REFLEXIONES PERSONALES
Este tema sobre la ley y la gracia se sale de control cuando hacemos la "PREEMINENCIA DE CRISTO" a un lado.
Si encontramos pensamientos escritos de este calibre:
Colosenses 1:16 Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; TODO FUE CREADO POR MEDIO DE ÉL Y PARA ÉL.
Es obvio entonces, sin forzar la lógica, y solo por la mera fuerza de los hechos, que la expresión "la ley" en el sentido específico de su relación con la nación de Israel como una legislación que regulaba su conducta, no solo camino en el desierto, sino también una vez establecidos en la tierra de Canaán, es una cosa.
Y otra muy distinta es la palabra "LEY" sin el artículo definido en el griego original, como enseñan los que conocen sobre estos asuntos (Extraído de Scripture Truth Vol. 12, 1920, página 160.),
Porque esta palabra "ley" sin relación con la regulación mosaica, tiene que ver con las leyes del Universo, como por ejemplo aquí:
Jeremías 31:36 SI FALTAREN ESTAS LEYES delante de mí, dice Jehová, también la descendencia de Israel faltará para no ser nación delante de mí eternamente.
¿A qué leyes se está refiriendo el profeta?
A las leyes de gravitación universal, leemos:
Jeremías 31:35 Así ha dicho Jehová, que da el sol para luz del día, LAS LEYES DE LA LUNA Y DE LAS ESTRELLAS PARA LUZ DE LA NOCHE, que parte el mar, y braman sus ondas; Jehová de los ejércitos es su nombre:
Esta distinción es importante tenerla en cuenta a la hora de interpretar pasajes como Romanos 8:2, leemos:
1. Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.
2. Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte.
Aquí tiene el mismo sentido que cuando hablamos de las leyes del universo, o más específicamente de la ley de la gravitación, e indica una fuerza controladora que opera con uniformidad de acción sobre todos los que están bajo su poder.
El Hijo de Dios no es un ser insignificante, o un "diosito" pequeño en comparación con el ser humano.
Lo digo por cuanto la religión de la cristiandad profesante, presenta este tipo de "cristo" y se lo cuelgan hasta en el pecho en forma de crucifijo.
Y algunos foristas que vienen de este trasfondo religioso, todavía no han podido soltar ese lastre que les impide discernir el Cristo de las Escrituras.
Al final del capítulo 7 de Romanos encontramos que la ley del pecado y de la muerte, resulta mucho más poderosa que la ley de una mente renovada, leemos:
14. Porque sabemos que la ley es espiritual; mas yo soy carnal, vendido al pecado.
15. Porque lo que hago, no lo entiendo; pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco, eso hago.
16. Y si lo que no quiero, esto hago, apruebo que la ley es buena.
17. De manera que ya no soy yo quien hace aquello, sino el pecado que mora en mí.
18. Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo.
19. Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago.
20. Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí.
21. Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en mí.
22. Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios;
23. pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros.
Pero aquí en el capítulo 8 encontramos que la ley del Espíritu, con la que ahora es dotado el creyente, es mucho más poderosa que la ley del pecado y de la muerte:
2. Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte.
Al igual que el apóstol, nosotros podemos decir confiadamente al andar con Jesús, somos libres de aquella ley que nos maldecía, nos condenaba y finalmente nos mataba.
Cristo nos ha hecho libres.
Desde Adán hasta Cristo, todo el mundo ha quedado destituido de la gloria de Dios por causa de la ley del pecado y de la muerte sin importar que los gentiles no tuviesen ley, pues la misma muerte testifica de que somos pecadores.
Ahora, estando ya presente Cristo, habiendo efectuado la Obra de la Redención, y habiendo dotado de Espíritu Santo a sus redimidos, su Iglesia no está bajo la ley.
Ni siquiera bajo la ley del viejo pacto en el sentido de la relación de Israel con Dios, por nuestra condición de gentiles.
La Iglesia es un asunto completamente nuevo...
Es la futura Esposa del Cordero, pero bajo la Gracia de Dios, leemos:
Romanos 6:14. Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia.
Y en esta gloriosa condición "la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús" nos ha liberado de la ley del pecado y de la muerte.
Por lo tanto, nos mantenemos "bajo la ley de Cristo" o "legítimamente sujetos a Cristo" , leemos:
1 Cor. 9:21. a los que están sin ley, como si yo estuviera sin ley (no estando yo sin ley de Dios, sino bajo la ley de Cristo), para ganar a los que están sin ley.
...y de este modo se nos permite cumplir con todos los requisitos justos de la ley, leemos:
Romanos 8:4. para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.
¿Cómo se cumplió la justicia de la ley en nosotros?
Cristo es el que murió en mi lugar, cuando Dios colocó mis pecados sobre su santo cuerpo en el Altar de la cruz (Is.53:6;2Cor.5:21).
Y este resultado es el fruto de la Gracia de Dios en Cristo Jesús.
De manera que estando Justificado de esta manera, no puedo reclamar nada, no puedo exigir nada, y mucho menos presentarme delante de Dios con una maleta llena de mandamientos para provocarlo a ira insinuando que "YO SÍ LOS OBEDECÍ" y por lo tanto hice méritos para salvarme.
Esta es la conducta soberbia del mismo diablo, que siempre ha sido adversario de la PREEMINENCIA DE CRISTO.
Deuteronomio 32:29 ¡OJALÁ fueran sabios, que comprendieran esto, Y se dieran cuenta del fin que les espera!
Este tema sobre la ley y la gracia se sale de control cuando hacemos la "PREEMINENCIA DE CRISTO" a un lado.
Si encontramos pensamientos escritos de este calibre:
Colosenses 1:16 Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; TODO FUE CREADO POR MEDIO DE ÉL Y PARA ÉL.
Es obvio entonces, sin forzar la lógica, y solo por la mera fuerza de los hechos, que la expresión "la ley" en el sentido específico de su relación con la nación de Israel como una legislación que regulaba su conducta, no solo camino en el desierto, sino también una vez establecidos en la tierra de Canaán, es una cosa.
Y otra muy distinta es la palabra "LEY" sin el artículo definido en el griego original, como enseñan los que conocen sobre estos asuntos (Extraído de Scripture Truth Vol. 12, 1920, página 160.),
Porque esta palabra "ley" sin relación con la regulación mosaica, tiene que ver con las leyes del Universo, como por ejemplo aquí:
Jeremías 31:36 SI FALTAREN ESTAS LEYES delante de mí, dice Jehová, también la descendencia de Israel faltará para no ser nación delante de mí eternamente.
¿A qué leyes se está refiriendo el profeta?
A las leyes de gravitación universal, leemos:
Jeremías 31:35 Así ha dicho Jehová, que da el sol para luz del día, LAS LEYES DE LA LUNA Y DE LAS ESTRELLAS PARA LUZ DE LA NOCHE, que parte el mar, y braman sus ondas; Jehová de los ejércitos es su nombre:
Esta distinción es importante tenerla en cuenta a la hora de interpretar pasajes como Romanos 8:2, leemos:
1. Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.
2. Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte.
Aquí tiene el mismo sentido que cuando hablamos de las leyes del universo, o más específicamente de la ley de la gravitación, e indica una fuerza controladora que opera con uniformidad de acción sobre todos los que están bajo su poder.
El Hijo de Dios no es un ser insignificante, o un "diosito" pequeño en comparación con el ser humano.
Lo digo por cuanto la religión de la cristiandad profesante, presenta este tipo de "cristo" y se lo cuelgan hasta en el pecho en forma de crucifijo.
Y algunos foristas que vienen de este trasfondo religioso, todavía no han podido soltar ese lastre que les impide discernir el Cristo de las Escrituras.
Al final del capítulo 7 de Romanos encontramos que la ley del pecado y de la muerte, resulta mucho más poderosa que la ley de una mente renovada, leemos:
14. Porque sabemos que la ley es espiritual; mas yo soy carnal, vendido al pecado.
15. Porque lo que hago, no lo entiendo; pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco, eso hago.
16. Y si lo que no quiero, esto hago, apruebo que la ley es buena.
17. De manera que ya no soy yo quien hace aquello, sino el pecado que mora en mí.
18. Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo.
19. Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago.
20. Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí.
21. Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en mí.
22. Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios;
23. pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros.
Pero aquí en el capítulo 8 encontramos que la ley del Espíritu, con la que ahora es dotado el creyente, es mucho más poderosa que la ley del pecado y de la muerte:
2. Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte.
Al igual que el apóstol, nosotros podemos decir confiadamente al andar con Jesús, somos libres de aquella ley que nos maldecía, nos condenaba y finalmente nos mataba.
Cristo nos ha hecho libres.
Desde Adán hasta Cristo, todo el mundo ha quedado destituido de la gloria de Dios por causa de la ley del pecado y de la muerte sin importar que los gentiles no tuviesen ley, pues la misma muerte testifica de que somos pecadores.
Ahora, estando ya presente Cristo, habiendo efectuado la Obra de la Redención, y habiendo dotado de Espíritu Santo a sus redimidos, su Iglesia no está bajo la ley.
Ni siquiera bajo la ley del viejo pacto en el sentido de la relación de Israel con Dios, por nuestra condición de gentiles.
La Iglesia es un asunto completamente nuevo...
Es la futura Esposa del Cordero, pero bajo la Gracia de Dios, leemos:
Romanos 6:14. Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia.
Y en esta gloriosa condición "la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús" nos ha liberado de la ley del pecado y de la muerte.
Por lo tanto, nos mantenemos "bajo la ley de Cristo" o "legítimamente sujetos a Cristo" , leemos:
1 Cor. 9:21. a los que están sin ley, como si yo estuviera sin ley (no estando yo sin ley de Dios, sino bajo la ley de Cristo), para ganar a los que están sin ley.
...y de este modo se nos permite cumplir con todos los requisitos justos de la ley, leemos:
Romanos 8:4. para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.
¿Cómo se cumplió la justicia de la ley en nosotros?
Cristo es el que murió en mi lugar, cuando Dios colocó mis pecados sobre su santo cuerpo en el Altar de la cruz (Is.53:6;2Cor.5:21).
Y este resultado es el fruto de la Gracia de Dios en Cristo Jesús.
De manera que estando Justificado de esta manera, no puedo reclamar nada, no puedo exigir nada, y mucho menos presentarme delante de Dios con una maleta llena de mandamientos para provocarlo a ira insinuando que "YO SÍ LOS OBEDECÍ" y por lo tanto hice méritos para salvarme.
Esta es la conducta soberbia del mismo diablo, que siempre ha sido adversario de la PREEMINENCIA DE CRISTO.
Deuteronomio 32:29 ¡OJALÁ fueran sabios, que comprendieran esto, Y se dieran cuenta del fin que les espera!