Re: Iglesia Local de WITNESS LEE
Amado dante velo por ti mismo y ora al Señor Jesus y lee este bosquejo que te mando y tambien las citas biblicas con mucha orasion amdo santo y dime si esto puede ser de una secata como dicen por ahi algunos amados santos que dicen conocerlo todo Gracia y Paza ....Tu Hno ....... Ciro Bautista
ESTUDIO DE CRISTALIZACIÓN DEL EVANGELIO DE MARCOS
Vivir en la realidad del Cuerpo de Cristo
en conformidad con la visión panorámica
de la realidad que está en Jesús
según se presenta en el Evangelio de Marcos
Lectura bíblica: Ef. 4:20-24; Mr. 1:15, 35; 4:23-25; 8:22-26; 6:45-52; 9:7-9;
10:45; 16:7
I. El deseo del corazón de Dios es que la realidad que está en Jesús
—el vivir del Dios-hombre Jesús tal y como es presentado en los
cuatro Evangelios— sea duplicada en los muchos miembros del
Cuerpo de Cristo por el Espíritu de realidad para que llegue a ser
la realidad del Cuerpo de Cristo, la cúspide de la economía de
Dios—Ef. 4:20-24, 3-4:
A. La realidad del Cuerpo de Cristo es el vivir corporativo de los
Dios-hombres perfeccionados, quienes manifiestan en su vivir
la vida divina de su nuevo hombre al negarse a la vida natural
de su viejo hombre, en conformidad con el modelo de Cristo,
el primer Dios-hombre—Mr. 8:34; Ro. 6:4-6; Gá. 2:20; Ef.
3:16-17a; 1 P. 2:21.
B. La realidad del Cuerpo de Cristo es el Espíritu de realidad,
quien es el Espíritu de Jesús mezclado con nuestro espíritu; el
Espíritu de Jesús incluye la realidad que está en Jesús, esto es,
el vivir del Dios-hombre Jesús—Jn. 16:13; Hch. 16:7; Ro.
8:16; 1 Co. 6:17.
C. Cuando vivimos en el espíritu mezclado, estamos aprendiendo
a Cristo en conformidad con la realidad que está en Jesús,
mediante el Espíritu de realidad de acuerdo con el modelo
establecido por Él como Salvador-Esclavo en el Evangelio de
Marcos, de modo que Su biografía llega a ser nuestra historia;
el vivir del Cuerpo de Cristo como nuevo hombre debe ser
exactamente igual al vivir de Jesús tal como se revela en el Evangelio
deMarcos—Gá. 6:17-18; Ro. 1:1, 9; Ef. 4:20-24; Fil. 2:5.
II. Es preciso que vivamos en la realidad del Cuerpo de Cristo, y lo
hacemos al entrar en la realidad del Evangelio deMarcos mediante
el Espíritu de realidad—Jn. 16:13:
A. La biografía de Jesús según se nos presenta en el Evangelio de
Marcos es también nuestra biografía, nuestra historia, y Pedro
es nuestro representante—16:7; Himnos, #434, estrofa 4:
1. Únicamente en el Evangelio de Marcos se encuentra la
frase y a Pedro (v. 7), la cual fue incluida en el mensaje que
el ángel dio a las tres hermanas que descubrieron el hecho
de que el Salvador-Esclavo había resucitado; al Evangelio de
Marcos se le considera un documento que fue dictado
por Pedro a su hijo espiritual, Marcos (1 P. 5:13).
2. Aunque Pedro había cometido el grave pecado de negar al
Señor tres veces, el Señor específicamente hizo mención de
él; éste es el evangelio—Mr. 14:67-72; Lc. 15:17; Jn. 21:15-17.
3. Y a Pedro significa “y a nosotros mismos”, quienes hemos
fallado igual que Pedro, lo cual revela que aunque le fallemos
al Señor, es imposible que Él se olvide de nosotros,
nos abandone, renuncie a nosotros o deje de amarnos; aun
si caemos, Él no nos dejará, y puede lograr que nos levantemos
de nuevo por causa de Su economía—Ro. 14:4, 7-8;
Dt. 31:6; Jos. 1:5; He. 13:5; Is. 49:14-16; Jer. 29:11-14; Pr.
24:16; cfr. Cnt. 8:6.
B. Marcos 6:45-52 revela que debemos procurar descubrir la
senda, la carrera, que el Señor ha fijado para nosotros según
Su perfecta voluntad, y disfrutarle como nuestro Ministro celestial
y Sumo Sacerdote, como Aquel que intercede por nosotros
y nos sustenta para que acabemos nuestra carrera, la cual consiste
en que llevemos una vida celestial en la tierra para que se
manifieste la realidad del Cuerpo de Cristo—He. 8:1-2; 7:26;
Hch. 20:24; 2 Ti. 4:7-8:
1. Desde la ascensión de Cristo hasta Su segunda venida, el
mundo atraviesa por una larga noche; “la noche está avanzada”
(Ro. 13:12), nuestra barca está “en medio del mar”, ytodavía no hemos llegado al destino final de nuestro
viaje—Mr. 6:45-48; Jn. 6:21; cfr. 2 Ts. 2:2-3; 2 Ti. 3:1-13.
2. Debemos comprender que el viaje de los f ieles creyentes
es uno en el que “el viento les [es] contrario”, y en
el que ellos se sienten “turbados” mientras “reman”; por
consiguiente, debemos recibir al Señor en nuestra “barca”
(nuestra vida matrimonial, nuestra familia, nuestros
negocios, etc.) y disfrutar paz con Él al andar por la senda
de la vida humana—Mr. 6:47-51; Jn. 6:21.
3. En estos días, justo antes del amanecer de la venida del
Señor (2 P. 1:19), debemos resistir las tácticas debilitadoras
de Satanás (Dn. 7:25), fortalecernos en la gracia que
es en Cristo Jesús (2 Ti. 2:1), y recibir misericordia de
parte del Señor para ser fieles (1 Co. 7:25b) en seguir
andando por la senda que Él ha dispuesto para la edificación
de Su Cuerpo, Su novia, la cual lo traerá a Él de
regreso (Mt. 16:18; Gn. 2:22; Ap. 19:7).
C. Para entrar en la realidad del Evangelio de Marcos, debemos
arrepentirnos, experimentar un cambio en nuestro modo de
pensar, lamentándonos por el pasado y tomando un nuevo
camino para el futuro; arrepentirnos es volvernos a Dios y
abandonar todo lo que no es Él—1:15:
1. Por un lado, en referencia a lo negativo, arrepentirnos
delante de Dios no solamente significa arrepentirnos de
nuestros pecados y errores, sino también del mundo y su
corrupción, los cuales usurpan y corrompen a los hombres
que Dios creó para Sí mismo, y también significa
arrepentirnos de nuestra vida pasada en la cual nos olvidamos
completamente de Dios—Is. 55:7; 2 P. 3:9-10, 15.
2. Por otro lado, en referencia a lo positivo, arrepentirnos
significa volvernos a Dios completamente y en todo
aspecto a fin de cumplir el propósito para el cual Dios
creó al hombre; esto es lo que significa “arrepentimiento
para con Dios” y “arrep[entirse] y … conv[ertirse] a
Dios”—Hch. 20:21; 26:20.
3. El arrepentimiento para vida, esto es, el arrepentimiento
que redunda en la salvación orgánica que Dios efectúa en
la vida divina, es un don que nos ha sido dado de parte
del Cristo exaltado—5:31; 11:18.
4. Cristo, quien es la benignidad de Dios, nos guía al arrepentimiento
a fin de que, en conformidad con Su misericordia,
nosotros podamos ser reacondicionados, hechos de nuevo y
remodelados con Élmismo como vida—Ro. 2:4; Tit. 3:4-5.
5. El arrepentimiento es un requisito divino de la economía
neotestamentaria de Dios y uno de los principales aspectos
en la proclamación de lamisma—Hch. 17:30; Lc. 24:47.
D. Si hemos de entrar en la realidad del Evangelio de Marcos,
debemos oírlo a Él y ver a Jesús solo—9:7-9; cfr. Ap. 1:10, 12:
1. Debemos atender a la manera en que escuchamos la palabra
del Señor, pidiéndole que nos dé oído para oír lo que
el Espíritu dice a las iglesias; la medida que el Señor nos
dé es proporcional a la medida en que podamos escuchar—
Mr. 4:23-25; Ap. 2:7.
2. Debemos pasar tiempo con el Señor en privado y de
manera íntima, a fin de que Él pueda infundir en nosotros
Su elemento, con el cual nos sea recobrada la vista;
todos necesitamos seguir siendo recobrados para poder
“ver todas las cosas con claridad”—Mr. 8:22-26.
III. Debemos vivir en la realidad del Cuerpo de Cristo en conformidad
con la visión panorámica de la realidad que está en Jesús,
según se presenta en el Evangelio de Marcos, el cual nos revela un
cuadro completo del Salvador-Esclavo, quien sirve a los pecadores—
una persona colectiva— suministrándose a Sí mismo como
la salvación todo-inclusiva de ellos; la vida del Señor Jesús, según
se revela en Marcos, es la realidad, la sustancia y el modelo de la
economía neotestamentaria de Dios—1:35-38; 10:45:
A. El Evangelio de Marcos muestra que el Salvador-Esclavo vino
como Médico con misericordia y gracia para sanar y recobrar
a una persona completa que padecía de cuatro enfermedades
muy graves; así como Dios desea mostrar misericordia a pecadores
que están en una condición lamentable, Él quiere que
nosotros mostremos a otros misericordia en amor—2:17;
12:33; Mt. 9:12-13; Mi. 6:6-8:
1. Una fiebre podría simbolizar el temperamento desenfrenado
de una persona, un temperamento anormal y desmedido;
el Salvador-Esclavo nos sana de nuestra enfermedad, llegando
a ser nuestro descanso y sosiego internos, y nosrestaura a la normalidad para que podamos servirle—
Mr. 1:29-31; Is. 30:15a; cfr. Pr. 15:1; 25:15.
2. La lepra es la enfermedad más contaminante y más perniciosa,
la cual hace que quien la padezca tenga que separarse
de Dios y de los hombres; la limpieza del leproso representa
el hecho de que un pecador es restaurado nuevamente a
la comunión con Dios y con los hombres—Mr. 1:40-45;
Nm. 12:1-10; 2 R. 5:1, 9-14; Mr. 14:3; 1 Jn. 1:3.
3. El hombre paralítico representa a un pecador que está
paralizado a causa del pecado, a alguien que es incapaz de
andar y de moverse delante de Dios; gracias al hecho
de que hemos sido perdonados de nuestros pecados en la
redención jurídica efectuada por Cristo, podemos andar y
movernos por el Espíritu en la salvación orgánica de
Dios—Mr. 2:1-12; 1 Jn. 1:7, 9; Gá. 5:25.
4. El flujo de sangre representa la vida que es incapaz de contenerse;
cuando tocamos al Señor, Su poder divino nos es
transfundido, mediante la perfección de Su humanidad,
para ser nuestra sanidad; en el Salvador-Esclavo y mediante
Su humanidad, el Dios que habita en luz inaccesible vino
a ser una persona a la que se le podía tocar, a fin de que
pudiéramos ser salvos y disfrutarle—Mr. 5:25-34.
B. Después que la persona entera es sanada, el Señor pone de
manifiesto el verdadero ser interior de ella, su corazón, y lo
limpia—7:1-23.
C. Además de esta sanidad, encontramos tres ocasiones en las
que el Señor suministró alimento: la alimentación de los cinco
mil (6:30-44), la alimentación de los gentiles quienes son
los perrillos debajo de la mesa (7:27) y la alimentación de los
cuatro mil (8:1-9).
D. Después que esta persona colectiva es sanada, limpiada en su
interior y alimentada por el Señor, ella necesita la sanidad particular
de los órganos por los cuales oye, habla y ve—7:31-37;
8:14-26.
E. Ahora, sobre el monte de la transfiguración, los oídos de dicha
persona son abiertos para escuchar al Señor Jesús, quien es el
Hijo del Padre, el Amado, y sus ojos son abiertos para ver a
“Jesús solo”, para ver que Él es el reemplazo único y universal,quien llega a ser el único elemento constitutivo del nuevo
hombre—8:27—9:13; Col. 3:10-11.
F. El Señor después conduce a Sus discípulos —una persona
colectiva— a Su muerte todo-inclusiva (Mr. 15:16-41) y a Su
resurrección que todo lo sobrepasa (16:1-18) para que puedan
disfrutarle a Él en Su ascensión que todo lo trasciende (v. 19)
como su vida y su suministro de vida (Jn. 6:35, 57), el Señor
de todos (Hch. 10:36), el Cristo de Dios (2:36), la Cabeza
sobre todas las cosas a la iglesia (Ef. 1:22-23a), la Cabeza del
Cuerpo (Col. 1:18), el Cristo glorificado (Lc. 24:26), el Cristo
entronizado (Hch. 5:31), Aquel que está por encima de todo
(Ef. 1:20-21) y Aquel que todo lo llena en todo (v. 23b), para
así producir el nuevo hombre como la realidad del reino de
Dios (Col. 3:10-11; Ro. 14:17), cuya consumación será la
Nueva Jerusalén (Ap. 21:2).
G. Por último, el Señor como el Salvador-Esclavo resucitado y
ascendido predica el evangelio por medio de Sus discípulos,
Su reproducción, con miras a Su propagación universal, hasta
que Él venga de nuevo para establecer el reino de Dios sobre
la tierra—Mr. 16:20; Lc. 19:12; Dn. 7:13-14; Mt. 24:14.
este es mi corro apra cualquier consulta amado santo
cirosito@hotmail.com