Nuevamente, por estar sumido en la falsa teología del remplazo mezclas todo con todo.
Eres completamente incapaz de separar "el pueblo de Dios" que es Israel, de la Iglesia y citas el libro de Romanos, que te debería aclarar si realmente tuvieses luz, al respecto.
1 Digo, pues: ¿Ha desechado Dios a su pueblo? En ninguna manera. Porque también yo soy israelita, de la descendencia de Abraham, de la tribu de Benjamín.
2 No ha desechado Dios a su pueblo, al cual desde antes conoció. ¿O no sabéis qué dice de Elías la Escritura, cómo invoca a Dios contra Israel, diciendo:
3 Señor, a tus profetas han dado muerte, y tus altares han derribado; y sólo yo he quedado, y procuran matarme?
4 Pero ¿qué le dice la divina respuesta? Me he reservado siete mil hombres, que no han doblado la rodilla delante de Baal.
5 Así también aun en este tiempo ha quedado un remanente escogido por gracia. Rom 11:1-5
Así que ya entiéndelo.
El "Pueblo de Dios" es, ha sido y será por siempre Israel, este es "el Israel de Dios".
Y, si bien es cierto en Su pueblo santo hubo una generación adúltera (Mt 23) que viendo no creyó (Luc 11:29-54) y por tanto (porque sin fe es imposible agradar a Dios) que fue desgajada, no todos lo fueron (los discípulos, los apóstoles, la iglesia primitiva)y, también es verdad que ahora Su pueblo santo tiene impuesto un velo santo, pero no han sido desgajados -como dice Pablo- y, también es verdad que este remanente de "escogidos" (v.5), son los mismos escogidos que pasaran por la gran tribulación y, se convertirán a Cristo. Tal y como dicen las escrituras, y se cumplirán las profecías en ellos.
Aún después del milenio, Dios le continua llamando "mi pueblo" a Israel, mientras que, todos otros escogidos que pasaron por la gran tribulación y entraron victoriosos al milenio y que se levantarán contra Dios al final del milenio son llamados "´pueblos", "gentes".(Ez 38:11-16). Obviamente la Iglesia no estará ahí, sino en las nubes.
Veo que estas hundido en la falsa doctrina del remplazo, pero irónicamente, en esta tu confusión te crees luz divinamente inspirada y desde esta oscuridad juzgas a los cristianos ganados a precio de sangre haciéndote con ello un mutilador del cuerpo de Cristo ( Fil 3:2) cuando resulta evidente que no hay en ti sino empecinamiento, juicio severo contra los cristianos y confusión gestada en la falsa doctrina del remplazo.
Deja pues de confundir la Iglesia con Israel.