Si representáreis al Dios vivo no pondríais tanto empeño en lo de fuera del vaso para presentaros ante los hombres como sepulcros blanqueados cargados de huesos de muertos... Lo importante para el Dios vivo en el que ustedes no creen no es lo que aparenta sino lo que se es, y esto último ni es visible sino tangible...
Lc. 12 RVR1960
22 Dijo luego a sus discípulos: Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué comeréis; ni por el cuerpo, qué vestiréis. 23 La vida es más que la comida, y el cuerpo que el vestido. 24 Considerad los cuervos, que ni siembran, ni siegan; que ni tienen despensa, ni granero, y Dios los alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que las aves? 25 ¿Y quién de vosotros podrá con afanarse añadir a su estatura un codo? 26 Pues si no podéis ni aun lo que es menos, ¿por qué os afanáis por lo demás? 27 Considerad los lirios, cómo crecen; no trabajan, ni hilan; mas os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió como uno de ellos. 28 Y si así viste Dios la hierba que hoy está en el campo, y mañana es echada al horno, ¿cuánto más a vosotros, hombres de poca fe? 29 Vosotros, pues, no os preocupéis por lo que habéis de comer, ni por lo que habéis de beber, ni estéis en ansiosa inquietud. 30 Porque todas estas cosas buscan las gentes del mundo; pero vuestro Padre sabe que tenéis necesidad de estas cosas. 31 Mas buscad el reino de Dios, y todas estas cosas os serán añadidas.
Ni la barba ni el bigote ni el peinado ni la ropa ni el calzado ni el sombrero ni el perfume ni el pinta labios ni la ausencia de todo ello salva o pierde a nadie; es lo que albergamos dentro lo que nos puede salvar o condenar.
Mi abuelita solía decir: El mono, aunque se vista de seda, mono se queda.