La Iglesia de Cristo es única en esta dispensación de la gracia de Dios.
Comienza en Pentecostés y termina con el arrebatamiento antes de la Gran Tribulación.
Ni Abraham, ni Isaac ni Jacob, pertenecen a la Iglesia.
Tampoco los que se quedan luego de la arrebatamiento, los gentiles y los judíos... ellos son otro grupo de santos, que forman el remanente que Dios va a levantar en esa época de engaño y terror, de angustia para Jacob.
Sobre esta ilustración:
1Co 12:12 Porque así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo, así también Cristo.
Todos estos miembros forman el cuerpo de Cristo desde Pentecostés hasta el arrebatamiento de la Iglesia.
¿Cómo llegamos a ser miembros de este Cuerpo de Cristo?
1Co 12:13 Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu.
Es la Persona del Espíritu Santo que nos añade al cuerpo por medio de su bautismo y aquí no estoy refiriéndome al bautismo en agua, lo cual es una identificación con el Señor en su muerte, sepultura y resurrección.
Ahora, el bautismo en el Espíritu, tal como sucedió en el día de Pentecostés, todos los creyentes fueron sumergidos en el Espíritu Santo para formar el Cuerpo del Señor, la Iglesia.
Pentecostés fue algo exclusivo, una sola vez. Y jamás se va a repetir.
El Calvario, la muerte del Señor, su sangre derramada, su sepultura, su resurrección, ocurrió una sola vez.
En el momento en el cual una persona cree de todo corazón en el Señor Jesucristo y se arrepiente, recibe el Espíritu Santo de la promesa.
Es el cumplimiento de la promesa hecha por Cristo mismo:
Hch_1:8 pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.
Hch_2:38 Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.
El Espíritu Santo morando permanentemente en el Cuerpo de Cristo es lo que caracteriza esta dispensación de la Gracia de Dios.
Un evento irrepetible en la historia de la raza humana.
Cuando el Señor libre a su Iglesia de la ira venidera, jamás nunca este evento volverá a existir.
Yerran aquí los falsos maestros que pretender reemplazar a la Iglesia por los judíos y gentiles que quedarán sobre la tierra luego que la Iglesia sea arrebatada.