Escatologia: Final de los tiempos
José Grau
LECCIÓN 21.ª
ORÍGENES DE LA ESCATOLOGIA DISPENSACIONALISTA
1. Margaret McDonaId
Los orígenes de la escatologia dispensacionalista se remontan a una pretendida «revelación» que una joven escocesa de 15 años. Margaret McDonaId, tuvo el mes de abril de 1830 en Port Glasgow, su ciudad natal. Según esta «revelación», la segunda venida de Cristo tendría lugar en dos etapas: la primera, para recoger a un grupo selecto de creyentes, que sería arrebatado al cielo para ir al encuentro del Señor antes de la aparición del Anticristo, antes de la gran tribulación. Un amigo de la familia, R. Norton, escribió el relato de la «visión», insistiendo en que era la primera vez que alguien dividiese en dos la segunda venida. Estos escritos han estado fuera de circulación durante mucho tiempo, hasta que la labor infatigable de investigadores como Dave McPherson dio su fruto con el hallazgo de los documentos que prueban de modo irrefutable el verdadero origen de lo que constituye el núcleo mismo del dispensacionalismo: el arrebatamiento secreto de la Iglesia, para dar paso al cumplimiento final de todas las profecías relativas a Israel.
2. John Darby
Las «visiones» de Margaret McDonaId fueron notorias en toda Escocia, y muy especialmente entre los grupos interesados en los fenómenos «carismátícos» que allí se manifestaban. Entre los visitantes de Port Glasgow se hallaba John Darby, el fundador de los «Hermanos Cerrados», aunque por entonces no se había separado todavía de otros dirigentes de las Asambleas —tales como Newton, Chapman y Tregelles—, quienes diferían de él en varias cosas; entre ellas los nuevos conceptos escatológicos, los cuales llegaron, sin embargo, a alcanzar luego un enorme grado de penetración en los Hermanos.
3. Expansión de la «nueva doctrina»
Los primeros partidarios del pretribulacionismo, punto que, juntamente con el «paréntesis» entre la semana sesenta y nueve y la setenta de Daniel, constituye la premisa básica del dispensacionalismo, los primeros partidarios, repetimos, solían llamarlo «una nueva doctrina». Como escribe Dave McPherson: «Los partidarios del punto de vista pretribulacional no pueden nombrar ni siquiera a una sola persona que, desde los tiempos de Jesucristo hasta el año 1830, hubiese enseñado tal doctrina.» 1
Existe un marcado contraste entre la rapidez con que este nuevo esquema profético se impuso entre los Hermanos de Inglaterra y U.S.A. —como lo había hecho bajo los auspicios de la llamada «Iglesia Apostólica»— y la oposición que al principio halló de hombres tan piadosos y eruditos como Newton, Tregelles y Müller. Este último dijo: «Llegó un día en que tenía que tomar una decisión: o bien me apartaba de la Biblia, o me alejaba de Darby .Escogí quedarme con mí preciosa Biblia.» 2
Y en un editorial del número de julio de 1972 de la revista evangélica británica The Witness podia leerse lo siguiente: «Lo que nos llama la atención sorprendentemente es la ligereza con que doctrinas totalmente desconocidas antes de Darby fuesen tan ampliamente aceptadas y consideradas como casi fundamentales para la fe cristiana. Sin duda desde el principio hubo muchos hombres de influencia que desíntieron de Darby. Baste mencionar tan sólo a B. W. Newton o a R. Chapman, para demostrar que aún había muchos que sostenían otros puntos de vista sobre la profecía. Si no hubiese sido por la dominante personalidad de Darby y sus dotes oratorias, los otros puntos de vista hubieran coexistido al lado de los de Darby. El resultado hubiese sido una menor intolerancia en relación con las opiniones distintas de las popularizadas por Darby.
El hecho es que el propio Darby vaciló, al principio, antes de tragarse el esquema que luego impuso tan tenazmente a los demás. Pero, vencidas sus propias dudas, se aferró a la idea de que el Evangelio de Mateo era judío y de carácter dispensacional. Por fortuna, hoy en día, un número creciente de pensadores entre los Hermanos de las Asambleas se sienten con libertad para sustentar otras opiniones proféticas muy distintas de las de Darby, sin el temor de ser tildados de herejes.»
¿Estaba pensando el editorialista de The Witness en el profesor F. F. Bruce de Manchester, uno de los eruditos bíblicos más importantes de nuestro siglo, que pertenece a las Asambleas de Hermanos y es amilenial en su escatología? ¿O pensaba quizás en otros, como Ellison y tantos otros miembros de las Asambleas que han dejado de ser díspensacionalistas al profundizar más en el estudio de la Biblia?
En la sección «Answers to Questíons» de la revista de los Hermanos en Gran Bretaña The Harvester (abril de 1964) le preguntaron a Bruce «si hay algún soporte bíblico para la idea de un arrebatamiento secreto de la Iglesia», a lo que contestó, muy a la inglesa: «Quizá lo haya, pero aún no lo he encontrado...» En otra ocasión el mismo Bruce manifestó que «la influencia combinada Darby - Scofield no ha sido para bien en el Movimiento de los Hermanos. Hay muchos Hermanos —precisó— que no son ni futuristas ni dispensacionalistas- Si uno acaba con el dispensacionalismo, acaba también con la Biblia Scofield.» 3
Y en un reciente número —mayo de 1976— pudimos leer en The Harvester: «Nunca sabremos cuánto ha dañado, tanto como haya podido ayudar, la Biblia Scofield a las Asambleas.»
Otro de los que han abandonado la interpretación pre-tribulacional es O. J. Snüth, de la famosa Iglesia del Pueblo de Toronto (Canadá), quien en un folleto titulado Tribulation or Rapture, Which? Escribe: «Ahora, después de muchos años de estudio y oración, estoy absolutamente convencido de que no habrá tal cosa como un arrebatamiento secreto de la Iglesia antes de la tribulación; sino que, por el contrario, la Iglesia es llamada a enfrentarse con el Anticristo, y que Cristo vendrá al final, y no al comienzo, de ese terrible período. Yo creí en otro tiempo en la teoría pretribulacional; fui enseñado en ella a través del libro de W. E. Blackstone Jesús Viene, de la Biblia Scofield, de las Conferencias Proféticas y de ciertos Institutos Bíblicos. Pero cuando comencé a escudriñar las Escrituras por mí mismo, llegué al convencimiento de que no hay un solo versículo en toda la Biblia para defender la teoría pretribulacional: al contrario, la enseñanza uniforme de la Palabra de Dios aboga por una postura postribulacional.» 4
4. Las investigaciones de Dave McPherson
Dave McPherson, en su libro The Incredible Cover-Up, recoge el resultado de sus investigaciones sobre las fuentes del dispensacíonalismo. De dicho libro ha escrito el ya citado profesor F. F. Bruce: «Se trata de un valioso y chispeante relato, que los estudiantes de la interpretación profética en el siglo XIX deberán considerar seriamente.» 5
J. B. Payne ha manifestado también: «Es el estudio más profundo a nuestra disposición, acerca de los orígenes históricos del pretribulacionísmo.» 6
Y la ya mencionada publicación The Witness, una de las revistas más antiguas de los Hermanos de Inglaterra, tuvo que admitir en 1974, al comentar el libro de McPherson: «consigue establecer, con éxito, la prueba de que el punto de vista en cuestión fue primeramente propuesto por una tal Margaret McDonald». 7
Además de haber investigado en los archivos de Inglatérra y Escocia, y haber escrito el libro definitivo sobre los orígenes del díspensacionalismo, McPherson afirma: «Dispongo de una lista de graduados del Seminario de Dallas (el único Seminario del mundo donde se enseña la interpretación dispensacionalista de la Biblia), que ahora son postribulacíonalistas. Uno de ellos es presidente de otro Seminario. Recibo constantemente cartas de pastores que estudiaron en centros pretribulacionalistas y que luego adoptaron diferentes puntos de vista.
Recientemente, un pastor de Virginia me escribió en estos términos: "Como graduado del Philadelphia College of Bible, acepté el arrebatamiento pretribulacional, pero a lo largo de estos años de estudio de las Escrituras he llegado a darme cuenta de que no existe base alguna en la Biblia para semejante teoría."» 8
En el presente estudio nos servimos del libro de McPherson, con quien hemos mantenido además una interesante correspondencia sobre el tema. No obstante, hemos querido ampliar la perspectiva de nuestro trabajo remontándonos a la prehistoria del Movimiento (o Movimientos) que dio lugar, en el transcurso del tiempo, a lo que hoy se conoce como las características de la interpretación profética dispensacional.
5. ¿Tiene el dispensacionalismo una especie de «prehistoria»?
Aunque fue Margaret McDonaId quien por primera vez anunció una segunda venida partida en dos, en medio de la cual situó, también por primera vez, el arrebatamiento de algunos creyentes, como resultado de sus «visiones» y «revelaciones» particulares, el hecho es que existe también una especie de prehistoria, es decir, de factores históricos, de corrientes peculiares, que preparaban el terreno para que finalmente hiciese eclosión todo el conjunto de circunstancias que, al darse cita en el siglo XIX, produjera la nueva interpretación profética con sus novísimos puntos de vista. Los religiosos condicionamientos de aquella época parecen haber hecho necesarias para algunos —entre ellos Darby— las nuevas ideas. El futurismo, el sionismo, el sectarismo de Darby en lo tocante a Eclesiología, etc., todo ello coadyuvó al alumbramiento de la nueva escuela en Port Glasgow en abril de 1830. y a su presentación pública en las Conferencias de Powerscourt a cargo de Darby, pocos años después. Esta casi necesidad que se le imponía a Darby —dado su peculiar talante y las corrientes que le empujaban— explica que, a pesar de la animadversión que sentía contra la llamada «Iglesia Apostólica», acabara aceptando lo que esta Iglesia bendecía y propugnaba (las «revelaciones» de la McDonaId), y también explica su posterior silencio acerca de las fuentes en que había ido a buscar los primeros elementos de la estructura que estaba componiendo.
Se comprende igualmente el cuidadoso afán por ocultar los orígenes de muchas de sus ideas proféticas, y la insistencia en imponer, por el peso de su sola autoridad, algo cuyo nacimiento no estaba claro en modo alguno.
Es verdad que una doctrina no debe ser juzgada por su antigüedad o por su modernidad, sino por la Palabra de Dios; pero no es menos cierto que, como escribía D. P. Fuller, «la ignorancia es una especie de felicidad, y bien pudiera ser que esta popularidad no fuese tan grande si los seguidores del sistema dispensacional conociesen los antecedentes históricos de lo que enseña» 9
Vamos a indagar cuáles fueron estos antecedentes. Por las notas al pie de página podrá el lector darse cuenta de la extensa bibliografía consultada. Seguir los avatares históricos de esta escuela de interpretación nos lleva forzosamente a considerar la manera cómo la Biblia ha sido interpretada —precisamente en sus secciones más difíciles— y, por ello, el tema no se reduce simplemente a un ejercicio de curiosidad, a una indagación de anticuario, sino que es de sumo interés tanto histórico como bíblico. Estudiaremos primero la prehistoria del dispensacionalismo, con sus factores concurrentes y sus personajes más sobresalientes, que estaban creando la atmósfera condicionante que halló expresión a comienzos del siglo XIX. Y después estudiaremos la historia propiamente dicha del dispensacionalismo, con especial atención a los sucesos que tuvieron lugar en Port Glasgow, donde entre lipotimias, trances místicos y arrebatos visionarios la joven Margaret McDonaId daba a luz la nueva «revelación», convertida en doctrina básica de la fe cristiana no sólo por los discípulos de Irving (la Iglesia Apostólica), sino por Darby y sus seguidores.
La descripción de estos sucesos no intenta ser, en ningún instante, un ataque en contra de nadie. Discutimos unas doctrinas, su fondo histórico, pero en modo alguno es nuestro deseo atacar a quienes sustentan tales doctrinas. Precisamente por amor a estos hermanos, sentimos la necesidad de publicar estas páginas, esclarecedoras de unos hechos y de unas corrientes religiosas, que arrojarán luz sobre nuestra propia situación. Al escribirlas, se ha ido asegurando cada vez más mi firme convencimiento de que es en la lectura de la Biblia, meditada con oración y buscando la ayuda del Espíritu Santo, donde hemos de ir a buscar nuestra escatología —al igual que el resto de nuestra teología—, no en éxtasis, exaltaciones ni iluminismos fugaces.
Notas:
1. En The Incredible Cover- Up, The True Story of the Pre-Trib Rapture
(Logos International, New Jersey, 1975), p. 96, nota 1.
2. Citado por L. R. Thomas, The Restitution of All Things (Ra-vensthorpe,
Australia, 1960), p. 87. Este libro, que constituye un ataque enérgico contra el
dispensacionalismo, fue elogiado por F. F. Bruce, de los Hermanos de Gran
Bretaña.
3. Citado por L. R. Thomas, o. c,, pp. 86-87.
4. Citado por L. R. Thomas, o. c., p. 144.
5. En Evangelical Quarterly, enero de 1975.
6. En Joumal of the Evangelical Theological Society, invierno de 1974-75.
7. Citado por D. McPherson. o. c., p. 155.
8. O. c., p- 145.
9. En The Hermeutics of Dispensationalism (Tesis Doctoral. Chicago, 1957).
p. 136. (Citado por Ryrie, Dispensacionalismo, hoy, Portavoz, Barcelona,
1975.)