Re: LA MAXIMA CONTROVERSIA DE satanas ,CONTRA DIOS
Estimado Juan Luis Marín. Saludos cordiales.
Si le preguntas a gatomarco sobre la Jerusalén celestial, no tendrá la menor idea que le corresponde el sitial del Lugar Santísimo.
Cuando abrazó el preterismo, los humos se le fueron a la cabeza y perdió el norte y el horizonte.
Lee: " Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido.
Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios." Apoc. 21:2,3
El tamaño de la ciudad es doce mil estadios por doce mil estadios, esto es, ciento cuarenta y cuatro mil; es cuadrangular (21:17). El número ciento cuarenta y cuatro es doce por doce. Entonces, la Nueva Jerusalén es la perfección y la consumación.
Toda la ciudad es medida con la caña de oro, doce mil estadios, es decir, el largo, alto y ancho son iguales, formando un cubo. Un estadio corresponde a ciento ochenta y cinco metros, por tanto doce mil estadios son dos mil doscientos veinte kilómetros.
Ahora te agregó otro antecedente que echa por tierra la interpretación de que nuestro Señor, luego de su resurrección se dirigió al Lugar Santísimo Celestial:
"No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí.
En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros.
Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis." Juan 14:1-3
Jesús fue a preparar lugar para nosotros, luego de su ascensión.
"Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá de allí; y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo, de mi Dios, y mi nombre nuevo." Apoc. 3:12.
"Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo,
por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne,
y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios,
acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura." Hebreos 10:19-22
En la construcción del tabernáculo, “Dios advirtió” a Moisés que hiciera todas las cosas “conforme al modelo” que se le mostró en el Monte Sinaí (Hebreos 8:5).
El tabernáculo estaba dividido en dos habitaciones, el lugar santo y el lugar santísimo. Dentro de la primera, según el registro de Éxodo 40, había tres muebles. La mesa de los panes de la proposición estaba al lado norte, y el candelero de oro estaba al sur. Finalmente, al oeste, justo “antes del velo” que separaba el lugar santo del lugar santísimo, estaba el altar de oro del incienso (Éxodo 30:6; 40:26).
Al describir la misma circunstancia, el escritor de Hebreos declaró que “tras el segundo velo” había una habitación “llamada el Lugar Santísimo, el cual tenía un incensario de oro...” (Hebreos 9:3-4).
En consecuencia, Cristo no podía entrar en el Lugar Santísimo del Cielo, ya que como todos sabemos, la antigua Jerusalén terrenal con su templo permanecía incólume, hasta que fue destruida por el General Tito, en el año 70 d. C.
"pero en el segundo el solo Pontífice una vez al año no sin llevar allí sangre, la cual ofrecía por sus ignorancias, y por las del pueblo;
dando a entender con esto el Espíritu Santo, que no estaba todavía patente la entrada del verdadero Santuario o Sancta Sanctorum del cielo, estando aún en pie o subsistiendo el primer tabernáculo." Hebreos 9:7,8.
Entonces tenemos a nuestro Señor que luego de su resurrección asciende al Cielo, donde estaba el Lugar Santo: "Mas sobreviniendo Cristo Pontífice que nos había de alcanzar los bienes venideros, por medio de un tabernáculo más excelente y más perfecto, no echo a mano, esto es, no de fábrica o formación semejante a la nuestra.
Y presentándose no con sangre de machos de cabrío, ni de becerros, sino con la sangre propia, entró una sola vez para siempre en el Santuario del cielo habiendo obtenido una eterna redención del género humano." Hebreos 9:11,12.
En 1844, nuestro Señor, el novio de la parábola, se dirige al Padre.
"Miraba yo en la visión de la noche, y he aquí con las nubes del cielo venía uno como un hijo de hombre, que vino hasta el Anciano de días, y le hicieron acercarse delante de él.
Y le fue dado dominio, gloria y reino, para que todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieran; su dominio es dominio eterno, que nunca pasará, y su reino uno que no será destruido. " Daniel 7:13,14
"Y a la medianoche se oyó un clamor: ¡Aquí viene el esposo; salid a recibirle!" Mateo 25
"Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido.
Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios." Apoc. 21:2,3.
Bendiciones.
Luego todo Israel será salvo.