Lo que pasa querido hermano, es que casi sin excepción TODOS los que participan en éste epígrafe, salvo yo y mi amigo Ricardo conmigo, tratan de cizaña a TODO aquél que se opone a su particular punto de vista (yo lo veo de arriba y atrás) je je je.
Fíjate en el último mensaje de Natanael1 considerado como "excelente" por OSO. No obstante estar yo al final de la lista de los cizañitas. ¿Porqué'? Por no suscribir al arrebatamiento Pre-tri; y también por violencia verbal... no en mi caso, por supuesto, respeto los otros puntos de vista; máxime que grandes hombres de Dios los han sostenido a lo largo de los siglos. Con la excepción del Preterismo siglo XVII y el dispensacionalismo pretribulacional siglo XIX. Pero no por eso despreciable.
Ahora voy a copiar parte del estudio que hace Lacunza sobre la cuarta bestia de la visión de Daniel, muy apropiada a estos tiempos que van corriendo.
El texto de que copio es una versión Word de la edición de 1812 con la traducción al español de las citas bíblicas en latín.
Por supuesto que si alguno tiene interés copiaré un poco más.
Es de notar que Lacunza es considerado por los Pre-Tri como un antecedente ideológico, pero es evidente que es un Post-Tri. Pero realmente un Postre leerlo:
Cuarta bestia terrible y admirable
Párrafo VII
96. Después de esto miraba yo en la visión de la noche, y he aquí una cuarta bestia espantosa, y prodigiosa, y fuerte en extremo, tenía grandes dientes de hierro, comía y despedazaba, y lo que le sobraba lo hollaba con sus pies, y era desemejante a las otras bestias, que yo había visto antes de ella, y tenía diez astas, Etc.
Os considero, amigo, con gran curiosidad de saber quien es esta bestia, a qué es lo que aquí se nos anuncia. Si las tres primeras bestias, os oigo decir, simbolizan tres falsas religiones, esto es, idolatría, mahometismo, y falso cristianismo, ¿qué religión falsa nos queda todavía que ver, figurada por unas semejanzas tan terribles? A esta pregunta yo no puedo responder en particular, porque no sé con ideas claras e individuales lo que será esta bestia en aquellos tiempos, para los cuales está anunciada. Sobre lo que ya es actualmente podré decir cuatro palabras, y pienso que seré entendido desde la primera. Esta bestia terrible parece hija legítima de las dos últimas que forman el leopardo a ellas dicen, que debe su ser y su crianza, y no falta quien diga, que también debe no poco a la primera. Mas ella descubre un natural tan impío, tan feroz, tan inhumano (aunque llena por otra parte de humanidad), que aun estando todavía en su primera infancia, ya no respeta ni conoce a los que la engendraron. Elevada en la contemplación de sí misma, y considerándose superior a todas las cosas, piensa de sí, que es única en la especie, que a nadie tiene obligación alguna, que todo lo tiene de sí misma, o del fondo de su razón, y que todo se lo debe a sí misma. Por este carácter tan sin ejemplar, que ya descubre desde la cuna, es fácil inferir lo que será después cuando llegue a la edad varonil. Ahora está todavía como un cachorro dentro de la cueva, y si tal vez se asoma a la puerta, y sale fuera de ella, no se aleja mucho, por pura prudencia, considerando su tierna edad, sus débiles armas, y la multitud de enemigos que pueden asaltarla. Ahora se halla todavía, casi sin dientes, porque aunque los ha de tener de hierro, grandes y durísimos, estos le empiezan solamente a salir, y no están en estado de acometer a todo sin discreción. Por otra parte, los diez cuernos que ha de tener en su cabeza, y con que ha de hacer temblar a todo el mundo, no los tiene aún; a lo menos, no los tiene como propios suyos, de modo que pueda jugarlos libremente y a su satisfacción.
100. Con todo eso, aún en este estado de infancia, ya se lleva las atenciones de todos, ya se hace temer, a lo menos de los que son capaces de temor, ya se hace admirar, y casi adorar de toda suerte de gentes, ya se ven estas dejar su campo, y correr a tributarle sus obsequios, y ofrecerle sus servicios. Principalmente observaréis, que de todas aquellas cuatro cabezas que componen el leopardo, salen cada día desertores a centenares, con lo cual el cachorro va creciendo, y se va fortificando más presto de lo que se piensa. Pues si ahora sin salir de la cueva, sin dientes grandes, sin cuernos duros y crecidos, hace tantos males, cuantos ven y lloran los que tienen ojos, ¿qué pensamos que hará cuando se rebele, cuando se declare, cuando se deje ver en público, llena de coraje, vigor y fortaleza, y bien armada, ya de dientes grandes de hierro, ya también de diez cuernos terribles, que pueda manejar a su satisfacción? Y ¿qué hará cuando le nazca el undécimo cuerno, cuando este cuerno se arraigue, crezca y fortifique, cuando la bestia pueda usar de él a su voluntad, y manejar sin embarazo aquella arma, la más terrible que se ha visto?
101. Verdaderamente que se hace no sólo creíble, sino visible, por lo que ya vemos, todo cuanto se dice de esta bestia misma (aunque unida ya con las otras) desde el capítulo trece del Apocalipsis hasta el diez y nueve, y todo cuanto está anunciado a este mismo propósito en tantas otras partes de la Escritura santa, en los Profetas, en los Salmos, en las epístolas de San Pedro y San Pablo, y en el evangelio mismo. Verdaderamente que ya se hace no sólo creíble, sino visible, por lo que ya vemos, lo que de esta bestia se le dijo al Profeta en medio de la visión, esto es, que devorará toda la tierra, y la hollará, y desmenuzará. Leed lo que se sigue desde el versículo veinte y cuatro, y no hallaréis otra cosa que horrores y destrozos.
102. Acaso me preguntaréis, ¿cuál es el nombre propio de esta cuarta bestia, o de esta monstruosa religión? Yo me maravillo que ignoréis una cosa tan pública en el mundo, que apenas ignora aún la ínfima plebe. Años ha que se leen por todas partes públicos carteles, por los cuales se convida a todo el linaje humano a la dulce, humana, suave y cómoda.....
(Antes de poner la continuación, quizás alguien arriesgue a, ¿que cosa apunte Lacunza como la cuarta bestia?)
Saludos cordiales para todos los santos hermanos.