Mira OSO, la SALVACIÓN personal significa el reconocer la AUTORIDAD DE TRES PROTAGONISTAS que intervienen para que esa “SALVACIÓN” se dé en cada una de las personas que los acepten: A JEHOVÁ DIOS EL PADRE, la FUENTE DE LA VIDA, a JESUCRISTO el UNIGÉNITO DEL PADRE, “el medio que Dios indicó como el SALVADOR” y la operación y el Poder del ESPÍRITU SANTO que es el “PRODUCTO” o el “PREMIO CONSOLADOR” que revela la verdad y la inmensidad del AMOR DE DIOS a quienes lo acepten, hoy, por el único MEDIO establecido por DIOS para que lo recibamos. Esto es todo un “CAMINO” tal y como lo indicó el mismo “JESÚS” como enseñanza medular y primordial para llegar a la META TRAZADA PARA TODOS: reconciliarnos de nuevo con EL PADRE, el ÚNICO DIOS VERDADERO “por medio” de JESUCRISTO, nuestro Señor y Dechado. Esta fue su enseñanza cuando estuvo con nosotros como “hombre” enviado de parte de Dios.
Por otra parte, El NOMBRE QUE SE NOMBRA para ser salvos, es el NOMBRE del que proviene esa SALVACIÓN: JEHOVA DIOS, el Padre, pero para que ese NOMBRE ADQUIERA SENTIDO, tenemos que invocarlo reconociendo también el ÚNICO MEDIO QUE EL PADRE dejó a los hombres, “MEDIANTE EL CUAL TENGAMOS QUE SER SALVOS; es decir, el NOMBRE DE “JESÚS”, el “UNGIDO” de JEHOVÁ, el único Nombre (y lo que representa) que fue “dado entre los hombres mediante el cual tengamos que ser salvos”. No es simplemente “PRONUNCIANDO EL NOMBRE BENDITO” (NI EL DEL HIJO NI EL DEL PADRE) como algo “mágico” que nos salvaremos. Debemos demostrar, con nuestras acciones y comportamiento general, si realmente somos seguidores del ÚNICO DIOS VERDADERO y DE SU HIJO o simplemente somos “oidores” de la PALABRA y no HACEDORES DE ELLA.
Por lo tanto, tal y como dices correctamente, a la hora de “nuestra muerte” o cuando peligre nuestra vida, no vamos a comenzar a emplear “razonamientos” para dilucidar en ese momento nuestra verdadera forma de a quién vamos a adorar o a valernos para “ser salvos” en el último instante de nuestra existencia. Para cuando lleguemos a ese momento crítico; a la realidad de lo que somos en este planeta Tierra, ya habremos confeccionado un “currículum” perfectamente definido de a quién hemos ACEPTADO en nuestro corazón en lo que haya sido “corta o larga”, no importa, “carrera por la vida”, para saber que debemos dar “gracias a Dios el Padre por medio de su Hijo” para despedirnos y encomendar nuestro “espíritu” a nuestro también, al igual que lo es de Jesús, PADRE CELESTIAL JEHOVÁ, el mismo NOMBRE del ÚNICO DIOS VERDADERO que aparece en sus propias Biblias como lo comentó muy acertadamente el forista Rey Pacífico.
Por lo tanto, como respuesta directa a lo que es evidente, intentas extraer de nuestros labios, te diré, en base a lo que ya aquí te he explicado, que el NOMBRE que sin lugar a dudas podemos DECIR a la “hora de nuestra hora” es el de “JEHOVÁ” entendiéndolo como el del Padre de “Jesús”, o bien, el de “JESÚS” (o su más cercana pronunciación al verdadero: YAHOSHUA, YOSHUA, o YESHUAH (el que prefieras) porque con certeza no se sabe tampoco cómo pronunciarlo.
Debo aclararte que el Nombre del Bendito Hijo de Jehová, “YAHOSHUA”, al tener dentro de sí el TETRAGRAMA de las cuatro consonantes hebreas correspondientes al NOMBRE DE DIOS y entendiendo que “JESÚS” o su equivalente en hebreo significa: “JEHOVAH ES SALVACIÓN” O “JEHOVÁ SALVA”, o “YHWH SALVA” o como quieras, denota, más allá de toda duda razonable que podamos tener, que el TAMBIÉN NOMBRE DE “JESUCRISTO” SALVA porque EN ÉL SE LEE TAMBIÉN EL NOMBRE PERSONAL DE DIOS quien, por derecho propio, ES EL QUE REALMENTE SALVA a la humanidad. De hecho, el NOMBRE “JESÚS”, tal y como él mismo lo enseñó y el que DIOS dispuso, es el “MEDIO” que el Padre emplea, como la “Llave Exclusiva” que debemos usar para abrir la PUERTA que nos conduce a Dios Padre.
De manera que, al INVOCAR EL NOMBRE DE JESUCRISTO, de hecho, estamos INVOCANDO EL NOMBRE DEL PADRE y comunicando a la vez, QUE EL QUE SALVA ES JEHOVÁ COMO LA FUENTE DE LA SALVACIÓN, tal y como lo indica el significado de su PROPIO NOMBRE.
Recibe mi respeto y un cariñoso saludo desde Costa Rica, mi apreciado OSO.