No tienen a Cristo en sus vidas, por lo tanto, el Espíritu Santo está ausente.
El diablo los tiene amarrados a un cristo criatura.
En esas condiciones de esclavitud, perecerán, porque la sangre de una criatura no tiene poder para la purificación de los pecados.
Claramente esto lo aprendemos de la misma Escritura, leemos:
Heb 10:4 porque la sangre de los toros y de los machos cabríos no puede quitar los pecados.
Su incredulidad a Jesús como Dios manifestado en carne, los hace reos al infierno.
Cristo enseñó una doctrina y vosotros proclamáis la contraria. Corre doctrina pagana por vuestras venas.