Originalmente enviado por: Maripaz
HABLANDO CON LOS ANCIANOS. Frank Viola
EL SEÑOR JESÚS Y LA AUTORIDAD
Muy bien, hermanos, comenzaremos con el Señor Jesucristo. Recordaremos que Jesucristo vino al mundo cuando Roma estaba en el poder. Ahora bien, los romanos tenían cierto tipo de liderazgo que marcaba a su sociedad. Obtuvieron este tipo de liderazgo de los babilonios y los egipcios. Pero los romanos lo llevaron a la perfección. Era un liderazgo jerárquico en su estructura. En mi país, los militares están hechos bajo esa estructura. Los romanos eran grandes guerreros.
¿Entiende jerarquía? Tienen alguien encima y tienen alguien debajo, luego tiene alguien más debajo. El que está más alto tiene más autoridad que el que está más bajo. La persona más abajo tiene menos autoridad que el que está encima, etc. Es una autoridad en orden descendiente. Es una autoridad de arriba abajo. Es una relación de mando.
Los romanos perfeccionaron esta estructura. Con esto en mente, escuchemos las palabras de Jesucristo.
Mateo 20
25 Entonces Jesús llamándolos, dijo: Sabéis que los príncipes de los Gentiles se enseñorean sobre ellos, y los que son grandes ejercen sobre ellos potestad.
La palabra griega por “autoridad” es exousia. Hermanos, podrán leer el Nuevo Testamento de principio a fin y nunca van a encontrar la palabra exousia en un contexto donde un creyente en Cristo tiene exousia “autoridad” sobre otro creyente. Nunca lo encontrarán en el Nuevo Testamento... ¡porque no está ahí!
Continuemos. Jesús dice, “los príncipes de los Gentiles se enseñorean sobre ellos”. La palabra griega por “ejercer autoridad” es katexousiazo. La palabra griega por “enseñorearse” es katakurieuo. Kata significa arriba o sobre. Kurieuo significa ejercer el señorío o poder sobre alguien. Exousiazo significa ejercitar autoridad sobre otro. Jesús, está aquí condenando la autoridad o liderazgo jerárquico.
De acuerdo con Jesús, los gentiles ejercían la autoridad de arriba abajo. Se enseñoreaban del pueblo. Eran un pueblo dominante. Eran un pueblo que dominaban. Esto siempre ocurre con las estructuras jerárquicas de autoridad descendiente. Crea una cultura de control y opresión.
Pero nuestro Señor dijo: “Mas entre vosotros no será así”
Cuando vino a la tierra, Jesucristo, fue la persona más libertadora sobre el planeta. Su trabajo principal fue el de poner en libertad al hombre. Él es el Gran Libertador. En Su día, dejó libres a las mujeres. Las mujeres le seguían por donde fuera. Y cuando murió en la cruz, fueron las mujeres las que estaban allí, quedándose con Él. Cuando resucitó de los muertos, fueron las mujeres las primeras que acudieron a Él. Jesucristo, tenía una manera muy elevada de ver a Su pueblo. Tenía una manera muy elevada de ver a las mujeres en un día en que se suponía deberían estar oprimidas y suprimidas. Él era un libertador. Esto es muy importante, hermanos. Hay algo en vuestro Señor que es libertador, y esto proviene de dejar al pueblo libre, en libertad.
Jesús dijo, “El que quiera ser mayor entre vosotros, mis discípulos, que sea el que sirva”. Al llegar a este punto, les voy a dar una frase de apertura. La marca del sirviente de Dios es la de aquel que viene a poner en libertad al pueblo. No a enseñorearse de ellos. No para controlarlos, sino para dejarlos en libertad. Una de las principales cosas que hago al plantar iglesias, es dejar al pueblo en libertad. Y ese es el ministerio de Jesucristo.
Vallamos ahora a Mateo 28.
Jesucristo está listo para ascender a los cielos. Estas son unas de sus últimas palabras. Ustedes están familiarizadas con ellas.
Mateo 28
18 Toda la autoridad se me ha dado en el cielo y en la tierra. Toda la autoridad es mía.
Ahora hermanos, les voy a decir algo más: No hay otra autoridad excepto la autoridad de Jesucristo. Solamente Él tiene autoridad. No hay autoridad excepto Su autoridad. Esto es importante.
LA IGLESIA EN JERUSALÉN
Jesucristo asciende. Los doce apóstoles son enviados a Jerusalén. Ellos levantan una iglesia en Jerusalén. Es muy grande. En el primer día hay tres mil personas en esa iglesia. Ahora me gustaría que fuéramos al libro de los Hechos. Quiero darles el sabor que tenía la iglesia de Jerusalén. Se reunían en casas por toda la ciudad. Sus reuniones eran abiertas. Los hermanos y hermanas compartían libremente unos con otros. Sí, iban al pórtico de Salomón a escuchar a los apóstoles compartir a Cristo con ellos. Los apóstoles les estaban enseñando a conocer al Señor y a cómo reunirse. Pero los hermanos y hermanas libremente se reunían en las casas por todo Jerusalén. Se reunieron por seis años continuos y eran solamente los apóstoles y el pueblo. Hermanos, no había líderes designados, excepto por aquellos doce apóstoles que fueron enviados por Jesucristo. Eran los apóstoles los que plantaban la iglesia y los hermanos y las hermanas. No había líderes designados.
Luego vino la dispersión. Y los hermanos y hermanas se esparcieron por toda Palestina. Algunos de ellos llegaron hasta Antioquia de Siria. Allí otra iglesia fue levantada. Fue la iglesia de Antioquia. La iglesia de Antioquia creció muy rápidamente. A su debido tiempo hubo profetas y maestros. Esos eran dones. Eran funciones. Nunca leerán en el Nuevo Testamento que había ancianos en la iglesia de Antioquia. Pero había profetas y maestros.
Entretanto, de vuelta en Jerusalén, la iglesia crecía después de la dispersión. Hermanos, han pasado catorce años. La iglesia de Jerusalén tiene catorce años. Y en Hechos 11 se nos dice que la iglesia de Jerusalén sufre de gran pobreza y la iglesia de Antioquia les ayuda. Así pues, Antioquia envía dinero a Jerusalén para ayudar a mitigar la pobreza. Y en el versículo 30, del capítulo 11, Lucas dice que Saúl y Bernabé, actuando como representantes de la iglesia de Antioquia, envían dinero de Antioquia a Jerusalén, a los ancianos. Ahora hay ancianos. ¡Tomó catorce años!
Ahora, escúchenme con cuidado. Cada vez que han oído hablar acerca de la iglesia de Jerusalén antes de esto, siempre habían sido, los apóstoles y el pueblo. Ahora Lucas menciona a los ancianos. ¿Qué es lo que hacen allí? Ellos están recibiendo dinero para dárselo a la iglesia. Eso es todo lo que están haciendo.
LOS ANCIANOS EN GALACIA
Entonces, sucede algo interesante. Vayan a Hechos 14. De vuelta en Antioquia, el Espíritu Santo envía a Saúl y a Bernabé a predicar el evangelio a los paganos. Son enviados. Ahora son apóstoles, “enviados”; a mí me gusta mejor el término de “plantadores de iglesias”. O “obreros”. Como quiera que quieras llamarlos. Pero la realidad es que son plantadores de iglesias.
Los hombres de dirigieron a Galacia del Sur. Predicaron el evangelio en cuatro ciudades. Se levantaron cuatro iglesias en esas ciudades. Solamente estuvieron cinco meses en cada una de esas ciudades, predicando el evangelio y levantando la iglesia. Ellos abandonaban esas iglesias sin dejar ningún líder a cargo. Y las dejaban, entre seis meses a un año sin que tuvieran ningún líder. ¿Dónde estaba el liderazgo durante ese tiempo? En las manos de los hermanos y las hermanas. Ellos eran los que dirigían. ¿Entienden ustedes bien esto?
Luego regresaban a esas cuatro ciudades. Y cuando lo hacían, en el capítulo 14, versículo 23 se nos dice que hacían algo muy interesante.
¿Puede alguien en esta habitación decirme el nombre de estas iglesias sin mirar al Nuevo Testamento? Bien, estas son: Psidia, Iconio, Listra y Derbe. Ahora, al regreso, Lucas dice que Pablo y Bernabé reconocieron ancianos en cada ciudad.
La palabra original en griego, generalmente traducida por “ordenaron”, significa “reconocer”. Ellos reconocieron ancianos en cada ciudad. No era una ordenación oficial como los ministros son ordenados en el día de hoy. Hermanos escuchen. La frase “cada iglesia” no significa cada iglesia en el mundo. Significa cada iglesia en Galacia del Sur en el año 49. Les estoy dando el contexto. Algunos han enseñado de que cada iglesia tiene que tener ancianos. Y basan su idea en este versículo. Pero no es lo que este verso dice de ninguna manera. Está hablando de todas las iglesias de Galacia del Sur en el año 49.
Permítanme detenerme para decirles algo. En la forma que hemos sido enseñados a acercarnos al Nuevo Testamento es la de tomar un versículo de una carta de Pablo, otro verso de una carta de Pedro, otros versículos de Pablo escritos en épocas diferentes a un grupo diferente de personas, otro versículo de Hechos, sacándolos fuera de su contexto histórico y pegándolos todos juntos. Así es como hemos aprendidos las Escrituras. Pero es un método totalmente equivocado.
Utilizando ese método, ustedes pueden probar cualquier doctrina, pueden apoyar cualquier práctica. Lo que yo les voy a dar en el día de hoy es la historia en todo su contexto histórico. Cuando así lo hacen, las cosas son un poco diferentes. Esto es importante.
Ok. Pablo y Bernabé, reconocieron ancianos. La palabra anciano es la traducción de la palabra griega presbuteros. Simplemente significa un “hombre mayor”. Significa alguien que está más maduro que otros. Así Pablo dice a los hermanos y las hermanas de las iglesias en Galacia lo siguiente:
“Hermanos y hermanas, hace un año que pasé por aquí. Os he observado a cada uno en vuestras funciones. Las reuniones están en sus manos. Han tomado decisiones por ustedes mismos. Seguirán haciendo lo mismo, pero yo me estoy yendo. Regreso a Antioquia. Quizá nunca más regrese por aquí. Por tanto, si tienen algún problema, si tienen una crisis, quiero que miren a esos hermanos en particular porque son mayores y más maduros. Los he observado desde que regresé y todos ustedes me han dicho su excelente calidad y espíritu de servicio. Ya saben que tienen que observarlos en tiempos de crisis. Solamente estoy reconociendo, públicamente, lo que ustedes ya conocen ser cierto. Se han ocupado de los hermanos y hermanas. Así pues, si hay un problema, escuchen lo que tienen que decir.”
Él no les dijo “Ahora estos hombres van a controlar sus reuniones”. Él no dijo, “Ellos, como los señores romanos, tienen autoridad sobre todos ustedes”. El no les dijo, “Cualquier cosa que ellos digan no es la voz de Dios. Tienen que obedecerles”. ¡No! Él dijo, “Estos son sus hermanos en la iglesia que han demostrado tener sabiduría. Son fieles en el servicio. Ponderen lo que les dicen”. Yo les probaré esto.
LAS IGLESIAS EN GALACIA
Pablo y Bernabé regresan a Antioquia. Estas cuatro iglesias de Galacia tienen visitantes que vienen de Jerusalén. Son judíos cristianos que aún poseen una mente institucional y legalista.
Ellos creen que para ser salvos, uno no solamente tiene que creer en Cristo, sino que también tiene que guardar la ley de Moisés, que incluye la circuncisión del hombre. Así pues, estos hermanos de Jerusalén, esos judaizantes, visitan estas cuatro específicas iglesias y les dicen a los santos toda una serie de cosas. Ellos les dicen: “Pablo no viene de Jerusalén. Eso significa que no es un verdadero apóstol. No solo esos, sino que le vimos como se enfrentaba a Pedro, el más grande apóstol. Lo vimos cuando visitamos Antioquia. Como Pablo le gusta complacer a los hombres, no os predicó el evangelio completo. Os ha ocultado la verdad de guardar la ley”.
Algunos de esos galateos creen a los judaizantes. Pablo se entera y les escribe una carta. Hermanos, ¿cuál es el nombre de la carta? Gálatas, exactamente. Vamos a ver esa carta.
Bien hermanos, tengo una pregunta ¿hay ancianos en las iglesias de Galacia? Sí. Sí, hay ancianos allí. Hacía un año que Pablo los reconoció. Pablo ha escuchado que esos visitantes han venido con otro evangelio. Así pues escribe a los galateos y les dice en el versículo 1, “PABLO, apóstol, (no de los hombres ni por hombre, mas por Jesucristo y por Dios el Padre, que lo resucitó de los muertos)”. Luego dice en el versículo 2 “A los ancianos de las iglesias de Galacia.” ¡No! Eso no es lo que dice, ¿no es así?
¿A quién escribe Pablo? Él escribe a la iglesia, a los hermanos y hermanas. ¡Él no escribe a los ancianos! Pienses sobre eso, hermanos. Piensen sobre eso. De hecho, esas iglesias de Galacia están pasando por una gran crisis. El mismo evangelio de Jesucristo está en peligro y Pablo no una vez, ¡ni siquiera una vez! Menciona a los ancianos.
Ahora bien, si los ancianos del siglo primero son hombres que dirigían la iglesia, toman decisiones por la iglesia, son responsables por la salud de la iglesia y representan la iglesia, entonces, ¿por qué Pablo no los menciona? La respuesta es obvia, hermanos. Aquellos ancianos no tenían esa clase de poder. La iglesia estaba en las manos del pueblo, y Pablo escribió a los hermanos y hermanas. Y él enfrentó al problema con los hermanos y hermanas. Puesto que el problema era de ellos. Así pues, ellos, la iglesia, tendrían que hacerse cargo de él.
Ahora, hermanos, cuando yo escribo una carta a una de las iglesias con las que trabajo, yo, al igual que Pablo, escribo a la iglesia. Y la iglesia la lee junta. La iglesia es responsable del mensaje. Es responsable por sus problemas, es responsable por el ministerio.
Esto continúa. Galacia no es una situación aislada. Quiero ahora hacer un comentario. Y quiero que piensen sobre él. En todas las 9 cartas de Pablo a las iglesias, menciona a los hermanos 130 veces. A los ancianos los menciona 5 veces. Menciona a los pastores 1 vez. La palabra hermanos es refiriéndose a ambos, hermanos y hermanas. Esto es significante y se centra en el hecho de que Pablo ve el liderazgo y ministerio de la iglesia perteneciendo a todo el cuerpo, no a los ancianos.
¿Ustedes saben por qué Pablo escribió esta carta a la iglesia y no a los ancianos? ¿Ustedes saben por qué él menciona a “los hermanos” mucho más veces que hace con los ancianos y pastores? ¿Ustedes saben por qué Pablo jamás ataca un problema de la iglesia dirigiéndose a un anciano o pastor? ¡Porque toda la autoridad está dada a Jesucristo! ¡La iglesia es el cuerpo de Cristo! Así pues toda la autoridad está en la iglesia. No es dada a algunos hombres. ¡Está en la iglesia!
Continuemos. Después que Pablo escribe la carta a los galateos, hay un gran concilio en Jerusalén. Hay un debate sobre la ley de Moisés. Cuando el concilio de Jerusalén se reúne, se reunieron todos los santos en Jerusalén juntos. Era una asamblea con toda la iglesia reunida, con los apóstoles y los ancianos. La escritura nos dice que la iglesia tomó su decisión con los apóstoles y los ancianos. Los ancianos no toman decisiones y dicen: “Iglesia, esto es lo que tienen que hacer”. No, todos los hermanos y hermanas, “la totalidad de la iglesia”, con los apóstoles y ancianos, toman juntos la decisión. Esto queda sumamente claro en Hechos 15:22.
Además, Hechos 15:23 – 25, nos dice que los apóstoles, los ancianos, los hermanos (la iglesia), escribieron su decisión en una carta. Son los hermanos y hermanas, los apóstoles y los ancianos, quienes escribieron la carta. No fueron solamente los apóstoles y los ancianos quienes la escribieron. Hermanos, ¿me están siguiendo? La iglesia tomó la decisión con los apóstoles y los ancianos. Esto es muy importante.
LA IGLESIA EN TESALÓNICA
Pablo ahora toma con él a Silas y marchan a Grecia. Plantan cuatro iglesias en Grecia. ¿Puede alguien en la habitación decidme cuáles fueron esas cuatro iglesias? Son: Filipos, Tesalónica, Berea y Corinto. Cuatro iglesias. Pablo y Silas, con Timoteo, estuvieron casi tres meses con cada una de ellas excepto Corinto. Los corintios no eran muy inteligentes. Así pues tuvieron que quedarse con ellos dieciocho meses. Y a pesar de todo no les hizo mucho bien porque tuvieron más problemas que cualquier otra iglesia.
Ahora, Pablo planta una iglesia en Filipos. Luego marcha a Tesalónica y planta otra iglesia allí. Deja detrás a Timoteo en Tesalónica, a quién tomó para este viaje. Llega a Berea y luego a Corinto. Timoteo se reúne con Pablo en Corinto y le dice “Pablo, la iglesia de Tesalónica está teniendo muchos problemas”.
Escúchenme bien, hermanos. La iglesia de Tesalónica solamente tiene seis meses de vida. Estos son los nuevos cristianos. ¿En algún momento se han encontrado con una cristiano de seis meses? No. ¿Él es un verdadero bebé? Sí. Amén. Virtualmente todos esos cristianos de Tesalónica eran paganos antes de encontrar al Señor. (Algunos eran judíos)
Timoteo le dice a Pablo, “Pablo los cristianos de Tesalónica están siendo perseguidos. Algunos de ellos están siendo tentados para regresar a su vieja vida de inmoralidad. Necesitan ser alentados.”
Pablo entonces, envía a Timoteo de vuelta a Tesalónica con una carta.
Vayamos ahora a 1 Tesalonicenses. Ahora, hermanos, esto es importante que se den cuenta. La iglesia de Tesalónica, estaba libre de hacer y tomar cualquier tipo de decisiones al igual que las otras iglesias que habían salido de las manos de Pablo. Esta es la carta de Pablo. Quiero que leamos el primer verso. “PABLO, y Silvano, y Timoteo, a los acianos en la iglesia de los Tesalonicenses”.
¿Es eso lo que dice? ¡No!
¡Él escribe a la iglesia! “A los hermanos y a las hermanas”. Él les escribe a ellos. Es a la iglesia a quién instruye. Él plantea los problemas a la iglesia. Espera que los hermanos y hermanas, la iglesia, ¡se encarguen de sus propios problemas!
“Pero hermano Frank, ¿qué hay acerca del capítulo 5:12 – 13?”.
Vayamos al capítulo 5:11. Pablo dice a la iglesia, “Por lo cual, consolaos los unos á los otros, y edificaos los unos á los otros, así como lo hacéis.” Ellos, los hermanos y hermanas, se ministraban unos a otros. Se cuidaban los unos a los otros. Y entonces Pablo dice: “Y os rogamos, hermanos, que reconozcáis á los que trabajan entre vosotros, y os presiden en el Señor, y os amonestan ”
La palabra griega que es traducida por presiden y amonestan es “proistemi”. Significa proteger y proveer cuidado. “Estimad en alto grado, a aquellos que os protegen y os guardan, por su trabajo”. Luego en el versículo 14 les dice “También os rogamos, hermanos, que amonestéis á los que andan desordenadamente, que consoléis á los de poco ánimo, que soportéis á los flacos, que seáis sufridos para con todos ”. Esa es la misión de la iglesia.
Ahora, hermanos, escúchenme. Esta iglesia tiene seis meses. ¡Solamente seis meses! No hay ancianos en esta iglesia. Es imposible tenerlos. Recuerden, los cristianos solamente tienen seis meses.
¿A quién entonces se está refiriendo Pablo en el capítulo 5:12-13? ¿Quiénes son esos hombres que tienen que ser estimados por tener cuidado del rebaño? Se está refiriendo a Timoteo, Silvano y a él mismo, los tres hombres son obreros, llamados a la obra. Ellos son los que se están preocupando y cuidando de la iglesia en este momento.
El verso dice que los estimen por “su trabajo”. Pablo está esencialmente diciendo, “Hermanos, nosotros somos vuestros obreros y, ahora mismo, nos estamos preocupando pro vosotros. Reconocernos y apreciarnos. Apreciad a Timoteo cuando vaya hasta ustedes, pues él se preocupa de vosotros. Apreciad a Silvano y a mí mismo que trabajamos por vosotros”. Pero lo está diciendo de tal manera que no está trayendo la atención hacia él ni sus hombres.
No podía haber ancianos en la iglesia, era imposible. Pero su ustedes creen que había ancianos, está bien. Él solamente les está diciendo, “Estímenlos, aprécienlos”. Pero recuerden que toda la carta está dirigida a la iglesia. En ningún momento está diciendo: “Obedezcan a todo lo que ellos dicen”. Es un concepto completamente diferente de lo que hemos sido enseñados.
Timoteo regresa a Corinto, donde Pablo se encuentra y le dice: “Hermano Pablo, leí la carta, pero los santos están confundidos. Contestaste su pregunta acerca de lo que le pasa a los creyentes cuando mueren. También mencionaste el regreso del Señor. Pero ahora se creen que Jesús está regresando en cualquier momento porque les dijiste que el Señor está regresando. Así pues, la mitad de la iglesia ha dejado de trabajar y se están aprovechando de los otros hermanos. Este es un problema serio”.
Así pues, Pablo escribe otra carta, que nosotros conocemos como 2 Tesalonicenses. Así es como empieza esta carta: “Pablo, Silvano y Timoteo a los ancianos” ¡No! “a la iglesia”. Esta iglesia estaba teniendo grandes problemas. Imagínense a su congregación en la que la mitad de los santos han dejado sus trabajos y están ahora viviendo a expensas de los otros hermanos y hermanas. Si Pablo fuera su obrero, ¡él no escribiría a los ancianos de esta habitación! Escribiría a la iglesia entera. En toda esta carta, Pablo nunca menciona a los líderes locales. ¿Por qué? Porque él sabía que la iglesia estaba conducida por la iglesia. El liderazgo estaba en las manos de la iglesia. Pero aún no hemos terminado.
LA IGLESIA EN CORINTO
Después que Pablo estuvo en Corinto levantando la iglesia en esa ciudad, partió abandonándola. Marchó a Antioquia. Después de Antioquia, marcho a Éfeso. Se queda tres años en Éfeso, hermanos. Durante el tiempo que allí estuvo, conoce a una mujer llamada Cloé y a la gente que trabaja con ella. Estaban de visita en Corinto. La gente de Cloé cuentan a Pablo los problemas de los que han sido testigos en la iglesia de Corinto. No mucho después, Pablo recibe una carta de la misma iglesia de Corinto, traída por tres hermanos de la iglesia. La carta contiene una lista de preguntas para Pablo. La iglesia de Corinto tiene unos seis años. No seis meses. Seis años.
Déjenme pasar lista a los problemas por los que están atravesando. ¿Qué está pasando en Corinto? Divisiones. Se están dividiendo en cuatro grupos. Inmoralidad. Hay caso o casos de incesto. Abusos en la Cena del Señor. Se están emborrachando en la Cena del Señor, otros no hacen más que comer, gula. Se están llevando a la corte unos a otros. No hay amor entre ellos. Se la pasan peleando. Yo les diré de otra más: están dudando de la resurrección (ver el capítulo 15). ¿Pueden pensar de algo más? Algunos de ellos están regresando a sus viejos estilos de vida paganos y visitan prostitutas (ver capítulo 6). Es un problema de tamañas proporciones.
Estoy seguro que Pablo alzó sus manos diciendo: “¡Me gustaría no haber conocido a estas personas! ¿Después de seis años too esto está ocurriendo?” Así pues, Pablo toma su pluma y les escribe una larga carta. En nuestra versión tiene 16 capítulos.
Me gustaría leerles las primeras palabras de esta carta. 1 Corintios 1:1. Tengan bien presente lo que está ocurriendo en esta iglesia: “Pablo, un apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, y Sostenes quién se encuentra con nosotros, a los ancianos de la iglesia”. A los ancianos que nos están haciendo un buen trabajo. A los ancianos que no están controlando muy bien al pueblo de Dios. ¿Es eso lo que dice?¡No!
Él escribe “¡a la iglesia!” a los hermanos y hermanas. Este es vuestro problema. Espero que se hagan cargo de él. La iglesia está en vuestras manos. Dios os ha dado, a los hermanos y a las hermanas, la responsabilidad de los asuntos de la iglesia.
Pero el punto siguiente es más interesante. ¡Pablo no hace, en ningún momento, mención a los ancianos! ¡ni una sola vez! ¡Ni una sola vez menciona a un pastor! ¡Ni una vez llama a un supervisor u obispo! Menciona por más de 30 veces a los hermanos. “Hermanos, les imploro”. “Hermanos, les ruego”. “Hermanos se supone que ustedes deben de entregar a Satán a ese hombre que está cometiendo incesto”, “Hermanos, tienen que hacer esto...” ¡No los ancianos!
Pero no termina ahí. Pablo ahora abandona Éfeso y visita Macedonia. Probablemente visita la iglesia en Filipos que está en Macedonia. Pablo se entera que hombres de Jerusalén han venido a la iglesia de Corinto y están tratando de hacerse cargo de ella. Están hablando mal de Pablo. Están enseñando a la iglesia que deben seguir la ley de Moisés. Están clamando que ellos son los verdaderos apóstoles porque traen cartas de Jerusalén. Pablo no tiene esas cartas. Pablo no vino de Jerusalén (donde vienen los verdaderos apóstoles). Él está predicando un falso evangelio.
Estos judaizantes están diciendo, “Hemos tenido visiones. Hemos tenido experiencias con Dios. Hemos venido de Jerusalén. Tenemos cartas. Somos los verdaderos apóstoles. Ustedes deben seguirnos a nosotros. No a Pablo”. El punto alarmante es que algunos de los corintios están dejándose engañar por estos hombres.
Hermanos, si ha habido un momento como para tocar la alarma y llamar a los ancianos, para reprender a los ancianos, para dirigirse a los ancianos, no hay momento mejor que este. Pero vayamos a 2 Corintios. Veamos si Pablo tiene todo bajo control. Veamos si Pablo al fin se da cuenta que necesita envolver a los ancianos en este problema.
2 Corintios 1:1, “Pablo un apóstol de Jesucristo, por la voluntad de Dios y Timoteo nuestro hermano, aquí conmigo, a los ancianos” ¡No! De nuevo escribe “a la iglesia”. Hermanos, habla a la iglesia a través de toda la carta. A la iglesia. La iglesia es el pueblo de Dios. Los problemas de la iglesia pertenecen al pueblo de Dios.
LA IGLESIA EN ROMA
Pablo ahora abandona Macedonia y visita Corinto. Visita a esta problemática iglesia donde se queda por tres meses en el invierno del año 57. Desde Corinto, escribe una carta a la iglesia en Roma que él transplantó en el tiempo que estuvo en Éfeso.
La carta a los Romanos está considerada como el escrito más grande de Pablo. Todo lo que es importante para la fe cristiana, se encuentra en esa carta. Es su obra maestra.
Ahora hermanos, escúchenme con atención. La iglesia en Roma tiene seis años. Esta es la sexta carta que escribe Pablo. Quiero que miren esta carta a los Romanos. Les quiero decir por qué él escribió esa carta.
Pablo se está haciendo viejo y hay nuevos conversos en la iglesia de Roma. Pablo no ha estado nunca en Roma. Él envió a gente que conocía Roma. La iglesia fue transplantada. Pero el nunca había estado en Roma. Él escribió esta carta para dar a los nuevos conversos una explicación compresiva de la fe cristiana. En esta iglesia había judíos y gentiles. Tenían problemas los unos con los otros. Pablo había oído de ello. Algunos creían que solamente se podían comer los alimentos puros. Los gentiles decían que se podía comer cualquier tipo de alimentos. Los judíos cristianos creían que se debían de guardar algunos días y mantenerlos santos. Los gentiles creían que todos los días eran iguales.
Hay un conflicto interno. Están luchando, hermanos. Los judíos cristianos y los gentiles cristianos no se están llevando bien.
Así Pablo escribe, “A todos los que estáis en Roma, amados de Dios, llamados santos”. Pablo en ningún momento menciona, en esta carta, a pastores, ancianos o supervisores. Está escrita a la iglesia y solamente a la iglesia. Y es el más importante documento que explica la fe cristiana.
Pero esto no es todo. En el último capítulo, el 16, saluda a la gente de la iglesia. Saluda a 26 individuos y a cuatro familias. Menciona varias cosas sobre ellos. ¡En ningún momento menciona ancianos, supervisores ni pastores!
Siguiendo su estilo, la carta está escrita a la iglesia. Y cuando se enfrenta a los problemas, en los capítulos 13 – 15, él escribe a la iglesia y a ella se dirige. Les dice que se amonesten los unos a los otros. En otras palabras, “Este es su problema, iglesia. Resuélvanlo”.
LAS IGLESIAS EN COLOSAS Y ÉFESO
Pablo visita Jerusalén. Casi le matan. Es puesto en prisión en Cesárea. Luego es llevado a Roma como prisionero. En Roma, Pablo se encuentra en arresto domiciliario. Escribirá sus más profundas cartas desde prisión. La primera es Colosenses.
Vayamos a Colosenses. ¿Puede alguien en la habitación decirme quién comenzó la iglesia en Colosas? No fue Pablo. Fue Epafras. Él era un hombre que Pablo trajo al Señor. Epafras regresó a su ciudad natal en Colosas y levantó una iglesia. Esta iglesia tiene ahora unos seis años. Están teniendo problemas. Los judíos cristianos le han dado a los colosenses un falso evangelio. Epafras visita a Pablo en Roma. Aquí tenemos a un apóstol joven visitando a otro viejo.
Epafras le dice a Pablo, “Visitantes han llegado a la iglesia en Colosas con un falso evangelio”. Recordemos que Pablo nunca ha estado en esta iglesia. Así Pablo comienza a gritarle a Epafras diciéndole, “Claro, nombraste a los ancianos equivocados, esto no debía haber sucedido. Los ancianos están supuestos a prevenir que estas cosas sucedan. Déjame que yo me encargue yo les voy a escribir a esos ancianos”. Y así comienza la carta Colosenses 1:1 “Pablo un apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, a los ancianos”.
¡No! ¡No dice eso! ¡Es a los santos! ¡A los fieles hermanos! La carta está dirigida a los hermanos y a las hermanas. Y Pablo habla a la iglesia de principio a fin. Él ministra a la iglesia porque este es un problema de la iglesia. No hay mención a los ancianos. No hay mención a los supervisores. No menciona a los pastores. ¡Hermanos, consideren esto!
Al mismo tiempo Pablo tiene su más profundo deseo de presentar el evangelio del eterno propósito de Dios a todos los santos del Asia Menor: a Éfeso, de igual forma a todos los cristianos de la región, hace esto en la carta a los Efesios. Es esta la corona del ministerio de Pablo.
Efesios 1:1 dice, “Pablo, un apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, a los ancianos de Éfeso” ¿Es eso lo que dice? ¡Por supuesto que no! La carta está dirigida a los hermanos y hermanas. Y finalmente, en el capítulo cuatro, finalmente, Pablo dice la palabra “pastores”. En todas sus cartas anteriores a esta, nunca mencionó la palabra “pastores”
Chocantemente, todo lo que dice acerca de ellos, en el capítulo 4, es que los pastores y maestros están allí para ayudar a formar a los santos. ¿Formar a los santos para hacer qué? Ministrarse unos a otros. Hacerse cargo de sus propios problemas. A ser la iglesia. Y esos pastores ¡no se enseñoreaban del pueblo de Dios! Están entre el rebaño, no sobre el rebaño. Son algo así como hermanos mayores. Y Pablo nunca les escribe una carta a ellos cuando la iglesia está en crisis. ¡Nunca!
Entonces, Pablo dice a la iglesia de Éfeso en 5:21 “Sujetados los unos á los otros en el temor de Dios.” ¿Por qué? Porque la autoridad de Dios está en el cuerpo. La autoridad se le es dada a Jesucristo y la iglesia es Cristo en forma corporativa. La autoridad descansa en la iglesia. Tenemos que someternos los unos a los otros.