En primer lugar, Cristo nunca dijo: “Yo voy a resucitar como hombre otra vez”, o, “Mi resurrección va a ser de manera corporal con carne y huesos pero "sin sangre" porque toda la "derramé" en "la cruz". Tampoco cuando se apareció a sus discípulos después de su resurrección, no hubiera sido posible convencerlos a no ser que se diera a ver por ellos, independientemente si fue levantado en forma “de carne y huesos de nuevo” o bien, como un espíritu materializado.
En segundo lugar, no podríamos llamar a Cristo “mentiroso” ni “embustero” por cuanto Él nunca aseveró lo que según ustedes dijo. Él se esforzó enormemente pero por establecer y dejar en claro SU RESURRECCIÓN; el haber podido recuperar su IDENTIDAD, su entera INTEGRIDAD que lo distinguía como el Hijo de Dios que era. El “cuerpo” que su Padre y Dios le “preparó” fue dado en sacrificio “una vez para siempre” según lo afirmó claramente el apóstol Pablo en Hebreos 10 “Por dicha “voluntad” hemos sido santificados mediante el ofrecimiento del cuerpo de Jesucristo una vez para siempre.”
Por otra parte, Jesús por lo que se esforzó sobremanera, no fue por la “forma” en que resucitó sino más bien por el hecho de haber RESUCITADO, que es diferente. La “forma” en que fue resucitado le fue revelado luego a sus discípulos mediante la ayuda del “espíritu santo” cuando fue derramado en el Pentecostés, ellos comenzaron a recibir toda la “verdad” que, sobre la muerte y resurrección de Jesús, tenían que proclamar a las naciones como prioridad y esperanza para todos los que habían muerto y sobre todos los que tenían que morir. De allí que Pedro, bajo la inspiración del verdadero “Espíritu” de Dios dijo: “fue muerto en la carne pero hecho vivo en el “espíritu”. ¡Aquí Pedro sí detalla esa “forma” en la que fue resucitado y también el “hecho” de que la resurrección se había efectuado. Pablo, de conformidad con Pedro, también señala muchos aspectos relevantes que arrojan más luz sobre la “forma” en que el Señor fue resucitado, dice él:
“No obstante, alguien dirá: “¿Cómo han de ser levantados los muertos? Sí, ¿con qué clase de cuerpo vienen?”. [SUP]36[/SUP] ¡Persona irrazonable! Lo que siembras no es vivificado a menos que primero muera…”
“…pero Dios le da un cuerpo así como le ha agradado, y a cada una de las semillas su propio cuerpo…”
“…Así también es la resurrección de los muertos. Se siembra en corrupción, se levanta en incorrupción. [SUP]43[/SUP] Se siembra en deshonra, se levanta en gloria. Se siembra en debilidad, se levanta en poder. [SUP]44[/SUP] Se siembra cuerpo físico, se levanta cuerpo espiritual…”
“…“El primer hombre, Adán, llegó a ser alma viviente”. El último Adán llegó a ser un espíritu dador de vida…. No obstante, no es primero lo que es espiritual, sino lo que es físico, después lo que es espiritual”.
…” El primer hombre procede de la tierra y es hecho de polvo; el segundo hombre procede del cielo. [SUP]48[/SUP] Tal como el que fue hecho de polvo [es], así aquellos hechos de polvo [son] también; y tal como el celestial [es], así los que son celestiales [son] también. [SUP]49[/SUP] Y así como hemos llevado la imagen de aquel hecho de polvo, llevaremos también la imagen del celestial…”
…” Por consiguiente, de ahora en adelante nosotros no conocemos a nadie según la carne. Observa aquí esta expresión de Pablo ¿Cómo habrá de interpretarse?. Esta es otra expresión que “aparentemente” dice una cosa pero se refiere a otra totalmente diferente, porque el que estuviera diciendo llanamente que no “conocerían a nadie más según la carne, como que no debe aceptarse de manera así tan literal. Hasta si hemos conocido a Cristo según la carne, ciertamente ya no lo conocemos así…” Si Cristo fue resucitado “en carne” y por supuesto no era “carne corruptible ni pecaminosa” sino más bien una “carne perfecta como la de un Cordero inmaculado”, y ya no se le iba a conocer así ¿Por qué lo diría Pablo si Cristo realmente sí resucitó en “carne y huesos” y lo iban a seguir viendo en esta forma?
¿Y cómo armonizarías el texto que citas de Marcos 4:34 con este otro: “Sin embargo, cuando llegue aquel, el espíritu de la verdad, él los guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propio impulso, sino que hablará las cosas que oye, y les declarará las cosas que vienen…” (Juan 16:13). No dudo que Jesús “muchas otras cosas y señales” dijo e hizo delante de los discípulos que no se registraron en los rollos tal y como lo dejó claro el apóstol Juan, pero lo que les enseñó ellos lo captaron de la manera apropiada cuando el “espíritu santo” les hizo recordar todas esas enseñanzas y, lo que escucharon, jamás iba a contradecir lo que el “espíritu” les hizo recordar ni contradecir lo que habían escuchado con las precipitadas interpretaciones que ustedes hacen de los textos sagrados.
¿Cómo se debe entender entonces las palabras de Jesucristo cuando, HABLANDO DE SU CUERPO, dijo que lo destruyeran y en tres dias lo reedificaría? (Juan 2:19-22) ¡Claramente habla de su "cuerpo", nadie lo discute. Lo que es "discutible" es ¿A qué clase de cuerpo se refería?
Vuelvo a repetir: “no todo lo que brilla es oro” ni todo lo que “vemos”, realmente significa eso que queremos “ver”.
Primero que nada, ahí no dice en ninguna parte que dicho “cuerpo” sería el mismo que Él “reedificaría” o “levantaría”. Muy razonablemente Jesús podía estarse refiriendo al “cuerpo” como “forma”, pero no necesariamente “humana con “carne y sangre”. Creo que los textos antes citados armonizan perfectamente con esta forma de razonar. Jesús se refería a otro tipo de “cuerpo”. Recordemos que él, aunque era “hombre verdadero”, no hablaba como “hombre”, sino como lo que verdaderamente era: el Hijo de Dios. Su cuerpo era humano pero su mente tenía la “chispa” Divina de su especial origen como criatura espiritual. Cristo aquí está afirmando lo que el significado de los términos “reedificar” o “levantar” denotan, es decir, un “volver a edificar” algo que fue demolido o destruido.
Por lo general, lo que se destruye, sea lo que sea, nunca más se utiliza para edificarlo de nuevo, sino más bien por el contrario, “reedificar” aquí significa “volver a reconstruir un, digamos, edificio, pero con otros materiales y otra estructura que nada tiene que ver con los que fueron destruidos. Así sucede en el caso de la resurrección del Cristo; él se refería a levantar “su cuerpo” de la manera en que Pablo y otros apóstoles lo entendieron: “si hay cuerpo físico”, también lo hay espiritual”… sin embargo, primero es lo “físico”, después lo “espiritual”.