El punto de vista bíblico
Jesucristo como “primogénito de toda la creación”
A LA congregación de Colosas, Asia Menor, el apóstol Pablo escribió lo siguiente respecto a Jesucristo, según la Biblia de Jerusalén: “Él es Imagen de Dios invisible, Primogénito de toda la creación, porque en él fueron creadas todas las cosas, en los cielos y en la tierra, las visibles y las invisibles, los Tronos, las Dominaciones, los Principados, las Potestades: todo fue creado por él y para él, él existe con anterioridad a todo, y todo tiene en él su consistencia.”—Col. 1:15-17. (Vea también la versión Valera Revisada.)
¿Qué quiso decir el apóstol al llamar a Jesucristo “Primogénito de toda la creación”? Las siguientes palabras de Pablo proporcionan más detalles sobre el asunto: “Él es también la Cabeza del Cuerpo, de la Iglesia: Él es el Principio, el Primogénito de entre los muertos, para que sea él el primero en todo [para que en todo tenga la preeminencia, VR].”—Col. 1:18
Hallamos que las palabras griegas que se usan aquí tanto para “Primogénito” (protókokos) y “Principio” (arkhé) describen a Jesús como el primero de un grupo o clase, “el Cuerpo,” “la Iglesia,” y por lo tanto él tiene preeminencia a este respecto. También tiene preeminencia por ser de entre todos los humanos muertos el primero resucitado a vida sin fin.—1 Cor. 15:22, 23.
Se encuentran las mismas palabras griegas en la traducción al griego de los Setenta en Génesis 49:3: “Rubén, tú eres mi primogénito [protótokos], tú mi fortaleza, y el primero [arkhé, “principio”] de mis hijos.” (Compare con Deuteronomio 21:17, traducción de los Setenta.) Al examinar estas declaraciones bíblicas es razonable concluir que el Hijo de Dios es el primogénito de toda la creación en el sentido de ser la primera de las criaturas de Dios. De hecho, Jesús se refiere a sí mismo como “el Principio [arkhé] de las criaturas de Dios.” (Ap. 3:14)
Hay muchos que se oponen a la idea de que Jesús sea una persona creada. Alegan que puesto que “en él fueron creadas todas las cosas” —durante su existencia prehumana en el cielo— Jesús mismo no pudiera ser una criatura. Estos individuos creen que Jesús mismo es el Dios Todopoderoso, la segunda persona de una “trinidad” de tres personas coiguales y coeternas en una sola “divinidad.”
Los individuos que así opinan dicen que la expresión griega (en Ap 3:14) para “el Principio de las criaturas de Dios” quiere decir “el origen (o ‘fuente principal’) de las criaturas de Dios.” Entre los que prefieren esta idea se cuenta al célebre helenista Henry Alford. No obstante, en su obra The Greek Testament, Alford concede:
“La simple palabra arkhé permitiría el significado de que Cristo es el primer ser creado: vea Gén. xlix. 3; Deu. xxi. 17; y Pro. viii. 22. Y así lo entienden los arrianos, y algunos que los han seguido: v.g., Castalio, ‘chef d’œuvre:’ ‘omnium Dei operum excellentissimum atque primum:’ [que quiere decir “la primera y más excelente de todas las obras de Dios”] y también Ewald y Züllig.”
Según dice The Expositor’s Greek Testament, para entender que Ap 3:14 quiere decir que Jesús es “la fuente activa” de la creación, en vez de la primera persona creada, uno tendría que interpretar arkhé “como se hace en la filosofía griega y la literatura sapiencial [no bíblica] de los judíos, =aitía u origen.” Sin embargo, los inspirados escritores de la Biblia nunca tomaron ideas de la filosofía griega.
Pero ¿cómo pudiera Jesús ser una criatura si “en él fueron creadas todas las cosas”?: A veces la Biblia usa las palabras “todo(s)” y “toda(s)” de una manera que permite excepciones. Por ejemplo, leemos en 1 Corintios 15:27: “Mas cuando él dice que ‘todo está sometido [a Jesucristo],’ es evidente que se excluye a Aquel [Dios] que ha sometido a él todas las cosas.” Obtenemos otra ilustración de la Biblia donde ésta dice que “por un solo hombre,” Adán, “la muerte alcanzó [“pasó,” VR; “se propagó,” Nueva Biblia Española] a todos los hombres.” (Rom. 5:12,) Aunque Adán no fue parte de “todos los hombres” a quienes la muerte “se propagó” (puesto que antes de Adán no había ningún humano que pudiera haberle pasado o propagado la muerte), no obstante fue un hombre. Del mismo modo, aunque Jesús no fue parte de “todas las cosas” que llegaron a existir por medio de él, no obstante, él fue una persona creada, la primerísima criatura de Dios. En ciertos contextos la palabra griega panta significa “todo otro” o “cualquier otro,” como en 1 Corintios 15:24 (An American Translation, Moffatt, Common Bible) y 1 Cor. 6:18 (Bover-Cantera, Regina, Valera Revisada).
El hecho de que Jesús fue el primogénito de toda la creación envuelve la ley de la primogenitura, el derecho que le atañe al primero que nace o es engendrado. Desde los tiempos más antiguos el verdadero primogénito disfrutaba de privilegios especiales entre los cuales estaba la sucesión a la jefatura de la casa y la herencia de una porción doble de la propiedad del padre. (Deu. 21:15-17) Además, en el antiguo Israel el primogénito de un rey o sumo sacerdote heredaba de su padre el puesto de rey o sacerdote.—Vea 2 Crónicas 21:3.
Puesto que Jesús como primogénito de toda la creación es una persona creada, no puede ser el Dios Todopoderoso. Las Escrituras lo representan vez tras vez en un puesto subordinado a Dios. Por ejemplo, el apóstol Pablo escribió esto respecto al Jesucristo resucitado: “Quiero que sepáis que la cabeza de todo hombre es Cristo; y la cabeza de la mujer es el hombre; y la cabeza de Cristo es Dios.” (1 Cor. 11:3) Al tiempo que Jesús dio la inspirada “Revelación” al apóstol Juan, dijo lo siguiente acerca de sí mismo:
“Al vencedor le pondré de columna en el Santuario de mi Dios, y no saldrá fuera ya más; grabaré en él el nombre de mi Dios, el nombre de la Ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, que baja del cielo enviada por mi Dios, y mi nombre nuevo.” (Ap. 3:12,) ¿Notó usted que tan solo en este versículo Jesús se refiere cuatro veces a su Padre, Jehová, como “mi Dios”?—Compare con Filipenses 2:5, 6,
No se dice esto con la intención de negar el puesto ensalzado que Jesús ocupa primero después de Dios. Antes de ascender al cielo, Jesús dijo a sus discípulos: “Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra.” (Mat. 28:18,) Fue apropiado que Dios ‘diera’ a su Hijo esta autoridad, puesto que el Hijo era el primogénito de todas las criaturas. Directamente en armonía con la primogenitura, el apóstol Pablo escribió respecto a Jesús: “Resucitándole [Dios] de entre los muertos [lo sentó] a su diestra en los cielos, por encima de todo Principado, Potestad, Virtud, Dominación y de todo cuanto tiene nombre no sólo en este mundo sino también en el venidero. Bajo sus pies sometió todas las cosas y le constituyó Cabeza suprema de la Iglesia.”—Efe. 1:20-23,
Y que Dios bendiga a los hombres de buena voluntad.