Muy por lo general, el ateo no quiere creer por una razón moral y no por una razón intelectual ni por falta de evidencia.
La moral de un ateo está basada en sus propios deseos y profundamente arraigada en su ser, de tal manera que no quiere que un "ser supremo" le diga que es lo que tiene que hacer, dejar de hacer y obedecerle. Los factores para esto son tan variados como ilusos o duros de enfrentar, así como por simple egocentrismo, por narcisista y orgullo.
La intelectualidad tiene poco que ver y la evidencia científica es abrumadora de un "diseñador inteligente" que formó todo el universo y lo que hay en el.
Solo el verdadero Dios de la Biblia puede regenerar la mente y el corazón de una persona que se cree atea y traer a convicción sus pecados y la necesidad de arrepentimiento para salvación de su alma en Jesucristo, pero bien dice la Palabra que: "la Luz (Cristo) vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la Luz, pues sus acciones eran malas. Porque todo el que hace lo malo odia la Luz, y no viene a la Luz para que sus acciones no sean expuestas
(Juan 3:19-20)
Ese es el punto, no se acercan a Dios porque no quieren rendir cuentas de sus acciones, no quieren ser expuesto a la verdad y desean vivir complaciéndose en sus debilidades y locuras, al punto de que sus mentes se van degenerando cada día más en filosofías humanas huecas que los apartan de la Verdad, siendo necios y entenebrecido su corazón prefieren adorarse a ellos mismos y las criaturas antes que al Creador (Romanos 1:18-32), cada vez más sus corazones se depravan y alejan sin retorno de la Verdad al punto de cauterizar la consciencia.
Oremos por aquellos que necesitan reconocer a Dios, humillarse delante de Él y que pidan misericordia y arrepentimiento para que El Señor les otorgue la Gracia que deseperadamente necesitan sin saberlo o adrede.
"Tengan misericordia de algunos que dudan. A otros, sálvenlos, arrebatándolos del fuego; y de otros tengan misericordia con temor, aborreciendo aun la ropa contaminada por la carne."
Judas 1:22-23
¡Estudie su Biblia!