Sin embargo, no hay texto alguno en las Escrituras donde el Padre se encuentre orando al Hijo.
Es imposible.
El Hijo es el Verbo de Dios.
Sin el Verbo Dios queda reducido a un dios mudo y dioses mudos los hacen los hombres de yeso o madera y se postran ante ellos.
Que no es lo mismo una casa en Cuba que una cuba en casa.
No es un asunto del razonamiento del hombre sin Cristo.
Es un asunto de comprensión Espiritual.
Esta es la revelación de Jesucristo, leemos:
Juan 1:14 Y AQUEL VERBO FUE HECHO CARNE, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.
Apocalipsis 19:13 Estaba vestido de una ropa teñida en sangre; y su nombre es:
EL VERBO DE DIOS.
El Verbo Eternamente ha estado dentro del Ser de Dios.
Una persona desprovista del Espíritu Santo, no puede tomar lo que le pertenece al Verbo, como la Palabra de Dios hecha carne, y compartirlo.
Porque se halla en tinieblas.
La perversidad en la vida de los religiosos, al separar la eternidad del Verbo de Dios y dejar a Dios mudo, sin habla, no tiene perdón ni en este mundo, ni en el venidero; porque Dios no puede hablar sino es por medio del Verbo, porque lo que está hecho cuenta la gloria de Dios, pero Su Palabra es la base de la Creación, leemos:
Génesis 1:3 Y DIJO DIOS: SEA LA LUZ; Y FUE LA LUZ.
Dios ha envíado Su Palabra a la tierra, de muchas maneras, pero en estos postreros tiempos lo hace por medio del Verbo Eterno de Dios, Su Hijo, leemos:
Salmos 107:20 Envió
SU PALABRA, y los sanó,
Y los libró de su ruina.
Hebreos 1:2 en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo
HIZO EL UNIVERSO;
Sin Cristo era imposible que la luz fuese hecha.
Esta enseñanza es dura de digerir para los enemigos de la ETERNIDAD DEL VERBO DE DIOS.