Cuando la escritura afirma que antes que todo, en el Principio el Verbo estaba con (no debajo de) Dios y que es Dios (no "era un dios"), significa que El Padre y el Verbo son de la misma naturaleza eterna y divina, hasta aquí no hay "mayor que", ni "menor que".
Luego sucede lo que sucede, una de estas dos Personas en la eternidad decide por su propia iniciativa ofrecerse como sacrificio para satisfacer la justicia de Dios, diciendo "héme aquí para hacer tu voluntad, oh Dios".
No necesito tener que explicarte que, a partir de este paso, de la iniciativa del Verbo, es que el Padre le prepara un cuerpo y es engendrado el Hijo de Dios: "tu eres mi hijo yo te he engendrado hoy".
Así, una de las eternas Personas de la pluralidad de Dios, que es el Verbo, siendo Dios (Jn 1:1), se hace carne (Jn 1:14) y, decide sujetarse en todo, "hallándose en condición de hombre, se humilló a sí mismo haciéndose obediente hasta la muerte, ¡y muerte de cruz " (Fil 2:8), pero conteniendo toda la deidad en él mismo (Col 2:9),
Ojo, no es lo mismo humillarse a si mismo y contenerse a si mismo, en perfecta humildad, sujeción y obediencia, dependiendo absolutamente en todo, del Padre, que renunciar a su deidad que era la que quería Satanás, si postrado le adorase.
Pues bien, todo estuvo listo en la dispensación de los tiempos, para venir a la tierra, haciéndose un niño, a aprender obediencia y ejecutar este plan de redención para el hombre.
Este es el Todopoderoso Dios de los cristianos, capaz de hacer lo imposible, lo inscribible, hacerse hombre.
Luego, una vez consumado todo (Jn 19:30), Aquel que descendió del cielo asciende al cielo ¿hasta donde? hasta donde estaba antes (Jn 1:1; Ro 8:34) recibiendo una misma adoración y gloria (Ap 5:13)
Lamentablemente, y lo sabemos bien, el arrianismo buscará por todas las maneras posibles de minimizar al Hijo, procurando escoger versículos de sujeción como una manera de desembarazarse de la deidad del Hijo, como si la perfecta sujeción y obediencia fuesen signos de inferioridad, cuando no es así, no al menos en la pluralidad de Dios.