DESÁNIMO EN TIEMPOS DE PANDEMIA
Por un hermano de nuestras asambleas.
1Ts_5:16 Estad siempre gozosos.
Quizás esta palabra sea mucho más fácil de manifestarse en tiempos de abundancia, de prosperidad, de salud.
Pensaríamos, de este modo, muchos de nosotros.
Pero hacerla una realidad en tiempos de pandemia, cuando los hospitales están atiborrados de enfermos y escasean las camas y los respiradores… cuando se nos informa, que, de 10 entubados, 8 fallecen… y que la causa es la retribución económica que hace la OMS por cada fallecido, según la información que puede hallarse en internet.
Es decir, que están pagando por diezmar la población mundial.
Un reciente informe nos habla del hermano país:
“Colombia ha superado este viernes, (o sea ayer viernes último día de Agosto) el umbral de los 10.000 fallecidos por coronavirus, después de registrar casi 300 nuevos en las últimas 24 horas, según el último balance ofrecido por el Ministerio de Salud del país.”
Que, si en un hogar hay un contagiado reportado, entonces le caen las autoridades y se los llevan a todos para hacerles el test del Covid19 y confinarlos en lugares especiales hasta saber los resultados.
Y muchos de ellos, no regresarán jamás al hogar de dónde fueron sacados.
Sobre todo, nosotros los “viejos” los mayores, los de la tercera edad.
Entonces la expresión “estad siempre gozosos” ni siquiera llega a nuestra mente perturbada por la situación actual.
Es como si esta palabra, este estado de ánimo, quedase sepultado bajo el enorme peso de una situación aplastante.
Otra cosa.
¿Qué es eso de quedarse en casa y aguantar hambre?
Porque los gobiernos ordenan quedarse en casa… Sí, muy bien, ¿Y quién alimenta a estos presos domiciliarios?
Porque la ayuda que los gobiernos puedan ofrecer nunca será constante, y precisa. Y el pueblo necesita salir a buscar comida afuera, mientras llega la vacuna mundial.
Ahora, se sale a buscar comida o insumos y la amenaza del contagio está más latente que nunca, pues no sabe uno si es asintomático y si en la suela de los zapatos trae el contagio.
Entonces, piensa uno, es mejor quedarse en casa y morir de hambre como aquella viuda que dijo:
1Re 17:12 Y ella respondió: Vive Jehová tu Dios, que no tengo pan cocido; solamente un puñado de harina tengo en la tinaja, y un poco de aceite en una vasija; y ahora recogía dos leños, para entrar y prepararlo para mí y para mi hijo, PARA QUE LO COMAMOS, Y NOS DEJEMOS MORIR.
Porque las provisiones escasean y al no haber empleo, no hay dinero, entonces viene el hambre como consecuencia del mandato:
“QUÉDATE EN CASA”
Por otro lado, a los que tiene algún tipo de negocio en su casa, les pasa esto:
Hemos visto como nuestra artesa de amasar se ve seriamente afectada por la falta de dinero en efectivo, pues al no haber empleo, disminuyen las ventas. Y si a esto le añadimos la competencia desleal, donde otros, por una ganancia irrisoria, arrebata la clientela que tantos años ha costado lograr.
Y está uno pensando en estas cosas y llega un proveedor a ofrecer su producto, y le decimos que no hay dinero, que no hay clientes… y la respuesta que nos da es esta:
- “Lea Romanos 8:31” - Y se va a ofrecer su producto a otro lugar, donde halla más confianza en el Creador.
Rom 8:31 ¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?
Ellos están más aferrados a la palabra que uno, y el gozo que le hace falta a uno, ellos lo tienen.
Ahora. No sé si sea ingratitud de parte nuestra hacia el Señor.
Lo digo porque de los diez leprosos sanados, solo uno regresó, y de qué manera, leemos:
Luc 17:15 … volvió, glorificando a Dios a gran voz,
“A GRAN VOZ”
Su corazón agradecido, no espero manifestar este gran gozo hasta acercarse al Señor…
“¡¡GRACIAS DIOS MÍO!!” “¡¡GRACIAS DIOS MÍO!!” “¡¡GRACIAS DIOS MÍO!!”
Y los que estaban acompañando al Señor voltearon a mirar a este hombre agradecido que se acercaba a ellos.
Y el Señor también lo estaba viendo acercarse lleno de gozo.
Pero hay algo más queridos hermanos…
Luc 17:16 y se postró rostro en tierra a sus pies, dándole gracias
¡ESTÁ ADORANDO AL SEÑOR!!
Un corazón agradecido, adora.
No solamente le había quitado la lepra de encima, sino también lo limpio de la lepra del pecado, escuchemos esta palabra del Señor:
Luc 17:19 Y le dijo: Levántate, vete; tu fe te ha salvado.
Y me parece estar oyendo al objetor:
¿Pero sí el Señor todavía no había ido a la Cruz?
¿Cómo entonces podía perdonar pecados y llamarlos salvos?? (Mt.9:22; Mr.10:52; Lc.18:42)
Porque la Gracia es Soberana y es Libre. Leemos:
2Ti 1:9 quien nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos,
“ANTES DE LOS TIEMPOS DE LOS SIGLOS”
La gracia de Dios es Cristo Jesús:
2Ti 1:10 pero que ahora ha sido manifestada por la aparición de nuestro Salvador Jesucristo, el cual quitó la muerte y sacó a luz la vida y la inmortalidad por el evangelio,
De manera que la gracia es el principio por el que Dios justifica al pecador; la fe es el principio por el que se recibe el beneficio; y la muerte de Cristo es la única base sobre la que todo esto es posible: somos «justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús».
Este es el orden.
Pero volviendo al corazón agradecido de este varón, leemos que era Samaritano.
El Señor preguntó:
Luc 17:17 … ¿No son diez los que fueron limpiados? Y los nueve, ¿dónde están?
Luc 17:18 ¿No hubo quien volviese y diese gloria a Dios sino este extranjero?
De seguro esta reprensión fue dirigida a los soberbios fariseos, sacerdotes y escribas, que acostumbraban acompañarlo, no para ser sus discípulos, sino para acecharlo, para criticarlo, para deshonrarlo.
Me llama la atención la conducta de los nueve judíos que no regresaron, luego de haber sido limpiados de su lepra física.
Y es la ingratitud.
Dice la Escritura:
Luc 17:14 Cuando él los vio, les dijo: Id, mostraos a los sacerdotes. Y aconteció que mientras iban, fueron limpiados.
“Y ACONTECIÓ QUE MIENTRAS IBAN, FUERON LIMPIADOS”
Qué menosprecio al Señor. Estos nueve hombres no regresaron.
Una vez se mostraron a los sacerdotes, cada cual agarró por su camino y se olvidaron de Aquel que los había sanado.
Se quedaron con su templo, con sus sacrificios, con sus sacerdotes, con su religión vacía de Cristo.
¿CÓMO ESTÁ NUESTRA RELACIÓN CON EL SEÑOR?
Oh apreciado pueblo del Señor, que no caigamos en la religiosidad, que nuestro corazón esté unido al corazón del Señor, mucho más ahora, en estos tiempos de prueba, en estos tiempos de crisis mundial.
Que el terror y el miedo al Covid19 no encubra ni debilite la confianza en el Señor.
Sal 23:4 Aunque ande en valle de sombra de muerte,
No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo;
Sal_91:7 Caerán a tu lado mil,
Y diez mil a tu diestra;
Mas a ti no llegará.
Esto que está sucediendo, nos muestra un nuevo orden mundial, una nueva vacuna mundial, pero a la vez, de manera incuestionable, la inminencia de la venida del Señor por los que son suyos, porque esta es la bendita Esperanza de la iglesia:
1Ts 1:10 y esperar de los cielos a su Hijo, al cual resucitó de los muertos, a Jesús, quien nos libra de la ira venidera.
Y así no venga hoy, o mañana, nuestro deber es amar su venida, como aprendemos aquí:
2Ti_4:8 Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida.
“SINO TAMBIÉN A TODOS LOS QUE AMAN SU VENIDA”
Para que cuando estemos en su bendita Presencia, el Señor sabe que siempre lo estuvimos esperando aquí en la tierra.
De manera que esta última Palabra del Señor:
“CIERTAMENTE VENGO EN BREVE”
Podamos responder como está escrito:
AMÉN. SÍ, VEN SEÑOR JESÚS.
Porque el que tiene esta esperanza, está siempre gozoso, no importando las tribulaciones.
Que el Señor prospere su Palabra.