PARA LA GENUINA IGLESIA DE CRISTO QUE ESPERA A CRISTO EN EL ARREBATAMIENTO ANTES DE LA IRA VENIDERA (1Ts.1:9-10)
Vamos a mirar la diferencia entre los que "duermen" y aquellos que no tienen esperanza.
Una de las verdades que debemos admitir respecto al arrebatamiento de la Iglesia antes de la semana 70 de la profecía de Daniel, no solamente es la Doctrina de la Inminencia (Jn.14:2-3; 1Cor.1:7; Fil.3:20-21; 1Ts.1:9-10; 4:16-17; 5:5-9; Tito 2:13; Sant.5:8-9; Apoc.3:10; 22:17-22); sino también la intención del Espíritu Santo al acuñar la palabra "dormir" para los que somos de Cristo y amamos su venida.
1Ts_4:13 Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza.
Éstos son creyentes en Cristo que han sido alcanzados por la muerte, y se han adelantado a nosotros en el encuentro con la Presencia del Señor. Leemos:
1Co 11:30 Por lo cual hay muchos enfermos y debilitados entre vosotros, y muchos duermen.
Aquí, la referencia a "muchos duermen" está referencia a hermanos salvos, que fueron llamados antes de tiempo, por haber participado de la Cena del Señor indignamente.
1Co_15:6 Después apareció a más de quinientos hermanos a la vez, de los cuales muchos viven aún, y otros ya duermen.
Aquí la referencia es a los testigos de la Resurrección.
Sucesivamente vemos el lenguaje usado por el Señor en ocasiones cuando la muerte se hizo presente, leemos:
Mat_9:24 les dijo: Apartaos, porque la niña no está muerta, sino duerme. Y se burlaban de él.
Jua_11:11 Dicho esto, les dijo después: Nuestro amigo Lázaro duerme; mas voy para despertarle.
De manera que cuando un creyente parte, la muerte no ha dicho la última palabra.
Hay una gran diferencia entre los que amamos la venida del Señor, su inminencia, y los que no tienen esperanza.
Esta convicción que sustenta el alma del creyente, conocer que será un leve "dormir" y un eterno despertar, indiscutiblemente que marca una diferencia externa, cuando estamos en conexión ante la partida de un familiar creyente, o de un hermano del pueblo de Dios.
Tenemos un cuerpo vacío, que duerme dentro de una caja de madera, en la asamblea, el cuerpo perteneció en vida a un hermano o una hermana del pueblo del Señor, estamos allí para dar testimonio de nuestra Fe.
Obviamente asisten familiares y amigos que no son salvos, pero ellos no observan llanto, ni gritos desgarradores, ni escucha palabras que expresen desesperanza.
El corazón de los sabios está en la casa del luto, donde los que no son salvos, reciben la ayuda de contemplar esa entereza, esa convicción de paz y tranquilidad, conociendo que el alma de nuestro hermano o hermana, se halla disfrutando de la misma Presencia del Señor.
Entonces, hay una gran diferencia expresada aquí, con aquellos que no tienen esperanza, como la que tenemos nosotros, puesta en la inminencia del retorno del Señor para trasladarnos a la Casa de su Padre en los cielos, en el levantamiento de su Iglesia, la resurrección de los salvados.
Otra de las reconfortantes evidencias que tenemos, y creo que es la mayor, es la misma resurrección del Señor, como la mejor garantía que los santos que han partido vencerán la muerte, por medio de la resurrección, leemos:
1Ts 4:14 Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él.
La expresión "TRAERÁ DIOS CON JESÚS A LOS QUE DURMIERON EN ÉL" está vinculada a la inmensa compañía de salvados cuyas almas vienen con el Señor para ser revestidos de su habitación celestial, leemos:
2Co 5:1 Porque sabemos que si nuestra morada terrestre, este tabernáculo, se deshiciere, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha de manos, eterna, en los cielos.
2Co_5:2 Y por esto también gemimos, deseando ser revestidos de aquella nuestra habitación celestial;
2Co 5:3 pues así seremos hallados vestidos, y no desnudos.
Cristo, en el arrebatamiento de la Iglesia, va a revestir a su pueblo de una habitación celestial, es decir, nos va a dar un cuerpo glorificado, semejante al suyo, leemos:
Flp 3:20 Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo;
Flp 3:21 el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas.
Esta transformación dura fracciones de segundo, un abrir y cerrar de ojos, leemos:
1Co 15:51 He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados,
1Co 15:52 en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados
El apóstol no está especulando con filosofías, o mitologías griegas, de ninguna manera, lo que leemos en el versículo 15 nos da la Certeza, que estamos ante la Palabra de Dios, leemos:
1Ts 4:15 Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron.
"QUE HABREMOS QUEDADO HASTA LA VENIDA DEL SEÑOR"
Este encuentro con el Señor en el aire, nada tiene que ver con su descenso a la tierra en relación con Israel y las naciones gentiles, en el monte de los Olivos (Zac.14:4-5), donde juzgará a las naciones separando las ovejas de los cabritos para introducirlos en el reino Milenial (Mt.25:31-34).
El Señor viene por un pueblo santo, el viene sin relación con el pecado, y solo los que lo esperan a él serán arrebatados, leemos:
Heb_9:28 así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan.
"PARA SALVAR A LOS LE ESPERAN DE LA GRAN TRIBULACIÓN" (1Ts.1:10)
Bueno, voy a dejar hasta aquí, porque ya es madrugada en Venezuela, son las 4:21, más tarde, ya de día, continuaremos con estas evidencias escriturales, que nos ayudan mucho más a velar por nosotros mismos para que en su venida no nos alejemos de él avergonzados, como le va a suceder a los que esperan al anticristo.-
En Cristo.