Un saludo afectuoso Julio V.
Cuando dices que en algunas citas de las que aporto parece indicar que creo que “Cristo es el Dios Todopoderoso”, y en otras parece indicar que no, me imagino que te refieres a la primera parte de mi aporte en la que digo que el nombre con el que le llamarán a Jesús, el nombre que está sobre todo nombre, el nombre que ha heredado, el nombre con el que combatirá contra las naciones en su segunda venida, y su nombre nuevo es el de Yahveh, su Padre.
Entiendo que esto te pueda parecer chocante, yo llevo estudiando la Palabra de Dios muchos años y también me lo pareció, pero si nos olvidamos de lo ya aprendido y nos ceñimos a los textos expuestos creo que es más sencillo.
Paso a citar algunos de los textos:
5 Mirad que días vienen - oráculo de Yahveh - en que suscitaré a David un Germen justo: reinará un rey prudente, practicará el derecho y la justicia en la tierra. 6 En sus días estará a salvo Judá, e Israel vivirá en seguro. Y este es el nombre con que te llamarán: «Yahveh, justicia nuestra.» (Jeremías 23, 5-6)
Yo entiendo que este texto es una profecía (aún sin cumplir) en la que se dice que a Jesús le llamarán «Yahveh».
Por otra parte, tenemos otra profecía (aún sin cumplir) que nos dice que a Jesús se le llamará Dios fuerte:
5 Porque una criatura nos ha nacido, un hijo se nos ha dado. Estará el señorío sobre su hombro, y se llamará su nombre «Maravilla de Consejero», «Dios Fuerte», «Siempre Padre», «Príncipe de Paz». 6 Grande es su señorío y la paz no tendrá fin sobre el trono de David y sobre su reino, para restaurarlo y consolidarlo por la equidad y la justicia, Desde ahora y hasta siempre, el celo de Yahveh Sebaot hará eso (Isaías 9, 5-6)
Por otra parte, tenemos otra profecía (aún no cumplida) que nos dice que Yahveh combatirá contra las naciones, se plantarán sus pies en el monte de los olivos y vendrá con todos sus Santos.
1 He aquí que viene el Día de Yahveh en que serán repartidos tus despojos en medio de ti. 2 Yo reuniré a todas las naciones en batalla contra Jerusalén. Será tomada la ciudad, las casas serán saqueadas y violadas las mujeres. La mitad de la ciudad partirá al cautiverio, pero el Resto del pueblo no será extirpado de la ciudad. 3 Saldrá entonces Yahveh y combatirá contra esas naciones como el día en que él combate, el día de la batalla. 4 Se plantarán sus pies aquel día en el monte de los Olivos que está enfrente de Jerusalén, al oriente, y el monte de los Olivos se hendirá por el medio de oriente a occidente haciéndose un enorme valle: la mitad del monte se retirará al norte y la otra mitad al sur. 5 Y huiréis al valle de mis montes, porque el valle de los montes llegará hasta Yasol; huiréis como huisteis a causa del terremoto en los días de Ozías, rey de Judá. Y vendrá Yahveh mi Dios y todos los santos con él. 6 Aquel día no habrá ya luz, sino frío y hielo (Zacarías 14, 1-6).
Pero, ¿es verdaderamente Dios (Yahveh) el que vendrá a luchar contra las naciones o es su Hijo Jesucristo? Pues obviamente, el que ha de regresar y luchar contra las naciones en Armagedón es Jesucristo.
11 Luego vi el cielo abierto, y apareció un caballo blanco. Su jinete se llama Fiel y Verdadero. Con justicia dicta sentencia y hace la guerra. 12 Sus ojos resplandecen como llamas de fuego, y muchas diademas ciñen su cabeza. Lleva escrito un nombre que nadie conoce sino sólo él. 13 Está vestido de un manto teñido en sangre, y su nombre es «el Verbo de Dios».14 Lo siguen los ejércitos del cielo, montados en caballos blancos y vestidos de lino fino, blanco y limpio. 15 De su boca sale una espada afilada, con la que herirá a las naciones. «Las gobernará con puño de hierro.» Él mismo exprime uvas en el lagar del furor del castigo que viene de Dios Todopoderoso. 16 En su manto y sobre el muslo lleva escrito este nombre: Rey de Reyes y Señor de Señores (Apocalipsis 19, 11-16)
Cito unos pocos textos que lo corroboran:
30 »La señal del Hijo del hombre aparecerá en el cielo, y se angustiarán todas las razas de la tierra. Verán al Hijo del hombre venir sobre las nubes del cielo con poder y gran gloria(Mateo 24, 30)
11 —Galileos, ¿qué hacen aquí mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido llevado de entre ustedes al cielo, vendrá otra vez de la misma manera que lo han visto irse (Hechos 1, 11)
9 Ellos mismos cuentan de lo bien que ustedes nos recibieron, y de cómo se convirtieron a Dios dejando los ídolos para servir al Dios vivo y verdadero, 10 y esperar del cielo a Jesús, su Hijo a quien resucitó, que nos libra del castigo venidero (1ª Tesalonicenses 1, 9-10)
15 Conforme a lo dicho por el Señor, afirmamos que nosotros, los que estemos vivos y hayamos quedado hasta la venida del Señor, de ninguna manera nos adelantaremos a los que hayan muerto. 16 El Señor mismo descenderá del cielo con voz de mando, con voz de arcángel y con trompeta de Dios, y los muertos en Cristo resucitarán primero (1ª Tesalonicenses 4, 15-16)
7 Y a ustedes que sufren, les dará descanso, lo mismo que a nosotros. Esto sucederá cuando el Señor Jesús se manifieste desde el cielo entre llamas de fuego, con sus poderosos ángeles (2ª Tesalonicenses 1, 7)
Entonces, llegados a este punto:
¿ Por qué se nos dice en Jeremías 23, 5-6 que a Jesús le llamarán «Yahveh, justicia nuestra»?
¿ Por qué se nos dice en Isaías 9, 5-6 que a Jesús le llamarán «Dios Fuerte»?
¿ Por qué se nos dice en Zacarías 14, 1-6 que Yahveh combatirá contra las naciones, se plantarán sus pies en el monte de los olivos y vendrá con todos sus Santos.
Pues porque Jesús en su segunda venida vendrá en el nombre y con el nombre de su Padre, el cual ha heredado:
5 La actitud de ustedes debe ser como la de Cristo Jesús, 6 quien, siendo en forma de Dios, no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse. 7 Por el contrario, se rebajó voluntariamente, tomando la forma de siervo y haciéndose semejante a los seres humanos. 8 Y al manifestarse como hombre, se humilló a sí mismo y se hizo obediente hasta la muerte, ¡y muerte de cruz!
9 Por eso Dios lo exaltó hasta lo sumo y le otorgó el nombre que está sobre todo nombre, 10 para que ante el nombre de Jesús se doble toda rodilla en el cielo y en la tierra y debajo de la tierra, 11 y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre (Filipenses 2, 5-11)
1 Dios, que muchas veces y de varias maneras habló a nuestros antepasados en otras épocas por medio de los profetas, 2 en estos días finales nos ha hablado por medio de su Hijo. A éste lo designó heredero de todo, y por medio de él hizo el universo. 3 El Hijo es el resplandor de la gloria de Dios, la fiel imagen de lo que él es, y el que sostiene todas las cosas con su palabra poderosa. Después de llevar a cabo la purificación de los pecados, se sentó a la derecha de la Majestad en las alturas. 4 Así llegó a ser superior a los ángeles en la misma medida en que el nombre que ha heredado supera en excelencia al de ellos (Hebreos 1, 1-4)
Ahora bien, ¿quiere decir que el que Jesús haya heredado este nombre, Jesús sea, citándote “el Dios Todopoderoso”?
De ninguna de las maneras.
Después que tenga lugar el reinado por mil años de Jesús (Apocalipsis 20, 1-6), y haber puesto debajo de sus pies a todos sus enemigos, Jesús se someterá, y entregará el reino a su Dios y Padre:
24 Entonces llegará el fin, cuando Cristo, tras eliminar toda oposición de dominios, autoridades y poderes, entregue al Dios y Padre el reino definitivo. 25 Porque Cristo tiene que reinar hasta que haya vencido y puesto debajo de sus pies a todos sus enemigos, 26 el último de los cuales es la muerte, que también será derrotada y destruida. 27 Porque Dios sometió todas las cosas bajo los pies de Cristo, cuyo imperio y autoridad se extiende sobre todos, a excepción, por supuesto, de aquel que sometió a él todas las cosas. 28 Por eso, cuando Cristo, el Hijo de Dios, haya triunfado sobre sus enemigos, él mismo se someterá al Padre que sometió todas las cosas a su gobierno. Así, Dios tendrá la absoluta supremacía (1ª Corintios 15:24-28)
En este sentido, en mi aporte también digo que no solamente cuando Jesús estuvo en la tierra la sujeción a su Padre fue innegable, hasta el punto que él mismo lo llamó su Dios:
17 —Suéltame, porque todavía no he vuelto al Padre. Ve más bien a mis hermanos y diles: “Vuelvo a mi Padre, que es Padre de ustedes; a mi Dios, que es Dios de ustedes.” (Juan 20, 17)
Sino que también una vez ascendido al cielo después de su muerte, Jesús siguió subordinándose a su Padre, refiriéndose a Él como su Dios:
1 »Escribe al ángel de la iglesia de Sardis: Esto dice el que tiene los siete espíritus de Dios y las siete estrellas: Conozco tus obras; tienes fama de estar vivo, pero en realidad estás muerto. 2 ¡Despierta! Reaviva lo que aún es rescatable, pues no he encontrado que tus obras sean perfectas delante de mi Dios.
12 Al que salga vencedor lo haré columna del templo de mi Dios, y ya no saldrá jamás de allí. Sobre él grabaré el nombre de mi Dios y el nombre de la nueva Jerusalén, ciudad de mi Dios, la que baja del cielo de parte de mi Dios; y también grabaré sobre él mi nombre nuevo (Apocalipsis 3, 1-2, 12)
En definitiva y a modo de resumen:
1) Dios (Yahveh o Jehová) es el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo.
5 Que el Dios que infunde aliento y perseverancia les conceda vivir juntos en armonía, conforme al ejemplo de Cristo Jesús, 6 para que con un solo corazón y a una sola voz glorifiquen al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo (Romanos 15, 5-6)
3 Alabado sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre misericordioso y Dios de toda consolación (2ª Corintios 1, 3)
31 El Dios y Padre del Señor Jesús (¡sea por siempre alabado!) sabe que no miento (2ª Corintios 11, 31)
17 Pido que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre glorioso, les dé el Espíritu de sabiduría y de revelación, para que lo conozcan mejor (Efesios 1, 17)
8 Pero con respecto al Hijo dice: «Tu trono, oh Dios, permanece por los siglos de los siglos, y el cetro de tu reino es un cetro de justicia. 9 Has amado la justicia y odiado la maldad; por eso Dios, tu Dios, te ha ungido con aceite de alegría, exaltándote por encima de tus compañeros.» (Hebreos 1, 8-9)
2) Dios (Yahveh o Jehová) es nuestro Padre, y Jesucristo nuestro Señor.
7 Les escribo a todos ustedes, los amados de Dios que están en Roma, que han sido llamados a ser santos. Que Dios nuestro Padre y el Señor Jesucristo les concedan gracia y paz (Romanos 1, 7)
3 Que Dios nuestro Padre y el Señor Jesucristo les concedan gracia y paz (1ª Corintios 1, 3)
6 para nosotros no hay más que un solo Dios, el Padre, de quien todo procede y para el cual vivimos; y no hay más que un solo Señor, es decir, Jesucristo, por quien todo existe y por medio del cual vivimos (1ª Corintios 8, 6)
2 Que Dios nuestro padre y el Señor Jesucristo les concedan gracia y paz (2ª Corintios 1, 2)
3 Que Dios nuestro Padre y el Señor Jesucristo les concedan gracia y paz (Gálatas 1, 3)
2 Que Dios nuestro Padre y el Señor Jesucristo les concedan gracia y paz (Efesios 1, 2)
2 Que Dios nuestro Padre y el Señor Jesucristo les concedan gracia y paz (Filipenses 1, 2)
11 Que el Dios y Padre nuestro, y nuestro Señor Jesús, nos preparen el camino para ir a verlos (1ª Tesalonicenses 3, 11)
1 Pablo, Silvano y Timoteo, a la iglesia de los tesalonicenses, unida a Dios nuestro Padre y al Señor Jesucristo: 2 Que Dios el Padre y el Señor Jesucristo les concedan gracia y paz.
12 Oramos así, de modo que el nombre de nuestro Señor Jesús sea glorificado por medio de ustedes, y ustedes por él, conforme a la gracia de nuestro Dios y del Señor Jesucristo (2ª Tesalonicenses 1, 1-2, 12)
16 Que nuestro Señor Jesucristo mismo y Dios nuestro Padre, que nos amó y por su gracia nos dio consuelo eterno y una buena esperanza (2ª Tesalonicenses 2, 16)
2 a Timoteo, mi verdadero hijo en la fe: Que Dios el Padre y Cristo Jesús nuestro Señor te concedan gracia, misericordia y paz (1ª Timoteo 1, 2)
3 Que Dios nuestro Padre y el Señor Jesucristo les concedan gracia y paz (Filemón 3)
2 Que abunden en ustedes la gracia y la paz por medio del conocimiento que tienen de Dios y de Jesús nuestro Señor (2ª Pedro 1, 2)
Un saludo hermano Julio V, y espero que con este aporte haya dejado clara mi posición respecto al tema.