Por cierto, no me ha contestado a lo que le pregunté: ¿a qué Iglesia Dios le confió la tarea de que creara su Santa Palabra con el Antiguo y Nuevo Testamento?
Ya le he abierto la Escritura, pero como usted es incrédulo a la Biblia y solo cree el engaño del diablo, que solo el romanismo católico tiene su Magisterio para interpretar la biblia porque le ha sido confiada.
Vuelvo y le abro el Libro:
Rom 3:1 ¿Qué ventaja tiene, pues, el judío? ¿o de qué aprovecha la circuncisión?
Rom 3:2 Mucho, en todas maneras.
Primero, ciertamente, que les ha sido confiada la palabra de Dios.
¿Y EL NUEVO TESTAMENTO?
Efe_2:20 edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo,
Todos ellos son judíos.
Los escritos de los apóstoles en referencia a las cartas epistolares.
Los profetas del Nuevo Testamento contribuyeron con sus revelaciones a los apóstoles, leemos:
Hch_11:27 En aquellos días
unos profetas descendieron de Jerusalén a Antioquía.
Hch_13:1 Había entonces en la iglesia que estaba en Antioquía,
profetas y maestros: Bernabé, Simón el que se llamaba Niger, Lucio de Cirene, Manaén el que se había criado junto con Herodes el tetrarca, y Saulo.
Hch_15:32 Y Judas y Silas,
como ellos también eran profetas, consolaron y confirmaron a los hermanos con abundancia de palabras.
Quiero llamar la atención sobre esta clase de profetas del NT, leemos:
Rom 16:25 Y al que puede confirmaros
según mi evangelio y la predicación de Jesucristo,
según la revelación del misterio que se ha mantenido oculto desde tiempos eternos,
Rom 16:26 pero que ha sido manifestado ahora,
y que por las Escrituras de los profetas, según el mandamiento del Dios eterno, se ha dado a conocer a todas las gentes para que obedezcan a la fe,
La expresión "
mi evangelio" aparece tres veces escrita en el NT, leemos:
Rom_2:16 en el día en que Dios juzgará por Jesucristo los secretos de los hombres,
conforme a mi evangelio.
Rom_16:25 Y al que puede confirmaros
según mi evangelio y la predicación de Jesucristo, según la revelación del misterio que se ha mantenido oculto desde tiempos eternos,
2Ti_2:8 Acuérdate de Jesucristo, del linaje de David, resucitado de los muertos
conforme a mi evangelio,
La referencia es al evangelio de la gracia de Dios revelado a él (Hch.20:24)
Si es mediante de los escritos de los profetas hebreos del AT, que el evangelio se da a conocer a todas las naciones, ¡queda por ello claro que no habría sido un misterio guardado en secreto a lo largo de todas las edades!
Dios le ha confiado la Palabra de Dios a los apóstoles y profetas y tenemos sus escritos.
Que un grupo religioso se abrogue una falsa pretensión de ser superior en autoridad sobre los redimidos, alegando que recopiló estos escritos y que por lo tanto, por ese mero hecho de juntar los libros en un canon, entonces ya es la iglesia verdadera, es lo más estúpido que un hombre con dos dedos de frente puede concebir.
Nuestra fidelidad no pertenece a ningún sistema religioso.
Nuestra fidelidad pertenece a Cristo.
Rom_8:34 ¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros.
2Co_5:15 y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos.
La Centralidad de la Iglesia de Cristo es él mismo como Cabeza de la Iglesia y los que se reúnen en torno a él son los verdaderos adoradores, buscando siempre hacer lo que a él le agrada.
La Esperanza de la Iglesia de Cristo es su pronta venida para librarlos de la ira venidera.
El Centro de adoración es Cristo, fuera con los Papas, los Cardenales, los santos de yeso, las reinas paganas que las trasladan a los altares para falsificar la humildad de María, la virgen que crió al niño Jesús. Ella pudo decir:
Luc 1:46 Entonces María dijo:
Engrandece mi alma al Señor;
Luc 1:47 Y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador.
Luc 1:48
Porque ha mirado la bajeza de su sierva;
Pues he aquí, desde ahora me dirán bienaventurada todas las generaciones.
Se podrá decir más alto, pero no más claro.