A lo largo de nuestra vida alguna vez, hemos sentido una inmensa tristeza en el alma y de repente como si un balsamo fuese derramado, aparece una paz inexplicable que invade todo nuestro ser. Es Dios que toma nuestros problemas en Sus Manos.
La vida está llena de grandes oportunidades inteligentemente camufladas como frustraciones devastadoras. Sea lo que sea en tu vida, no te desesperes. Con la ayuda de Dios, tu también puedes cambiar tus cicatrices en estrellas, y tus impedimentos en fortalezas.
La verdadera cruz está en tu corazón, hombre sediento de Amor. Así ves el misterio de la muerte que te hizo nacer sabiendo las parábolas del reino. La cruz de Cristo es vida guiando tus pasos para que te detengas ante el sufrir de los demás. Dios está en la Palabra y en el abrazo al prójimo que conversa a solas. Su heredad es un milagro para acercarte a lo sagrado. La verdadera cruz está en tu corazón, de donde emana el remedio inextinguible. Camina, pues, ofreciendo bondad sin maquillaje.
"El que venciere será vestido de vestiduras blancas; y no borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de sus ángeles"
La vida está llena de grandes oportunidades inteligentemente camufladas como frustraciones devastadoras. Sea lo que sea en tu vida, no te desesperes. Con la ayuda de Dios, tu también puedes cambiar tus cicatrices en estrellas, y tus impedimentos en fortalezas.
En el firmamento coexisten luces apenas perceptibles que nos acompañan. Alguna estrella fugaz insinúa un sendero con destino lejano que nos muestra un camino difuso.
Pero sobre estas luces está la luz del mundo, Jesús, que quien la sigue no está en tinieblas. Juan 8:12
"Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida".
"La oración puede ser tan simple como el llanto de un bebé;
tan elocuente como una lágrima; tan secreta como una angustia;
tan ligera como un relámpago, tan poderosa como un tornado;
tan dulce como la fragancia de una flor; tan profunda como un abismo;
tan alta como los cielos, tan fuerte como el amor y tan divinamente humana como Cristo"
Los pensamientos son palabras silenciosas que solo nosotros y el Señor escuchamos. Pero esas palabras afectan nuestro ser interior, nuestra salud, nuestro gozo y nuestra actitud.
Nosotros nunca podremos sorprender a Dios. Nuca podremos predecir a Dios. Él siempre toma la iniciativa. Él siempre está "en el principio". Antes del que el hombre existiese, Dios actuó. Antes de que el hombre buscase a Dios, Dios le habia buscado. En la Biblia no vemos al hombre buscando a Dios, vemos a Dios alcanzando al hombre.
Una palabra constante del Señor para nosotros es: ¡¡No temas!!. Cristo viene a nosotros en nuestro temor solitario con todo su poder y autoridad. Él no nos va a dejar sin ayuda en el inquieto mar de la vida.
Cerrar los ojos, respirar profundamente, contar hasta diez antes de emitir un desacertado juicio, sería una práctica correcta, pero… no es fácil.
No resulta fácil dar amor al enemigo, sonreir al que malhumerado expresa su descontento sin razón aparente. Por eso necesitamos tener comunión estrecha con el Espiritu Santo que nos da la fuerza para controlarnos y contar.....