Cuando decimos Jesucristo, decimos; el Padre y el Hijo, lo que es también lo mismo, Jesús y el Espíritu Santo, pues Jesús es el cuerpo de carne y Ungido del Espíritu es también el Padre por cuanto, por Él se hicieron todas las cosas, y ambos son el mismo Dios.Así es
Y esto no lo pueden borrar los que solo quieren ver la humanidad del Señor, un Cristo humilde, humillado, que se anonadó a si mismo, solo creen en el Mesías sufriente y hasta ahí, pero son incapaces - en su incredulidad- de ver su deidad, su gloria y su eterno poder.
Por cuánto el Espíritu es la voluntad de Dios yJesús su Palabra, el Verbo de Dios hecho carne.
También Jesús, se llama así mismo, el Hijo del Hombre, por cuando Dios se humilló a sí mismo a nacer de mujer como uno más de nosotros.
Así y por esto dicen las escrituras:
Oye Israel, Jehová nuestro Dios, Jehová UNO ES.