágenes, y sin embargo, a los cristianos se les advierte, una y otra vez, contra estas cosas. Así, Pablo dice: "No seáis idólatras", y "Huid de la idolatría". I Cor. 10: 7, 14. Pero, ¿dónde dice: "Guardad el séptimo día?" o "Huid de la violación del sábado"?
Ahora bien cuando analizamos el comportamiento de Jesús sobre el sábado, vemos que los propios judíos lo criticaban y acusaban de violar el sabado y Jesús nunca se defendió de esa acusación. Cuando vemos a Jesús en Lucas 6: 6-11 encontramos lo suguiente:
1. Jesús declaró específicamente que era lícito hacer bien en sábado.
2. Jesús se enfrentó, abierta y públicamente, a los dirigentes judíos en relación con la interpretación comúnmente aceptada de la ley del sábado.
3. Jesús sanó en sábado a un hombre cuya vida no estaba siendo amenazada.
4. Jesús se enojó abiertamente y se entristeció por la dureza de los corazones de los fariseos.
Luego en Lucas 14 vemos otro encuentro de Jesús, el sábado y los fariseos y encontramos que:
1. Parece que este episodio fue preparado por los dirigentes judíos para tenderle una trampa a Jesús:
a. El hombre con hidropesía estaba allí en frente de Jesús por casualidad.
b. Los fariseos y los intérpretes de la ley no respondieron a la pregunta de Jesús, probablemente por temor de que Jesús revelase los verdaderos motivos de ellos.
2. Jesús sanó al hombre con hidropesía en este día de sábado.
3. Jesús justificó su conducta en sábado basándose en cómo los fariseos, y otros que estaban presentes, cuidaban de sus animales en sábado.
En los capítulos de Juan y Lucas vemos el mismo comportamiento de Jesús hacia el sábado. El ponía sus propias normas sobre su observancia y lo quebrantaba de la misma forma que David comía los panes de la proposición en el templo y era sin culpa. Ni por asomo Jesús ordenó que guardaramos el sabado, ni que el domingo era la marca de la bestia, que debíamos unirnos al adventismo para guardar el sabado y asi escapar de la destrucción venidera. Jesús no defendió la observancia del Sabado. Si guardamos el sabado porque Jesús lo guardó, debemos tambien entonces, circuncidarnos, ir a las Sinagogas judías, y hacer todas las cosas judías que él hizo, porque estaba todavía bajo la ley en cumplimiento de esa ley. Jesús quebrantó el sábado, pero por eso no cometió pecado, porque el es el Señor y dueño del Sábado, El no vino a abolir la ley, vino a cumplirla a culminar su objetivo o propósito de la ley, El vino a magnificar la ley y engrandecerla, EN SU PERSONA. La ley nos apunta y lleva a Cristo, por ello Cristo es el cumplimiento de la ley.
No podemos hoy decidir qué parte de la ley tomamos y cual rechazamos. La ley es un todo. Es una sola ley. Los que han tratado de dividirla en ley ceremonial y ley moral, no han presentado apoyo bíblico sustancioso para ésto. De hecho los propios judios rechazan esta división. La ley es una sola ley. Llamada la Ley de Dios, Ley del Señor, Ley de Moisés.
Por: Pedro de Jesús
Algunos observadores del sábado, están muy seguros que nadie les puede probar que el sábado está abolido. Sin embargo, un análisis de los argumentos que hacen los defensores de la observancia del sábado, les lleva a una crisis de conciencia que les coloca en una posición muy difícil de safarse. Los sabatistas piensan que el modo de entender el asunto del sábado es el que ellos ya entienden. Reusan comprender que la Escritura nos lleva al verdadero sábado, al verdadero descanso, a Cristo Jesús. Por ello, aunque se les presente la verdad sobre el sábado y su abolición, el sabatista cierra su mente a todo texto bíblico que les lleve a comprender que el sabado está obsoleto y no es requisito para el cristiano convertido a Cristo. He hecho un breve resumen o compendio de lo que muchos eruditos en el tema han dicho sobre el SABADO y algunos argumentos sobre conceptos erróneos que han creado los adventistas para defender su falso concepto de lo que es el sábado.Veamos algunos argumentos de los sabatistas para ellos defender la vigencia del sabado, vean sus inconsistencias y veamos otro modo de entender estos textos:
1. EL SABADO EN LA CREACION
"Fueron, pues, acabados los cielos y la tierra, y todo el ejército de ellos. Y acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo; y resposó el día séptimo de toda la obra que hizo. Y bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la creación". (Gén. 2:1-3).
Nótese un patrón recurrente. Después de que Dios creó el día y la noche en el primer día, la Biblia dice: "Y fue la tarde y la mañana un día" (Gén. 1:5). Después de que Dios separó las aguas para crear el firmamento, leemos: "Y fue la tarde y la mañana el día segundo" (Gén. 1:8). Este patrón continúa durante los primeros seis días de la creación. (Véase Gén. 1:13, 19, 23, 31). Sin embargo, cuando miramos el final del séptimo día, no encontramos esta fórmula. Esperaríamos leer: "Y fue la tarde y la mañana el día séptimo", pero no está allí. Sólo encontramos que lo siguiente se puede desprender de este texto:
1. La creación se completó en seis días.
2. Dios reposó en el séptimo día.
3. Dios bendijo al séptimo día.
4. Dios santificó el séptimo día.
5. La razón de que Dios santificara el séptimo día es que en él reposó.
6. El relato del séptimo día no tiene la fórmula "y fue la tarde y la mañana el día séptimo", como los otros seis días de la creación.
7. El registro de la creación ha sido construido cuidadosamente.
8. La palabra "sábado" no se menciona en el libro de Génesis.
9. En el registro de Génesis no hay ningún mandamiento para que la
humanidad repose.
10. Nada se dice expresamente con relación al hombre en el reposo del séptimo día de la creación.
11. El "reposo" de Dios en el séptimo día se caracterizó más probablemente por deleitarse en su nueva creación y en la abierta comunidad con Adán y Eva en el ambiente sin pecado y perfecto de Edén.
12. Las condiciones que caracterizaron el "reposo" de Dios probablemente habrían continuado de no haber sido por el pecado del hombre.
13. El séptimo día de Gén. 2: 2, 3 puede haber sido un día regular, como los primeros seis días de la creación, o puede haber sido un período de tiempo indefinido.
14. El hecho de que el relato de Génesis esté construido tan cuidadosamente indica que la omisión de la frase "y fue la tarde y la mañana el día séptimo" fue intencional.
15. Cuando el hombre pecó, fue excluido de la presencia de Dios, y Dios inició su obra de redención para restaurar al hombre de vuelta a Sí mismo.
16. No dice que guardemos el sábado, no dice que es requisito para el cristiano convertido.
EXODO HASTA MALAQUIAS:
Cuando usted analiza los versos que utilizan los sabatistas en estos libros del Antiguo Testamento encontrará que siempre se refieren al pueblo de Israel. Es un pacto entre Dios y el pueblo judío. Nada de ordenanza para los gentiles.
1. "Sábado" es puramente una palabra hebrea que nunca se encuentra en la Biblia sino hasta el tiempo de Moisés. Éx. 16: 23. 2. La palabra sábado no se usa nunca en la Biblia en relación con algún tiempo santo judío. 3. No hay registro de que el sábado fuera guardado jamás antes de que los judíos lo guardasen. Éx. 16. 4. El sábado fue dado a los judíos. "Y les di mis sábados". Eze. 20: 12. Si Dios lo dio a los judíos, ¿no era su sábado, no era el sábado judío? Yo le doy un cuchillo a Fred. ¿No es el cuchillo de Fred? 5. Nótese cuán sencillo es el registro de que Dios dio el sábado a los judíos, pero a nadie más. "Dios OS dio el día de reposo". Éx. 16: 29. "Hablarás a los HIJOS DE ISRAEL, diciendo: En verdad vosotros guardaréis mis días de reposo". Éx. 31: 13. ¿A quiénes se les dijo que guardaran el sábado? A los hijos de Israel, los judíos. "Señal es entre mí y los HIJOS DE ISRAEL", los judíos. Versículo 17. 6. Dios mismo llama al sábado "los días de reposo de ella". Oseas 2: 11. "Haré cesar todo su gozo, sus nuevas lunas y sus días de reposo, y todas sus festividades". ¿No es entonces el sábado judío? 7. El sábado no fue dado nunca a ninguna otra nación. 8. "Guardarán, pues, el día de reposo los hijos de Israel, celebrándolo por sus generaciones". Éx. 31: 16. ¿A quiénes estaba limitado? A la generación de los judíos. 9. "Señal es entre mí y LOS HIJOS DE ISRAEL". Éx. 31: 17. Era exclusivamente de ellos, era judío. 10. El sábado está clasificado junto con los otros días santos y sacrificios judíos. Véase Lev. 23: 1-44; Núm. 28: 2, 16; I Crón. 23: 29-31; II Crón. 2: 4; 8: 13, etc. Fue abolido junto con ellos. Colo. 2: 14-17. 12. Los judíos abarcan a casi todos los que guardan el séptimo día; por eso, el "sábado judío" es una designación natural e inteligente de ese día. 13. Por eso, nuevamente, es significante y adecuado designarlos como los guardadores del sábado judío. 15. Pero los sabadistas dicen que el séptimo día es llamado "el sábado del Señor tu Dios". Éx. 20: 10, y "mi día santo", Isa. 58: 10, y que, por lo tanto, no es correcto llamarlo "un sábado judío". Respuesta: Cada temporada santa, lugar, persona, o artículo era llamado del Señor, como "la pascua del Señor". Éx. 12: 11. Y sin embargo, leemos: "La pascua, una fiesta de los judíos". Juan 6: 4. Así que es "el sábado del Señor" en un lugar, y "sus sábados" en otro. Oseas 2: 11. Por eso, es correcto y bíblico llamar al séptimo día "el sábado judío".
Éxodo 31: 16-17, El Sábado Perpetuo
Aquí los sabadistas encuentran tres expresiones que, según ellos arguyen, indican que el sábado no puede terminar nunca. 1.) "Por sus generaciones". 2.) "Perpetuo". 3.) "Para siempre". Así: "Guardarán, pues, los hijos de Israel el día de reposo, celebrándolo por sus generaciones, por pacto perpetuo. Señal es para siempre entre mí y los hijos de Israel". Ellos preguntan: "¿Cuándo termina lo que es PERPETUO y PARA SIEMPRE? Estas expresiones muestran que la generación de los judíos todavía continúa; por eso el sábado todavía debe ser guardado".
Pero este argumento también perpetuaría toda la ley levítica, la circuncisión, el incienso, la pascua, el sacerdocio, etc. La pascua: "Lo celebraréis como fiesta solemne para Jehová durante vuestras generaciones; por estatuto perpetuo lo celebraréis". Éx. 12: 14. Debía ser guardada "POR VUESTRAS GENERACIONES" y "PARA SIEMPRE", exactamente igual que el sábado. Lo mismo sucede con la ofrenda de incienso. "Incienso PERPETUO delante del Señor POR VUESTRAS GENERACIONES". Éx. 30: 8. Ahora, si el argumento Adventista en favor del sábado y basado en los términos "perpetuo", "para siempre", y "por vuestras generaciones" es bueno, ¡entonces deberían guardar la pascua y ofrecer incienso! Ésta es una buena muestra de la debilidad de los argumentos de los sabadistas. El mismo argumento probaría la perpetuidad de los holocaustos, Éx. 29: 42; la expiación, Éx. 30: 10; el lavamiento de las manos y los pies, Éx. 30: 21; las primicias, Lev. 23: 13; las ofrendas encendidas, Lev. 6: 18; el aceite para las lámparas, Lev. 24: 3; las franjas en los bordes de los vestidos, Núm. 15: 38; el pentecostés, Lev. 23: 21; la fiesta de los tabernáculos, Lev. 23: 41. Véanse también Éx. 40: 15; Lev. 3: 17; 7: 36; Núm. 10: 8.
La aplicación de estos términos a la observancia del sábado es prueba de que habría de cesar. ¿Por qué? Porque en cada caso en que estos términos se aplican a la observancia de cualquier ordenanza, esa ordenanza ha cesado. Los Adventistas mismos concuerdan con esto en todo, excepto en relación con el sábado. Así, Isa. 58: 12-13 es aplicado osadamente a nuestros días y a la obra de los Adventistas de urgir a todos a guardar el sábado judío. Pero no hay ni una sola palabra en todo el capítulo que siquiera intime tal cosa. Ellos asumen todo esto sin ninguna prueba, y luego aplican las palabras para adaptarlas a su propósito.
Cuando uno busca una afirmación clara y directa en toda la Biblia que requiera que los cristianos gentiles guarden el sábado, no la encuentra. Tiene que ser INFERIDO de esto; ADIVINADO de aquéllo; y una conclusión SACADA de lo de más allá; todo son inferencias, nada es directo. Así, pues, el Antiguo Testamento no proporciona evidencia alguna de que los cristianos deben guardar el sábado judío. Si tal prueba se ha de encontrar, debe ser en el Nuevo Testamento mismo. VAyamos al Nuevo Testamento para ver si Jesús o los apóstoles nos ordenaron guardar el sabado.
EL SABADO EN EL NUEVO TESTAMENTO:
Por extraño que parezca, el deber de guardar el séptimo día no se menciona ni una sola vez en todo el Nuevo Testamento. No hay ni un sólo mandamiento, ya sea de Cristo o de cualquiera de los apóstoles, para que se guarde ese día. No se dice ni una sola vez que es erróneo trabajar el séptimo día, o que Dios bendeciría a cualquier persona por observarlo. No hay ninguna promesa por guardarlo, ni ninguna amenaza por no guardarlo. Nadie es jamás reprendido por trabajar el séptimo día, ni aprobado por observarlo. Si descuidar el séptimo día es un crimen tan grande como ahora afirman sus defensores, es inexplicable que ninguna advertencia contra ese crime se diera en todo el Nuevo Testamento, ni siquiera una sola vez. ¿Es todo este silencio meramente accidental? Eso quieren hacernos creer los sabadistas, pero la suposición es absurda. Evidentemente, fue dejado fuera a propósito, lo mismo que el pentecostés, la pascua, las lunas nuevas, los sacrificios, y cosas semejantes.
En todas sus catorce epístolas, Pablo sólo menciona el sábado una sola vez, y eso sólo para mostrar su abolición, Col. 2: 16. ¡Contraste esto con la literatura Adventista a favor del sábado!
La respuesta usual es que los judíos ya estaban guardando el sábado, hasta demasiado estrictamente, y que, por lo tanto, los cristianos judíos no necesitaban ser instruídos sobre este punto. Pero esta respuesta no es satisfactoria. Los judíos eran igual de estrictos contra los falsos dioses y las imágenes, y sin embargo, a los cristianos se les advierte, una y otra vez, contra estas cosas. Así, Pablo dice: "No seáis idólatras", y "Huid de la idolatría". I Cor. 10: 7, 14. Pero, ¿dónde dice: "Guardad el séptimo día?" o "Huid de la violación del sábado"?
Ahora bien cuando analizamos el comportamiento de Jesús sobre el sábado, vemos que los propios judíos lo criticaban y acusaban de violar el sabado y Jesús nunca se defendió de esa acusación. Cuando vemos a Jesús en Lucas 6: 6-11 encontramos lo suguiente:
1. Jesús declaró específicamente que era lícito hacer bien en sábado.
2. Jesús se enfrentó, abierta y públicamente, a los dirigentes judíos en relación con la interpretación comúnmente aceptada de la ley del sábado.
3. Jesús sanó en sábado a un hombre cuya vida no estaba siendo amenazada.
4. Jesús se enojó abiertamente y se entristeció por la dureza de los corazones de los fariseos.
Luego en Lucas 14 vemos otro encuentro de Jesús, el sábado y los fariseos y encontramos que:
1. Parece que este episodio fue preparado por los dirigentes judíos para tenderle una trampa a Jesús:
a. El hombre con hidropesía estaba allí en frente de Jesús por casualidad.
b. Los fariseos y los intérpretes de la ley no respondieron a la pregunta de Jesús, probablemente por temor de que Jesús revelase los verdaderos motivos de ellos.
2. Jesús sanó al hombre con hidropesía en este día de sábado.
3. Jesús justificó su conducta en sábado basándose en cómo los fariseos, y otros que estaban presentes, cuidaban de sus animales en sábado.
En los capítulos de Juan y Lucas vemos el mismo comportamiento de Jesús hacia el sábado. El ponía sus propias normas sobre su observancia y lo quebrantaba de la misma forma que David comía los panes de la proposición en el templo y era sin culpa. Ni por asomo Jesús ordenó que guardaramos el sabado, ni que el domingo era la marca de la bestia, que debíamos unirnos al adventismo para guardar el sabado y asi escapar de la destrucción venidera. Jesús no defendió la observancia del Sabado. Si guardamos el sabado porque Jesús lo guardó, debemos tambien entonces, circuncidarnos, ir a las Sinagogas judías, y hacer todas las cosas judías que él hizo, porque estaba todavía bajo la ley en cumplimiento de esa ley. Jesús quebrantó el sábado, pero por eso no cometió pecado, porque el es el Señor y dueño del Sábado, El no vino a abolir la ley, vino a cumplirla a culminar su objetivo o propósito de la ley, El vino a magnificar la ley y engrandecerla, EN SU PERSONA. La ley nos apunta y lleva a Cristo, por ello Cristo es el cumplimiento de la ley.
No podemos hoy decidir qué parte de la ley tomamos y cual rechazamos. La ley es un todo. Es una sola ley. Los que han tratado de dividirla en ley ceremonial y ley moral, no han presentado apoyo bíblico sustancioso para ésto. De hecho los propios judios rechazan esta división. La ley es una sola ley. Llamada la Ley de Dios, Ley del Señor, Ley de Moisés.