EL ESPÍRITU SANTO ES DIOS
Leemos:
Hch 16:6 Y atravesando Frigia y la provincia de Galacia, les fue prohibido por el Espíritu Santo hablar la palabra en Asia;
Hch 16:7 y cuando llegaron a Misia, intentaron ir a Bitinia, pero el Espíritu no se lo permitió.
Notemos que la Persona del Espíritu Santo está obstruyendo la predicación de la Palabra en estas dos ocasiones.
El Espíritu Santo es una de las Personas de La Trinidad y aquí está usando esos atributos comunes con las otras personas de la Deidad.
Cristo es Dios manifestado en carne y acreditado por el despliegue de poder divino en los días de su carne.
Pero el Espíritu Santo es Dios manifestado en expresiones de poder y dirección divinas en la vida y el servicio de los santos, entre otras muchísimas prerrogativas divinas.
Notemos que en Hechos 5:3,4, hay una igualdad del Espíritu Santo en la Deidad, leemos:
Hch 5:3 Y dijo Pedro: Ananías, ¿por qué llenó Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu Santo, y sustrajeses del precio de la heredad?
Hch 5:4 Reteniéndola, ¿no se te quedaba a ti? y vendida, ¿no estaba en tu poder? ¿Por qué pusiste esto en tu corazón? No has mentido a los hombres, sino a Dios.
Mentir al Espíritu Santo y mentir a Dios, es exactamente el mismo pecado que afrenta al Ser Supremo.
También veamos que en capítulo 13, es el Espíritu quien llama a Bernabé y a Saulo para la obra apostólica.
De manera, pues, que no es extraño notar su actividad aquí.
Evidentemente, la intervención del Espíritu en este escenario, pone de relieve la estrecha relación que Él tiene con la obra y los obreros, y enseña, por supuesto, cuán atento debe estar el servidor de Dios a la voz y dirección del Santo Espíritu.
De manera, que el Espíritu no está obstruyendo la obra de su siervo, sino direccionando su servicio. Está, realmente, indicando el orden de prioridades, notificando claramente al predicador que, por los momentos, no era Asia, sino Macedonia el campo propicio para sus labores.
Más claro no se puede.